El sentido de la vida, del libro ciencia y consciencia de Miguel Sang Ben
Enviado por Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
Sub Antecedentes:En verdad, ¿hasta qué punto el sentido de la vida es pautado por el reconocimiento de la trascendencia, es decir, de la religión? Aún en tiempos tan poco controlados por el sentimiento religioso, se debe reconocer un mínimo humanista necesario para comprometer al género humano con la solidaridad. Este mínimo es la solidaridad basada en el amor..
Sub El fenómeno religioso.
Este es un hecho constante a lo largo de la historia y en los tiempos contemporáneos, hemos vistos un renacer de sectas, basadas en un entusiasmo por las filosofías orientales que se acerca a una moda. Es por tanto, que el hecho religioso se manifiesta bajo multitud de formas, resultando extremadamente difícil precisar su significado al margen de la cultura concreta en la que surge. De ahí, es que parece responder la dimensión religiosa al sentimiento que el hombre experimenta de sus limitaciones, de su indefensión frente a todo cuando le rodea. Surge la idea de la divinidad. Pero, la función de lo religioso parece ir más allá hasta el punto de la búsqueda de sentido total de la vida humana.
El concepto de divinidad, se encuentran una multitud de traducciones en las distintas culturas: va desde las relaciones del hombre con un dios trascendente y personal hasta el sentimiento de solidaridad con todos los seres humanos e incluso con todos los seres de la tierra. De todas maneras, el fenómeno religioso asume y engloba todos los aspectos parciales de la vida humana, confiriéndole orientación y valores peculiares, ofreciéndole al hombre la capacidad de obtener una experiencia total de la realidad, las cuales, bajo ninguna otra disciplina encuentran respuestas satisfactorias.
La historia, la psicología, la sociología, las ciencias en general, incluyen el fenómeno religioso entre sus campos de investigación. Por su parte, la filosofía de la religión, se especifica cada vez más dentro de la filosofía como un intento de esclarecer y delimitar su significado, par comprenderla como fenómeno. Es un cambio radical de aquellos intentos de probar la verdad o falsedad de la religión. Motivado más por el impacto que en la nación de adopción produjo su muerte y la admiración manifiesta por encima de las creencias religiosas, pasado a conocer la espiritualidad de una persona considerada santa entre nosotros.
Un ejemplo de espiritualidad: La Madre Teresa de Calcuta. Como un ejemplo de vivencia de la fe, se presenta la espiritualidad de la Madre Teresa de Calcuta, principalmente, en su comprensión de la dinámica de la fe cristiana en 5 pasos:
1-El fruto del silencio es la oración:La verdadera oración presupone recogimiento y silencio. Si importante es lo que tenemos que decirle a Dios, más importante es lo que Dios tiene que decirnos a nosotros. Donde no hay silencio, Dios no se deja oír. La oración es el combustible de la vida. La madre decía que sin oración no podría trabajar por Dios ni siquiera media hora. Para ella la oración alimenta y purifica el alma. De ahí, que para hacer el bien en este mundo hostil, se necesita mucha gracia de Dios, la cual nos llega de ordinario por medio de la oración. Tanta importancia, daba la Madre Teresa a la oración, que en 1976 fundó una rama más contemplativa dentro de sus congragación, a pesar de que las hermanas activas dedican buenos ratos a los ejercicios de piedad, sobre todo el comienzo y al final de cada jornada.
2-El fruto de la oración es la fe:Quien ora fortalece su fe religiosa. Gracias a la fe vemos la realidad como es, pues la vemos con la visión de Dios, Creador y Salvador universal. Las hermanas se desenvuelven mucho entre enfermos y moribundos. Si hay algo que escandalice al ser humano es la inevitabilidad de la enfermedad y de la muerte. Sólo quien tiene fe puede encontrarle sentido al dolor y a la muerte. Las hermanas transmiten que el dolor nos hace socio del redentor y que la muerte es puerta hacia Dios. Por la muerte sólo nos desprendemos del cuerpo físico o carnal.
3-El fruto de la fe, es el amor:Quien cree en el verdadero Dios, no puede menos que llegar a amarlo. Quien crece en el amor de Dios, crece en amor por todo lo que él ha creado, especialmente por sus criaturas libres e inteligentes, los seres humanos. Cuando hay amor en el corazón, uno sale de uno mismo hacia los demás en espíritu de gratitud y desinterés. Ese amor se expresará de muchas maneras. A veces el amor se reduce a acompañar a un prójimo doliente a mirar el reloj, del fin de sus días, recluido en la cama de un hospital. Quien ama descubre que el ser amado necesita algo más que ayudas materiales. Los pobres necesitan, antes que nada, ser reconocidos en su dignidad de seres humanos. Es decir, que quien ama sinceramente se hace feliz y hace felices a los demás.
4-El fruto del amor es el servicio:El amor desborda el corazón y se manifiesta en el servicio, hacia los demás. El servicio se adapta a la necesidad de cada prójimo. Quien sirve debe ser consciente de que es un privilegio servir a Jesús en los hermanos. El que sirve debe reconocer que recibe tanto o más de lo que da. Quien se dirige al prójimo con aires de bienhechor, fácilmente se convierte en opresor. Entonces el prójimo se convierte en víctima. Quien tiene verdadero espíritu de servicio siempre hace todo lo que puede por sus hermanos. A veces las hermanas reciben críticas por su labor asistencial que no llega hasta la raíz de los problemas.
5-El fruto del servicio es la paz:Cuando se sirve a Dios y al prójimo por amor, la paz se apodera de uno. La paz siempre reina entre los que comparten amor. La verdadera paz pasa por Dios, pues es un don muy suyo.
EL HOMBRE, LA MUJER Y DIOS.
Sub Hay pocas filosofías ateas o agnósticas, de ahí que, entre las primeras se encuentran los materialismos, antiguas y modernas, y dos formas solamente de existencialismo: el de Heidegger y Sartre. Por el agnosticismo están casi todos los empirismos. Todas las demás filosofías, idealistas, realistas, racionalistas, existencialistas son o panteístas o teístas. A pesar de esta presencia absoluta del teísmo en la filosofía, nuestra época, en el conjunto, es demasiado materialista intelectualmente y muy empirista existencialmente. Por lo tanto, según Nicolás, los ateísmos pululan y el agnosticismo está muy extendido, lo que parece ser un efecto de masas o un efecto de moda.
Sub Dios, fin trascendente, no es nunca un fin natural. No hay fin natural para la persona humana que satisfaga los deseos, curar el mal en todas sus formas y todas las enfermedades, que no son obstáculos que reaparecen continuamente para su cumplimiento en lo terrenal. La muerte es un buen ejemplo para comprender esta limitación humana. De ahí, que la filosofía puede establecer perfectamente que Dios existe, pero deja posible, por la naturaleza misma de sus pruebas, la adhesión libre a Dios. Este es el propósito básico de la humanidad: que cada uno de nosotros se sienta libre y consciente de esta libertad para que nuestra conducta tenga el sentido de plenitud. Es por eso, que la consecuencia práctica es la construcción de una sociedad libre para todos los seres humanos.
En esta investigación es un resumen del Capítulo VII: El sentido de la vida, del Libro Ciencia y Consciencia de Miguel Sang Ben