Intervención Educativa para la Prevención del Embarazo en Adolescentes con Retraso Mental Ligero

La sexualidad de las personas con discapacidad mental no es diferente a la del resto de las personas; su educación y orientación ha de basarse en los mismos principios. La educación sexual en estos niños ha de cubrir todos los campos de la formación y preparación ilustrada que guardan relación con normatividad sociocultural y ética de la sexualidad humana incluyendo la evolución psicosexual, para ayudarlos a desarrollar actitudes sanas hacia ellos mismos y hacia los demás. El individuo con retraso mental que presenta mayor nivel de desarrollo intelectual llega a plantearse el dilema de la futura familia, y en particular el de concebir y educar un hijo. De ahí que esta investigación parte del problema científico ¿Qué nivel de conocimiento poseen los adolescentes con retraso mental ligero sobre cómo prevenir un embarazo? Proponiendo un sistema de actividades con el objetivo de elaborar una intervención educativa orientada a la prevención del embarazo en los retrasados mentales ligero perteneciente a este centro de estudio.

Introducción

La adolescencia es una etapa de la vida de gran interés para diversas ramas de la ciencia, donde ocurren complejos cambios biológicos, psicológicos y sociales que provocan que sea cada vez más necesario dedicarles nuestra atención. La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que esta etapa comienza a los 10 años, pero muchos estudios dirigen su atención a edades posteriores que coinciden con la adolescencia madura o tardía (15 a 18 años). 1 Aunque otros autores la enmarcan hasta los 19 años. 2

La población mundial asciende en la actualidad a más de 6000 millones de habitantes de ellos, casi 30 % – alrededor de 1,6 mil millones – son jóvenes entre 10 y 24 años, de los cuales 1,2 mil millones son adolescentes. Sólo en América Latina y el Caribe la población joven asciende a 148 000, peso numérico altamente significativo. Gran parte de las necesidades de la población adolescente está relacionada con su salud sexual y reproductiva. 3

Según proyecciones de los centros internacionales de estudios demográficos, para el año 2020 existirán alrededor de 1200 000 000 de adolescentes en el planeta lo que representaría aproximadamente el 15% de la población mundial; de ahí la vital importancia de perfeccionar la atención específica hacia este grupo de edades. 4

Aunque tradicionalmente se ha considerado como un grupo poblacional exento de problemas de salud, en este aspecto han ocurrido incidencias que constituyen alertas no sólo para el personal de la salud, sino también para padres y maestros, quienes pueden encontrarse en situaciones difíciles para enfrentar las mismas.

La precocidad de la actividad sexual, el ambiente familiar inadecuado, la influencia del grupo social donde se desarrolla el adolescente, están relacionados con el actual aumento del riesgo de tener embarazos no deseados, abortos, partos, que en esta edad traen consecuencias adversas. 5

La actividad sexual de los adolescentes va en aumento en todo el mundo incrementando la incidencia de partos en mujeres menores de 20 años.2 Se conoce que alrededor de 15 millones de mujeres dan a luz cada año y más del 10 % de los nacimientos que se registran se producen en madres adolescentes.

El embarazo a cualquier edad constituye un hecho biosicosocial muy importante, pero aún más durante la adolescencia, momento de la vida que conlleva a una serie de situaciones que pueden atentar contra la salud de la madre y del hijo, además de las complicaciones futuras que puede generar. 6 Particularmente en muchachas muy jóvenes, implica un riesgo de múltiples complicaciones, puesto que puede provocar la muerte de la madre o del niño o hacer que uno o ambos padezcan impedimentos físicos o mentales por el resto de sus vidas. 7,8

Desde el punto de vista médico el embarazo en la adolescencia se comporta con mayores riesgos de complicaciones para la salud materna y de su producto y son canteras de las complicaciones de la clínica obstétrica tales como: anemia, parto pretérmino, venas varicosas, bajo peso al nacer y predisposición al parto distócico, factores estos que contribuyen a aumentar la mortalidad materno-infantil, o a dejar secuelas en la salud del niño para toda la vida como son el retraso mental y el desarrollo deficiente, secuelas de la prematuridad. Son particularmente importantes las afecciones psicológicas que puede producir un embarazo no deseado en las jóvenes y adolescentes, en sus parejas y en su familia. 9, 10,11

Desde el punto de vista social, esta situación conlleva a problemas familiares que pueden ser tan dañinos como las mismas complicaciones médicas, algunas de las salidas que la joven puede tomar y que de por sí repercuten en la sociedad, son: la deserción escolar, verse como madres solteras que tienen que responder solas ante la nueva problemática, recurrir al matrimonio con el fin de reparar un bien, que luego traerá irreparablemente un divorcio; o interrumpir el embarazo sin conocer sus riesgos clínicos. 12