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La filosofía y su discurso plural

Enviado por Rigoberto Pupo


Partes: 1, 2

    1. El elan cultural del saber filosófico
    2. Verdad, conocimiento, valores, praxis, comunicación: saber

    Se hace énfasis especial en la necesidad de que la filosofía supere el paradigma reduccionista de corte gnoseológico y asuma la realidad a través de las infinitas formas aprehensivas que posee el hombre. Como el conocimiento y la verdad se construyen en espacios comunicativos, no es posible continuar reduciendo el saber filosófico a la epistemología y a la lógica en el sentido tradicional. Es necesario adoptar una actitud inclusiva que valore justamente la importancia de los varios modos que posee el hombre en la asimilación de la realidad y la construcción de la verdad, particularmente la metáfora y todas las dimensiones del lenguaje tropológico, concebidas a veces,erróneamente, como figuras decorativas y no lógicas.

    Introducción

    La filosofía es un saber sintético- integrador[1]sobre el mundo en relación con el hombre, y la relación hombre – mundo, en tanto abstracción de máxima generalidad, encuentra concreción en la actividad, como relación sujeto- objeto y sujeto- sujeto. En la praxis, en tanto núcleo fundante de la actividad humana, lo ideal y lo material se convierten recíprocamente, devienen idénticos. Por eso, a través de la praxis los momentos cognoscitivo, valorativo y comunicativo del devenir humano, en su actividad, emergen, se despliegan y se determinan en la cultura[2]La cultura es al mismo tiempo concreción de la actividad humana y medida cualificadora de su ascensión.

    El elan cultural del saber filosófico

    No es posible reducir el saber filosófico, y la verdad, su eterno problema, a ninguna de sus formas aprehensivas, es decir, ni a la epistemología, ni a la ontología, ni a la axiología, ni a la lógica u otra forma discursiva de reflejar la realidad por el hombre. Es síntesis integradora de dichos momentos, tanto en su proceso[3]como en su resultado. Esto no niega su status de sistema teóricamente elaborado sobre la realidad en relación con el hombre. Sí afirma su carácter cultural sistémico y sus posibilidades infinitas de enriquecimiento, en la medida que se construye y elabora sus principios, leyes y categorías. Construir en el sentido de producción creadora que tiene lugar en la conversión recíproca de lo ideal y lo material, mediante la praxis.

    Como todo saber, el filosófico, se construye en espacios comunicativos y no refiere sólo a "esencias puras". En su proceso constructivo asciende gradualmente de lo sensorialmente concreto a lo abstracto, y de éste, a lo concreto.

    El saber filosófico comúnmente se ha concebido como una forma especial de aprehensión de la realidad por el hombre. Y no es desacertado en mi criterio, dicho aserto, pues se trata de un saber cosmovisivo que vincula en estrecho haz los momentos varios de la actividad del hombre y posee un sentido cultural y complejo. Pero lo que en pleno siglo XXI, resulta inconsistente, es reducirlo a una forma específica aprehensiva de la realidad por el hombre. Esto, por supuesto no niega su cualidad de ser reflexión teórica de la realidad; pero de ésta en sus diversas mediaciones, formas y comportamientos. Por eso ya se mira con sospecha asumir como objeto de la filosofía sólo el pensamiento a nivel teórico, en tanto es reduccionismo lógico.

    La filosofía, en tanto saber complejo sobre la realidad en relación con el hombre, incluye en su objeto todas las formas concretas de la cultura[4]en su síntesis, incluyendo el mundo cotidiano del hombre. Es un saber crítico totalizador en perenne búsqueda, que plantea más preguntas que respuestas y soluciones, acorde con la complejidad de la realidad.

    En correspondencia con la pluralidad de su objeto, deviene su discurso plural. Un discurso incluyente y contextualizado que siguiendo la "lógica especial del objeto especial", opera con conceptos, categorías, imágenes, metáforas, etc. El lenguaje directo y tropológico como formas aprehensivas de la realidad por el hombre, son inmanentes al quehacer filosófico y al discurso que lo encauza y lo expresa. No es posible continuar haciendo de la tropología un "terreno" vedado al saber filosófico. La narratividad, la metaforización son modos culturales de asimilación de la realidad por el hombre, y con ello, medios insustituibles de la filosofía. ¿Cuánta filosofía hay en una novela que penetre en la naturaleza humana y sea capaz de pensar su subjetividad y la objetividad con sentido cultural? ¿Es posible negar numen filosófico a la poesía "que ve con la palabras y habla con los colores" para denotar la humanidad del hombre en su fuerza y fragilidad? ¿Por qué fragmentar la realidad y convertir el género ensayístico en "propiedad privada" de la literatura, cuando su misma esencia y propósitos, dan cuenta de su elan filosófico? Muchos ejemplos pueden ilustrar cómo la fragmentación que trajo el paradigma de la modernidad con la racionalización de la razón y el reduccionismo epistemológico, desvirtuaron la naturaleza de la filosofía y el discurso que la expresa. Sencillamente, había que hacer de la filosofía un pensamiento único, dado en sí, por sí y para sí, sin contaminación[5]siguiendo el modelo de las "ciencias duras", con el único recurso de operar como epistemología de corte positivista y "jueza" rectificadora del lenguaje o "metodología universal" del conocimiento y las ciencias. Su función crítico- cosmovisiva, inmanente por antonomasia, se esfumaba como el aire en el vacío. La crisis y el descrédito de la filosofía hacían cátedras. El búho de Minerva dejaba de hacer y de decir…

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