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La orden del caballero maestro (página 2)

Enviado por Cesar


Partes: 1, 2

–El cobarde de Siggfried no se atrevió a venir a darnos el informe personalmente y tuvo que enviar a su perro—dijo uno de los cinco hombres envuelto en una capa de color rojo.

–no digas eso Fenril, de seguro le tienes envidia por que es mucho mas apuesto que tu—interrumpió una voz femenina que rompió en risa al terminar hablar.

–y mucho más débil—dijo entre dientes un hombre con un aspecto feroz, el cual tenía múltiples cicatrices en el rostro.

–Cállense—al oír estas palabras provenientes del hombre sentado en el trono, los hombres no tuvieron otra opción que guardar silencio y escuchar lo que decía el mensajero con el abrigo de centauro

–Como le decía general Alberick, la misión fue concretada con éxito, acabamos con el pequeño escuadrón del dragón plateado, solo uno logro escapar, un tal Leonard pero fue emboscado más adelante y fue muerto personalmente por Siggfried, también debo informarle que el capitán César y sus oficiales han huido, pero no deben estar muy lejos, ya tenemos su rastro, es solo cuestión de horas para que sean aniquilados.

–Dile a Thor que no me falle Kistel—le ordeno Alberick—o las cabezas de su escuadrón colgaran en mi pared.

Una gota de sudor frio recorrió la frente de Kistel—sí señor, no fallaremos—dio media vuelta sobre sus talones y abandono la sala.

Thor es el capitán del escuadrón al que partencia Kistel y Siggfried.

–Así que César decidió escapar y perder su honor en lugar de acatar órdenes—comento un caballero con peculiar aspecto, pues tenía una máscara debajo del casco. Era un caballero que no dejaba ninguna parte de su piel al descubierto, su armadura, completamente blanca tenia finos acabados con forma de cruz, luciendo un imponente casco con un par de cuernos de un minotauro.

–Déjeme encargarme de la misión general, no creo que Thor sea tan poderoso como para acabar con César, yo…–Fenril guardo silencio inmediatamente cuando el general se puso de pie.

–Cualquiera que me traicione, terminara colgado en mi pared—dijo Alberick mientras dirigía una fiera mirada a todos los presentes—pueden irse y no dejen de buscar al alquimista aunque dejen cada pueblo convertido en vil ceniza—al terminar de decir la frase hiso un ademan con la mano para que lo dejaran solo.

–Si señor–los cinco caballeros dieron media vuelta y salieron de la sala de reunión.

–Nos han descubierto capitán, ahora mismo deben de estarnos buscando por todas partes—hablo un hombre con una armadura similar a un águila con un gran arco en la espalda, mientras corría por el espeso bosque,

–Valí, debemos darnos prisa y llegar al punto de encuentro con mis demás oficiales, ya han encontrado nuestro rastro, es solo cuestión de tiempo para que den con nosotros, contesto Cesar.

Este poderoso capitán tenía un aspecto bastante peculiar, portaba una armadura color purpura, muy oscura, la armadura tenia finos acabados rojos en forma de alas de murciélago, una espada con una hoja totalmente blanca con una inscripción que decía maldito, y un yelmo parecido a un cráneo humano.

En eso, Valí giro su cuello y utilizo su aguda vista, en eso observo una gran sombra que se dirigía rápidamente hacia ellos—demonios es Siggfried, no puedo creer que nos haya encontrado tan rápido

–Capitán, tiene poco tiempo para llegar al punto de reunión, deje que me encargue de esto—dijo Valí en un tono serio al capitán Cesar–no me tomara mucho tiempo.

–Vice capitán Valí, no tardes mucho o tendremos que dejarte—dijo Cesar apretando el paso hasta que se perdió en la oscuridad de los arboles.

Valí se detuvo en seco, dio media vuelta y espero a que Siggfried se encontrara con él.

Comenzaba a ponerse la tarde, el cielo está totalmente cubierto de nubes que no dejaban pasar ni un débil rayo de sol.

La nieve cubría con una densa capa la copa de los árboles y yacía en el suelo como una gruesa alfombra blanca.

De pronto el gran dragón negro detuvo su vuelo y se poso enfrente del guerrero con la armadura de águila.

–No puedo dejarte pasar y si lo intentas…morirás—Le dijo Valí a Siggfried.

–Todos ustedes serán aniquilados y tú, serás el primero—Al terminar de hablar, Siggfried esbozo una gran sonrisa retorcida, similar a la de un demonio sediento de sangre.

Siggfried desenvaino sus espadas gemelas y se lanzo al ataque contra Valí, el cual se limito a evadir los ataques y contesto la agresión son una poderosa patada en el estomago.

Siggfried la evadió, pero el aire cortante de la patada rasgo su armadura y corto la carne—con una mueca de dolor observaba como había comenzado a sangrar.

–Demonios, este es el poder de un vice capitán—Dijo Siggfried mientras agarraba con más fuerza sus espadas gemelas. De pronto apretó los dientes y volvió a mostrar su retorcida sonrisa.

Aprovechando la distracción el dragón negro ataco por la espalda a Valí con una llamarada, pero Valí se movió tan rápido que solo se le chamusco el hombro y dejo al descubierto su piel tostada.

–Ese dragón será un problema—Hablo Valí entre dientes.

Siggfried tomo sus espadas con fuerza las espadas comenzaron a cubrirse con fuego, después se alargaron hasta convertirse en dos látigos llameantes que actuaban como hubieran cobrado vida y se lanzo al ataque junto a su dragón.

Valí seguía esquivando los ataques, pero se detuvo y saco el gran arco que colgaba de su espalda, tomo una flecha pequeña, comenzó a transmitirle magia a la flecha la cual creció de forma descomunal, después la coloco en el arco y la apunto hacia el dragón que se dirigía hacia él en picada.

Soltó la flecha, pero en su trayectoria se desfragmento e mil flechas, las cuales se incrustaron en la carne del dragón el cual lanzo un rugido agudo para después estrellarse escandalosamente sobre el suelo.

Poco después la nieve alrededor del dragón se había vuelto roja.

–Como es posible, una simple flecha no hiere a ningún dragón, mucho menos a Yggdrasil—Grito Siggfried mientras veía a su dragón agonizante en el suelo.

–Mis flechas atraviesan todo lo que tocan, pero basta de palabras, ahora sigues tú—Tomo otra flecha, le inyecto magia y la coloco sobre su arco.

–Cuando acabe contigo, me bañare en tu sangre—gruño Siggfried, asimismo comenzó a elevar la temperatura de su cuerpo a tal punto de comenzar a derretir todo lo que estaba a su alrededor, concentro toda su energía en su brazo derecho y después alargo el brazo apuntándolo hacia Valí y extendió la palma de su mano.

Valí soltó la flecha a la cual se desfragmento en mil flechas.

Siggfried termino de reunir su energía y dirigió esa energía hacia valí, cerró su puño y se creó una enorme explosión.

Las flechas caían como lluvia sobre Siggfried.

La sangre poco a poco a poco comenzó a mezclase con la blanca y helada nieve y todo quedo en silencio.

La orden del caballero maestro

CAPÍTULO 2EL INICIO, EL GRAN ENFRENTAMIENTO, RECLUTAMIENTO (parte)

–Leonard, vamos despierta, es hora de que la joven Evelin salga a dar su paseo matutino—dijo esto un hombre adulto vestido con ropas propias de un guerrero veterano.Leonard era un chico de 15 años de edad, con cabello negro ondulado el cual le llegaba hasta los hombros, de aproximadamente un metro ochenta de estatura, con una complexión delgada y con tez clara. –jefe aun es muy temprano, envíe a alguien más—Leonard respondió sin siquiera hacer el esfuerzo de levantarse de su cómoda cama.– lo siento, el patrón a ordenado a la guardia llevar a cabo una muy importante misión y me ha dicho específicamente que tu y Alexander acompañaran a la señorita a su paseo matinal, además Alexander ya está listo— el jefe de la guardia termino de hablar, dio media vuelta, camino a la salida y desapareció de la vista.Leonard pertenecía a la guardia personal del jefe de la aldea de Cold, a pesar de ser un joven de 15 años había demostrado en muchas ocasiones que era capaz de mantener una pelea a espadas con un hombre adulto.

El jefe de la aldea era un hombre con poco sentido de la humanidad, en muchas ocasiones se había impuesto como jefe por medio de la fuerza bruta, utilizando a su ya afamada guardia personal a quien los aldeanos le temían, y los poco que había alzado la voz en contra de él, eran arrestados para después ser cruelmente eliminados. El jefe que se hacía llamar "Káiser", conoció a Leonard y a Alexander cuando estos apenas tenían 7 años, los recogió de la calle y les dio un hogar, desde el día de su llegada el Káiser había dado instrucciones para que los prepararan en el arte del combate con espada, para que al crecer formaran parte de su guarda personal.El Káiser estaba al tanto de su desarrollo, sabía que Leonard era mejor luchador, pero era muy impulsivo lo cual lo había metido en innumerable cantidad de problemas, en cambio Alexander no era tan fino con la espada pero siempre planeaba estrategias antes de enfrentarse a un enemigo. Leonard se levanto de su cama con un ágil salto, tomo sus prendas y rápidamente se vistió, con su mano derecha agarro del mango su vieja espada corta y la coloco suavemente en su funda para después atársela a la cintura.Estas niñas ricas consentidas no hacen nada más que dar molestias—dijo Alexander a Leonard al entrar a la pequeña habitación. Alexander siempre portaba un colgante con una piedra verde brillante, el cual se lo había dado su madre antes de que la mataran cruelmente enfrente de sus ojos cuando era apenas un bebe, por lo cual no tenia recuerdos de ella, su piel morena resaltaba sus redondos ojos color miel y su cabello largo le colgaba hasta la cintura.Con una estatura de apenas un metro setenta centímetros era uno de los guardias más bajos de la hacienda sometiéndolo a constantes burlas.Es parte de nuestro trabajo, apúrate que ya es tarde y nos debe estar esperando—exclamo Leonard a su amigo.

Ambos jóvenes salieron corriendo hacia el pórtico de la gran hacienda "lago de luna" propiedad del káiser.Era una gran hacienda, conformada por muchas hectáreas, y se daba el lujo de tener un bosque privado, en el cual solamente el Káiser podía cazar, y aparte de la hacienda había múltiples viviendas construidas de madera y paja alrededor de la casa principal.Tuvieron que cruzar el gran patio, el cual estaba adornado con bellas rosas de color rojo, las cuales eran las preferidas de la señorita Evelin, la única hija del káiser, al patio lo cruzaba un gran camino hecho con piedras color rosa, el cual llevaba hasta el pórtico.Corrieron apresuradamente pero la señorita ya los estaba esperando.–¿Cuándo han escuchado de que una señorita tenga que esperar a que su guardia personal llegue?—exclamo Evelin sumamente molesta, con una mano sujetando su cintura dirigiéndose hacia los dos jóvenes guardias.–¿por que tiene que ser tan ineptos siempre?—decía esto con su típica sonrisa burlona–pero, qué le vamos a hacer, ¡vámonos que se hace de noche!—entonces se dio media vuelta. Esa mañana era extraña, la bella joven parecía más animada que nunca, y no llevaba consigo su habitual vestido largo con holanes con su gran abrigo, ésta vez llevaba puesto un pantalón de piel con unas botas, un grueso abrigo y su cabello atado en forma de cola de caballo. Evelin eres la joven más hermosa de toda la aldea, era una joven de tez blanca, con una hermosa figura, el cabello rubio de su cabello rizado combinaba a la perfección con su hermoso rostro, sus ojos color azul turquesa no opacaba su pequeña y respingada nariz, al contrario la hacía más atractiva aun.Pero lo que más llamaba la atención sin duda alguna eran sus delicados labios color rosa, muchos jóvenes habían tratado de acercarse a ella, pero inmediatamente se interponía su guardia personal, tanto así la custodiaban que se llegaba a contar que jamás un joven había rozado siquiera alguna de sus finas manos.–señorita su carrosa la espera—el sirviente extendió su mano derecha con la palma extendida señalando al vehículo mientras bajaba la mirada y se inclinaba ligeramente en forma de reverencia.La joven no lo volteo a mirar y camino hacia la carrosa, otro sirviente esperaba en la puerta de la carrosa y la abrió inmediatamente al acercarse la joven, la cual subió inmediatamente a la carroza y se cerró la puerta.

Alexander y Leonard treparon en la parte de adelante al lado del conductor el cual los dirigió hasta la plaza de la aldea.Para llegar a la plaza central desde la hacienda, se tenia que cruzar un pequeño lago artificial que rodeaba la tierra en la cual estaba dicha aldea convirtiéndola en una pequeña isla, pero en aquella época del año el agua estaba congelada, y para cruzar el lago se había construido un puente solido de madera y piedras.Después de cruzar el lago, la carroza atravesó un pequeño pero espeso bosque, el cual estaba completamente cubierto de nieve.Poco después se comenzaban a divisar las primeras casas, y sembradíos.La carroza siguió su camino y entro a la aldea.La aldea de Cold estaba situada al norte de Finlandia y era una de las más bellas debido a sus espesos bosques y gran variedad de fauna.Era la aldea más importante debido a que se encontraba más cerca del castillo bizantino, el cual pertenecía ala orden de caballeros nórdicos.Años atrás Alberick propuso un acuerdo a todas las aldeas cercanas a su castillo, el cual básicamente les ordenaba entregar una parte de sus cosechas y suministros a cambio de protección, la aldea que no aceptara el trato seria destruida, por supuesto todas aceptaron.Debido a esto no era raro ver escuadrones de reclutas y rara vez caballeros de renombre de dicha orden caminando por las calles de la aldea.

Llegaron a las orillas del pueblo y la carroza se detuvo.- que pasa, por que nos detuvimos.- dijo Leonard..-La señorita a dado instrucciones de detenerse a la entrada del pueblo.- respondió el cochero. El cochero bajo de la carroza y se aproximo a la puerta de la misma, después la abrió rápidamente, los dos guardias también bajaron del coche y escoltaron la puerta, la joven bajo lentamente.-puedes irte ya, nosotros regresaremos después.- el cochero dio media vuelta y condujo la carroza devuelta a casa.Bajaron en un pequeño camino pedregoso que llevaba directamente a la plaza central, el cual partía literalmente el poblado en dos.El camino estaba rodeado de árboles enormes los cuales solo dejaban pasar débiles filtraciones de luz solarLa joven Evelin dio media vuelta y miro fijamente a los dos jóvenes..– Los e traído hasta aquí por una razón,- siguió mirando con una expresión en su rostro llena de tristeza y preocupación, lo cual dejo perplejos a ambos guardias, pues nunca en su vida la habían visto así..–mi padre quiere desposarme con un terrateniente de avanzada edad y todo por que si se lleva a cabo la unión recibirá mucho dinero y tierras, dejara de ser el jefe de la aldea y por fin podrá irse de este lugar para siempre, pero no ha pensado en mi, ni en lo que yo quiero.- los ojos azules de Evelin se oscurecieron repentinamente.– así que les pido me ayuden a escapar de mi padre, si alguna vez me consideraron su amiga ayúdenme.- termino de decir esas palabras y un par de lagrimas se escurrieron de sus mejillas, pero seguía teniendo una expresión dura seguía tratando de hacerse la fuerte pero estaba apunto de desmoronarse.Leonard estaba muy sorprendido con aquella muestra de humanidad por parte de Evelin, jamás los había tratado bien y siempre les dirigía la palabra para insultarlos, así que los dos guardias se miraron entre si sin saber que hacer.. —lo siento señorita no tenemos ninguna razón para ayudarle, siempre a procurado hacernos la vida difícil, y será mejor que no vuelva a tocar el tema.- Leonard lo dijo muy secamente como si no le importara en lo mas mínimo.. —Leonard ella quiere nuestra ayuda, no podemos dejarlo así sin mas. —Alexander se puso enfrente de cesar y con gran determinación y sin dejarlo de mirar directamente a los ojos. —tenemos que hacer algo no podemos quedarnos así sin mas.. —no es de nuestra incumbencia, además solo seguimos ordenes de tu padre y tu eres simplemente una misión un trabajo que hacer eso es todo. —Leonard se cruzo de brazos.Alexander lo agarro del cuello de su camisa con fuerza. —como puedes decirle eso a una señorita, no sabia que eras esa clase de persona. —cerro con fuerza su puño y estuvo a punto de golpear a Leonard.–.deténganse los dos, esta bien, comprendo, a ninguno de los dos le importo así como le importo a nadie, olviden lo que les dije, vallamos a casa, no hay nada mas que hacer, pero sepan de una vez que su vida será un infierno de ahora en adelante. —Evelin estaba sumamente enojada y se sentía vacía por dentro, sentía que nada en esta vida la apreciaba, se sentía muerta en ocasiones, y a veces había deseado la muerte.A pesar de ser la hija del káiser estaba sumamente sola, su padre jamás la veía y no sabia nada acerca de su madre, en ocasiones ella trataba de acercarse a su padre pero el decía que estaba ocupado, y trataba de remplazar su ausencia con costosos regalos.

Desde niña se le había educado para jamás contradecir a su padre y ser una dama perfecta así que prácticamente su manera de vivir siempre había estada sujeto a rigurosas reglas de sociedad, para cualquier niña de su edad hubiera sido una pesadilla, cuando alguno de sus instructores privados notaba que ella estaba haciendo algo mal, la castigaban severamente, encerrándola en cuartos oscuros, y en una ocasión casi moría de hambre a causa de que a su institutriz le parecía que estaba demasiado obesa y le prohibió la comida. Ella no tenia amigos, no tenia un verdadero padre y todo lo que ella conocía eran las torturas y las reglas de alta sociedad, entonces ella se desquitaba con su guardia.Regresaron lentamente a la hacienda sin pronunciar una sola palabra durante el camino, Evelin se notaba triste y seria, con la mirada opacada como si fuera a su ejecución.

Pasaron los días Leonard y Alexander no supieron nada de Evelin, ni se hablaba del tema, pasaron normalmente hasta que un día, en el que Leonard entrenaba con su inseparable compañero, técnicas de batalla en la arena especial de los guardias, llegaron noticias de Evelin.La arena especial de los guardias era una especie de coliseo construido completamente de roca, y estaba en la parte mas alejada de la hacienda, tenía una entrada principal que daba directamente a la arena, y la arena estaba equipada para que el guardia realizara su rutina de entrenamiento..–No puede ser que sean tan bueno con la espada Leonard–. Alexander envaino su espada y giro la cabeza al escuchar una voz de una doncella que les llamaba.Leonard y Alexander se acercaron hacia la doncella a recibir las noticias..- La señorita Evelin se va a cazar en la capilla principal del mismísimo castillo bizantino la próxima semana, y va a estar escoltada por los caballeros nórdicos, al parecer aquel terrateniente esta muy bien relacionado, acaso no es emocionante.-la joven de aproximadamente 20 años y tez clara, dibujo una gran sonrisa en su rostro.. —no puedo creer que no la ayudemos. —Alexander miro con recelo a Leonard.. —vámonos ya es hora de comer tengo hambre. —Leonard salió del coliseo seguido por Alexander y no dijeron nada más del asunto.

Los días siguieron pasando, y un día antes de la boda, entrada la noche a la hora en que ya todos dormían una silueta con una túnica blanca entro a la habitación de Leonard, se deslizo lentamente y no hizo el menor ruido, se inclino lentamente halado de la cama de Leonard, después le hablo suavemente al iodo.Leonard se levanto de un salto y vio como la silueta se alejaba, la siguió, salió de su habitación y se interno en el bosque, la silueta blanca se movía ágilmente entre la espesura, a Leonard le costo trabajo acortar distancias.Siguieron internándose en el bosque hasta que la silueta blanca se detuvo en un claro en el que los árboles alrededor formaban un circulo perfecto y la persona envuelta en la túnica blanca la bañaban completamente los rayos de luna llena.Leonard se acerco al encapuchado lentamente, al buscar su espada no la encontró, había salido tan rápidamente que se había olvidado de ella, se acerco poco a poco hasta quedar a una corta distancia.Poco a poco el desconocido se fue levantando la túnica y dejo al descubierto su hermoso rostro que palidecía aun mas con los rayos de luna pero que resaltaban unos preciosos ojos azul turquesa, entonces sonrió con sus labios rosa.. —Evelin. —susurro Leonard débilmente como hipnotizado por su incomparable belleza.. —Leonard, lamento haberte despertado pero tengo que pedirte un favor, necesito que me ayudes a escapar, que me ayudes. —Evelin seguía con su expresión seria mirando a Leonard fijamente.. —ya te dije que no lo are, no puedo, ser guardia es todo lo que tengo y para lo único que soy bueno. —Leonard estaba conmovido por la sinceridad de Evelin, pero la verdad era que tenía miedo de perderlo todo. —además no podría hacer nada, y por que me escogiste a mí, habiendo mas guardias y mejores no entiendo. —Leonard suavizo la facción de su rostro y se sujeto el cabello con una mano..–Tu eres el único que puede ayudarme, los además guardias le temen demasiado a mi padre y me delatarían enseguida, y eres un buen guerrero te e estado observando, eres imparable, pareces hasta cierto punto anormal, y si me a ayudas te daré lo que quieras. —clavo aun mas sus ojos en los de Leonard y se alejo un paso de el.. —no puedo lo siento.—Leonard desvió la mirada hacia el suelo..—si no me ayudas.—Leonard vio a Evelin y observo que tenia una daga de plata entre las manos.—si no me ayudas, me enterrare esta daga y acabare con mi vida, no quiero ser la señora de un terrateniente anciano,.—Evelin bajó la cabeza y se le escurrieron las lagrimas al mismo tiempo que se le quebraba la voz.- no puedo seguir así, quiero vivir, toda mi vida han sido reglas y reglas, por favor.—Evelin alzo la cabeza miro a Leonard y grito con toda su fuerza.— ¡¡¡¡¡quiero vivir!!!!!..—después callo de rodillas llorando desconsoladamente.Leonard se acerco a ella lentamente le puso una mano en el hombro, ella levanto la cabeza sus grandes ojos llorosos lo vieron. —te ayudare, ¿no puedo negarme cierto?Evelin se abalanzo sobre Leonard y lo abrazo con fuerza. —Gracias Leonard, gracias. —gritaba emocionada.Leonard se sonrojo ante tal agradecimiento pero trato de disimularlo. —aunque para serte sincero no tengo ni una idea de cómo nos escaparemos, ni en el lío en el que me estoy metiendo.

 

 

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