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Interacción de los sistemas agroecológicos, ciclo del agua y su relación con la agricultura


  1. La aparición de la agroecología
  2. Principios agroecológicos
  3. Importancia del agua para la agricultura
  4. Ciclo del agua
  5. Campos de cultivo para la ganadería
  6. Sistemas de riego inteligentes
  7. La verdadera?importancia del agua para la agricultura
  8. Conclusiones
  9. Rcomendaciones
  10. Bibliografía

Objetivo: conocer lo importante que son los sistemas agroecológicos y el ciclo del agua para la agricultura.

Metodología

La aparición de la agroecología

edu.red

La agroecología es la aplicación de conceptos y principios ecológicos al diseño y manejo de ecosistemas agrícolas sostenibles. En el pasado, la agricultura se estudiaba, principalmente, a través de un enfoque agroeconómico, antes que de uno ecológico o social.6 En los 60 y en los 70, el análisis ecológico de la agricultura cobró ímpetu, y en la década de los 80 los sistemas de agricultura tradicional de los países en desarrollo empezaron a ser reconocidos como importantes sistemas de manejo de los recursos naturales. Es en los 90 cuando la agroecología surge como una disciplina científica, con un marco conceptual y una metodología bien definida6, para el estudio holístico de los ecosistemas agrícolas, incluyendo elementos humanos y medioambientales, y facilitando principios para el diseño y manejo de sistemas de agricultura y alimentación sostenibles.

Principios agroecológicos

Reducir el uso de insumos nocivos para el medio ambiente, manufacturados, costosos o escasos y aumentar el uso de insumos naturales y locales, la vez que se refuerzan las interacciones biológicas para promover procesos y servicios ecológicos. Por ejemplo, el uso de cultivos de cubierta que fijan el nitrógeno, o la rotación de cultivos que tienen relaciones micorrizas, reemplazar el uso de fertilizantes que contienen nitrógeno sintético; o el uso de la biodiversidad autóctona y el control biológico para el manejo de plagas, enfermedades y malas hierbas, así como la reducción, cuando sea posible, o la eliminación del uso de pesticidas químicos.

Minimizar las cantidades de sustancias tóxicas o contaminantes emitidas al medio ambiente.

Manejar de manera más eficaz los nutrientes reciclando la biomasa y añadiendo regularmente restos vegetales, estiércol animal y fertilizantes orgánicos para reforzar la acumulación de materia orgánica en el suelo y equilibrar y optimizar el ciclo de nutrientes.

Aumentar la capa vegetal del suelo a través, por ejemplo, de cultivos y estiércol verde, y reducir la cantidad de labranza, si es posible a cero, para minimizar la erosión del suelo y la pérdida de agua/humedad y nutrientes. Estas prácticas, junto con la recogida de aguas, pretende hacer un uso más eficaz del agua.

Promover la actividad biológica del suelo, mantener y mejorar la fertilidad del mismo.

Mantener un alto número de especies y la diversidad genética, en el tiempo y el espacio, y una estructura compleja del ecosistema agrícola, con el fin de facilitar un amplio número de servicios ecológicos y aumentar la resistencia del ecosistema agrícola y la flexibilidad ante los cambios;1 a través, por ejemplo, de la rotación de cultivos, el cultivo de relevo, el cultivo intercalado y los policultivos;1,6 o incorporando árboles multifuncionales, agroforestería y combinaciones de cultivos y ganado1,6,8 o integrando peces, camarones u otros recursos acuáticos.

Importancia del agua para la agricultura

La agricultura es una de las actividades en la que se consume grandes cantidades de agua debido a que el riego de los cultivos necesita cientos de litros de agua diariamente para que los cultivos se desarrollen y crezcan y sean un producto final de calidad de ahí es donde parte la importancia del agua en agricultura. Conociendo que solo un pequeño porcentaje del agua del planeta es dulce hay que usarla con conciencia y sobre todo en la agricultura.  La sequía convierte rápidamente al sector agrícola en un sector vulnerable y reduce increíblemente el número de la cosecha.

Ciclo del agua

Se pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la tierra, en sus tres fases: sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la humanidad. El agua de la tierra – que constituye la hidrosfera – se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una circulación continua – el ciclo del agua o ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad. El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua). 

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Campos de cultivo para la ganadería

La importancia del agua en la agricultura reside en que la mayoría de los campos de cultivo no son para dar de comer directamente al ser humano sino que estos cultivos sirven de alimento para animales que consumen y debe ser de excelente calidad ya que esos animales serán después consumidos por el ser humano. En tiempos de sequía la producción de alimentos disminuye drásticamente haciendo que la calidad de los productos finales sea baja.

Las plantas del cultivo hacen un trabajo excelente absolviendo el agua a través de sus hojas y raíces y devolviéndola a la atmosfera por transpiración lo que hace que resulte ser un ciclo limpio e integrado, sin embargo para que esto ocurra es importante la presencia del elemento vital el agua y es por ello la gran importancia del agua para la agricultura.

Sistemas de riego inteligentes

En cuanto a la importancia del agua para la agricultura puede mejorarse la utilización de este recurso mediante sistemas inteligentes de riego, que contribuyen a distribuir la cantidad de agua necesaria al momento justo que las plantas del cultivo necesitaran y así no será desperdiciada el agua de manera irresponsable. El cambio climático ha tenido un impacto importante en una actividad como la agricultura que resulta milenaria y que se ve afectada por las sequías que la azotan constantemente. El acceso a un suministro de agua solo resalta la importancia del agua en la agricultura sin embargo, debe realizarse un riego con responsabilidad y tratar con los sistemas inteligentes de usar menos agua para no afectar el ciclo hidrológico y así mantener nuestro ecosistema.

La agricultura se condiciona por los cambios climáticas lo que hace que de una cosecha satisfactoria o una cosecha pobre. Las precipitaciones ayudan a mantener los cultivos a mantenerse y a desarrollarse, sin embargo las discontinuidad de éstas debido al impacto climático que está viviendo el planeta afecta gravemente al sector agrícola.

La verdadera importancia del agua para la agricultura

La importancia del agua para la agricultura es muy fácil de resumir, las aguas al igual que cualquier otro ser vivo necesita agua para desarrollarse y cumplir sus funciones esenciales, el sector agrícola es un consumidor fuerte de agua y el reto en el futuro es que encuentre las soluciones pertinentes para mantener este preciado recurso. La importancia del agua en la agricultura es un tema que debe interesarle a cada persona ya que la mayoría de los alimentos que consumimos son producto de la agricultura, de ahí es donde conocemos la importancia del agua en la agricultura.

Conclusiones

El agua y el suelo son, sin lugar a dudas, los dos recursos naturales indispensables para la actividad agrícola. No obstante su importancia, estos recursos son manejados por la agricultura convencional sólo como dos insumos productivos, generalmente de bajo costo, y sin tomar en cuenta la calidad del agua de riego.

Se usan aguas contaminadas por residuos tóxicos provenientes del sobreuso de agroquímicos, así como por relaves mineros, desechos industriales o domésticos. En tal sentido, el riego con aguas de tal procedencia se convierte en un foco de contaminación no sólo de los alimentos producidos, en muchos casos consumidos en fresco, sino también del suelo lo cual destruye la población de organismos benéficos.

Por otro lado, a pesar de que el agua es un recurso escaso en la Costa ella no se valora suficientemente en su precio. Si hay algo que caracteriza en general a los agricultores es su resistencia a reconocer que el agua, si bien es un don de la naturaleza, ella tiene un valor que va más allá de lo económico y que su manejo cuidadoso es fundamental para mantener la vida. Es cierto que se están difundiendo técnicas de riego más eficientes y ahorradoras de agua, como es el riego por goteo, aspersión, sifón etc. pero la gran mayoría de agricultores aún utiliza formas de riego que no sólo desperdician el agua sino que provocan problemas de salinización y mal drenaje.

En el caso de la Sierra, la distribución de las lluvias es muy irregular, concentrándose en unos pocos meses, durante los cuales se incrementa de manera peligrosa el caudal de los ríos. Pero el resto del año predomina la sequía y aridez. En razón de la abrupta topografía que presenta la Cordillera Andina, el agua de lluvia puede convertirse en un factor de erosión o pérdida de los suelos al fluir sobre las laderas si ellas no están protegidas adecuadamente. En un país como el Perú, que cuenta con una extensión muy limitada de suelos aptos para una agricultura intensiva (menos del 4 % de la extensión territorial), no nos podemos dar el lujo de perder este recurso natural tan necesario para la producción agrícola y, por ende, la seguridad alimentaria del país.

En la Selva comúnmente se señala que allí el problema es el exceso de agua, a partir de las copiosas lluvias que caen en este territorio, sin embargo, esta situación está cambiando. Cada vez más se incrementan zonas con problemas de aridez temporal por un mal manejo del suelo y de la vegetación: tala y quema del bosque; instalación de cultivos en sentido de la pendiente; quema de rastrojos etc. Indudablemente, cuando llega la temporada de lluvias, éstas pueden desencadenar procesos erosivos de gran magnitud en las laderas desprotegidas de vegetación.

Rcomendaciones

Ambos recursos: agua y suelos, son inseparables y su manejo debe ser sumamente cuidadoso de manera a conservarlos para el futuro, no sólo en términos de cantidad sino de calidad.

En primer lugar, es fundamental entender que el agua tiene una dinámica propia y que desencadena una serie de procesos que en su conjunto forman el maravilloso ciclo hidrológico. Por otro lado, que este ciclo se desarrolla en un ámbito determinado: la cuenca hidrográfica, permite comprender el rol integrador del agua y que una intervención humana de este recurso en las partes altas de la cuenca va a repercutir en forma positiva o negativa en la parte baja de la cuenca, dependiendo del tipo de intervención. Así por ejemplo, la deforestación o la quema de pastos en las tierras altas de la cuenca van a desencadenar procesos de escurrimiento y de erosión de los suelos que incrementarán la carga de sedimentos de los ríos, provocando el desborde o inundación de los ríos en las partes bajas.

Contrariamente, si en las partes altas de la Cuenca se practica una agricultura diversificada con prácticas agroforestales, con manejo racional del ganado, con prácticas de conservación del suelo sobre todo de carácter agronómico, se favorece la infiltración del agua de lluvia disminuyéndose los riesgos de escorrentía y erosión. De esa manera aumenta la dotación de aguas subterráneas en las partes medias y bajas.

Entonces, conceptos como ciclo hidrológico, cuenca, conservación del agua y del suelo, preservación de la calidad del agua, que en su conjunto deben integrarse en una gestión agroecológica del agua y del suelo, que además recoja las diferencias climáticas, eco-geográficas y socio-culturales de las diversas regiones de país, deberán ser tomados en cuenta en la próxima Ley de Aguas, que hace tiempo los usuarios del agua, y en particular los agricultores, esperan.

Bibliografía

"Agroecología y consumo responsable. Teoría y Práctica" VVAA. Editorial Kehaceres, 2006.[4]

Agroecología.Bases teóricas para el diseño y manejo de agroecosistemas sustentables. Editores: Sarandón, Santiago Javier Flores, Claudia. 201

http://www.agua.org.mx/biblioteca-tematica/gestion-del-agua/1254-b-organizacion-social-y-gestion-del-agua-para-uso-agricola/12923-manejo-del-agua-y-del-suelo-con-un-enfoque-agroecologico

Universidad nacional José Faustino Sánchez Carrión

Facultad de ing. Agraria ind. Alimentarias y ambiental

Escuela profesional de ingeniería agronómica

Curso

Sistemas agrarios

Docente:

Ing. Marco Tulio Sanchez Calle.

Huacho-2016

 

 

 

 

Autor:

Collantes pacheco Meyvi Yesenia.

Llamocuri Quispe Jorge Luis.