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El teatro de Shakespeare y las etapas de la vida: (V) Juez

Enviado por Felix Larocca


  1. Jaques entra de nuevo en el escenario, prosiguiendo con su soliloquio clásico
  2. Adolescencia: Etimología
  3. Fred
  4. En resumen
  5. Bibliografía
  6. Apéndices

Según Heródoto, Sisamnes fue un juez real, "por ello era corrupto", de la época del reinado de Cambises II de Persia.

Este juez, como tantos jueces hacen, aceptó el soborno en un juicio y dictó una sentencia injusta.

Como consecuencia el rey lo mandó a detener por prevaricador y ordenó que se le despellejara vivo, una sentencia, para el entonces, considerada tan aplicable, como justa.

Muchos, al leer este pasaje, secretamente, añorarán épocas pasadas. FEFL en El juez venal y el narcisismo patológico

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos78/juez-venal-narcisismo-patologico/juez-venal-narcisismo-patologico#ixzz3CTprSw00

En esta quinta lección continuamos examinando las 7 etapas en la vida del hombre como fuesen descritas, de manera premonitoria y genial, por Shakespeare, en una de sus obras clásicas.

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El Juicio de Cambises por Gerard David

Shakespeare, en su melodrama pastoril Como queráis, asigna — en el monólogo de nombradía y significados imperecederos — al melancólico personaje Jaques, la tarea de detallar las 7 etapas en la vida del hombre. A la quinta el vate le asignó la de Juez.

Jaques entra de nuevo en el escenario, prosiguiendo con su soliloquio clásico

  • Etapa 5: Juez

Señala el melancólico Jaques: "Luego el juez, que con el vientre redondo relleno de buenos capones, los ojos severos y la barba recortada, lleno de sabios aforismos e instancias actuales, actúa así su parte".

¿Por qué asignar a la posición de magistrado como etapa de la vida del hombre?, si ser juez, en tiempos de Shakespeare, era una tarea que el rey asignaba a ciertos hombres para apoyar los dictámenes del soberano y aplicar los principios de la ley.

Un juez puede descollar por la ejecución intachable de sus deberes en la aplicación de principios que históricamente derivan de la Ley Natural.

Mientras en el Common Law el juez aplica el razonamiento deductivo e inductivo para dar una resolución, sustentada en las leyes; precedentes o derivada del derecho natural; es decir, sustentadas en verdades autoevidentes y que no trasgredan las leyes establecidas, a menos que estas leyes queden demostradas deductiva o inductivamente que son inválidas; que siendo el caso, serán desechadas o modificadas. Eso sin embargo se ve limitado, ya que el precedente judicial, se convirtió en una fuente que limita el poder creador del juez. (http://es.wikipedia.org/wiki/Juez ).

No podemos creer que sea lo antedicho lo que Shakespeare tuviera en su mente cuando hiciera la del Juez una etapa evolutiva del ser humano. Efectivamente soslayando el sexo femenino como perteneciente a la misma.

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Jueces por Honoré Daumier

Lo más probable hubiese sido, algo a lo que aludiéramos en nuestros artículos acerca de la ley natural:

El ser humano, individuo dotado con la capacidad de abstracción, e imbuido con un sentido filosófico/ético/moral, durante el curso de su desarrollo, requiere, que desde muy temprano, se le inculque el respeto de los límites que la vida en sociedad le impondrá.

Elefantes, simios, y otras especies animales enseñan a sus retoños reglas de conducta por las que deben vivir.

Los mismos niños, se ha establecido científicamente, que desde los primeros años de sus vidas aplican los principios de lo justo y lo injusto de manera instintiva.

En esas premisas restan las bases de la Ley Natural. Ley que muchos jueces, conocidos, desconocen.

Pero, muy a menudo, algunos de entre nosotros — quienes tienen el deber de enseñar al joven con los ejemplos propios — optan por adoptar los principios de A. S. Neill, fundador de la controvertida Escuela (británica) Summerhill que, en lo siguiente, se resume como: laissez-faire para todos.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos93/ley-natural-padres-sus-propios-hijosa/ley-natural-padres-sus-propios-hijosa#ixzz3CTxhRTKx

Adolescencia: Etimología

Para un mejor entendimiento del dilema creado por nuestra invención de la adolescencia como etapa del desarrollo, examinemos aquí la etimología de la palabra:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como "el período de la vida que transcurre entre los diez y diecinueve años de edad". Constituye una fase de desarrollo psicosociosomático, situada entre la infancia y la edad adulta.

La palabra adolescencia proviene de la raíz indoeuropea al- "nutrir", "crecer", de la cual se derivó la voz latina alere "nutrir", "alimentar", que dio lugar a alescere "crecer", "aumentar". A partir de esta última, unida al prefijo ad-, se formó el verbo adolescere"crecer", "desarrollarse", y por último, del participio presente de este verbo, adolescens, -entis "el que está creciendo", se formaron en el siglo XIII las palabras francesas adolescent y adolescence, que muy pronto llegaron al español como adolescente y adolescencia, respectivamente. Unos dos siglos más tarde se incorporó adolescence al inglés, así como adolescência al portugués y adolescenza al italiano.

La palabra adulto también se deriva del verbo adolescere –más precisamente de su participio pasivo adultus "el que ha crecido"–, introducida en nuestra lengua a finales del siglo XV. (http://www.elcastellano.org/palabra.php?id=1244).

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¿Niña o mujer?

Para quienes tienen algo que ver con el desarrollo del ser humano es aparente que, como individuo, éste atraviesa por etapas disparejas que, a menudo son difíciles de comprender y que — aunque como adultos — uno mismo las haya atravesado durante la evolución propia, encontrarles aplicaciones, prevenir sus conflictos y adaptarse a las mismas resulta tarea excepcionalmente difícil.

Así fue con Shakespeare.

Pero, ¿por qué una etapa de juez? Y, ¿por qué ignorar el hecho de que las hembras asimismo son sujetas a las fases del desarrollo psicosexual, psicosocial, cognitivo y neuromuscular?

Entonces, en miras de lo antedicho, ¿cómo proceden ellas dentro de esta arbitraria V fase del desarrollo? Ya que ellas también son sujetas a ese proceso evolutivo, individual, y específico a los miembros de todas las especies altriciales como la nuestra.

Veamos qué obtenemos, analizando las reflexiones hechas por Jaques:

  • el vientre redondo relleno de buenos capones. La edad de la apariencia idónea física ha cesado en esta etapa — evidentemente de joven adulto — dando paso a la del abandono físico a favor de los placeres epicúreos. Esperando que el comportamiento apacible, de la joven persona pos púber, que crece en el entorno, no interfiera con las digestiones sosegadas del árbitro o magistrado.

El juez, en este caso, es tanto el joven que somete a juicio propio lo que las leyes le imponen. Como es el adulto que se siente responsable por controlar los comportamientos, a menudo rebeldes, del hombre inmaduro.

  • los ojos severos y la barba recortada. El contraste de los valores entre las etapas es primordial en esta fase de relativa indisciplina socio biológica que exige cierta dureza (¿firmeza?) por parte del paterfamilias; o por parte de quien represente la autoridad, siempre en espera de imponer su potestad y de hacer cumplir sus principios.

  • lleno de sabios aforismos e instancias actuales, actúa así su parte. Esta es la fase donde se escuchan los aforismos — no siempre ciertos — de "cuando yo era de tu edad…" y moralejas ficticias similares. Para no cansar al lector, éste puede llenar el espacio vacío en las alusiones de los mayores y, atando los cabos, suministrar sus propias máximas fantaseadas y estereotipadas atribuidas a ellos mismos cuando fueron de esta edad.

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En búsqueda de significado por Helen Warner

Si, Voltaire pensara que, de Dios no existir, hubiese sido necesario inventarlo. Nosotros pensamos, que — la adolescencia — por no existir en la Naturaleza, tuvimos que inventarla nosotros. Si solo para explicar su presencia ominosa y para sobrevivir la de otros.

Fiat adolescentis!" Dijo, en desesperación, su creador el ser humano. Y, así fue. Por bien o por mal.

Parece ser, que los adultos, exasperados por el aparente desdén demostrado por algunos pubescentes hacia las leyes que rigieran el entorno donde vivieran. Instituyeron el juez para ejercer control de sus comportamientos rebeldes.

Cuando al adolescente no se imponen límites, caos pronto resulta. Por lo que el juez se convierte en metáfora que encarna esta fase crítica del desarrollo.

Ley y orden…

Por falta de otra de nuestras recientes invenciones sociales. La del feminismo actual, esta V etapa — como la de soldado — se circunscribió al varón. A Shakespeare no le quedaba otra salida.

Lady Godiva y Juana de Arco no habían entrado en el escenario del desarrollo, porque la mujer todavía gozaba de muy pocas prebendas en tiempos de Shakespeare.

Lo que es igualmente desconcertante es que para los tres paladines del desarrollo humano que Shakespeare, Freud y Erikson personifican. El ser humano evoluciona y avanza de manera exclusivamente masculina.

¿No sería porque los tres eran machistas?

Posiblemente no lo eran, aunque de manera velada, a Freud se le ha acusado de serlo. Was will das weib? Es su resignado lamento. (Véanse mis ponencias al respecto).

Prosigamos con el necesario caso clínico para apuntalar nuestros argumentos en esta disertación.

Fred

Nos conocimos a la sazón de que estaba en la estación policíaca, donde se apersonó espontáneamente. Detenido por agresión con lesiones severas, contra su propio padre.

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Apenas cumplía diecisiete años, pero estaba dotado con una musculatura enorme, producto de una disciplina extraordinaria en la práctica de varios deportes en los que descollaba.

Su estatura era par con las de su padre Charlie y hermano Matt. Los tres medían 6"4"", mientras que la talla de Donna, la madre, era 5"11"".

En el hogar que compartieran todos eran cuidadosos de su salud y todos eran atletas consumados.

Pero, si Matt, aspiraba al sacerdocio, Fred desde los 12 años era dueño y director de sus propios negocios de distribución de periódicos, remoción de nieve, cuidado de céspedes y lavado de ventanas.

Una suma considerable de dinero se había acumulado en sus cuentas bancarias debido a su norma sistemática de limitar gastos frívolos y de ahorrar lo más que pudiera.

Padres, familiares y maestros concurrían en que, desde su temprana niñez, Fred era un "adulto en miniatura".

Fred había rebasado sin problemas sus etapas de desarrollo y había alcanzado una adultez avanzada.

Repetía exasperadamente, cuando sus padres deseaban limitar sus actividades: "¡Entiendan, no soy niño!

¿Qué sucedió que culminara en su presencia en la estación policial?

He aquí la historia

Fred tenía planeado un fin de semana, acompañado por amigos, usando el bote de un tío, surto en el Lago de los Ozarks.

Para darse prisa y satisfacer a un cliente utilizó sin previa autorización los equipos de su padre, quien le interpelara por haber violado reglas establecidas.

Como resultado, una batalla verbal estalló con un intercambio furibundo de palabras ofensivas. En un momento cuando el padre le dijo a Fred que, como castigo no iría al lago. Éste respondió afirmando que lo iba a hacer de todos modos.

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Entonces, cuando el papá, cegado por la furia producto del desafío filial, le dio una bofetada al retoño, Fred corrió a su habitación, empuñó un bate metálico de béisbol y agredió al padre con el uso del mismo.

Las múltiples fracturas resultantes en ambos brazos, fueron consecuencia de los movimientos defensivos que el padre hiciera para proteger su cara, sus ojos, y su cabeza.

Cuando el hijo realizó lo grave de su acción. Arrojó el bate al suelo y salió huyendo, llegando a la estación policial donde se entregó admitiendo su culpa.

Detalles de la terapia de Fred fueron objeto de un juego de rol en el programa Las 4 Estaciones cuando se examinara La Ira entre los Siete Pecados Capitales.

La conclusión de este caso fue satisfactoria.

En resumen

En el ejercicio de analizar y hacer aplicaciones técnicas de las etapas de Erikson, las de Freud y ahora las de Shakespeare, reparamos en lo siguiente:

  • Que ninguno de los tres argonautas mencionados del desarrollo humano delimita suficientemente las etapas que proponen para dar cupo a las diferencias esenciales que existen en el desarrollo de los dos sexos de nuestra especie dimorfa.

  • Que la fase artificial de la adolescencia es soslayada por Shakespeare y por el mismo Freud (hasta que su hija Anna la retoma en sus especulaciones), y, que

  • Ninguno de estos pensadores considera como digno de sus especulaciones a quienes — en lugar de fallar en su desarrollo — son über desarrollados, como Fred lo fuera.

  • Es como si tomaran por garantizado que las etapas del desarrollo humano son monolíticas, exclusivas y esencialmente las etapas del hombre como género.

Nota bene…

Para concluir esta presentación es necesario iterar que en nuestras presentaciones clínicas siempre hacemos esfuerzos denodados para proteger la identidad de las personas cuyos casos presentamos.

Fin de la lección.

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Escena de Como gustéis por Francis Hayman (1750)

Manténgase en sintonía para la Sexta Etapa de esta serie.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: El juez venal y el narcisismo patológico en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: La ley natural: Padres contra sus propios hijos en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:

  • AcademiaEdu

  • ResearchGate y

  • Monografías.com

Apéndices

  • Siete Etapas en la vida por Shakespeare

  • Etapa 1: Infancia

"Primero el infante, gimoteando y vomitando en brazos de la nodriza".

  • Etapa 2: Colegial

"Después el chiquillo quejumbroso, con su cartera, y radiante cara matinal, arrastrándose como caracol, de mala gana, a la escuela".

  • Etapa 3: Amante

"Y luego el amante, suspirando como un horno, con una balada doliente, hecha para la ceja de su amada".

  • Etapa 4: Soldado

"Luego un soldado, lleno de extraños juramentos y barbado como el leopardo, celoso de su honor, precipitado y veloz en la disputa, buscando la burbuja de la fama, incluso en la boca del cañón".

  • Etapa 5: Juez

"Luego el juez, que con el vientre redondo relleno de buenos capones, los ojos severos y la barba recortada, lleno de sabios aforismos e instancias actuales, actúa así su parte".

  • Etapa 6: Edad avanzada

"La sexta edad trae consigo al viejo enflaquecido en pantuflas, con gafas en las narices y una faltriquera al costado, con sus calcetines juveniles, bien guardados, ahora demasiado anchos para sus huesudas piernas; y su gran voz varonil, que vuelve a sonar aguda como la de un niño, pitando y silbando al hablar".

  • Etapa 7: Demencia y proximidad de la muerte

"La escena final de todas, con que termina esta singular y variada historia, es la segunda infancia y el simple olvido, sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada".

  • El monólogo de Jaques

"El mundo es un gran teatro, y los hombres y mujeres son actores.

"Todos hacen sus entradas y sus mutis y diversos papeles en su vida.

"Los actos, siete edades.

"Primero, la criatura, hipando y vomitando en brazos de su ama.

"Después, el chiquillo quejumbroso que, a desgano, con cartera y radiante cara matinal, cual caracol se arrastra hacia la escuela.

"Después, el amante, suspirando como un horno y componiendo baladas dolientes a la ceja de su amada.

"Y el soldado, con bigotes de felino y pasmosos juramentos, celoso de su honra, vehemente y peleón, buscando la burbuja de la fama hasta en la boca del cañón.

"Y el juez, que, con su oronda panza llena de capones, ojos graves y barba recortada, sabios aforismos y citas consabidas, hace su papel. La sexta edad nos trae al viejo enflaquecido en zapatillas, lentes en las napias y bolsa al costado; con calzas juveniles bien guardadas, anchísimas para tan huesudas zancas; y su gran voz varonil, que vuelve a sonar aniñada, le pita y silba al hablar.

"La escena final de tan singular y variada historia es la segunda niñez y el olvido total, sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada".

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Cambises II

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca