Discurso de orden pronunciado por el Juez especializado penal de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, señor doctor Jorge Fernando Bazan Cerdan, con ocasion del "Día del Juez" y en homenaje a la señora Magistrada Antonia Esther Saquicuray Sanchez, actual vocal de la Corte Superior de Justicia de Lima
Señor Presidente de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca
Señor Decano del Distrito Fiscal de Cajamarca
Señor Decano del Colegio de Abogados de Cajamarca
Señores y señoras Magistrados Jueces de Paz, Jueces de Paz Letrados, Jueces Mixtos, Jueces Especializados y Vocales.
Señores y señoras Fiscales
Señores y señoras auxiliares jurisdiccionales y personal administrativo
Señores autoridades civiles y militares
Señores y señoras
Antes de acometer el difícil e inmerecido encargo conferido a mi persona por la honorable Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca para brindar el discurso de orden por el "Día del Juez", me permito tomar la licencia de solicitar a la digna concurrencia se sirvan acompañarme para hacer un minuto de silencio en solidaridad y por la memoria del magistrado Hernán Saturno Vergara, vocal de la Corte Superior de Justicia de Lima, y la del abogado Elber Albán Díaz, miembro del ilustre Colegio de Abogados de Lima, ambos asesinados empleando la misma modalidad delictiva en la ciudad de Lima en el mes de julio de este año.
Este pedido lo formulo, con independencia de la particular valoración que merezcan sus trayectorias personales y profesionales, en consideración a la trágica forma de morir experimentada por cada uno de ellos. Hechos gravísimos que no deben quedar impunes, y que hacen patente las condiciones de precariedad y de riesgo a su vida en que cumplen sus labores profesionales los jueces, fiscales y abogados de nuestro país, y que permiten vislumbrar la apertura de las puertas hacia un indeseado signo de los nuevos tiempos para el foro y la comunidad judicial en el Perú de hoy.
(…MINUTO DE SILENCIO). Gracias por su generosidad.
Entrando en materia, la presente alocución no obedece al prurito de solazarse en argumentos autocomplacientes que a menudo se escuchan a los profesionales del Derecho cuando se trata de celebrar la festividad del "Día del Juez", graficadas en expresiones tales como "la excelsa misión de administrar justicia", "el apostolado de la magistratura" o "la autonomía e independencia suprema del Poder Judicial". Sin embargo, sin dejar de ser sinceras y naturales las afirmaciones anteriores, resulta necesario rememorar brevemente dos momentos históricos bastante conocidos que nos permitirán entender el por qué y cómo se instituyó el Día del Juez, para así llegar a destacar la valía de magistrados que en momentos difíciles han contribuido con su aporte ético a prestigiar al Poder Judicial y a la República del Perú, logrando con ello determinar si existen razones que justifiquen celebrar el "Día del Juez", más allá de limitarse a cumplir un mandato legal en tal sentido.
El primer momento de nuestra historia.
El 04 de agosto de 1821, pocos días después de haber sido declarada la independencia del régimen español, vale decir, hace 185 años, el General Libertador don José de San Martín inspirado en el propósito de centralizar el poder en el nuevo Estado en formación, a la par que dispuso la demarcación del territorio liberado y trazar el derrotero de la administración de justicia, instituyó en la ciudad capital de Lima la Alta Cámara de Justicia, para reemplazar a la Real Audiencia española y a los oidores, acto que fue precedido cinco meses antes, el 12 de febrero de 1821, por la determinación de establecer el Departamento de Trujillo con jurisdicción septentrional y, al mismo tiempo, crear la Cámara de Apelaciones con sede en esa ciudad. Alta Cámara de Justicia que por lo demás estuvo integrada por un presidente, ocho vocales y dos fiscales (uno para las causas civiles y otro para las criminales), y que es el antecedente remoto de la actual Corte Suprema de la República, máxima instancia de la administración de la justicia en el país.
De esta manera, San Martín, al crear la Alta Cámara de Justicia, en muestra de respeto hacia el Poder Judicial, prometió que se abstendría de mezclarse "en el solemne ejercicio de las funciones judiciarias, porque su independencia es la única y verdadera salvaguardia de la libertad del pueblo", aparte de reconocer la necesidad impostergable de "deshechar las reliquias de instituciones que nos dio el despotismo y hacer sentir a los pueblos el beneficio de la libertad", toda vez que "en los Estados libres, el culto a la justicia es una de las garantías del orden social".
El segundo momento histórico. Siglo y medio después de la creación de la Alta Cámara de Justicia por José de San Martín, por Decreto Ley N° 18918 del 03 de agosto de 1971, el General de División EP Juan Velasco Alvarado, Presidente de facto, designó el 04 de agosto como "Día del Juez", en recuerdo de la anterior fecha, para enaltecer la Magistratura Nacional y con el propósito de estimular la cultura jurídica y la solidaridad profesional entre los ciudadanos encargados de administrar Justicia en la República.
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