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Vocabulario platónico


Partes: 1, 2, 3

  1. Platón
  2. La Academia de Platón
  3. El mundo de las Ideas
  4. El conocimiento seguro
  5. Un alma inmortal
  6. El Estado filosófico

República, Madrid: Gredos, 1986, pp. 338-350. Traducción de Conrado Eggers 

  • Nuestra naturaleza: el término naturaleza tiene un significado muy particular en la filosofía griega en cuanto principio de vida. En este texto, Platón se refiere a la naturaleza humana, compuesta por cuerpo y alma. El cuerpo pertenecería al mundo sensible, es una cárcel y obstáculo para que el alma alcance la sabiduría y el conocimiento de su lugar natural: el mundo suprasensible.

  • Educación: la educación es un punto fundamental en la filosofía práctica platónica. Es una obligación del Estado educar a los ciudadanos en un régimen estricto, que irá dando lugar a los distintos tipos de clases sociales: trabajadores manuales, guardianes y, por último, los filósofos, llamados a ejercer la autoridad. Con este fin, Platón ideó un sistema educativo meticuloso, completo y largo, que podía finalizar hasta alcanzar los 35 años.

  • Luz: para Platón la luz siempre es alegoría de aquello que permite el conocimiento. Ya sea en el mundo sensible –luz visible, que permite el conocimiento de los sentidos-, como en el mundo de las Ideas –Sol, o Bien, que es causa de todo lo demás, tanto en el mundo sensible como en el suprasensible.

  • Morada subterránea: representa el mundo sensible, creado por el Demiurgo a partir de una masa informe e inspirándose en el mundo de las ideas. Según Platón, el hombre no puede conformarse con lo que percibe por los sentidos sino que ha de aprender a contemplar el mundo de las ideas.

  • En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza: para Platón, el estado del alma al habitar un cuerpo se asemeja al de un prisionero que ha perdido la capacidad de movimiento. Es incapaz de recordar aquello que conoció en el mundo de las Ideas, ha perdido toda sabiduría y conocimiento, y tiene que recuperarla, que recordar, por la educación y la adquisición de virtudes.

  • Sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan: reflejos más o menos intensos del mundo de las ideas que se pueden percibir en el mundo sensible. Estas sombras son copias de las Ideas y guardan cierta relación con ellas por participación e imitación, pero no se puede afirmar que sean verdaderamente reales. Platón llega a distinguir entre las sombras –objeto de la conjetura- y los utensilios mismos –objeto de la creencia-, según su mayor o menor cercanía a las ideas.

  • los prisioneros tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados: el hombre que vive encerrado en el mundo sensible, en su propio cuerpo, sin llegar a descubrir la naturaleza de su alma, el conocimiento de las cosas más altas.

  • liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia: progreso en el conocimiento y en la educación. Mediante esta purificación del alma, el hombre se hace capaz de llegar al mundo de las Ideas.

  • tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos: Platón muestra cómo el progreso en el conocimiento y en la virtud requiere un ejercicio. El alma debe acostumbrarse a contemplar el mundo de las Ideas, aunque le resulte más difícil e inasequible. El hombre debe acostumbrarse a sacar de su interior –anámnesis-, todo aquello que contempló en el mundo de las Ideas.

  • En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol: en este párrafo, Platón condensa todo el progreso en el conocimiento desde el conocimiento más básico del mundo sensible, hasta la contemplación de las Ideas.

  • podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio ámbito: dialéctica o ciencia. Contemplación de las Ideas

  • Sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto: Idea suprema. En esta obra, Platón la identifica con el Bien, que es causa y modelo de las demás ideas y del mundo sensible. A lo largo de su filosofía, Platón irá identificando esta idea suprema con otras realidades: lo Uno, etc.

  • su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio: mundo sensible.

  • se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?: Platón representa en la imagen de este prisionero a Sócrates, que era el más sabio entre los atenienses y, sin embargo, fue condenado a muerte por la verdad.

  • la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada – prisión: mundo sensible

  • la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol: en el mito, la luz del fuego es símbolo del sol, que permite conocer en el mundo sensible. Todo conocimiento sensible es posible por él.

  • el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible: dialéctica ascendente.

  • dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien: idea suprema, que se encuentra en la cúspide de la jerarquía de las Ideas.

  • la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia: idea suprema, que es causa de todas las demás, y de las realidades sensibles.

  • verdad: propiamente se dice de la Idea de la que todo procede. Su copia del mundo sensible es solo una participación, y no se llega a comprender plenamente lo que es hasta que no se alcanza a contemplar la Idea de la que procede

  • es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público: el fin de la filosofía platónica es, en último término, la política: llegar a configurar un orden justo de la polis, y esto solo es posible si se posee la sabiduría y la virtud.

  • Realidad. Lo que verdaderamente existe; para Platón la verdadera realidad son las Ideas en oposición a las cosas del mundo físico que sólo son sombras. Platón habla de dos planos de realidad o de dos mundos: el mundo de las Ideas y el mundo físico La verdadera realidad debe ser permanente mientras que las cosas del mundo físico cambian, están sometidas a generación y corrupción.

  • Ser. Se opone a lo que llega a ser o lo que está sometido al devenir. El ser verdadero son las ideas del mundo inteligible frente a las cosas del mundo físico que llegan a ser y son más no ser que ser. (Sombras).

  • Mundo inteligible. Es el mundo de las Ideas, que sólo puede ser conocido por el entendimiento; es el mundo del verdadero ser y de la verdadera realidad. Está separado del mundo físico Está jerarquizado y en su cúspide se halla la idea de Bien. Ejerce una causalidad ejemplar sobre el mundo físico Es el fundamento de toda la filosofía platónico: física, metafísica, teoría del conocimiento, antropología, ética, política, educación.

  • Idea. No son simples conceptos sino realidades inmateriales, perfectas, inmutables, absolutas y eternas. De ellas se puede decir todo lo que se ha dicho del mundo inteligible.

  • Bien. Es la idea suprema de la jerarquía de las Ideas lo que confiere orden, belleza, verdad e inteligibilidad a las demás Ideas. De la misma forma que el sol hace visibles a los objetos del mundo físico, la idea de Bien hace inteligibles a las demás Ideas. Es el término del proceso ascensional del conocer y objeto de la ciencia suprema que es la dialéctica. Constituye el fundamento de la concepción teleológica de Platón (porque todo participa de la idea de Bien, cada cosa tiende a su bien que es su estado más perfecto). Su conocimiento es el fundamento de la Ética y Política: quien conoce la Idea de Bien, actuará bien en la vida privada (Ética) y pública (Política). Es la ciencia que deben poseer los sabios gobernantes.

  • Verdad. Es una propiedad del conocimiento que capta las ideas mediante la inteligencia y es una propiedad de las Ideas en cuanto que ellas constituyen la verdadera realidad. Consiste en el conocimiento de la verdadera realidad que son las Ideas. La verdad se capta con la inteligencia (nous) cuando nos volvemos de las sombras o apariencias a las Ideas.

  • Error. Consiste en atribuir realidad a lo que es pura sombra. Los prisioneros viven en el error. Esencia. Aquello que una cosa es. Las ideas son las esencias de las cosas.

  • Alma. Realidad inmaterial, inmortal, distinta y prisionera en el cuerpo que se distingue de éste por su origen, naturaleza y destino. Consta de tres partes: alma racional, alma pasional o irascible y alma aperitiva o concupiscible.

  • Cuerpo. Es un elemento del compuesto humano de distinta naturaleza que el alma. Es la cárcel del alma. Ambos están unidos accidentalmente.

  • Sol. Es la suprema realidad del mundo físico que hace visible las cosas y es la causa del orden y de la vida del mundo físico En la caverna se corresponde con la hoguera y en el mundo de las Ideas se corresponde con la Idea de Bien.

  • Región visible. Es el mundo físico que se puede contemplar gracias a la luz del sol.

  • Mundo de lo opinable. Es el mundo de las realidades cambiantes, objeto de un conocimiento cambiante como es la opinión. A la opinión pertenece la imaginación que es un conocimiento de los reflejos y la creencia que versa sobre los objetos del mundo físico y sobre los objetos fabricados.

  • Causa. Se refiere Platón a la causalidad ejemplar que ejercen las Ideas respecto del mundo físico porque las cosas están a semejanza o imitación del modelo o paradigma que son las Ideas.

  • Imitación. Las ideas ejercen una causalidad ejemplar respecto del mundo físico es decir, las cosas son copia o imitación más o menos perfecta de las Ideas.

  • Conocimiento. La representación de un objeto. Los dos modos fundamentales de conocer son la opinión y la ciencia. Platón habla de grados de conocer y tiene un carácter ascensional. Recuerda la alegoría de la línea dividida en segmentos.

  • Ciencia es un conocimiento universal, fijo, riguroso, razonado acerca de objetos inteligibles. Para Platón existen dos clases de ciencias: las matemáticas, propias de la razón discursiva, que son propedéuticas o preparatorias y la dialéctica que es la ciencia suprema obra de la inteligencia pura (noesis) y se caracteriza por ser un conocimiento intuitivo.

  • Recuerdo. Es uno de los modos de conocer para Platón y consiste en evocar, con ocasión de los seres del mundo físico, las ideas que el alma contempló en el inteligible.

  • Dialéctica. Puede ser entendida como método y como ciencia. Es la ciencia suprema para Platón. Es obra de la inteligencia pura (nous). No recurre a lo sensible ni da por supuestas hipótesis y se caracteriza por el conocimiento intuitivo que apunta a las Ideas hasta llegar la Idea de Bien (Fundamento último incondicionado). Tiene un momento ascendente y un momento descendente. Constituye el fin del proceso de la educación platónica y es el fundamento de la ética y de la política.

  • Inteligencia pura (nous, noesis). Es la facultad propia de la dialéctica, la ciencia suprema. No recurre a lo sensible y se caracteriza por un conocimiento intuitivo de las ideas que culmina en la idea de Bien.

  • Ciencias o artes. Platón se refiere a la Aritmética, Geometría, Astronomía y la Música. Son ciencias porque estudian objetos inteligibles, fijos pero son ciencias imperfectas porque no llegan al ser, a la idea de Bien; simplemente lo sueñan son algo intermedio entre la opinión y la ciencia perfecta que es la dialéctica. Por otra parte, dan por supuestas hipótesis. Platón reconoce que tienen un valor preparatorio en proceso educativo que culmina en la dialéctica.

  • Razón discursiva (dianoia). Es 1a razón propia de las matemáticas: recurre a elementos sensibles, da por supuestas hipótesis y avanza por deducciones (discurrere) hasta llegar a una conclusión. Discursivo se opone a intuitivo.

  • Hipótesis. Son nociones que se dan por supuestas, que no necesita explicar y que considera evidentes. Las matemáticas dan por supuestas determinadas nociones como la existencia de números pares e impares, etc. Hipótesis significa, en la dialéctica, algo fundamental que necesita un último fundamento en la Idea de Bien.

  • Opinión. Es un conocimiento cambiante, relativo que apunta a los objetos del mundo sensible.

  • Creencia. Es una opinión que no se justifica por un razonamiento riguroso a apuntar a objetos sensibles y objetos artificiales fabricados. Es el conocimiento de la Física.

  • Conjetura o imaginación. Es el grado más imperfecto de conocimiento que interprete reflejos o imágenes

  • Imagen. Es la sombra o reflejo de un objeto sensible.

  • Física. Estudia los objetos del mundo sensibles que no son fijos y estables. Por eso, no es propiamente ciencia.

  • Educación. No es introducir abundantes conocimientos en la mente del educando (como defendían los sofistas) sino liberarlo de las cadenas del error y convertir y orientar el ojo del alma (inteligencia) desde las sombras hacia, la verdadera realidad que son las Ideas. Consulta los apuntes acerca de la educación: semejanza con Sócrates, educación y justicia, el programa de educación.

  • Liberación. Es el primer momento del proceso de la educación. El prisionero es liberado de las cadenas del error y de la ignorancia y puede iniciar el ascenso y conversión a la verdadera realidad.

  • Conversión. Es el segundo momento del proceso de la educación y consiste en orientar el ojo del alma (inteligencia) hacia la verdadera realidad, hacia las Ideas.

  • Justicia. Es la virtud fundamental de la ética y política platónicas. Como virtud ética, es el orden o armonía que deriva de la regulación de cada una de las almas por su correspondiente virtud. Como virtud del Estado, es el orden o armonía que deriva de que cada clase o grupo social realice sólo la función para la que está capacitado.

  • Ley. Es el conjunto de normas que rigen una polis y constituyen el fundamento del orden. La ley tiene para los griegos un carácter sagrado.

Platón

…una añoranza de regresar a la verdadera morada del alma…

A la mañana siguiente, Sofia se despertó de golpe. Sólo eran poco más de las cinco, pero se sentía tan despejada que se sentó en la cama.

¿Por qué llevaba el vestido puesto? De repente, recordó todo. Sofia se subió a un escabel y miró el estante superior del armario. Pues sí, alli estaba la cinta de video. Entonces, no había sido un sueño; al menos, no todo.

¡Pero no podía haber visto a Platón y a Sócrates ¡Bah, ya no tenía ganas de pensar más en ello. Quizás su madre tuviera razón en que estaba un poco ida últimamente.

No consiguió volverse a dormir. Quizás debería bajar al Callejón, a ver si el perro había dejado otra carta.

Sofia bajó la escalen de puntillas, se puso las zapatillas de deporte y salió al jardín.

Todo estaba maravillosamente luminoso y tranquilo. Los pajarillos cantaban con tanta energía que Sofia estuvo a punto de echarse a reír. Por la hierba se deslizaban las minúsculas go-tas de cristal del rocío de la mañana.

Un vez niás se le ocurrió pensar que el mundo en un increíble milagro.

Se notaba humedad dentro del viejo seto. Sofia no vio ningún sobre nuevo del filósofo, pero, de todos modos, secó un tocón muy grande y se sentó.

Se acordó de que el Platón del vídeo le había dado unos ejercicios. Primero, algo sobre cómo un pastelero en capaz de hacer cincuenta pastas totalmente iguales.

Sofia tuvo que pensarlo mucho, porque le parecía una verdadera hazaña poder hacer cincuenta pastas iguales. Cuando su madre, alguna que otra vez, hacía una bandeja de rosquillas berlinesas, ninguna salía completamente idéntica a otra. Claro, que no en una pastelera profesional, pues a veces lo hacía sin mucha dedicación. Pero tampoco las pastas que compraban en la tienda eran totalmente iguales entre si. Cada pasta había sido formada por las manos del pastelero, ¿no?

De pronto, se dibujó en la cara de Sofia una astuta sonrisa. Se acordó de una vez en que ella y su padre habían ido al centro, mientras la madre se había quedado en casa, haciendo pastas de navidad. Cuando volvieron, se encontraron con un montón de pastas a la pimienta, con forma de hombrecitos, extendidas por toda la mesa de la cocina. Aunque no eran todas igual de perfectas, sí que eran de alguna manera, totalmente iguales. ¿Ypor qué? Naturalmente, porque la madre había utilizado el mismo «molde" para todas las pastas.

Tan satisfecha se sintió Sofia de haberse acordado de las pastas a la pimienta que dio por acabado el primer ejercicio. Cuando un pastelero hace cincuenta pastas completamente iguales es porque utiliza el mismo molde para todas. ¡Y ya está!

Luego, el Platón del vídeo había mirado directamente a la cámara, y había preguntado por qué todos los caballos son iguales. Pero eso no en verdad. Sofia diría más bien lo contrario, que no había ningún caballo totalmente idéntico a otro, de la misma manea que no había dos personas completamente iguales.

Estuvo a punto de renunciar a solucionar ese ejercicio, pero, de pronto, se acordó de cómo había razonado con las pastas a la pimienta. Al fin y al cabo, tampoco las pastas eran totalmente iguales, algunas eran más gorditas que otras, otras estaban rotas. Y, sin embargo, para todo el mundo estaba claro que, de alguna manera, eran «totalmente iguales".

Quizás la intención de Platón era preguntar por qué un caballo era un caballo, y no algo entre caballo v cerdo. Porque aunque algunos caballos fueran pardos como los osos, y otros blancos como los corderos. todos tenían algo en común. Sofía no había visto jamás por ejemplo un caballo con seis u ocho patas.

¿Pero no habría querido decir Platón que lo que hace a todos los caballos idénticos es que han sido formados con el mismo molde?

Luego, Platón había hecho una pregunta muy importante v muv difícil. ¿Tiene el ser humano un alma inmortal? Sofía no se sentía capacitada para contestar a esa pregunta. Sólo sabía que el cuerpo muerto era incinerado o enterrado v que así no podía tener ningún futuro. Si uno opinaba que el ser humano tenía un alma inmortal, también tenía que pensar que el ser humano está compuesto por dos partes totalmente distintas: un cuerpo, que al cabo de algunos años se agota y se destruye, y un alma, que opera más o menos independientemente del cuerpo. La abuela había dicho una vez que era sólo el cuerpo el que envejecía. Interiormente, había sido siempre la misma muchacha.

Lo de «muchacha» condujo a Sofía a la ultima pregunta. ¿Los hombres y las mujeres tienen la misma capacidad de razonar? No estaba ella muy segura. Dependía de lo que Platón quisiera decir con «razonar».

De pronto, se acordó de algo que había dicho el profesor de filosofía sobre Sócrates. Sócrates había señalado que todos los seres humanos pueden llegar a entender las verdades filosóficas si utilizan su razón. Pensaba, además, que un esclavo tenía la misma capacidad de razonar que un noble para poder so)lucionar preguntas filosóficas. Sofía estaba convencida de que Sócrates habría dicho que mujeres y hombres tienen la misma capacidad de razonar.

Sentada meditando oyó de repente ruidos en el seto v alguien que respiraba como una máquina de vapor. Al instante apareció en el callejón el perro amarillo. Llevaba un sobre grande en la boca.

-¡Hermes! -exclamó Sofía-. ¡Muchas gracias!

El perro dejó caer el sobre en las rodillas de Sofía, que estiró la mano para acariciarle.

-Hermes, buen perro. – dijo

El perro se tumbo delante de ella se dejo acariciar. Pero al cabo de unos minutos se levanto y se dispuso a desaparecer entre el seto por el mismo camino por el que había llegado. Sofía le siguió con el sobre amarillo en la mano. El perro se giró un par de veces gruñendo, pero Sofía no se dio por vencida. Encontraría al filósofo aunque tuviera que correr hasta Atenas.

El perro apresuró el paso y pronto se metió por un estrecho sendero. Tambien Sofía aumento la velocidad pero cuando había corrido durante un par de minutos el perro se paro y se puso a ladrar como un perro guardian. Sofía no se dio por vencida todavía y aprovecho la oportunidad para acercarse aun mas.

Hermes siguio a toda prisa por el sendero. Sofía tuvo que

reconocer finalmente que no era capaz de alcanzarlo. Durante un largo rato se quedó parada escuchando cómo se alejaba. Al final, todo quedó en silencio.

Sofía se sentó sobre un tocón delante de un pequeño claro en el bosque. En la mano tenía un sobre grande. Lo abrió, sacó varias hojas escritas a máquina, y empezó a leer.

La Academia de Platón

¡Qué bien lo pasamos juntos, Sofía! En Atenas, quiero decir, de esa forma, al menos, me he presentado. Como también te presenté a Platón, podemos ir directamente al grano.

Platón (427-347 a. de C.) tenía 29 años cuando a Sócrates le obligaron a vaciar la copa de veneno. Era discípulo de Sócrates desde hacía mucho tiempo, y siguió el proceso contra éste muy de cerca. El hecho de que Atenas fuera capaz de condenar a muerte a su ciudadano más noble, no sólo le causó una hondisima impresión, sino que decidiría la dirección que tomaría toda su actividad filosófica.

Para Platón, la muerte de Sócrates constituía una clara expresión del contraste que puede haber entre la situación fáctica de la sociedad y lo que es verdadero o ideal. La primera acción de Platón como filósofo fue publicar el discurso de defensa de Sócrates. En el discurso se refiere a lo que Sócrates dijo al gran jurado.

Te acordarás de que el propio Sócrates no escribió nada. Muchos de los filósofos presocráticos si habían escrito, el problema es que la mayoría de esos escritos se han perdido. En lo que se refiere a Platón, se cree que se han conservado todas sus obras principales. (Aparte del discurso de defensa de Sócrates, Platón escribió una colección entera de cartas, y treinta y cinco diálogos filosóficos.) El hecho de que estos escritos hayan sido conservados se debe, en gran parte, a que Platón fundó su propia escuela de filosofía fuera de Atenas. La escuela estaba situada en una arboleda que debía su nombre al héroe mitológico griego Academo. Por lo tanto, la escuela de filosofía de Platón adquirió el nombre de Academia. (Desde entonces se han fundado miles de por todo el mundo. Incluso hoy hablamos de los y de .)

En la Academia de Platón se enseñaba filosofía, matemáflcas y gimnasia. Aunque no sea, quizás, la palabra adecuada, ya que también en la Academia de Platón la conversación viva era lo más importante. Por lo tanto, no es una casualidad que el diálogo llegara a ser la forma escrita de Platón.

Lo eternamente verdadero, lo

eternamente hermoso y lo eternamente

bueno

Al principio de este curso de filosofía te dije que, a menudo, resulta muy útil preguntarse a uno mismo cuál es el proyecto de un determinado filósofo. De modo que ahora pregunto: ¿qué era lo que a Platón le interesaba averiguar ante todo?

Resumiendo mucho, podemos decir que a Platón le interesaba la relación entre lo eterno y lo inalterable, por un lado, y lo que fluye, por el otro. (¡Es decir, exactamente igual que a los presocráticos!) Luego dijimos que los sofistas y Sócrates abandonaron las cuestiones de la filosofía de la naturaleza, para interesarse más por el ser humano y la sociedad. Si eso es verdad, pero también los sofistas y Sócrates se interesaban, en cierto modo, por la relación entre lo eterno y lo permanente, por un lado, y lo que fluye, por el otro. Se interesaron por esta cuestión en lo que se refiere a la moral de los seres humanos, y a los ideales o virtudes de la sociedad. Muy resumidamente, se puede decir que los sofistas pensaban que la cuestión de lo que es bueno o malo, es algo que cambia de ciudad en ciudad, de generación en generación, es decir que la cuestión sobre lo bueno y lo malo es algo que . Sócrates no podía aceptar este punto de vista, y opinaba que había unas reglas totalmente básicas y eternas para lo que es bueno y lo que es malo. Mediante nuestra razón podemos, todos los seres humanos, llegar a conocer esas normas inmutables,pues precisamente la razón de los seres humanos es algo eterno e inmutable.

¿Me sigues, Sofía? Estamos llegando a Platón. A él le interesa lo que es eterno e inmutable en la naturaleza y lo que es eterno e inmutable en cuanto a la moral y la sociedad. De hecho, para Platón, éstas son una misma cosa. Intenta captar una propia eterna e inmutable. Y, a decir verdad, precisamente para eso tenemos a los filósofos. No están para elegir a la chica más guapa del año, ni los tomates más baratos del jueves (razón por la cual no son siempre tan famosos>.

Los filósofos suelen fruncir el ceño ante asuntos tan vanos y tan "de actualidad". Intentan señalar lo que es eternamente "verdadero", eternamente "hermoso", y eternamente "bueno".

Con esto tenemos, al menos, una vaga idea del proyecto filosófico de Platón. A partir de ahora, miraremos las cosas una por una. Intentaremos entender un razonamiento que dejó profundas huellas en toda la filosofía europea posterior.

El mundo de las Ideas

Tanto Empédocles como Demócrito hablan señalado que todos los fenómenos de la naturaleza fluyen, pero que, sin embargo, tiene que haber que nunca cambie ( o

Platón opinaba que todo lo que podemos tocar y sentir en la naturaleza fluye. Es decir, según él, no existen unas pocas que no se disuelven. Absolutamente todo lo que pertenece al mundo de los sentidos está formado por una materia que se desgasta con el tiempo. Pero, a la vez, todo está hecho con un eterno e inmutable.

¿Lo entiendes? Ah, ¿no…?

¿Por qué todos los caballos son iguales, Sofia? A lo mejor piensas que no lo son en absoluto. Pero hay algo que todos los caballos tienen en común, algo que hace que nunca tengamos problemas para distinguir un caballo de cualquier otro animal. El caballo individual , claro está. Puede ser viejo, cojo, y, con el tiempo, se pondrá enfermo y morirá. Pero el es eterno e inmutable.

Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no es una física. Lo que es eterno e inmutable son los modelos espirituales o abstractos, a cuya imagen todo está moldeado.

Déjame precisar: los presocráticos habían dado una explicación, más o menos razonable, de los cambios en la naturaleza sin tener que presumir que algo de verdad. En medio del ciclo de la naturaleza, hay algunas partes mínimas que son eternas e inmutables y que no se disuelven, pensaban ellos. ¡Muy bien, Sofía! Digo muy bien, pero no podían explicar cómo estas , que alguna vez habían sido las piezas para construir un caballo, de pronto pueden juntarse para formar un completamente nuevo, unos tres o cuatrocientos años más tarde. O formar un elefante, por usar otro ejempío, o un cocodrilo. Lo que quiere decir Platón es que los átomos de Demócrito nunca pueden llegar a converti rse en un o un . Precisamente, esto fue lo que puso en marcha su reflexión filosófica.

Si ya estás entendiendo lo que quiero decir, puedes saltarte este apartado. Para estar seguro, voy a precisar: tienes una serie de piezas del lego y construyes con ellas un caballo. Luego lo deshaces y vuelves a meter las piezas en una caja. No puedes esperar que surja un caballo completamente nuevo con sólo sacudir la caja que contiene las piezas. ¡Cómo iban a poder las piezas arreglárselas por su cuenta para volver a convertirse en caballo! No, eres tú la que tienes que volver a construir el caballo, Sofía. Y lo logras gracias a una imagen que tienes en tu cabeza del aspecto del caballo. Es decir: el caballo de lego está moldeado según un modelo que queda inalterado de caballo en caballo.

¿Solucionaste lo de las cincuenta pastas idénticas? Supongamos que caes al mundo desde el espacio y que jamás has visto una pastelería. De repente, te topas con una de aspecto tentador, y ves, sobre un mostrador, cincuenta pastas idénticas. Supongo que te habrías roto la cabeza, preguntándote cómo era posible que fueran todas idénticas. Sin embargo puede ser que alguna de ellas careciera de algo que tuvieran las demás. Si eran figuras, puede que a una le faltara un brazo y a otra un trozo de cabeza, y que una tercera tuviera, a lo mejor, un bulto en la tripa. Tras pensarlo detenidamente, llegarías, no obstante, a la conclusión de que todas las pastas tenían un denominador común. Aunque ninguna fuera totalmente perfecta, se te ocurriría pensar que deben de tener un origen común. Te darías cuenta de que todas las pastas están hechas con el mismo molde. Y hay más Sofía, hay algo más: ahora tendrás un fuerte deseo de ver ese molde. Pues es evidente que el propio molde tiene que ser muchísimo más perfecto y, en cierto modo, más hermoso que ninguna de esas frágiles copias.

Si lograste solucionar este problema por tu cuenta, entonces solucionaste un problema filosófico exactamente de la misma manera que Platón. Como la mayoría de los filósofos, él (aterrizó desde el espacio..) (Se sentó en el último extremo de uno de los finos pelos de la piel del conejo.) Le extrañó cómo todos los fenómenos de la naturaleza podían ser tan iguales entre ellos, y llegó a la conclusión de que debía de haber un reducido número de moldes que se encuentran "detrás de" todo lo que vemos a nuestro alrededor. A estos moldes Platón los llamó Ideas. Detrás de todos los caballos, cerdos y seres humanos, se encuentra la "idea de caballo", la "idea de cerdo" y la "idea de ser humano". (De la misma manera que el pastelero antes mencionado puede tener pastas con forma de hombres, de cerdos y de caballos; pues un buen pastelero tendrá más de un molde. No obstante, basta con un solo molde para cada clase de pastas.)

Conclusión: Platón pensaba que tenía que haber una realidad detrás "del mundo de los sentidos", y a esta realidad la llamó el mundo de las Ideas. Aquí se encuentran las eternas e inmutables "imágenes modelo", detrás de los distintos fenómenos con los que nos topamos en la naturaleza. A este espectacular concepto lo llamamos la teoría de las Ideas de Platón.

El conocimiento seguro

Hasta aquí me habrás seguido, querida Sofia. Pero a lo mejor te preguntas si Platón pensaba así de verdad. ¿Pensaba verdaderamente que tales moldes existen en una realidad completamente diferente?

No lo opinó tan literalmente durante toda su vida, pero, al menos en algunos de sus diálogos hay que entenderlo así. Intentaremos seguir su argumentación.

Como ya he dicho, el filósofo intenta captar algo que sea eterno e inmutable. No resultaría muy útil escribir una tesis filosófica sobre, digamos, la existencia de una determinada pompa de jabón. En primer lugar, no habría tiempo para estudiarla bien antes de que desapareciera de pronto, y, en segundo lugar, sería difícil vender una tesis filosófica sobre algo que nadie ha viSto, y que, además, sólo ha existido durante cinco segundos.

Platón pensaba que todo lo que vemos a nuestro aírededor en la naturaleza, es decir, todo lo que podemos sentir y tocar, puede compararse con una pompa de jabón. Porque nada de lo que existe en el mundo de los sentidos permanece. Evidentemente, sabes que todos los seres humanos y todos los animales se disuelven y mueren, antes o después. Pero incluso un bloque de mármol se altera y se desintegra lentamente. (¡La Acrópolis está en ruinas, Sofía!). (Escandaloso, digo yo, pero ésa es la realidad.) Lo que dice Platón es que no podemos saber nada con seguridad sobre algo que cambia constantemente. Sobre lo que pertenece al mundo de los sentidos, es decir, lo que podemos sentir y tocar, sólo podemos tener ideas o hipótesis poco seguras. Sólo podemos tener conocimientos seguros de aquello que vemos con la razón.

De acuerdo, Sofía, me explicaré mejor. Una sola pasta con figura de hombre puede resultar tan imperfecta, después de todos los procesos de elaboración, que resulte difícil ver lo que pretende ser. Pero después de haber visto veinte o treinta pastas de ese tipo, que pueden ser más o menos perfectas, sabré con mucha certeza cómo es el molde, incluso aunque nunca lo haya visto. Ni siquiera es seguro que conviniera ver el propio molde con los ojos, pues no podemos fiarnos siempre de nuestros sentidos. La propia facultad visual puede variar de una persona a otra. Sin embargo, podemos fiarnos de lo que nos dice la razón, porque la razón es la misma para todas las personas.

Si te encuentras en un aula del colegio en compañía de otros treinta alumnos, y el profesor pregunta cuál es el color más bonito del arco iris, seguramente obtendrá muchas respuestas diferentes. Pero si os pregunta cuánto es 8 por 3, entonces la clase entera debe llegar al mismo resultado, pues, en este caso, se trata de un juicio emitido por la razón, y, de alguna manera, la razón es lo contrario de las opiniones y los pareceres. Podríamos decir que la razón es eterna y universal precisamente porque sólo se pronuncia sobre asuntos eternos y universales.

A Platón le interesaban mucho las matemáticas, porque las relaciones matemáticas jamás cambian. Por lo tanto, es algo sobre lo que tenemos que tener conocimientos ciertos. Veamos un ejemplo: imagínate que te encuentras en la naturaleza con una piña completamente redonda. A lo mejor dices que te "parece" redonda, mientras que tu amiga Jorunn dice que está un poco aplastada por un extremo. (¡Y empezáis a pelearos!) Pero no podéis tener conocimientos seguros sobre algo que veis con los ojos. Por otra parte, podéis estar totalmente seguras de que la suma angular de un circulo es 360º. En este caso, os pro-nunciáis sobre un circulo ideal, que a lo mejor no se encuentra en la naturaleza, pero que, en cambio, es fácil de visualizar en la cabeza. (Estáis diciendo algo sobre el molde de las pastas, y no sobre una pasta cualquiera de la mesa de la cocina.)

Hagamos un breve resumen: sólo podemos tener ideas vagas sobre lo que sentimos, pero si podemos conseguir conocimientos ciertos sobre aquello que reconocemos con la razón. La suma de los ángulos de un triángulo es 180º siempre. De la misma manera, la "idea" de caballo tendrá cuatro patas, aunque todos los caballos del mundo de los sentidos se volviesen cojos.

Un alma inmortal

Acabamos de ver que Platón pensaba que la realidad está dividida en dos.

Una parte es el mundo de los sentidos, sobre el que sólo podemos conseguir conocimientos imperfectos utilizando nuestros cinco sentidos (aproximados e imperfectos). De todo lo que hay en el mundo de los sentidos, podemos decir que "todo fluye" y que nada permanece. No hay nada que sea en el mundo de los sentidos, solamente se trata de un montón de cosas que surgen y perecen.

La otra parte es el mundo de las Ideas, sobre el cual podemos conseguir conocimientos ciertos, mediante la utilización de la razón. Por consiguiente, este mundo de las Ideas no puede reconocerse mediante los sentidos. Por otra parte, las Ideas son eternas e inmutables.

Según Platón, el ser humano también está dividido en dos partes. Tenemos un cuerpo que "fluye", y que, por lo tanto, está indisolublemente ligado al mundo de los sentidos, y acaba de la misma manera que todas las demás cosas pertenecientes al mundo de los sentidos (como por ejemplo una pompa de jabón). Todos nuestros sentidos están ligados a nuestro cuerpo y son, por tanto, de poco fiar. Pero también tenemos un alma inmortal, la morada de la razón. Precisamente porque el alma no es material puede ver el mundo de las Ideas.

Ya he dicho casi todo. Pero hay algo más, Sofía. ¡Te digo que HAY ALGO MÁS!

Platón pensaba, además, que el alma ya existía antes de meterse en un cuerpo. Érase una vez cuando el alma se encontraba en el mundo de las Ideas. (Estaba en la parte de

arriba del armario, junto con todos los moldes para las pastas.) Pero en el momento en que el alma se despierta dentro de un cuerpo humano, se ha olvidado ya de las Ideas perfectas. Entonces, algo comienza a suceder, se inicia un proceso maravilloso. Conforme el ser humano va sintiendo las formas en la naturaleza, va teniendo un vago recuerdo en su alma. El ser humano ve un caballo, un caballo imperfecto, pero eso es suficiente para despertar en el alma un vago recuerdo del perfecto que el alma vio en el mundo de las Ideas. Con esto, se despierta también una añoranza de regresar a la verdadera morada del alma. A esa añoranza Platón la llama eros, que significa . Es decir, el alma siente una por su verdadero origen. A partir de ahora, se vive el cuerpo y todo lo sensible como algo imperfecto e insignificante. Sobre las alas del amor volará el alma , al mundo de las Ideas, donde será librada de la .

Me apresuro a recalcar que lo que Platón describe aquí es un ciclo humano ideal, pues no todos los seres humanos dan rienda suelta al alma y permiten que inicie el viaje de retorno al mundo de las Ideas. La mayoría de las personas se aferra a los de las Ideas en el mundo de los sentidos. Ven un caballo y otro caballo, pero no ven aquello de lo que todos los caballos son solamente malas copias. (Entran corriendo en la cocina y se lanzan sobre todas las pastas, sin preguntarse siquiera de dónde proceden esas pastas.) Lo que describe Platón es el . Su filosofía puede entenderse como una descripción de la actividad filosófica.

Cuando ves una sombra, Sofia, también tú pensarás que tiene que haber algo que la origina. Ves la sombra de un animal. Quizás sea un caballo, piensas, sin estar del todo segura. Luego te giras y ves el verdadero caballo, que es infinitamente más hermoso y su silueta mucho más nítida que la inestable «sombra del caballo». PLATÓN OPINABA QUE, DE LA MISMA MANERA, TODOS LOS FENÓMENOS DE LA NATURALEZA SON SOLAMENTE SOMBRAS DE LOS MOLDES O IDEAS ETERNAS. No obstante, la gran mayoría de los seres humanos está satisfecha con su vida entre las sombras. No piensan en que tiene que haber algo que origina las sombras. Creen que las sombras son todo, no viven las sombras como sombras. Con ello, también se olvidan de la inmortalidad de su propia alma.

El camino que sube de la oscuridad

de la caverna

Platón cuenta una parábola que ilustra precisamente lo que acabamos de describir. La solemos llamar el mito de la caverna.

La contaré con mis propias palabras.

Imagínate a unas personas que habitan una caverna subterránea. Están sentadas de espaldas a la entrada, atadas de pies y manos, de modo que sólo pueden mirar hacia la pared de la caverna. Detrás de ellas, hay un muro alto, y por detrás del muro caminan unos seres que se asemejan a las personas. Levantan diversas figuras por encima del borde del muro. Detrás de estas figuras, arde una hoguera, por lo que se dibujan sombras llameantes contra la pared de la caverna. Lo único que pueden ver esos moradores de la caverna es, por tanto, ese «teatro de sombras». Han estado sentados en la misma postura desde que nacieron, y creen, por ello, que las sombras son lo único que existe.

Partes: 1, 2, 3
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