La evolución y el desarrollo sexual humano comienzan temprano en la vida. Como todas las fases progresivas de la maduración y el desarrollo, el ser humano se beneficia de una niñez y juventud libres de traumas. Esa Utopía no es siempre posible, ya que la fantasía, en forma de una imaginación febril, puede convencernos de que eventos que, imagináramos pasaron en nuestra, niñez fueron actuales.
El abuso sexual, problema paleolítico
El abuso sexual ocurre en muchas situaciones y en muchos escenarios en el teatro de la vida. Ocurre a adultos, niños y aún ocurre a ancianos; no escapando los muertos para quienes practican la necrofilia. Para esta lección, limitaremos el abuso a sus formas más comunes de presentación en el ámbito de la psicoterapia.
El abuso sexual se produce cuando, una persona en posición superior fuerza a otra a mantener un contacto sexual. Para ello se puede valer de la fuerza física, de engaños, de amenazas o de sobornos. Generalmente, se produce en niños, por parientes adultos, mentores o jóvenes de mayor edad y en los adultos, por jefes en mujeres subordinadas.
Se considera abuso cualquier tipo de penetración, roces o caricias de órganos genitales en contra de la voluntad, o fuera de la capacidad de entendimiento del individuo que las sufre.
También se incluye el tocamiento de los órganos genitales del abusador. Pero no siempre tiene que haber contacto físico, puede ser que alguien se exhiba desnudo, que haga que lo miren mientras se toca sus genitales o mantiene relaciones sexuales con otra u otras personas, que invite a personas vulnerables ver películas pornográficas o asistir a conversaciones de contenido sexual, que insista en que posen desnudos, con el fin de excitarse u obtener placer sexual. (Véase mi artículo: La Pornografía y los Trastornos del Comer).
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