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No importa la edad, la lectura y escritura aumentaran mi imaginación


  1. Justificación
  2. Estado del arte
  3. Posición teórica
  4. Bibliografía

Justificación

Dentro de los objetivos fundamentales en el primer grado se encuentra la enseñanza de la lectura, por lo que una de las tareas de la Enseñanza Preescolar es la de dotar al niño de una preparación que le facilite el proceso de aprender a leer en el primer grado. Dentro de la preparación que recibe el niño en el grado preescolar para el aprendizaje de la lectura se encuentra la comprensión de la esencia o el mecanismo del proceso de leer y de los métodos más adecuados según las características e individualidades en cada caso.

Además, en la educación en México establece en su Plan Nacional como una prioridad las habilidades comunicativas: leer, escribir, hablar y escuchar. El lenguaje es una herramienta para aprender a comunicarse. Permite a los niños imaginar, crear ideas y compartirlas con los demás. Cuando ingresan a la educación preescolar, los niños poseen ya un cierto nivel de competencia comunicativa, que adquirieron en el contexto familiar, por lo que en la escuela se debe proporcionar y diversificar las oportunidades de comunicación entre pares y con los adultos.

En el ámbito de la lengua escrita, uno de los principales riesgos en la educación preescolar es apresurar su aprendizaje a través de prácticas que obedecen en muchas ocasiones a las demandas de las familias o a la inquietud por prepararlos mejor para la educación primaria.

El desafío consiste en plantear el proceso alfabetizador como un conjunto de actividades reflexivas y comunicativas implementadas sistemáticamente a lo largo de la escolarización. Lo que implica la reconsideración tanto de los modos de intervención docente, como de la responsabilidad institucional en dicho proceso, y más aún, la coparticipación y comprensión de los padres de familia.

Ya que, la lectura y la escritura deben de tener un lugar importante desde la educación preescolar, lugar que cada escuela deberá concretar en su planificación con cada uno de sus docentes. Inicialmente, es necesario reconocer que el sistema de la lengua escrita es complejo y que va a requerir esfuerzos de los docentes y los niños que van a abordar su enseñanza y aprendizaje. Pero ello no se debe juzgar la capacidad de los alumnos.

La escritura, consiste en una actividad intelectual mediante la cual se transmiten mensajes con significados a través de un sistema de escritura, en forma de textos, en una situación determinada y con una intención específica. El niño luego de elaborar un dibujo, lo describe a través de un escrito. Además, leer en los estadios iniciales del aprendizaje de la lectura es una especie de creación del mensaje o contenido del texto, a través de lo que el niño va elaborando con el fin de obtener información, placer o recreación.

La enseñanza de la lectura en preescolar debe asegurar la interacción significativa y funcional del niño con la lengua escrita. Para algunos, eso prolongará aprendizajes ya iniciados en su familia y para otros será la ocasión para realizarlos, ocasión que no debe retrasarse más. Propiciar esa interacción implica la presencia pertinente y no indiscriminada de lo escrito en el aula. Implica, sobre todo, que los adultos que tienen a su cargo la educación de los niños usen la lengua escrita, cuando sea posible y necesario, delante de ellos, haciéndoles comprender así su valor comunicativo. Si en esa aproximación sienten la necesidad de explorar el código, no habrá mayor inconveniente en responder a su curiosidad con información pertinente y adaptada a sus necesidades.

Cuando el docente aprende como realizar su práctica para acercar a los alumnos a la lectura y escritura proporciona de esta forma a los más pequeños el acceso a un mundo amplio de conocimientos y experiencias, con diversas posibilidades, que va a contribuir en gran medida a su desarrollo en general, especialmente al desarrollo de sus capacidades de aprendizaje y de pensamiento.

Estado del arte

Se han realizado algunas investigaciones sobre el tema "LA LECTO-ESCRITURA EN LA EDAD PREESCOLAR" como:

El Congreso Mundial de Lecto-escritura, celebrado en Valencia, Diciembre 2000 Lic. Amanda María Rojas Bastard, Ministerio de Educación, Cuba En este congreso mencionan que Uno de los objetivos fundamentales de la Educación Preescolar lo constituye la preparación del niño para su posterior ingreso a la Enseñanza Primaria, fundamentalmente al primer grado.

También en artículos de revistas como: El aprendizaje de la lectura y la escritura en Educación Inicial. Revista Universitaria de Investigación en línea. En la que menciona, que el docente no puede quedarse de brazos cruzados esperando a que el niño y la niña lleguen a primer grado, no debe limitarse el momento de la iniciación en el conocimiento de la lectura y la escritura, sino introducir al niño y la niña desde temprana edad en el mundo de la lengua escrita (periódico, letreros, cuentos, libros,…), para que a partir de sus vivencias y experiencias con este medio, pueda ir construyendo el sistema de la lengua escrita;

Posición teórica

No importa la edad si nos proponemos enseñar a leer y a escribir a un niño de 2 a 3 años lo logramos. L.A. Venguer, importante psicólogo ruso, refería que las posibilidades del aprendizaje del niño de edad preescolar son infinitamente mayores de las que se suponían, pero que lo fundamental era en qué momento garantizar ese aprendizaje, por supuesto viéndolo vinculado con las particularidades de los procesos psíquicos de la edad.

Para ello no podemos perder de vista la maduración para el aprendizaje en cada edad y en la edad preescolar una de las características fundamentales es la de los numerosos períodos sensitivos del desarrollo que al decir de Vigotski es aquel del desarrollo en el cual una determinada cualidad o proceso psíquico encuentra las mejores condiciones para su desarrollo y que de no ejercerse una acción educativa sobre la cualidad o proceso que en este momento está en su período sensitivo, éste se pierde y luego, aunque se pueda formar dicha cualidad o proceso, nunca tendrán la misma calidad que si se hubieran formado en el período que le corresponde.

Además, Ferreiro (2000) explica que los estadios de Piaget se han utilizado como indicadores de madurez cognitiva para explicar lo que el niño puede o no puede aprender en cierto momento; sin embargo, estos estadios se han aprovechado mucho para generar prohibiciones: una cosa es que el niño no pueda hacer ciertos trabajos intelectuales hasta cierto momento y otra es que se le prohíba tomar contactos con objetos y problemas que desafíen sus posibilidades actuales.

Así mismo menciona que los niños inician su aprendizaje del sistema de escritura en los variados contextos, porque la escritura forma parte del paisaje urbano, y la vida urbana solicita continuamente el uso de la lectura; incluso niños urbanos de cinco años distinguen entre dibujar y escribir, buscando la manera de trabajar cognitivamente (es decir, tratar de comprender) la información de textos que reciben como libros, periódicos, carteles, revistas, etcétera; y cuando se les lee, se les explica su forma, letra o números.

También a través de sus actos sociales se les enseña a escribir y leer y así comprender la importancia de estos conocimientos, mientras que un niño urbano de seis años ya tiene nociones de la lectura y escritura, a comparación de un niño rural que tiene desventaja porque no tiene la misma presencia y por lo tanto la lecto-escritura depende del contacto con éstas, a través de ejercicios de preparación, no abusando del nivel de la ejercitación motriz y perceptiva.

El jardín de niños debe permitir a todos los niños la experimentación libre sobre las marcas escritas, en una ambiente rico en escritura diversa, o sea; escuchar en voz alta y ver escribir a los adultos; intentando escribir (sin estar necesariamente copiando un modelo), intentar leer utilizando datos contextuales así como reconociendo semejanzas y diferencias en las series de letras; jugar con el lenguaje para descubrir semejanza y diferencias sonoras.

También, Jean Piaget, en sus investigaciones consolidó el reconocimiento de los niños como sujetos activos, al concebir a los niños como sujetos activos que construyen conocimientos a través de sus acciones sobre los objetos del mundo y en la confrontación de los resultados de estas acciones con sus propios conceptos y explicaciones así como con las ideas de otros, se fue comprendiendo que también ante el sistema de escritura como objeto social, los niños intentan hipótesis y las ponen a prueba con el propósito de leer y escribir cuando estas prácticas les interesan, así no hayan iniciado la escolaridad.

Frente a la escritura como objeto cultural, el niño primero interactúa empíricamente, tanto con los objetos portadores de texto (por ejemplo, libros, vallas, empaques), como con las letras impresas en ellos. En estas interacciones va construyendo conocimiento acerca de ese objeto. Pero esa interacción no es directa: está orientada por hipótesis a través de las cuales los niños buscan relaciones entre la escritura y lo que ella representa, desde el momento en que la escritura se concibe como diferente del dibujo y como objeto sustituto, está en lugar de otra cosa, es un signo.

Esas relaciones se van construyendo a partir de la observación de las prácticas socioculturales que los usuarios de la lengua escrita realizan con los textos (y por esto, no todos avanzan al mismo ritmo), es decir, es mediada Ante todo este panorama, el nivel inicial se puede conceptualizar, en relación con su función en el aprendizaje de la lectura y escritura, por una parte, como aquella etapa en la cual se ejercitan las habilidades básicas necesarias para comenzar a leer y escribir; para ello, se deben desarrollar actividades pedagógicas que conduzcan a los niños al aprendizaje de la lectura y escritura.

La lectura y la escritura tienen un lugar en la educación inicial, lugar que cada plantel deberá concretar en sus propuestas educativas. Inicialmente, es necesario reconocer que el sistema de la lengua escrita es complejo y que va a requerir esfuerzos de los docentes y los niños que van a abordar su enseñanza y aprendizaje. Pero ello no debe implicar menospreciar la capacidad de éstos ni intentar reducir este sistema complejo a un conjunto de subhabilidades de dudosa vinculación con la lectura. (Solé, 2001).

Solé (2001) considera que la mayoría de los niños ya ha empezado, de hecho, su contacto con la lectura antes de comenzar la educación inicial donde es mucho lo que puede hacerse sin necesidad de acudir al código. Entonces, acercar los niños a la lectura, en educación inicial, supone acercarlos a algo que ellos, en su mayoría, ya conocen, que les proporciona en general experiencias divertidas y gratificantes, y que forma parte de su vida.

La enseñanza inicial de la lectura -para esta autora- debe asegurar la interacción significativa y funcional del niño con la lengua escrita. Para algunos, eso prolongará aprendizajes ya iniciados en su familia y para otros será la ocasión para realizarlos, ocasión que no debe retrasarse más. Propiciar esa interacción implica la presencia pertinente y no indiscriminada de lo escrito en el aula. Implica, sobre todo, que los adultos que tienen a su cargo la educación de los niños usen la lengua escrita, cuando sea posible y necesario, delante de ellos, haciéndoles comprender así su valor comunicativo. Si en esa aproximación sienten la necesidad de explorar el código, no habrá mayor inconveniente en responder a su curiosidad con información pertinente y adaptada a sus necesidades.

Incorporar el aprendizaje de la lectura y escritura en el preescolar debe añadir gozo y mayor autoestima al niño. Ayudar en el aprendizaje de la lectura y la escritura en el preescolar no causa daño alguno; es decir, no se trata de dejar la responsabilidad por completo a uno u otro nivel. Por el contrario, se producirían futuros beneficios si las escuelas primarias cambiaran sus programas de enseñanza de modo que se acomodasen al proceso de aprendizaje del preescolar, ya que lo que se aprende en preescolar debe ser usado y expandido en años sucesivos.

El niño en el nivel preescolar escribe y lee de acuerdo con las etapas en las que él se encuentre dentro de su proceso de aprendizaje. La función del docente consistirá en facilitar el desarrollo de competencias para que todo estudiante se convierta en lector y escritor efectivo.

Problema de estudio La adquisición de la lectura y escritura en edad preescolar.

Pregunta ¿Es adecuada la enseñanza-aprendizaje de la lectura y escritura en edad preescolar?.

Hipótesis Si el docente reconoce su papel como guía (gestor) de la enseñanza-aprendizaje de la lectura y escritura en preescolar, se formaran alumnos creativos con gran potencial para romper barreras y aprender por si mismos además, participar activamente en la sociedad a través del dialogo.

Bibliografía

Ferreiro E. (2000). Cultura escrita y educación. México. D.F.: Fondo de Cultura Económica.

Ferreiro E. (1982) ¿Se debe o no enseñar a leer y escribir en el jardín de niños? Un problema mal planteado. Preescolar, vol. 1, número 2, México Solé, I. (2001). ¿Lectura en educación infantil? Sí, gracias. En: Bofarull et al., Comprensión lectora. El uso de la lengua como procedimiento. (pp. 69-78) Barcelona: Graó *VIGOTSKI L.S."Pensamiento y Lenguaje". Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1980.

Alida Flores, Carmen, Martín, María, El aprendizaje de la lectura y la escritura en Educación InicialSapiens. Revista Universitaria de Investigación [en linea] 2006, 7 (junio): [Fecha de consulta: 28 de julio de 2016] Disponible en: ISSN 1317-5815 Universidad UCI.

 

 

 

Autor:

Guadalupe Lagunilla Osornio.