El Enredo de las Redes. Un Análisis Crítico de M. Castells
Enviado por Claudio Katz
- El enredo de las redes
- Bancos y empresas
- El "capital global"
- Flujos y atemporalidades
- Cambios y permanencias
Se presenta un estudio del reciente ensayo "La era de la información", centrando la discusión en el concepto red. Se destacan las variadas acepciones del término, objetando su aplicación tecnologista al estudio de los procesos sociales. Se cuestiona la desatención al papel de la propiedad en la caracterización de los flujos informativos. Se debate la interpretación virtualista de las redes financieras y productivas, planteando las ventajas de un enfoque basado en la lógica del capital.
Se puntualizan los problemas que presentan las nociones "sociedad-red" y "economía informacional global". Se polemiza con las visiones de la "fragmentación del trabajo", que desconocen los elementos cohesionadores de la actividad de los asalariados. Se discuten los criterios espaciales y temporales utilizados para fundamentar la existencia de una "cultura de la virtualidad real". Se precisa cuales son los principios básicos del capitalismo que deben ser tomados en cuenta para avanzar en la comprensión de los cambios económicos y sociales contemporáneos.
EL ENREDO DE LAS REDES
El reciente libro de Manuel Castells asume el ambicioso proyecto de conceptualizar las principales características sociales y económicas de la época actual. Por eso sus presentadores comparan el ensayo con la obra de Max Weber (Giddens) y afirman que será "un clásico del siglo XXI" (Touraine). El principal aporte del libro es su intento de análisis totalizador. Presenta una selección temática muy adecuada de los problemas que debe abordar la investigación de la sociedad contemporánea y ofrece una descripción sólida y original de cada uno de los aspectos de este análisis.
De los tres tomos previstos ha sido editado en español el primer volúmen. La caracterización del capitalismo actual gira en torno de la noción de red y por eso el sub-título del texto es "la sociedad red".
Castells define a la red como "un conjunto de nodos (puntos en que una curva se intersecta a sí misma) interconectados". Señala que "una nueva morfología social" de todos los procesos y funciones se organiza en torno a la red y se conecta a través de los "conmutadores". Este enjambre constituye el centro del poder en la sociedad actual.
Las redes enlazan instituciones, mercados, organismos, empresas y medios de comunicación en un misma "dinámica de flexibilidad" y "lógica de interconexión". La situación de cada individuo depende tanto de su "inclusión" en la red, como del lugar que ocupa en esta estructura.
A través de la red se transmite la información que sirve para alimentar la generación del conocimiento. La "nueva economía informacional" se basa en estos recursos y a diferencia del industrialismo, ya no se fundamenta en la maximización del producto. El "informacionalismo" se asienta en dos pilares económicos: la "red financiera" y la "empresa-red". En la primera se realizan las operaciones monetarias que abarcan a todo el planeta en tiempo real. La segunda permite a las corporaciones transnacionales comandar la actividad productiva, mediante su control de los enlaces inter-empresarios que vinculan a los proveedores, los productores y los clientes en coaliciones y acuerdos tecnológicos. El éxito de cada corporación depende del tendido de estos sistemas de interconexión.
La nueva economía informacional es "global" en la medida que los grandes bancos y las corporaciones participan de una misma "meta-red" internacionalizada del capital. Unicamente las empresas que desarrollan estas redes mundiales son dominantes.
Castells considera que las redes centralizan la circulación internacional del capital y al mismo tiempo fragmentan la acción del trabajo y reducen su influencia al ámbito local. Al quedar fracturado en actividades calificadas y degradadas, el trabajo se individualiza y debilita frente al capital. Los trabajadores taylorizados están siempre al borde de quedar excluidos de la red y con ello de cualquier participación en la vida social. La fractura entre el "trabajo informacional y el devaluado" provoca la segmentación social en los países avanzados y la desconexión de varias regiones del mundo del bienestar.
El intercambio directo de la información a través de la red elimina el distanciamiento geográfico. Los lugares quedan absorbidos por el flujo de las comunicaciones directas y el significado de cada localidad ya no depende de la contiguidad física, sino de su ubicación en la red. Como por otra parte las transaccciones financieras se realizan en segundos, los tiempos de la empresas se flexibilizan y la jornada laboral se torna variable, aparece un nuevo tiempo aleatorio, que reemplaza al orden secuencial y cronológico.
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