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El psicoanálisis y la cultura

Enviado por jose cukier


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Monografía destacada

    1. Algunas nociones previas para aclarar el campo
    2. Resumen
    3. Nuevo milenio. Nuevas culturas
    4. Efectos psíquicos de la aceleración y la simultaneidad
    5. Ideas, interrogantes y perspectivas
    6. Bibliografía

    La cultura de la aceleración -Sus efectos psíquicos-

    Algunas nociones previas para aclarar el campo

    El problema de la cantidad.

    El aumento de la cantidad pulsional y/o de estímulos exteriores no tramitados por carencia del asistente original, impide discriminar matices y calidad, el ritmo vertiginoso es intoxicante para el psiquismo. La cantidad termina por arrasar la posibilidad de comunicación verdaderas, y consolidación de vínculos debido a la urgente necesidad de descarga de cada quién. Con la cantidad, las personas pierden individualidad, y sólo son números.

    Resumen.

    El autor justifica metapsicológicamente algunos de los males sociales de nuestra época. El vacío interior, la desconsideración en las relaciones humanas, la aceleración del diario vivir, la drogadicción, entre otros. Desarrolla la relación entre los vínculos familiares simbióticos, la ausencia materna y la falta de la función paterna en la organización psíquica del infante, estimulada por las nuevas formas de trabajo que privilegian el eficientismo y devienen en acumulación pulsional, falta de matiz afectivo e indiscriminación en la constitución de la sensorialidad. Aborda el problema de la identificación primaria y la vinculación entre la falencia de la misma con los vínculos de tener por sobre los de ser; el problema de la cantidad pulsional no tramitada, la aceleración y la indiscriminación en la constitución del tiempo. Postula que las situaciones de cambio se acompañan de violencia como expresión de la sofocación pulsional necesaria, para acceder a nuevas complejidades y la necesidad de aceptar la fecundación por los nuevos pensamientos.

    Palabras clave.

    Vacío interior-matiz afectivo-éstasis pulsional-tiempo-aceleración.

    Abstract.

    The author justifies from the psychoanalytic point of view some of the evil aspects of society of our time, such as the internal vacuum, the lack of care for human relations, the speeding up of the daily living and drug-addiction, among others. He develops the relation between the absence of the mother figure and the lack of the paternal function in the psychic organisation of the children. The accumulation of drive influences the lack of affection and the lack of discrimination in the constitution of the sensorialibility.

    The author also approaches the problem of the primary identification, and the link between its fallibility and the links of the having above those of being. He also approaches the problem of the quantity of driving that has not been able to be processed, the speeding up in the constitution of time and the lack of discrimination on it. He states that the situations of change are accompanied with violence as an expression of the necessary drive drowning so as to reach new complexities and the need of accepting the stimulation made by the new thoughts.

    Nuevo milenio. Nuevas culturas

    La revolución avasalladora de la información, ha provocado una práctica abolición de las distancias y del tiempo. Bajo su impacto la aldea global es una realidad. Como todas las invenciones destinadas a promover el bienestar general, tiene su lado débil, Freud, (1930a). Hace 2200 años, el cartaginés Terencio decía que "Soy hombre y por lo tanto, ninguna cosa humana me es ajena", hoy podríamos decir que es el profeta de la globalización. El fenómeno genera una simultaneidad de causas y consecuencias a escala planetaria. El sueño de la aldea global deriva en insomnio, o tal vez en pesadilla para la mayoría de la humanidad, cuyos integrantes nos encontramos absortos y las más de las veces incapaces de entender o de explicar porque un cimbronazo en Rusia afecta a un vecino de un minúsculo pueblo de cualquier país.

    Nicholas Brady, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, hablaba de los interruptores, que instituídos en 1987, podían contener futuros colapsos bursátiles, (citado por el Diario El Cronista Comercial, 11-19-1997, Bs. As. Argentina.)). El fundamento de tales interruptores, es el de dar a la mente humana la oportunidad de emparejarse a la velocidad con que la revolución informática y tecnológica mueve los mercados. Se los llama interruptores porque inhiben gradualmente las operaciones durante las bajas bursátiles; limitan las transacciones computadorizadas y, luego, toda la actividad de los mercados de capital. Las operaciones se detienen en cualquier valor donde exista un desequilibrio incapaz de ser asimilado ordenadamente. Este concepto podría asimilarse al Freudiano de "coraza antiestímulo", (1920g).

    La superabundancia de información se corresponde con una escasez creciente de atención, muchos oyen pocos escuchan, todo el mundo ve pocos miran, predomina la cantidad por sobre la cualidad y los matices, muchos repiten y pocos saben. La instantaneidad gobierna a nuestra sociedad hambrienta de estímulos que está abierta las 24 horas. Las radios, los canales de TV, los bares, las fruterías, los taxis, los colectivos, todo funciona en continuado.

    Un mismo fenómeno puede ser observado a la vez en Hong Kong y en Nueva York.

    No sabemos aún si como están las cosas, no se avecina una generación de insomnes y si el enloquecido ritmo de vida es el causante de los dislates de nuestros ritmos ciracadianos.

    La aceleración rige casi todo. James Gleick escribió en The New York Times Magazine, que la cadena televisiva NBC creó una nueva unidad, llamada NBC 2000 encargada de detectar los imperceptibles instantes en los que la imagen de una programa va negro, antes de que aparezca la publicidad. En una noche esto puede significar entre 15 y 20 segundos de ahorro para el canal. El tema de preocupación para los directivos es que la gente está tan apurada que si debe esperar unos segundos sin imágenes comienza inmediatamente a exprimir el control remoto para cambiar la señal, (citado por el diario La Nación, p.3. Sec.6, A.128, N 45.072, Bs. As, Argentina.).

    He aquí otra adicción de fin de milenio.

    El culto de la velocidad llegó a tales extremos que en la era del video clip, muchas de las imágenes que recibimos están incluso por debajo del nivel de la percepción y son sólo destellos para el ojo de la mente.

    Hace tiempo nuestros abuelos nos legaron la conciencia de que el mundo era ancho y ajeno. Cada quién podía ser el arquitecto de su propio destino. La vida se ceñía al barrio y con abordar un tranvía nos convertíamos en argonautas de la globalización.

    En aquellas épocas de precariedad tecnológica, Hitler y Nagasaki eran estertores de una lejana intolerancia.

    Está visto que la simultaneidad, la instantaneiad, la globalización generaliza la vieja neurastenia. Nos ubica a todos en las fronteras de cualquier desatino, de manera que los estornudos de cualquier punto del planeta resultan de una contagiosidad inmediata. La actualidad es tan vertiginosa y cambiante que no nos permite reunirnos en un café para charlar de cualquier cosa, o jugarnos una partida de truco.

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