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Lo intuitivo y lo discursivo en la argumentación jurídica


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Lógica y Derecho
    3. Lógica y Derecho en Grecia
    4. El Derecho en Roma
    5. Lógica y cotidianidad social
    6. La argumentación lógica
    7. Demostración y prueba en el discurso jurídico
    8. La argumentación jurídica
    9. La disposición argumentativa
    10. Fuentes de argumentación
    11. Lo intuitivo y lo discursivo en la argumentación jurídica
    12. Obras consultadas

    Resumen

    El ejercicio profesional en el mundo actual, exige de la formación no solo el manejo de los conocimientos instrumentales básicos de la carrera, sino una serie de competencias complementarias que le dan sentido de sólida integralidad a la formación y propician un desempeño adecuado en un mundo cada vez más competitivo. En el caso particular del abogado, un profesional cuyo trabajo tiene en la palabra y el discurso su mayor elemento de trabajo, para lograr un desempeño satisfactorio necesita un dominio pleno del lenguaje profesional y las formas lógicas de la argumentación, propias del discurso jurídico, que le aportan la lógica y la hermenéutica jurídica, así como la filosofía del derecho. Renunciar a estos dominios, es colocarse en el camino del mecanicismo y formalismo pragmático de un quehacer que se torna incomprensible. En desarrollo de la lógica argumentativa, aplicada al campo jurídico, lo intuitivo y lo discursivo, tratados adecuadamente, les dan a los profesionales del derecho las herramientas para un manejo adecuado del discurso argumentativo, con el cual esperan obtener éxito profesional.

    PALABRAS CLAVES

    Lógica, derecho, abogado, jurista, argumentación, demostración, prueba, discurso, intuición.

    Presentación

    Con el desarrollo y complejidad creciente que han ido adquiriendo las relaciones sociales en la cultura moderna, la profesión del abogado ha cobrado cada vez mayor importancia social y política.

    De tal manera, la abogacía abarca hoy a los profesionales que por perfil, tienen el más amplio espectro de posibilidades de desempeño laboral, de acuerdo con el horizonte de especialidades y quehaceres que las necesidades sociales le ofrecen.

    El abogado ha dejado de ser solamente el profesional más comprometido como alto exponente de la defensa de los derechos individuales, para convertirse en garantía de todos aquellos derechos que la Constitución de cada Estado instituye, incluidos los de ámbito internacional. Al mismo tiempo se constituye en el más fuerte baluarte para frenar los abusos que están propensos a cometer los poderes públicos, especialmente en los regímenes de facto; ya que los sistemas democráticos y liberales, en general, respetan y enaltecen el ejercicio de la profesión y consagran la inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de sus derechos[1]

    Lógica y Derecho

    El desempeño competitivo del profesional del derecho desde las diferentes perspectivas en donde la sociedad le ofrece oportunidad, exige un dominio pleno y eficiente, no solo del saber jurídico en cuanto tal, sino también del lenguaje y las reglas lógicas que lo rigen, como garantía de éxito en su ejercicio. Es especialmente necesaria su experticia en el campo de la argumentación, como mecanismo para la defensa o refutación de tesis y doctrinas; porque cada profesional tiene sus propias herramientas y la del abogado es fundamentalmente la palabra con sentido, es decir, el lenguaje profesional, lógicamente constituido.

    Mediante el lenguaje argumentativo, instituido bajo la forma del discurso jurídico, el profesional del derecho expone y defiende sus tesis, que por lo general son criterios, interpretaciones y valoraciones personales y profesionales, fundados en el conocimiento de la jurisprudencia adquirido y dominado, como resultado de una sólida formación académica en el campo de las ciencias del derecho, sus especialidades y disciplinas conexas, además de la experiencia alcanzada en determinado campo de desempeño. Su éxito profesional depende en gran medida de la capacidad que demuestre para sostener dichas tesis con suficiente argumentación sobre los diversos asuntos en un campo del dominio jurídico. De tal manera que, la tesis defendida resulte de un largo y cuidadoso proceso de investigación, búsqueda y estudio, en el cual, con todo rigor, se haya aplicado un procedimiento demostrativo a partir de un marco paradigmático aportado por la ciencia jurídica. Como se entenderá, la tesis que exponga pretende hacer un aporte al conocimiento de hechos determinados o también lograr un veredicto, que implique una decisión o una directriz, respecto a la manera como alguien tiene que proceder en adelante. De tal modo que la exposición de tesis jurídicas siempre tiene carácter demostrativo, entendiendo por demostración, a la forma de razonamiento con el cual se hace evidente la verdad de una proposición o de una tesis[2]

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