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Capital social en Colombia. El estado de la seguridad e inseguridad social colombiana


Partes: 1, 2

    1. Bajo capital social

    Bajo capital social

    La misma estructura social colombiana no genera un lazo que permita dar confianza y cohesión social necesaria para alcanzar unos niveles integrales de desarrollo óptimos, ya que no existe el compromiso y la idea de ser un parte de todo, ni la confianza en el desempeño de las demás partes.

    En Colombia no existe la necesaria confianza, la solidaridad, la unión, la honradez, el cumplimiento, el respeto por las reglas y las leyes; como un conjunto adecuado de virtudes sociales capaces de articular una verdadera sociedad, plasmada en un verdadero capital social que permita configurar un país con logros óptimos.

    El Capital Social trata de las condiciones inherentes al comportamiento de los individuos que les permiten interactuar en trabajo de grupo, que establezcan mecanismos más efectivos para cumplir las metas. O sea, una comunidad que interactúe entre si íntegramente.

    Desde que el individuo nace, se distiende en crear un ambiente propicio para actuar de una u otra manera en un ambiente colectivo, lo que depende de una serie de valores que alientan y facilitan el trabajo productivo y progresivo, a la vez que refuerzan y garantizan el buen funcionamiento de aquel, y crean las condiciones para una sociedad preparada para el desarrollo. Pero si los valores apuntan hacia el oportunismo, la riqueza rápida y la ley del más ¨vivo¨, precisamente de aquellos quienes se mueven entre el narcotráfico, el contrabando, la corrupción política en un marco de instituciones que fluye dentro del anacronismo y la ilegalidad, participan de niveles y ambientes políticos y sociales hostiles a las iniciativas democráticas. Donde hace que la expresión auténtica de la opinión comunitaria es eliminada de raíz, las semillas de la confianza, la solidaridad y el compromiso con lo público, viéndose seriamente afectadas.

    Es así como el capital social, representa el nacimiento del hombre en sociedad y las herramientas utilizables para funcionar como ciudadano, en el contenido medular de toda interacción de una sociedad.

    En las características de la sociedad colombiana, pueden marcar el sendero para describir su proceso de maduración. Como es bien sabido de las sociedades precolombinas asentadas en el territorio nacional, las que se hallaban dispersas, se caracterizaban por una significativa diversidad cultural, quienes reinaban dentro de un sentido de comunidad y de respeto por las tradiciones, manteniéndose unidas a través de su cultura y su estilo de vida, pero que posteriormente fueron sometidas al régimen del hombre español, quienes pernoctaron en estos territorios con el ánimo de someter o simplemente eliminar las culturas establecidas en estas tierras. Ignorando el valor de la diversidad y destruyendo sus propias identidades auténticas. Pues de inmediato desde que entró el español a estas tierras, calificó de salvajes a los nativos, aduciendo que debían ser salvados de la ignorancia, convirtiéndolos de inmediato al catolicismo, sin importar los medios ni las consecuencias de su comportamiento sobre el inconsciente colectivo de las comunidades indígenas.

    Este cometido, no impidió que las comunidades indígenas sometidas, se salvaran de ser aniquiladas, llevándolas rápidamente al holocausto, con la consiguiente pérdida del legado cultural y comunitario. Mientras que los sobrevivientes al ver el grupo social destruido y humillado, entraron en proceso de inercia, lo que intensificó la destrucción de sus propios pueblos. Y constituyó esto, el fin de una raza, representando una naciente sociedad colonial caracterizada por la dominación y la subyugación donde las desigualdades de todo tipo eran los elementos sobresalientes. Sociedad retrógrada en lo social, ya que se caracterizaba porque el ejercicio del poder estaba concentrado en manos de expatriados españoles, toda clase de malhechores, ladrones, rufianes y estrambóticos elementos antisociales quienes crearon caos. Llegaron a relegar las funciones de los nativos destruyendo cualquier posibilidad de identificación horizontal de la comunidad, dando paso a relaciones de tipo patrón cliente, donde el otro no era mirado como igual, sino como un agente capaz de proporcionar beneficios personales.

    Todo este caótico sistema, conlleva a que se configure en la estructura colombiana un desenlace continuo de guerras civiles, el ambiente de incertidumbre, la progresiva regionalización del país, debido a los problemas de comunicación causados por las características geográficas, el origen de sectores regionales y la consiguiente conformación de idiosincrasias zonificadas, con el fiel reflejo de fragmentaciones políticas que hicieron que la economía se presentase con un deslinde comparativo y en conjunto con la sociedad.

    Ese sistema de relación dado entre patrón – cliente, es lo que hace que se configure un sistema político clientelista, característico de las condiciones de incertidumbre del entorno de la sociedad colombiana, conduciendo a una conformación racionalista de producción – especulación, la que se enfocó básicamente al aprovechamiento personalista de las oportunidades económicas y dejando de lado la conformación de un aparato competitivo en la producción. Lo que hizo que se deslegitimara las virtudes sociales como son la honradez, el sentido por el trabajo y la educación; que hacen efectivo el funcionamiento de una sociedad.

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