Informe de Lectura de la obra "Introducción al Pensamiento Filosófico", de J. M. Bochénski.
J. M. Bochénski presenta en su obra "Introducción al pensamiento filosófico", 10 problemas fundamentales de la filosofía, y trata de abordarlos de una forma clara y concisa, tomando una posición determinada, discutiendo y reflexionando sobre estos problemas.
1. La Ley
Para empezar a hablar de las Leyes sobre las cuales se van a reflexionar, es menester definir de qué leyes se está hablando. Aquí vamos a reflexionar sobre las leyes en el sentido científico de la palabra. La ciencia continuamente establece leyes, y por medio de éstas, ha formado la técnica; pero realmente, la ciencia no conoce qué son las leyes. Se puede ver que el mundo posee muchas cosas* , pero todas estas cosas poseen unas cualidades comunes como: estar en un espacio (lugar), estar en un tiempo determinado, tener un origen y un final, estar sometidas al cambio, ser única e individual, tener una naturaleza determinada y poder dejar de existir.
Pero la ley no tiene ninguna de estas cualidades de las cosas, por el contrario, la ley debe cumplir lo siguiente: debe ser cierta en todas partes, no tener un origen ni tener fin (es atemporal), estar sometida a un cambio, ser general.
Ahora bien, el mundo en que habita el hombre, es un mundo distinto de la ley, pues es variable, está limitado por lo temporal y lo espacial, es perecedero, etc., pero este mundo está regulado por ellas. Ante la certeza de que existen las leyes, surge el problema filosófico. Surgen pues, varias respuestas sobre lo que es la ley. Unos afirman que las leyes son unos entes de razón, que existen en la conciencia del hombre. Tal es el pensamiento de David Hume, que según él, el hombre se crea la necesidad de las leyes porque constantemente las está utilizando.
Ahora, ¿por qué las leyes van a tener tanto valor si solamente son entes de razón? Ante esta afirmación, el autor dice que nuestro pensamiento crea el mundo mismo, y por ende, el hombre le impone sus propias leyes. También, estas leyes rigen al alma del hombre, el espíritu, que es algo distinto de la naturaleza, sin dejar de ser parte del mundo. Por lo tanto, este espíritu es temporal, espacial, mudable, contingente e individual. Y, si las leyes están en el espíritu, todavía queda la tarea de explicarlas; porque efectivamente, no son porción del espíritu, existen por fuera del espíritu. Entonces, se encuentra un obstáculo: si las leyes solamente pertenecen al espíritu ¿por qué influyen tanto en el mundo exterior? Por eso, es mejor tomar otro camino. Ahora se afirma que las leyes son algo que no dependen del espíritu, son independientes al hombre, y por ende, solamente puede conocerlas o no. Es así como podemos decir que, junto a lo real, hay algo que va más allá de ello, y son propiamente las leyes.
Existen pues, dos especies del ser: lo real y lo ideal. La ley posee a su vez dos interpretaciones: la positivista y la ideal. También hay que decir que los que reconocen el ente ideal, se dividen en distintas escuelas según la manera de concebirlo: en la primera, propuesto por Platón, lo ideal existe independientemente de lo real. En la segunda, lo ideal existe, pero no separado de lo real. Según esta escuela, las leyes solo se dan en el espíritu, pero estas están fundamentadas en las cosas, por eso, tienen el carácter de regir el mundo. Aquí encontramos a Aristóteles como exponente. En la tercera escuela, encontramos a Immanuel Kant, que no se niega que las leyes sean ideales, pero opina que lo ideal sólo se da en el pensamiento, y estas leyes ayudan a regir el mundo porque las cosas tienen una estructura originada por una especie de proyección de las leyes del pensamiento. En conclusión, las leyes son un problema eterno de la filosofía.
2. La Filosofía
Según Bochénski, todos los hombres son filósofos. Pero, para poder afirmar ésto, es necesario definir qué es la filosofía. Para este problema, se encuentran varias definiciones: la filosofía es un concepto para tratar todo aquello que no puede ser tratado científicamente. Aristóteles, afirma por el contario, que filosofía y ciencia significan lo mismo. En cuanto al quehacer filosófico, hoy la filosofía se plantea muchos más problemas que los tratados en los orígenes de ella. Aunque, hoy notamos un desprendimiento de las diversas disciplinas que en un inicio trabajó la filosofía, ésta no se debilita ni intenta morir, sino que se vigoriza y se enriquece más, pues puede trabajar los problemas con más profundidad. La filosofía no desaparecerá jamás, aun cuando de ella se desprendan muchas ciencias. Por eso, algunos opinan que la filosofía no es una ciencia. El objeto de la filosofía es lo supra racional, lo incomprensible, lo que se halla por encima de la razón.
Los pensadores de la filosofía poética afirman que si algo no puede comprenderse con la razón, entonces, no pueden comprenderse absolutamente. El hombre solo posee dos medios para conocer las cosas: entrando en contacto con el objeto por medio de los sentidos o de la inteligencia, o deduciéndolo.
El gran interés de los filósofos –en todas las épocas-, es explicar la realidad, que solo se logra interpretando racionalmente el objeto dado. Por eso, el filósofo es un hombre que piensa racionalmente y tratar de llevar a la verdad. La filosofía se presenta como una ciencia, una teoría, una actividad racional, que se vale de muchos medios (como la poesía y la prosa) para comunicar un pensamiento. Pero, la filosofía siempre ha sido una ciencia seria, una teoría. Pero, ¿cuál es terreno propio de la filosofía como ciencia?
Encontramos varias respuestas: la teoría del conocimiento (la posibilidad del conocimiento, los límites del conocimiento…) propuesta por Kant; los valores (lo que debe ser) propuesta por la escuela Suralemana; el hombre (qué es el hombre, el hombre como objeto propio de la filosofía antropológica) propuesta por los existencialistas; el lenguaje (estudio del lenguaje de las otras ciencias) propuesta por Wittgenstein. Cada uno defiende convincentemente sus opiniones, pero para Bochénski, no es bueno reducir la filosofía en una sola temática, en un solo terreno, la filosofía trata los mismos objetos que se ocupan las otras ciencias. Pero la filosofía se distancia de las demás ciencias por su método y su punto de vista.
El método usado por la filosofía es la razón, y no se ve limitado por los fenómenos ni por el empirismo. Se diferencia también por el punto de vista, porque la filosofía ve los límites y aspectos fundamentales (sentido y finalidad) de un objeto.
La filosofía fue, es, y seguirá siendo considerada como "ciencia universal", porque no se cierra a ningún campo y emplea todo los métodos que le sean posibles.
La filosofía pone casi todo en tela de juicio, donde trata de reflexionar entorno a los dificilísimos problemas de la ontología. Pero hay una certeza: el hombre está destinado a hacer filosofía.
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