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Observaciones sobre la adjetivación y su valor expresivo en el diario de José Martí (página 2)

Enviado por Pablo González


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En primer lugar, apuntemos en el Apóstol la maestría y precisión en encontrar el calificativo cabal, rico en matices significacionales que satisfacen íntegramente la necesidad expresiva. No se percibe en ello solo una intención, un valor poético en su uso, en el sentido exacto del término se trata más bien de un dominio exhaustivo de la lengua de Cervantes y de sus resortes expresivos. Pero es significativo el hecho de poseer una especial sensibilidad lingüística. A simple vista pudiera pensarse que se trata de un recurso fácil, sin embargo, su poca frecuencia, aun en creadores muy destacados, así como lo peculiar que, por lo contrario resulta en otros, apunta con claridad que tal facilidad y sencillez son solo en apariencia. Existen casos de escritores distinguidos que, incluso sin demérito de sus obras se resienten de una falta de adjetivación certera y oportuna. Este no es el caso de nuestro Héroe Nacional, el cual se caracteriza por el manejo adecuado de la adjetivación. Por ello que la selección del creador y del último Diario que escribe no es fortuita. No es Martí un autor más. Se trata de un escritor universal, de una personalidad extraordinaria, siempre en línea ascendente.

El último Diario del Apóstol no fue divulgado hasta 1940.En esa fecha apareció publicado el Diario de Campaña del Mayor General Máximo Gómez (1868-1899)En ese volumen están incluidos de la página 289 a la 375, los apuntes que fue escribiendo Martí, día tras día, a partir del 9 de abril de 1895.Cuando embarca en Santo Domingo hacia Cuba, hasta el 17 de mayo, dos días antes de su muerte en Dos Ríos. En Cabo haitiano (Santo Domingo), el mismo día en que comienza este último Diario, escribe a María Mantilla": Tengo la vida a un lado y la muerte a otro, y un pueblo a las espaldas". (1). Esa noche embarca en el crucero alemán Nordstrand. Tocan al día siguiente en Inagua.El 11, frente a las costas cubanas. A las ocho de la noche, a tres millas de la orilla, el barco detiene su marcha, deslizan un bote. Allí están Martí, Máximo Gómez, Francisco Borrero, Ángel Guerra, César Salas y Marcos del Rosario. Reman fuerte contra la mar embravecida. Desembarca en Playitas, al pie de Cajobabo. Apunta Martí: "Dicha grande"(2).

Martí dejó a su muerte varios apuntes de diarios que corresponden a distintos instantes de su vida, pero ninguno supera a los apuntes que recogen los últimos meses de ésta. Superior a todos es el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, porque en esos apuntes finales, la expresión literaria de Martí se desnuda y aclara, se hace más simple, directo e inmediato. Claro, son como apuntes, pinceladas, acaso meras viñetas que el Apóstol hubiera completado, pero no les hubiese apuntado ese tono vehemente y espontáneo, les hubiera mantenido esa fresca y fragante actitud de desentrañamiento de la realidad insular, ese gozoso, jubiloso irrumpir en una circunstancia largamente añorada, en el ámbito de la patria tan ansiado y querido.

Según Manuel Pedro González, con este diario último llega a su culminación la prosa de José Martí. Superada, están esas características conscientemente renovadas y transformadas de su prosa en las crónicas y los discursos. Ahora la prosa nutrida en las fuentes más puras del idioma, pero alimentada también en las elaboraciones más recientes de la literatura contemporánea, se vuelve personal e intransferible, se ajusta ceñida, neta, simple, a la expresión desnuda. Esta prosa se adelanta a su tiempo y deja atrás modas pasajeras. No hay ejemplo superior a la prosa martiana en toda la literatura española e hispanoamericana del siglo.

La prosa martiana realiza una labor renovadora en las letras hispánicas. Dos características esenciales presenta su prosa: innovadora primero, una revolución en los medios expresivos; segundo: un enriquecimiento del léxico y de las formas de construcción sintáctica.

El uso adecuado y preciso del adjetivo es muestra evidente de las características distintivas del estilo martiano. Una favorable oportunidad para demostrarlo la ofrece el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos.

En ocasiones se trata de crear mediante el uso de adjetivos todo un clima en la narración y provocar en el lector (perceptor) determinada reacción o disposición anímica, por ejemplo:

 

 

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