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Metodología basada en el enfoque grupal contextualizado para perfeccionar las habilidades comunicativas del inglés


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Conclusión
  3. Bibliografía

Introducción

En la enseñanza tradicional, en general y en la de idiomas en particular, el profesor es de hecho el emisor de conocimientos, es quien vela por el cumplimiento de los objetivos y enfatiza en el resultado que se obtiene; es él, el que siempre educa, sabe, piensa, es sujeto del proceso, habla, opina, disciplina, actúa, escoge los contenidos. A partir de estos paradigmas la enseñanza de una lengua extranjera se ha sistematizado y evolucionado a través del tiempo.

El enfoque comunicativo-funcional en la enseñanza de segundas lenguas y lenguas extranjeras comienza a implementarse en el año 1971 en el Consejo de Europa con el fin de promover la movilidad de estudiantes universitarios en esos países. En una primera etapa Wilkins (1976)[1] distingue los enfoques sintéticos (en los cuales los alumnos/as re-sintetizan aspectos lingüísticos enumerados en programas o libros de textos) y enfoques analíticos (en los cuales los alumnos/as analizan la funcionalidad del input presentado). El enfoque sintético implica la enseñanza segmentada e independiente de los elementos de una lengua extranjera (Ej. gramática, fonología, funciones.) y considera que la adquisición de la misma es un proceso de acumulación gradual de esas partes que se integran en el momento de usarlas para comunicarse. Por el contrario, el enfoque analítico organiza los aspectos de la lengua a enseñar teniendo en cuenta los propósitos para los cuales los alumnos/as están aprendiendo dicha lengua y las situaciones comunicativas en las que la utilizarán. Durante esta primera etapa del enfoque comunicativo-funcional se pretendió enseñar segundas lenguas y lenguas extranjeras como comunicación y no para la comunicación dejando de lado el aprendizaje de aspectos formales de la lengua como sistema y focalizándose solo en su uso funcional en contexto.

Luego, a principio de la década de los 80 surgen los programas orientados al proceso (process-oriented syllabi) como superadores de los programas orientados a la producción. Según Nunan[2]este tipo de programas enfatiza las experiencias de aprendizaje que facilitan la adquisición de una lengua. El enfoque basado en tareas surge como una opción que permite al docente poner en práctica un programa orientado al proceso. El enfoque basado en tareas dentro del marco del enfoque comunicativo utiliza un programa orientado al proceso para superar los problemas que los programas orientados al producto provocaban en la enseñanza de segundas lenguas y lenguas extranjeras, en especial en contextos exolingües (donde los alumnos/as no tienen la posibilidad de estar en contacto directo con el lenguaje que aprenden). En este enfoque basado en tareas, creado por N. Prabhu[3]el foco sigue siendo el significado pero se enseña el material lingüístico necesario a través de tareas. Estas tareas son actividades en las cuales los alumnos/as articulan y utilizan diferentes aspectos del lenguaje (fonológicos, lexicales, gramaticales y contextuales), las diferentes macro-habilidades (escucha, oralidad, lecto-comprensión y escritura) y diferentes estrategias de aprendizaje, producción y comunicación.

De esta forma el estudiante ha sido el objeto pensado, es siempre educado, no sabe, escucha dócilmente, es disciplinado, es aquel a quien jamás se escucha, es el objeto del proceso.

En la enseñanza contemporánea, el aula de lenguas extranjeras debe ser un lugar en que no sólo se dé información, y se desarrollen habilidades educacionales, sino que, por sobre todas las cosas, se desarrollen las habilidades de los estudiantes para usar la lengua con varios propósitos comunicativos.

Entonces, la principal tarea del profesor es crear las mejores condiciones para la enseñanza y el aprendizaje sobre la base de la consideración de los intereses, necesidades y aspiraciones de los estudiantes, a partir de reconsiderar el papel de los estudiantes y el suyo propio dentro de un proceso de negociación.

El conocimiento que se adquiere en un proceso de enseñanza – aprendizaje dentro de un salón de clase debe ser considerado como una guía para aplicar lo receptado por los estudiantes en la vida práctica. Ese tendría que ser el fin que se debería tener cuando un docente imparta una materia a sus alumnos, ya que teoría que no se practica es teoría que no sirve. La materia de idioma extranjero dentro de las instituciones educativas generalmente es teórica, lo cual ayuda al estudiante a desarrollar su capacidad de entendimiento en la parte estructural y gramatical, además se logra capacitar las habilidades de lectura y escritura en lengua inglesa.

En este trabajo se abordan algunas ideas sobre los nuevos papeles que deben asumir los estudiantes y los profesores en la enseñanza de lenguas extranjeras y específicamente el de inglés, para revolucionar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la comunicación oral dentro, pero sobre todo en ambientes fuera del aula de clases. Es decir que el estudiante de la lengua extranjera se convierta en un usuario del idioma, y no ver al inglés como un simple objeto de estudio.

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