Resumen
El presente estudio intenta realizar un análisis acerca del insuficiente desarrollo científico existente en la SUM de Candelaria, motivado por un diagnóstico realizado en la Sede Universitaria Municipal Hermanos Saiz Montes de Oca de Candelaria con el objetivo de indagar acerca del escaso desarrollo científico presente en la misma, aún cuando dentro de sus tres procesos sustantivos se encuentra la investigación y además que es dentro del Municipio uno de los centros más privilegiados para la ejecución de esta tarea.
INTRODUCCION
Muchos han sido los éxitos de la ciencia en su alianza con la tecnología, los mismos nos han proporcionado una gran capacidad para explicar, controlar y transformar el mundo en función del bienestar de la sociedad.
La importancia de la ciencia y la tecnología aumenta en la medida en que el mundo se adentra en lo que se ha dado en llamar"La sociedad del conocimiento",[1] es decir, sociedades en las cuales el valor del conocimiento crece constantemente por su incorporación a los procesos productivos y de servicios.
Luego de haber realizado un análisis de los artículos de Jorge Núñez Jover, entre ellos "Las dos culturas: medio siglo después", podemos referirnos a los planteamientos que hacen algunos autores como:
En Cambridge, mayo de 1959 Snow, pronuncia una conferencia donde según Jover acuña una noción sobre la expresión "Las dos culturas". "Snow se refiere al proceso de cristalización de dos ambientes intelectuales crecientemente escindidos e incomunicados: de un lado lo que él llama "la cultura tradicional" donde incluye preferentemente a los "literatos" y de otro a los científicos, puros y aplicados, e ingenieros. Según Snow, los primeros muestran un escaso interés y un profundo desconocimiento de los avances científicos, o más exactamente, de la Revolución Científica e Industrial que tenía lugar desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX; los "científicos" por su parte, prestan escasa atención a la cultura humanista e incluso la miran con desdén"; lo cual marca la brecha entre uno y otro grupo, dándole mayor importancia al grupo de los científicos.
Las consecuencias de esta brecha se encuentran según Snow, en la incapacidad de asumir una actitud inteligente ante las grandes transformaciones tecnocientíficas de nuestro siglo y la dificultad para estimar suficientemente sus impactos sociales.
La otra observción de Snow estuvo dedicada a los "países pobres". Para él, el acceso a la riqueza y al bienestar pasaba por incorporarse a los avances científicos e industriales. La "gran brecha abierta entre ricos y pobres" es a su juicio una de "las tres amenazas que se ciernen en nuestro horizonte", en tanto las otras dos son "la guerra nuclear y la superpoblación". Lo que ocurre es que la cultura occidental, dividida, no puede calibrar el alcance de esos desafíos ni actuar en consecuencia.
"Con el tiempo el Estado comprendió la necesidad de financiar la investigación, además de la enseñanza. Este modelo fue creado por Jean-Baptiste Colbert, Secretario de Estado de Luis XIV, quien en 1666 decidió que el Estado debía financiar las actividades de la Acadèmie des Sciences de modo semejante a como se financiaban academias de pintura, escultura, arquitectura y teatro. El objetivo de Colbert y los ministros que le sucedieron era dignificar y retribuir adecuadamente el trabajo de estudiosos distintos al clásico profesor que sólo explicaba los textos de los antiguos. En este proceso la figura del investigador y del profesor se iría fundiendo paulatinamente."[2] Es importante destacar que ya desde estos tiempos se venía analizando la posibilidad de unificar las dos ciencias , de manera que se lograra una integridad entre ambas ya que no pueden dicernir una de la otra.
En 1945 V. Bush, entonces asesor del Presidente de los Estados Unidos diseñó una fórmula que parece resumir la esencia de la propuesta: más ciencia generaría más tecnología, a la que seguiría más riqueza y bienestar. La ciencia y su capacidad de ofrecer bienestar parecían ilimitadas. Así, las verdades científicas, bien protegidas, permitirían avanzar en la industrialización, la riqueza y el bienestar. Búsqueda de la objetividad y explotación práctica del saber en beneficio del hombre eran las piedras angulares de una imagen de la ciencia que ha tenido un peso fundamental en la cultura del siglo XX.
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