Tras esto, se sentía protegida frente a todos los ataques exteriores y aprovechó su poder sin escrúpulos. Los historiadores antiguos alegan que Mesalina era ninfómana y que por ello era infiel de forma habitual a Claudio. Tácito comenta que fue tan lejos como para competir con una prostituta en cuanto al número de amantes que podía tener en una sola noche y que manipulaba la política para conseguir riquezas para sí misma.
En el año 48, Mesalina, a espaldas de Claudio y mientras éste se encontraba en Ostia, contrajo matrimonio con Cayo Silio en una ceremonia pública. Las fuentes discrepan sobre si se divorció en primer lugar del emperador o sobre si su intención era usurpar el trono.
Tácito sugiere que el cargo de censor que poseía Claudio le habría impedido conocer la infidelidad hasta llegar a un punto tan crítico.
En cualquier caso, el resultado fue la ejecución de Silio, Mesalina y gran parte de su círculo.
Claudio llegó incluso a hacer prometer a su Guardia Pretoriana que lo matasen si volvía a casarse de nuevo.
A pesar de esta declaración, Claudio se casó una vez más. Las fuentes antiguas cuentan que los libertos presentaron tres posibles candidatas: la antigua esposa de Calígula, Lolia Paulina; la segunda esposa de Claudio, Aelia, y su sobrina, Agripina la menor. Según el relato de Suetonio, ésta se impuso sobre el resto de candidatas.
La realidad es muy posible que tenga una vertiente más política. El intento de golpe de estado de Silio probablemente hizo a Claudio darse cuenta de la debilidad de su posición como miembro de la familia Claudia, pero no de la Julia. Esta debilidad quedaba más al descubierto por el hecho de que no tuviese un verdadero heredero varón, ya que Británico era todavía un niño. Agripina era una de las pocas descendientes que quedaban de Augusto y su hijo, Lucio Domicio Ahenobarbo (más tarde conocido como Nerón), uno de los últimos varones de la familia imperial. Los futuros golpes de estado surgirían probablemente instigados por estas dos personas y más teniendo en cuenta que Agripina ya mostraba ciertas ambiciones.
Se ha sugerido recientemente que el propio Senado podría haber impulsado el matrimonio como modo de poner fin a la lucha entre las ramas Julia y Claudia.
Agripina y estaba considerada una relación incestuosa) Claudio se casó con su sobrina Agripina la menor, hija de Agripina la mayor (a su vez hija de Marco Vipsanio Agripa, el amigo y privado de Augusto) y su hermano Germánico, hermana de Calígula. Más tarde también adoptaría al hijo de Agripina como hijo suyo, lo que abriría el acceso al trono a Lucio Domicio Nerón, en detrimento del hijo natural de Claudio, Británico.
Nerón sería nombrado coheredero junto con el todavía menor de edad Británico, se casaría con Octavia y recibiría una gran promoción en su carrera política.
Mesalina merecería un capítulo aparte, que no lo va a tener en esta oportunidad ya que el enfoque del trabajo no amerita más que la mención que hacemos de ella. Si su intención fue parecerse a Livia, le faltó mucha clase como a todas las otras mujeres de la dinastía, haciendo excepción, quizá, de la madre de Claudio.
VI LUCIUS DOMITIUS NERO CLAUDIUS NERÓN
(54 – 68) (Sobrino nieto e hijo adoptivo de Claudio)
El sexto velludo que esclavice al Estado será hijo y no hijo de este último velludo. Dará a Roma violines y miedo y fuego.
Sus manos estarán tintas en sangre paterna.
No habrá un séptimo velludo que lo suceda y de su tumba brotará la sangre.
Profecía sobre Nerón:
"El parto fue extraordinariamente largo. Duró toda la noche y yo sufrí mucho…En el preciso momento que Jenofonte cogió entre sus manos al niño que salía de mi vientre, el primer rayo de sol surgió en el mar, en el horizonte y vino a iluminar a mi hijo ya antes de tocar la tierra…Balbilo observó largamente el cielo la noche siguiente. Luego reflexionó mientras con la punta de una varita trazaba figuras en la arena. Al final, me dijo que ese hijo sería rey, en efecto, pero que mataría a su madre…"(MA)
"¡Que me mate, con tal de que reine!" (MA)
Era hijo del primer matrimonio de la cuarta mujer de Claudio, Agripina la Joven y, por tanto, tataranieto de Augusto.
Agripina convenció a Claudio para que adoptara a Nerón en el 51, señalándole como heredero de la diadema imperial (en lugar del que se suponía su propio hijo, Británico, nacido del matrimonio con Mesalina); para fortalecer su posición casó a Nerón con la hija de Claudio, Octavia, en el 53; y, finalmente, asesinó al emperador en el 54, dejando el camino libre para su hijo. Éste fue proclamado emperador con sólo 17 años por la guardia pretoriana, dirigida por el prefecto Burro.
El reinado de Nerón se inició bajo la influencia de Burro y del filósofo Séneca (preceptor de Nerón (54-
59), a través de los cuales era Agripina la verdadera dueña del poder. Pero cuando Agripina sospechó que Nerón pretendía liberarse de la tutela materna, empezó a conspirar con Británico para derribarle, y el emperador respondió haciendo asesinar tanto a Británico (55) como a Agripina (59). Aunque tuvo que realizar varios intentos para deshacerse de esta última.
Tras cinco primeros años de reinado bastante tranquilos, recordados más tarde como uno de los mejores periodos de la historia romana (en los cuales se estableció el protectorado romano sobre
Armenia), el emperador empezó a convertirse en un tirano sin escrúpulos, interesado tan sólo por gozar
de los placeres de la vida y de la belleza, bajo la influencia de su caprichosa amante Popea (que le obligó a divorciarse de Octavia y a asesinarla en el 62, para casarse con ella misma). También hizo asesinar a Burro (62) y lo sustituyó por su favorito Tigelino.
"Con Nerón se extinguió la familia de los Césares, acontecimiento que habían anunciado varios presagios, y especialmente dos, mucho más evidentes que los otros. Poco después de su matrimonio con Augusto iba Livia a ver su casa de Veyes, cuando un águila, volando por encima de ella, dejó caer sobre sus rodillas una gallina blanca de la que acababa de apoderarse y que todavía conservaba en el pico una rama de laurel. Tuvo el capricho de criar el ave y plantar la rama. La gallina dió tantos pollos, que aquella casa recibió el nombre, que conserva aún, de las gallinas, y la planta se desarrolló tan bien, que en lo sucesivo tomaron de ella los Césares los laureles para sus triunfos; además fue para ellos una tradición plantar otros en el mismo lugar después de haber triunfado. Observóse que poco antes de la muerte de cada emperador, el arbusto que él había plantado se marchitaba; y durante el último año del reinado de Nerón, secóse la planta hasta las raíces y perecieron todas las gallinas. Poco después hirió un rayo el palacio de los Césares, cayeron a la vez las cabezas de todas sus estatuas y a la de Augusto le fue arrancado el cetro de las manos." (Suetonio)
Una extraña profecía:
Cuenta Pierre Grimal en sus "Memorias de Agripina" que Narciso, uno de los libertos que trabajaba para Claudio se negaba a aceptar a Nerón como su sucesor. Llevó a un adivino que contaba con alta reputación del que se decía que podía conocer el destino de los seres con solo mirarle a la cara.
"El adivino, a quien le habían ocultado los nombres de los jóvenes que tenía ante él, examinó largo tiempo a
Británico, y saco la conclusión de que aquel niño jamás sería rey. Pero, clavando en los ojos de un tal Tito Flavio, hijo de un oscuro ciudadano de la Sabina, exclamó: ¡Tú, en cambio, reinarás!. Narciso no le creyó. Solo sacó conclusiones sobre la ignorancia del adivino y sobre la vanidad de su arte."
LA DINASTÍA JULIO – CLAUDIA
Describir esta dinastía puede llevar a confusiones dado la similitud de los nombres, la cantidad de matrimonios (el divorcio era legal en Roma), las adopciones y el parentesco integral de sus componentes, por lo que trataremos de simplificarla al máximo. Precedida por la República Romana, la sucedió en el Imperio la Dinastía Flavia.
(la línea discontinua significa adopción como hijo y heredero).
Se conoce a esta dinastía por Julio-Claudia porque sus miembros descendían de dos de las gens de la Antigua Roma, los Julios y los Claudios. Su fundador, Augusto, era un Julio por haber sido adoptado por su tío-abuelo, Julio César. Sin embargo, la familia imperial incluía ascendientes y ramas colaterales de las familias Octavia, Claudia Marcela (una rama de los Claudio Nerones), Antonia, Vipsania (la gens de Agripa), Domicia y Valeria.
Tiberio era Claudio de nacimiento pero, como Augusto antes que él, se hizo Julio al ser adoptado por su padrastro Augusto.
Calígula, sin embargo, era Claudio, al menos por su linaje paterno; y era bisnieto por sangre de Augusto. Se convirtió en Julio cuando su padre Germánico fue adoptado por
Tiberio.
Claudio era un Claudio, aunque también descendía de la familia Julia por parte de su abuela materna Octavia la menor —hermana de Augusto— cuya propia abuela materna era Julia, hermana de César. Fue el único que no fue adoptado ni directa ni indirectamente por ningún emperador anterior, ya que fue proclamado emperador por los asesinos de su sobrino Calígula. A pesar de ser un Claudio, al casarse con Agripina, perteneciente a los Julios, se le acepta como uno.
Nerón también compartía ancestros Julios y Claudios. También, como Calígula, descendía de Augusto, siendo su tataranieto. Y como Tiberio, fue adoptado como hijo y heredero por su padrastro Claudio, que además era su tío-abuelo.
De Sobrinos y de Nietos; Hijos abstenerse: solo adoptivos
1. Augusto era sobrino nieto de Julio César y su hijo adoptivo.
2. Calígula era sobrino nieto de Tiberio, también hijo adoptivo.
3. Claudio era sobrino nieto de Augusto. único de relación directa.
4. Nerón era sobrino nieto de Claudio y su hijo adoptivo.
La otra relación recurrente es la de padrastro y hermanastro, que no lo es de sangre pero sí por alianza matrimonial:
1. Tiberio era hijastro de Augusto.
2. Nerón, así como era sobrino nieto de Claudio era también su hijastro (su madre Agripina fue sobrina de Claudio, y también su cuarta esposa).
La relación tío a sobrino también destaca: Tiberio era tío de Claudio, Claudio era tío de Calígula y este último tío de Nerón.
Ningún emperador Julio-Claudio fue descendiente sanguíneo directo de su predecesor. Tiberio y Claudio tenían sucesores de sangre (el nieto de Tiberio, Tiberio Gemelo y el hijo de Claudio Británico) disponibles para su sucesión, pero prefirieron, o no les quedó otra opción, designar a sus sobrino- nietos.
1. Augusto (27 a. C.–14 d. C.)
2. Tiberio (14–37)
3. Calígula (37–41)
4. Claudio (41–54)
5. Nerón (54–68)
YO, CLAUDIO (Novela Histórica) de Robert Graves (Inglaterra) (I, Claudius)
Se publica por vez primera en el año 1934, llegando a convertirse en uno de los grandes best sellers del siglo XX. La revista Time incluyó la novela en su lista de las 100 mejores novelas en inglés desde el año
1923 hasta 2005.
A pesar de su éxito de crítica y económico, Graves más tarde se sintió a disgusto con la popularidad de los libros. Señaló que sólo fueron escritos por necesidades financieras con un plazo estricto. No obstante, aún hoy son consideradas como obras maestras pioneras en el reino de la ficción histórica.
Fuentes: Graves se basó en gran medida en las historias escritas por Tácito, Plutarco y (especialmente) Suetonio a quien tradujo antes de escribir la novela. Robert Graves señaló que después de leer a Suetonio, Claudio se le apareció en un sueño una noche y exigió que se narrara su verdadera historia. La vida de Claudio proporcionó a Graves una forma de escribir sobre los primeros cuatro emperadores desde un punto de vista íntimo.
La historia narra con simpatía la vida de Claudio, desde su nacimiento hasta que se convierte en emperador, y al hacerlo trata cínicamente la historia de la dinastía Julio-Claudia y el Imperio romano, desde el asesinato de Julio César en el año 44 a. C. hasta el asesinato de Calígula en el año 41 d. C. la historia continua en el libro Claudio, el dios, y su esposa Mesalina donde trata el gobierno de Claudio hasta su muerte y la designación de Nerón como su sucesor.
Narrada en primera persona por el propio Claudio, en los últimos años de su gobierno y alentado por la
Sibila que le comunicó que la verdadera historia sería conocida 1900 años después, evoca su infancia y juventud centrándose en las intrigas familiares (asesinatos, destierros y alianzas) y en cómo él, Claudio, el menos dotado y quizá el único en la historia que no deseaba el poder, (estaba a favor de la República) llegó a convertirse, ya "viejo" (49 años) en gobernante del Imperio romano.
Graves usa las incapacidades del personaje, su tartamudeo, su cojera y varios tics nerviosos, que lo hacían aparecer como un deficiente mental a sus parientes para desarrollar un personaje simpático, cuya supervivencia en una dinastía asesina depende de la asunción incorrecta de que es un idiota inofensivo.
Claudio fue un historiador experto y se sabe que escribió una autobiografía, hoy perdida, en ocho libros que abarcaban el mismo período. Se supone que las escribe en griego, por cuanto Claudio está escribiendo para la posteridad en la que creía que no se hablaría latín, pero sí griego. Esto permite a
Graves explicar costumbres y expresiones idiomáticas latinas
El marco utilizado por Graves para su historia es una profecía de la Sibila que recibe Claudio en su visita a Cumas y otra contenida en el libro de las Curiosidades Sibilinas: la de los velludos.
En Yo, Claudio se pueden apreciar claramente muchas de las costumbres de la época y de su cultura, como la creencia en los dioses. La inmediatez y la validez de la religión romana es así otro tema común
en la novela. Todas las profecías realizadas en la narrativa acaban sucediendo, como los distintos césares que se suceden en el trono. Las profecías religiosas funcionan como medios principales de presagiar en la narrativa. También se relatan las conquistas de Roma, particularmente en Germania.
Se describen en la novela muchos personajes importantes de la antigüedad, y los personajes femeninos son bastante poderosos ejerciendo claramente un poder por detrás de sus esposos, amantes, padres, hermanos o hijos. El ejemplo más claro es proporcionado por Augusto y Livia: allí donde él inadvertidamente ha causado la guerra civil, ella consigue, a través de una constante manipulación, conservar la paz, prevenir un regreso a la República y mantener a sus parientes en el poder. Las mujeres romanas no tenían un papel abierto en la vida pública así que a menudo acontecimientos significativos y desagradables supuestamente instigados por detrás por las mujeres permite a Graves desarrollar personajes vitales y poderosos.
En cuanto a la precisión histórica podemos decir que Graves fue selectivo en el uso de las fuentes antiguas (principalmente Tácito y Suetonio), no siguiendo siempre sus afirmaciones. Por ejemplo, las peores alegaciones contra Tiberio y Calígula se repiten como un hecho, cuando alegaciones similares contra Augusto se ven como muestra de la influencia de Livia. Se hace que Livia confiese asesinatos (de Marcelo, Agripa, Augusto, Cayo y Lucio) que se supone que cometió sólo según una fuente antigua
(Tácito). Augusto, por su parte, está representado como un hombre bondadoso, incluso una especie de amable bufón e inocentón, que está tristemente engañado por su esposa.
Hay una serie de discrepancias menores que se deben a investigaciones llevadas a cabo con posterioridad a la publicación de los libros.
Una escena interesante dentro de la trama es la que se refiere al tema de la exactitud histórica, la ficción histórica y la propaganda. El joven Claudio está en la biblioteca y es testigo de una conversación entre los historiadores romanos Livio y Polión sobre la mejor manera de escribir historia. Se revela que la versión de Graves de Livio deliberadamente se toma libertades con la precisión histórica, describiendo, por ejemplo, grandes victorias romanas que realmente no sucedieron, de manera que sus lectores estarían orgullosos de su herencia romana y emularían las acciones de las figuras «históricas»; escribe lo que los lectores modernos llamarían ficción histórica. La versión de Graves de Polión, por su parte, diligentemente comprueba los hechos. Las obras resultantes son menos entretenidas a la hora de leerlas pero más precisas, escribe lo que los lectores modernos reconocerían como historia profesional. Los dos historiadores se vuelven hacia Claudio y le preguntan qué enfoque es el correcto. Aunque Claudio cree en secreto que Polión es mejor, responde que quizá la historia tiene dos propósitos, diciendo que «uno es inspirar a los hombres la virtud y el otro es compelerlos a la verdad, y quizá no sean irreconciliables». Cuando se le pregunta qué forma de historia planea escribir él cuando se convierta en adulto, responde que debido a que sabe que nunca será capaz de escribir tan bellamente como Livio, intentará ser tan disciplinado como Polión.
Legados:
? En 1937 se produjeron intentos de adaptar esta novela al cine por el director Josef von Sternberg. El rodaje se abandonó después de que Merle Oberon, esposa del productor y designada para el papel de Mesalina, quedase seriamente herida en un accidente de tránsito.
? La BBC produjo en 1976, con guión de Jack Pullman, una miniserie basada en esta novela y la siguiente. La producción ganó tres premios Emmy en 1978 y cuatro premios BAFTA en 1977.
?? Estrenos:
o Reino Unido (20/09/1976)
o USA (6/11/1977)
o Francia (13/6/1978)
? La telenovela mexicana Imperio de cristal está libremente basada en los temas centrales de Yo, Claudio, en especial en lo que se refiere a los nombres de ciertos personajes.
? En 2008, se anunció que Relativity Media había obtenido los derechos para producir una nueva adaptación al cine de Yo, Claudio. Jim Sheridan se citaba como director.
? La novela también se ha adaptado al teatro. La producción de 1972 I, Claudius fue escrita por John Mortimer y protagonizada por David Warner.
Autor:
Carmen Bianco
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