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Francisco, las JMJ y nuestra pastoral


  1. Repaso de ideas-fuerza de los mensajes papales en la JMJ
  2. "Tips" pastorales

Cuando el Papa iba de viaje hacia Brasil, dijo a los periodistas que su finalidad única era "hacer el bien" durante el periplo que empezaba. Al final, quedó claro que cumplió su objetivo.

Aquí deseo hacer un breve repaso de los discursos de Francisco durante la Jornada de la Juventud. Y esto con la idea de descubrir pistas o "tips" que podrían, casi en todo contexto, dar dirección a un plan pastoral a cualquier nivel.

Veamos pues, primero, los mensajes.

Repaso de ideas-fuerza de los mensajes papales en la JMJ

En el mismo mensaje de saludos al llegar a Brasil hay un dato que llama la atención: desea impactar el corazón de quienes lo escuchen, llamar a esa puerta para ofrecer el bien que porta: Jesucristo mismo.

No solo el énfasis en el tema del corazón sino la centralidad cristológica llaman la atención de este breve saludo inicial dirigido a un pequeño grupo en el Palacio de Guanabara. Hay dos ingredientes mas: el encuentro con los jóvenes es con ellos pero también con los suyos para ofrecerles "una base sólida para construir su vida" y, además, "nadie excluido del afecto del Papa", se impone la necesidad de un "diálogo entre amigos".

El 26 de julio en la misa en el Santuario de Aparecida, al pedir por la Jornada, a los pies de María, rogó por tres cosas que facilitan el camino hacia el mundo justo, solidario y fraterno que los jóvenes del mundo ansían: esperanza sostenida que sepa pasar de los ídolos y los falsos valores, capacidad de asombro ante el amor de Dios y no pactar con la tristeza.

En el Hospital San Francisco y la Favela Vaginha invita al abrazo, a enfrentar los "mercaderes de muerte" que envenenan las juventudes con la droga, a la acogida y a promover la solidaridad que vence la desigualdad, la "cultura del egoísmo", el deterioro de la familia y la falta de recursos para promover a los mas jóvenes.

El llamado a armar lío, la idea de que la sociedad de hoy se ha pasado de rosca y la perversa exclusión de los mayores y los jóvenes son ideas que en su reflexión entre la juventud argentina aun resuenan en la catedral de San Sebastián. Y ese día, mas tarde, en el Paseo de Copacabana volvió a la carga antes de la fiesta de acogida: citando a Juan Pablo II y a Benedicto XVI destacó la comunión fácilmente visible. Volvió al tema del abrazo (como el Cristo Redentor) y lanzó una cuestión decisiva: "hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿quieres ser mi discípulo?". Y mas adelante recordó varias veces el título del proyecto llamado "Pon fe". Desde ahí se apoyó para hacer ver que es la fe el gran apoyo para una vida con sentido y fecundidad.

El precioso valor de la familia lo recordó Francisco el día de San Joaquín y Sta. Ana, lo mismo que el rol esencial de los abuelos, lo mismo que la necesidad de un rico diálogo intergeneracional.

Signo-resumen del sufrimiento y del pecado, así ve la cruz el Papa. Y mira a Jesús que anda bajo su peso cargando con el mal de todos y el de cada ser humano. Y así nos da ánimo y no deja duda de su amor por la humanidad. Pero hay un tema adicional esencial e impostergable: la cruz nos anima a darnos, a ser nuevos Cireneos en el camino de muchos.

A la hora de dirigirse a obispos, presbíterios, religiosos y formandos presentes en la Jornada no perdió la oportunidad de recordar el llamado recibido por ellos y plantearles un ideal claro y exigente: vivir en El, servir a los mas necesitados, amor preferencial por los jóvenes y "ponerse en marcha", todo desde una verdadera "cultura del encuentro", esto es, contradecir la cultura del descarte y la exclusión a partir de una opción radical por la solidaridad y la acogida.

Muy conocido y comentado, el discurso a la clase dirigente brasileña.

Luego de destacar el aporte cristiano a la cultura, sobre todo, en la perspectiva de la antropología teológica, recordó la responsabilidad social del cristiano: frente al modelo imperante, uno nuevo: solidaridad-justicia, encuentro, integridad. Finalmente, esencialidad del diálogo en el marco de un estado sanamente laico y con una meta única y clara: el bien común.

Partiendo la idea del "campus fidei" (el Campus Fidei preparado no se usó por el clima) y al orar con los jóvenes, el Papa animó a sembrar en buena tierra, entrenarse para la vida creciendo por medio de los sacramentos y construir un mundo mejor empezando por mejorar "tu y yo".

La reflexión ante la enorme conferencia episcopal brasileña fue larga. Decisiva la invitación a retomar el documento de Aparecida y andar por la senda de la "creatividad del amor", esto es, esfuerzo y lucha pero certeza de que es Otro quien da la fuerza. La historia eclesial brasileña es impresionante, lo que queda ahora es no ceder al desánimo, buscar y dialogar con todos, enfrentar la desintegración de la persona en el marco globalizado y acompañar-entender con mas eficacia para evitar que el que se desee alejar lo haga o el que anda mas lento no se rezague. La formación permanente del clero y los laicos, la comunión entre obispos, el estado de misión y conversión pastoral permanente y la presencia de la Iglesia en medio de la sociedad levantado su voz fueron las urgencias que el Papa hizo ver a sus hermanos del episcopado del país con mas católicos del mundo.

En la misa final del 28 de julio el ambiente fue de envío. En breve: vayan sin miedo para servir. Un dato clave: el mejor misionero del joven: otro joven. Otro dato: no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de ser testigos del evangelio.

Intenso y así lo hicieron ver los medios que cubrían la Jornada, fue el encuentro del Papa con el comité coordinador del CELAM. Como siempre, recordó el significado del documento de Aparecida y otro dato: lleva el documento a un compromiso, esto es, a una misión que es impulso concreto mediante actos misioneros, por un lado y, por otro, estado permanente de misión (lo paradigmático de esa propuesta misionera) que implica superar estructuras caducas organizativas, superar el administrativismo en el clero e igualmente, hacer del sacerdote una persona mas proactiva y menos infante-mayor, dar su lugar al laico y animación de una identidad eclesial mas madura en todos.

Es decisivo, en esta perspectiva papal, el diálogo con un mundo que busca respuestas, la cercanía con los nuevos areópagos y escenarios de y en cambio, vacunarse contra cuanto mimetice la dinámica misionera como, para indicar algún ejemplo, reducir la evangelización a lo social o a la dimensión psicológica de las personas o hasta ligarlo a cierta lectura pelagiana de la realidad. Dejar de lado el puro funcionalismo que hace de la Iglesia una especie de ONG, abandonar las posturas clericalistas y descuidar la opción por la misión a causa de visiones endoeclesiales excesivas y redescubrir el afán misionero y en rol servidor del obispo.

Asi llegó el mensaje final y las sospecha de un cierto "saudade" al final de una larga experiencia de encuentro. "No olviden lo que han vivido aquí", dijo a los voluntarios de la Jornada pocas antes de regresar a Roma.

"Tips" pastorales

Hasta aquí el repaso de unos mensajes y acontecimientos claves y que recordaremos por mucho tiempo en nuestro continente.

Para cumplir nuestro propósito falta algo: ¿qué podría ser leído como pistas necesarias para un plan pastoral diocesano, de una vicaría o de una familia religiosa o asociación? Intentemos ponerlos en breve y en algunos pocos puntos. Veamos:

  • 1. Pastoral del corazón: de la misericordia, el abrazo y la acogida entendida ("cultura del encuentro").

  • 2. Animación de una conciencia-identidad mas madura del discípulo misionero, sobre todo, de cara al ideal de misión joven entre jóvenes (ir al "campus fidei").

  • 3. Agresiva pastoral social e impulso de la presencia social del cristiano en medio de la sociedad excluyente y marcada por la cultura del descarte.

  • 4. Opciones preferenciales no excluyentes: familia, jóvenes y adultos mayores.

  • 5. Potenciar un diálogo poco ingenuo de cara a la sociedad de hoy y su cultura cambiante, todo en el marco de un estado continuo de misión en contextos no siempre acogedores.

  • 6. Dar un nuevo impulso a la formación laical y a tomarse en serio "la hora del laico".

  • 7. Desarrollar un gran esfuerzo para lograr un clero mas formado, maduro, "puesto en marcha" y capaz de ser proactivo y no apocado, provocador y no domesticado, sembrador del campo y no funcionario.

  • 8. Forjar una mayor conciencia del obispo –y conferencias locales y regionales- en estado de conversión pastoral continua.

Ocho "tips" que me parecen urgentes. Ni un solo es mi invención. Solo fruto de revisar los discursos y mensajes del primer Papa latinoamericano en la JMJ, tal y como ha quedado anotado arriba.

¿Qué haremos? Esta es la gran pregunta que queda en el ambiente. ¿Nada? Entonces mejor ni hagamos mas JMJ o evitemos mandar jóvenes que luego se preguntan sobre los efectos de un mega acontecimiento como esta y otras Jornadas. ¿Algo? No basta. Debe ser, en realidad, mucho. Eso es lo que hemos de intentar: mucho.

Estos ocho aspectos anotados se han visto reforzados e, incluso, aumentados, luego de la entrevista hecha al Papa por el padre Antonio Spadaro. ¿Nos agrada el Papa Francisco y su estilo y su enseñanza? Pues, ¿qué les parece si nos dejamos de admiraciones y pasamos a hacerle caso?

 

 

Autor:

P. Mauricio Víquez L.

Doctor en Filosofía. Arquidiócesis de San José. Costa Rica.