Un Pavo Real en el reino de los pingüinos
1. La mayoría de las Empresas eran parecidas:
Los altos ejecutivos y los gerentes. A la vea que aspiraban a ascender en su empresa se les incitaba a ser lo mas parecidas posible a los pingüinos.
2. Las reglas y las normas eran claras desde el primer día.
De manera sutil y a veces no tan sutilmente, los pingüinos aconsejaban: ´´El que quiera triunfar tiene que ser como nosotros y punto´´.
Las aves que estaban interesadas en moverse dentro de la ley del mas fuerte esmeraban en portase como pingüinos.
Pero nunca llegarían a los puestos claves.
Los pingüinos eran jefes naturales, y eran ordenados, leales y podrían trabajar en su equipo; se sabia que anteponían los interesas de la empresa a sus asuntos personales. Las otras aves eran más volubles y menos confiables. Esto nunca se decía en voz alta, ni por escrito. Todos sabían que siempre había habían sido y seguirán siendo los mandamases.
Los mayores acostumbraban poner a los menores bajo su ala protectora y guiarlo por el camino del éxito.
Se notaba a leguas cuales eran los pingüinos importantes.
Todo era armonía siempre y cuando se aceptaran sus reglas. Las demás aves de la empresa sabían como debían obrar para que se sintieran cómodos y seguros.
Pero un día las cosas empezaron a cambiar en el reino los pingüinos…
A los mayores les dio por recorrer otros lugares, donde conocieron unas aves muy interesantes que les llamaron la atención por su capacidad gerencial, su experiencia y sus realizaciones.
´´Estas aves no son pingüinos –pensaron los mayores-, quizá podrían convertirse en pingüinos si la llevamos y las entrenamos a nuestro acomodo… Estas aves tan notables y extraordinarias podrán adaptarse a la forma de vida del reino de los pingüinos, y con su talento contribuir a que lleguemos aun mas lejos.
´´pero si a pesar de las circunstancias, nosotros hemos sido capases de salir adelante, quizá estas aves también puedan prosperar.
´´si son tan inteligentes como parecen, se acomodaran a nuestro clima y a nuestras costumbres´´
Y así fue como pedro el pavo real, llego al reino de los pingüinos… Pedro no tenía nada que ver con los pingüinos. Pedro era un pavo real llena de colorido, radiante y bullanguera, muy talentoso que había hecho muchas cosas importantes en su tierra. Sabía escribir, y manejaba bien sus presupuestos; era creativo, imaginativo, sensato y pensativo.
Los altos gerentes del reino de los pingüinos quedaron perplejos cuando conocieron a pedro, el pavo real. Era distinto –pensaban- pero sus logros profesionales eran impactantes, sus posibilidades fabulosas. Sin duda tenía un gran potencial.
Por su parte a pedro le interesaban los pingüinos por las maravillas que había leído y escuchado sobre su reino: la promesa de llegar a ser alguien y de hacer fortuna, y la satisfacción de formar parte de una empresa grande y poderosa.
Se trataba de un país rico, toda la aves estaban extremadamente bien pagadas.
´´en esta tierra mi futuro será mas brillante´´, pensó.
Los pingüinos y el pavo real llegaron a un acuerdo: el se iría a trabajar con ellos, y juntos lograrían grandes cosas.
Todo funciono a las mil maravillas. Los pingüinos estaban felices con su nuevo pupilo, quien se destacaba por los destellos de colores que despedía de ves en cuando.
Pedro estaba encantado con la novedad y la novelería. Los pingüinos lo tenían deslumbrando: ¡se veían tan importantes en sus trajes negro s con blanco, especialmente cuando se reunían para seminarios y cocteles!
¡Que trato!
¡Que modales!
Jamás había visto tanta ceremonia y cortesía
Al principio el pavo real se cuido se cuido de no hacer demasiada ostentación de su colorido natural. En su país le habían advertido como eran las reglas y el estilo del gobierno de los pingüinos. Mantenía las plumas recogidas la mayoría del tiempo, solo ocasionalmente las desplegaba toda su extensión y vistosidad, para impresionar a los pingüinos.
Quería que todo lo tomaran en cerio y tener éxito
Decidió doblegar su naturaleza hasta que tuviera seguridad de que los pingüinos los aceptaran totalmente. Tenia la esperanza que cuando lograra los resultados esperados, seria acogido sin reservas y entonces si podría pavonearse a su antojo y ser el mismo.
Las cosas eran muy distintas en el reino del aprendizaje, el sitio donde el había nacido.
Le país era muy poblado y bullicioso y el abundaba la competencia. Tenían que trabajar mucho, aprender rápido y ser ingeniosos, si querían salir adelante.
El lema del reino era: Imagina, Intenta, Prueba, ¡Realiza!
Todas aves se esforzaban por demostrar sus capacidades para ganarse un lugar bajo el sol.
No todo era paz en el reino del aprendizaje. A veces había roces y peleas, pero los conflictos y las diferencias se apreciaban porque creían que esa era la manera de poner a prueba las nuevas ideas. Se valían de la discusión, el debate y el enfrentamiento para introducir cambios y progresar.
Daba lo mismo ser pavo real que pingüinito, paloma o azulejo. Lo único importante era tener talento e inteligencia. La creatividad y las realizaciones eran los valores mas apreciados.
No obstante, el pavo real tenía que enfrentar retos muy difíciles desde que decidió dejar el reino del aprendizaje para irse a trabajar al reino de los pingüinos. Quería hacer las cosas bien y triunfar.
Se sentía halagado que los pingüinos, tan poderosos y llenos de prestigio, lo hubiera alistado en sus filas, y quería caerles bien.
Aprendió a caminar, hablar y a moverse como pingüino.
´´Que raro –decía- ¡todos son idénticos!´´
El pavo real estaba confundido y desconcertado.
Y a medida que fue pasando el tiempo empezaron los problemas… Su voz del pavo real era muy fuerte. Los pingüinos hablan en voz baja y con tonos modulados. Cuanto más duro trabajaba y más logros cosechaban mas resaltaban sus plumas. Para todos el pavo real era talentoso y productivo, y estaban contentos con los resultados de su trabajo, pero su naturaleza llamativa y vistosa incomodaba a algunos pingüinos mayores. Otros estaban encantados de tener entre ellos a nueva extraña ave. La consideraban como ´´sopo de aire fresco´´ y la acogieron con entusiasmo.
Algunos pingüinos jóvenes empezaron a especular cuanto mas duraría el pavo real en el reino de los pingüinos. Viendo lo poco pingüino que era, se preguntaban hasta cuanto lo tolerarían los mayores.
Un par de pingüinos de mayores trato de tomarlos e instruirlo:
-nos gusta tu trabajo pero hay que uno otro viejo incomodo con tu apariencia. ¿Por qué no te pones un traje de pingüino a ver si te pareces más a nosotros?
-no me queda bueno –les contesto Pedro-. Me aprieta. Y si no estoy cómodo no puedo trabajar.
Los mayores insistieron:
-entonces, pintas las plumas de negro y blanco como las nuestras, por lo menos no te veras tan distinto.
Trabajo mucho y soy eficiente. ¿Por qué no se fijan en mi trabajo en vez de preocuparse por mis plumas? ¿no son mas importantes mis logros que mi aspecto?
Te espera un futuro brillante solo tienes que portarte como nosotros para que los viejos se sientan mejor.
-ponte el traje de pingüino habla con suavidad y da pasos mas cortos, trata de ser como el resto de nosotros.
Sus palabras lo herían a pesar de que se daba cuenta de sus buenas intenciones.
-¿Por qué no puedo ser como soy? ¿Por qué tengo que cambiar para que ustedes me acepten? Aquí las cosas son así y así son el mar de las empresas.
Tuvo sospecha de que podría tener razón pero en el fondo de su corazón no quería aceptarlo. Les dio las gracias y se fue a reflexión.
Pasaban los meses, el seguía discutiendo su dilema con otras aves de confianza.
También habían sido contratadas por la misma época que pedro había llegado al reino de los pingüinos.
Muchas estaban atravesando la misma crisis…
Eduardo, el águila, a el también lo estaban presionando par que cambiara.
Era inteligente y fuerte, muy hábil en su trabajo y hasta usaba usaba el vestido de pingüino que exigían. Pero no hablaba ni se comportaba como pingüino, cosa que molestaba a los viejos.
Se avergonzaban de sus expresiones, lo mandaron a una universidad de gran prestigio, donde había un programa de entrenamiento especial para pingüinos ejecutivos.
No sirvió de nada.
No podía dejar de ser el mismo.
Helena, la gavilana, era hermosa y estaba llena de energía; inteligente, aguda y agresiva; hábil cazadora y con un instinto de competencia feroz.
A veces ponía algo más de color a su vestido de pingüino, pero era soportable.
Trato de adaptarse al estilo de los pingüinos pero su naturaleza de gavilán siempre salía a flote.
Miguel el pájaro burlón. Era excepcionalmente brillante, creativo, imaginativo, impulsivo, a quien le atraían las ideas vanguardia.
Pero miguel muy pronto se dio cuenta de que los pingüinos son aves que marcan su territorio, construyen imperios, imponen ley del mas fuerte y se sienten agraviados por le que aspire a ser parte del clan sin haber sido formalmente.
Lo mismo que Eduardo, el águila, y helena, la gavilana, miguel se ponía su traje de pingüinito y se esforzaba por copiar su estilo para ser aceptado.
Pero al fin y al cabo, no podía dejar de ser el mismo.
Sara, el cisne, era una soñadora optimista con una visión poco común, ideas interesantes, propias, y buenas, pero como las exponía con mucha suavidad, casi nadie las oía.
Era refinada y llena de gracia, por lo cual los pingüinos dudaban de su firmeza y su fortaleza.
Y había otras aves…
Lo que todas tenían en común era que todas habían sido traídas y contratadas en otras partes.
Los pingüinos jefes con sus promesas de éxito:
´´somos partidarios de la diversidad´´, decían los pingüinos, pero sus acciones los traicionaban.
Las aves exóticas seguían discutiendo entre ellas en busca de una solución.
Varias decidieron tratar de cambiar la cultura en vez de dejarse cambiar por ella.
Eduardo, el águila, puso en práctica una ´´estrategia de apoyo´´:
Sorprende a tu jefe cuando este haciendo algo bien hecho… (O más o menos bien hecho).
Helena, la gavilana tenia sus propios métodos para lograr el cambio ella aplico la ´´Estrategia de la ilusión´´´
Actúa a partir de supuestos que fueran verdaderos (con precaución, por supuesto).
Miguel, el pájaro burlón, deicidio intentar una estrategia bien atrevida; una ´´Estrategia de ignorancia calculada´´
Sara, el cisne, mucho más suave en su trato, probó la ´´Estrategia del aprendizaje seguro´´.
Algunas otras aves –que estaban empeñadas en cambiar –se esforzaban muchísimo por volverse pingüinos.
Pero, al final, terminaban fracasando, pues no podían dejar de ser ellas mismas.
Y unas cuantas, como pedro, ni siquiera trataron de convertirse en pingüinos.
Con el tiempo, las cosas fueron empeorando para pedro y para las demás aves raras del reino de los pingüinos.
Sus estrategias para cambiar la manera de hacer las cosas de los pingüinos eran recibidas con oposición y papeleo.
Las aves raras aprendieron a través de su dolorosa experiencia que cultura del país estaba profundamente arraigada.
Las estructuras y los sistemas eran rígidos e inquebrantes. Las políticas y los procedimientos garantizaban la comunidad de los pingüinos.
Finalmente las aves exóticas comprendieron que el estilo de trabajo de los pingüinos, desarrollado durante tantos, no se podría cambiar fácil ni rápidamente.
Las estrategias de las aves para cambiarse a si mismas también se quedaron cortas, pues muy en el fondo, simplemente ellas no eran pingüinos
Se hallaban frustradas decepcionadas y tristes.
Ellas habían llagado al reino de los pingüinos con tantas esperanzas y expectativas, que habían querido colaborar y triunfar;
! No recibieron sino una critica silenciosa, un conformismo asfixiante y un rechazo sutil ¡
Y así una por una pedro y las demás aves empezaron a caer en cuentas que no podían ser ellas mismas en el reino de los pingüinos, y que tenían que irse.
Su futuro estaba en otro lugar del vasto mar de las empresas.
Algunas aves nuevas tomaron por si mismas la incoativa de irse.
A otras las echaron los pingüinos mayores.
Así partieran todas las aves que se fueron tenían una cosa en común: el dolor y la confusión de ser distintas, y la tristeza y la decepción de no ser aceptadas por lo que eran.
Todas estas aves de diversos plumajes habían enfrentado el mismo dilema
Los pingüinos también tenían su dilema
Al fin y al cabo, los pingüinos llevaban años de prosperidad siguiendo sus tradiciones y su manera de hacer negocios.
Pedro, el pavo real fue el primero en partir.
Muchos amigos le habían hablado de un lugar nuevo y maravilloso que habían conocido en sus viajes.
Lo describían como ´´El reino de la oportunidad´´
Allí tendrían en cuenta su trabajo y sus aportes, y que su personalidad, es ves de ser criticada, seria elogiada.
Tendría que comprobarlo por si mismo.
Cuando pedro llego le pareció que no tenía nada que ver con el reino de los pingüinos.
Allí, los trabajadores ni los jefes perdían el tiempo ni energía tratando de aparentar lo que no eran.
Y sabían que para triunfar en una empresa son indispensables la aceptación y la confianza.
Todas loas aves se expresaban libremente, y el vivo intercambio de opiniones era lo que garantizaba que su trabajo y su sistema mejoraran constantemente.
Lo mejor de todo era que confiaban en sus jefes, aves de muchas clases que habían llegado a la posición en que estaban por su talento, su inteligencia y su capacidad.
Allí el lema era:
La diversidad engrandece
Había aves que nadaban, muchas volaban, y una tenía las patas bien plantadas en la tierra.
El conocimiento que compartían la hacia sabias, y su sabiduría las hacia triunfar.
Pedro había encontrado su nuevo hogar.
A medida que fueron pasando los años uno a uno, también se abrieron camino en el reino de la oportunidad.
Le habían oído hablar a pedro de la libertad y de la amplitud que allí había.
En ese país, Eduardo podía ser de remontarse a las alturas tan rápido como se lo permitieran sus alas.
Helena, que había resultado inquietante pera los pingüinos con su incesante parloteo y su agudo instinto de la competencia, encontró en el reino de la oportunidad un lugar donde fue recibida.
Miguel, pudo finalmente experimentar el goce de crear saltando de un proyecto a otro, trabajando duro y aprisa y agitando nuevas ideas a su paso.
El reino de la oportunidad también resulto ser un lugar receptivo par el estilo de trabajo idealista e imaginativo de Sara.
Otras aves quisieron colaborar con ella y compartir la realización de sus sueños.
Estas aves diversas prosperaron y se desarrollaron como nunca. Se sentían seguras y apoyadas.
Experimentaban una nueva libertad cada una a su manera.
Trabajaban duro y gozaban el fruto de su esfuerzo.
Sobre todo, sintieron la dicha de poder ser ellas mismas.
Pedro y sus amigos encontraron en el reino que en el reino de la oportunidad podrían llevar una buena vida y tener un futuro brillante.
y comprendieron que l reino de la oportunidad, mas que un lugar, es un estado mental es una actitud.
es estar abierto a ideas nuevas estar dispuestos a escuchar, ávido de aprender, con deseos de crecer y ser flexible ante todo cambio, es una nueva manera de relacionarse.
se vuelve real cuando dejamos de juzgarnos unos a otros superficialmente y empezamos a ver y apreciar a cada uno por su originalidad, su talento, sus capacidades y su valor.
Es el lugar donde vivimos y trabajamos cuando escogemos mirar con nuevo ojos y vivir con el corazón, y nos permitimos a nosotros mismos y a los demás ser lo que verdaderamente somos…
Nosotros mismos.
1) las mayorías de las empresas eran parecidas
2) las reglas y las normas eran clara desde el primer día.
3) quería que lo tomaran en cuenta en cerio y tener éxito.
4) pedro quería hacer la cosa bien y triunfar.
5) todas las aves se forzaban por demostrar sus capacidades para ganar un lugar bajo el sol.
1- son importantes, por que ponen en evulcion y una serie de formas para poder crecer y desarrollarse en el mundo actual.
2- me ayuda de acuerdo a mi preparación y adaptándome a las normas y a las reglas de donde yo trabajo o presto un servicio.
3- si quiero mejorar y que me tomen en cuenta debo forzarme en hacer las cosas bien cambiar mis actitudes y la forma de actuar sin dejar de ser yo misma.
4- recomiendo a todos los estudiantes y personas empresarias o trabajadoras de que lean esta maravillosa fabula por que contiene todos los detalles para un persona aprender y desempeñar sus trabajos
5- ha valorarse y respetarse tal y como es, sion tener que parecerse a otras personas.
Autor:
Elvis Lopez