El rol del profesor. Una perspectiva psicosocial (página 2)
Enviado por Lic. Yideiry Rodr�guez Del Valle
Por supuesto que esto a su vez exige del maestro no solo la preparación que la academia le brinda, sino que además requiere de una mayor y mejor autopreparación, sobre todo si tenemos en cuenta que su papel ya no estaría centrado en el solo hecho de brindar información y así tener el control y dominio absoluto de la clase, en contraposición, su misión fundamental a partir de ahora sería educar y formar al alumno en la autonomía absoluta con respecto a su proceso de aprendizaje, en proporcionarle a estos estrategias que le posibiliten o le enseñen como buscar la información válida, como apropiarse de ella funcionalmente y como aplicar dichos conocimientos en cualquier faceta de sus vidas.
Esta sería una sola de las tantas aristas a las que conlleva el análisis del rol actual del profesor, si únicamente fuera este obstáculo o nuevo encuadre al que debe enfrentarse el maestro el problema no sería tan grave, pero la situación no es tan sencilla como parece, ya que son varias, para no decir muchas las expectativas que se tienen con respecto a la figura del profesor, a decir de diferentes autores (Serrano G y Olivas B, 1989, citados por Ibarra L. 2005), se espera de estos:
"Autenticidad, madurez emocional, buen carácter y sano sentido de la vida; comprensión de sí mismo, capacidad empática, inteligencia y rapidez mental, cultural y social; estabilidad emocional, confianza inteligente en los demás, inquietud cultural y amplios intereses; liderazgo, experiencia en las condiciones de vida en el aula, conocimientos de las condiciones y circunstancias económicas, sociales y laborales del momento y de la zona del centro".
"Necesidad y compromiso deontológico respeto de la libertad del alumno y su intimidad".
"Tener adecuadas expectativas sobre el grupo, y sobre los alumnos individuales (Efecto Pigmalión)".
"Tener adecuada actitud hacia los alumnos"
Además, "ha de tener hacia los alumnos las siguientes características en sus interacciones:
Claridad.
Entusiasmo.
Conducta orientada a conseguir el máximo partido de sus alumnos".
Como vemos son un cúmulo de exigencias que sobrecargan casi inhumanamente, por decirlo de algún modo, el rol del docente, lo que en muchas ocasiones nos llevaría a cuestionarnos ¿si estos factores son realmente alcanzables en la práctica?, algo similar se plantean los maestros, de aquí que en varias ocasiones dentro de cualquier institución escolar hallamos escuchado de los mismos frases como las siguientes: "es mucho para una sola persona", "esto es imposible", "nos exigen demasiado", "se creen que somos magos", etc, lo que denota en primera instancia la inconformidad y el desacuerdo con que asumen dichas exigencias, las cuales enfrentan con o sin la experiencia requerida.
No obstante, esto es lo que ocurre en el mejor de los casos, ya que existen otros que no cuentan con los mecanismos suficientes y sienten que estas expectativas rebasan sus posibilidades, no tanto desde el punto de vista profesional como desde el personológico y es aquí donde aparece el término conocido como malestar docente, al cual van aparejadas cuestiones como: la frustración, la insatisfacción, el estrés, la ansiedad y unido a todo esto los conflictos que se le presentan dentro del aula, las condiciones económicas y de la propia instalación donde trabajan, trayendo consigo el abandono de la labor educativa y la devaluación profesional del maestro. Incluso hay algunos docentes que llegan hasta enfermarse con consecuencias nada favorables para su salud y futuro desempeño.
A esto le sumamos la imagen social que del maestro se tiene y que por demás incide directamente en la función y el rol del mismo, imagen que por demás esta pautada por una serie de factores y estereotipos, tanto desde el punto de vista positivo como negativo, "así, la imagen social del maestro transita desde ser concebida como "una gran misión social", enalteciendo y embelleciendo esta sublime profesión, hasta percibir el rol docente como una profesión más, con todas las dificultades que acontecen en la realidad cotidiana al establecer relaciones interpersonales en el contexto escolar" (Ibarra L. 2005).
En tal sentido creemos tener el derecho incuestionable de "criticar" no solo la labor de los docentes dentro del aula, si no toda cuestión relativa al mismo, de aquí que "de un maestro esperamos una conducta responsable, amena, inteligente en el aula" (Ibarra L. 2006). Al parecer estamos exigiendo demasiado de seres humanos que se empeñan en formar las canteras futuras de las diversas profesiones, y que en la mayoría de las ocasiones se quejan de lo cambiante que resulta su rol sin que se les proporcione una contrapartida con anterioridad de su futuro y muchas veces inmediato accionar.
De aquí que el profesionalismo o rol del maestro se vea sujeto y sobre todo en la actualidad a disímiles discusiones y debates, a través de los cuales tratamos de esclarecernos fundamentalmente la situación educativa y los juicios sociales a los que se debe enfrentar en su quehacer cotidiano, sirva así este diálogo para replantearnos nuevamente dicha polémica desde una perspectiva psicosocial y por tanto más humanista.
Bibliografía:
Esteve, J. M. (2001, marzo 21). La salud de los profesores: Influjo del trabajo profesional en la personalidad del educador. [En línea]. Disponible en: http://www.educaweb.com/
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González, L. (2006, agosto 17). El rol del profesor. [En línea]. Disponible en: http:// www.prensa.com/actualidad/psicologia/
Ibarra, L. (2005). Educar en la escuela, educar en la familia ¿realidad o utopía? La Habana: Edit. Félix Varela.
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Ibarra, L. (2005). Psicología y educación: una relación necesaria. La Habana: Edit. Félix Varela.
Noro, J. E. (2006). Escuelas y educadores. Una renovada búsqueda del paraíso perdido. Revista digital de Educación y Nuevas Tecnologías. [En línea]. Disponible en: http://contexto-educativo.com.ar/
Segarte, A. L. (2005). Espacio grupal, redimensión del rol de profesor y educación en valores a través del currículo. Revista Cubana de Educación Superior. No. 3 p. 70-84.
Autor:
Lic. Yideiry Rodríguez del Valle
Facultad de Humanidades Departamento de Psicología del CUSS
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