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La importancia dinámica del abuso sexual (página 2)

Enviado por Felix Larocca


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El problema se divide en tres tipos de traumatismos:

  1. El trauma físico. Una persona inmadura no está lo suficientemente desarrollada para tolerar la invasión y penetración de su cuerpo por una persona mayor. Mientras que un individuo desarrollado, sufre distorsiones neurológicas resultados de los traumas corporales que afectan su imagen y esquema corporales.
  2. El trauma en el proceso del desarrollo. Una experiencia se vuelve traumática cuando interfiere con el progreso total del individuo, o cuando la etapa en la que el individuo se encuentra no le permite neutralizar o reducir su impacto.
  3. El trauma psicológico. Quizás sea el más importante, porque, casi siempre, es un "grito silencioso". Ya que sucede dentro del mayor secreto, provoca sentimientos conflictivos de ansiedad, culpabilidad, y confusión. A menudo ocurre en una edad cuando el cuerpo no está preparado para lograr la reconciliación entre lo que sería natural a otra edad más avanzada y lo que ahora sucede.

Para evitar la coerción sexual, la Naturaleza ha dispuesto que el desarrollo del varón en nuestra especie sea más lento que el de las hembras, así ellas pueden defenderse mejor de los ataques y provocaciones de carácter sexual de sus compañeros de edad.

Muchas condiciones psiquiátricas se asocian en sus orígenes con el abuso sexual:

  • Algunos trastornos de la personalidad de severidad variable
  • Problemas de adaptación e identidad sexual
  • Los desórdenes del comer
  • Las adicciones
  • Trastornos del comportamiento en niños
  • Problemas de personalidad limítrofe
  • Los trastornos afectivos

Un caso servirá de ilustración

Marianela abandonó el noviciado cuando la expulsaron, a los 21 años, por haber robado una suma cuantiosa del dinero comunal dedicado a los pobres. Que los padres hicieran restitución no bastó, ya que las otras monjas dudaban de esta "niña malcriada" en todos los respectos.

La ex-postulante decidió mudarse en una ciudad importante de los EE.UU. donde empezó su entrenamiento como veterinaria en una universidad famosa. Durante sus estudios, se enamoró de un profesor casado, que enseñaba en la facultad de neurociencias, donde también se inscribió, graduándose en tres años summa cum laude con un doctorado en ambas disciplinas.

Las nuevas de la aparición en el firmamento de la ciencia de este portento, pronto se difundieron en el mundo de academia y la joven profesional se vio asediada por agentes de empleo que buscaban sus servicios.

Marianela aceptó una posición en una universidad famosa, donde se distinguió como profesora y como científica. Sus contribuciones a ambas ciencias que desempeñara eran legendarias. Pero, hay más, su vida, para todos era un misterio, ya que se reducía a la investigación científica y a mantener una finca donde criaba burros. Su vida romántica era otra cosa, ya que la vivía en secreto a la sombra de su amante el profesor de neurociencias con quien mantenía una relación que podía ocultar bajo el silencio de las noches dedicadas a la investigación. Nadie sospechaba nada.

La entropía hace su entrada en el mundo apacible de Marianela

Recordemos esta ley de la termodinámica que es la medida del desorden de un sistema, indicando en esencia, que todo sistema estable progresa hasta la inestabilidad. Así fue como el mundo de Marianela colapsó.

En la carrera del escolástico anglosajón existe un estado llamado "tenure" que se traduciría como titularidad permanente, lo que garantiza que uno no puede nunca perder la posición alcanzada y que la jubilación bien remunerada es garantizada. Hay muchos otros beneficios asociados, pero explicarlos aquí sería superfluo.

Las noticias llegaron con prontitud, "tengo que mudarme a otro lugar, acepté una oferta que se presenta una vez en la vida universitaria. El decano me advirtió que tenía que romper con todas mis relaciones en esta universidad… así que llegó el momento de despedirnos. Adiós Marianela, y que Dios te bendiga, por todo lo que por mí has hecho".

La joven mujer, sintiéndose rechazada, buscó la manera más expediente de terminar su vida tratando de asfixiarse con lo humos de monóxido de carbono que emitiera su carro en un garaje cerrado. Una vecina alerta le salvó la vida, y así nos conocimos.

La terapia se caracterizó al principio en un ejercicio del intelecto. Marianela leyó mis libros y artículos y se ofreció a colaborar (como veterinaria) en un proyecto que teníamos en la clínica acerca de la rumia humana.

Las sesiones eran tediosas, pero la paciente insistía en que estaba mejorando. A propósito de lo que vale aquí mencionar que existe una condición, producto de la resistencia, llamada "escape en la salud".

La llegada de papi…

Llegó agosto, un viaje que mi esposa y yo debíamos hacer a presentar un trabajo en una conferencia en París. Cuando llegamos a la "Ciudad Luz" un telegrama nos esperaba, la paciente había hecho otro atentado contra su vida, rehusando nada que ver con otro terapeuta. El viaje se trucó para nosotros.

Ahora la terapia tomó un carácter distinto. La paciente recordó cuando su padrastro aprovechaba las ausencias de la mamá, enfermera de turno nocturno, para meterse en la cama de ella, manteniendo una relación íntima, desde los diez a los dieciséis años en la que era forzada al secreto. Todo terminó cuando habiéndose convertido al catolicismo, ingresó en un convento.

Véase mi ponencia: El Celibato: ¿Aberración sublime? O ¿Sublimación aberrante?

La restitución del equilibrio del ego en la terapia analítica culminó en su cura eventual.

Una nota acerca del desarrollo psicosexual y de su importancia en el desarrollo total de los seres humanos.

Como el animal con la inteligencia más evolucionada que existe en la Naturaleza, nosotros fuimos dotados con muchos atributos especiales, entre ellos, el apego a la vida de familia, la dependencia en la madre (que otros primates asimismo demuestran) y una progresión de etapas psicosexuales que nos hacen vulnerables al abuso por las personas que nos cuidan.

En la mayoría de los casos, quizás las personas se recuperan sin secuelas. Pero, en los casos que se presentan en la clínica, los estragos residuales son inmensos.

Sí, es la respuesta. Marianela se sanó, publicamos artículos juntos. No se casó. Cuida sus burros.

All’s well that ends well (William Shakespeare, 1602-03)

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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