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La educación para una sociedad diversa e incluyente


Partes: 1, 2

    1. Consideraciones básicas sobre la escuela inclusiva
    2. Una sociedad que socialice por y para la diversidad
    3. Buscando una escuela inclusiva a partir de una sociedad inclusiva
    4. Retomando los valores sociales como tales de la escuela inclusiva en pro de la sociedad
    5. A modo de conclusión
    6. Fuentes de consulta y bibliografía

    Consideraciones básicas sobre la escuela inclusiva

    Por la escuela inclusiva se tiene en mente generar los ambientes necesarios para provocar ambientes cada vez más incluyentes de los alumnos en su totalidad. Dentro de la integración educativa se da atención a los alumnos con discapacidades y sus necesidades educativas especiales; sin embargo, es en la escuela inclusiva la que tiene en mente una educación pluricultural, es decir, apoyar no sólo a los alumnos con discapacidades sino a los que son diversos en sí mismos por  simplemente formar parte de otro grupo cultural, étnico, religioso, económico, entre otros, en sí, desde la misma diferencia humana sin tomarla a ésta como un factor decisivo para la atención, sino como una fuente rica de contextos que generen comunidades de aprendizaje cada vez más amplios y  llenos de posibilidades de acción que generen y provoquen nuevas formas de relacionarse en la misma sociedad, una sociedad demandante de relaciones humanas y que conlleven prácticas de respeto a la diversidad y de apoyo a la misma, donde a partir de esto la educación especial encuentre un mayor y amplio sentido a su misión humana.

    La educación inclusiva desde sus puros objetivos, se interesa por otorgar una escuela para todos, donde se respete desde su interior la diversidad y se tome a ésta  como un valor en sí mismo que genera la diversificación de muchos más valores a trabajar desde la inclusión educativa con profesionales de la educación y  que existan por la responsabilidad que la atención de todos los alumnos en contextos inclusivos debe existir, una atención que además de lo educativo se interese por mantener la idea de vivir una realidad rodeante del respeto a las diferencias que cada uno de nosotros tenemos.

    Sin duda, se presentan un sinfín de ideas  y pensamientos que puedan pensarse difíciles de conseguir, pero que sin embargo y bajo mi plena convicción, considero podrían ser posibles de actuar bajo los lineamientos del trabajo desinteresado de cuestiones personales y sindicalistas, sino que se abandere más bien por el trabajo colaborativo que nos lleve a las acciones verdaderamente significativas incluyentes, no solamente enfocado hacia los alumnos: también a los demás agentes educativos; padres de familia, docentes regulares y la misma sociedad.

    Todo ello conlleva a muchos desafíos, debido a que el sistema educativo llega a negarse a las transformaciones y a los cambios por cuestiones personales, comunitarias, culturales y hasta de índole sindicalista; como se había mencionado con anterioridad; sin embargo, deben de existir prácticas urgentes y a la vez necesarias para la transformación de un sistema educativo que acoja a todos los alumnos por igual sin importar su categorización o déficit, es decir, que se centre en sus potencialidades brindando las mejores oportunidades para lograr el éxito en la vida académica, laboral y social, bajo la guía de un docente comprometido cada vez más con las prácticas inclusivas, que llevan como enfoque inicial la humanización de la educación, lo que en un sentido general, me refiero a este concepto como la forma más humana posible de acercar la educación incluyente a los hombres de toda una sociedad, la cual  tiene el gran desafío de educar en la diversidad, en la multiculturalidad, en el pluralismo y en la democracia. "De formar a sus ciudadanos con altos conceptos de tolerancia y participación". (Rodríguez Rodríguez. 1998)

    Una escuela inclusiva requiere de profesionales que estén interesados por ampliar acciones educativos, que se preocupen por generar las condiciones idóneas para lograr el aprendizaje en los alumnos a partir de los criterios base de una escuela incluyente, no que se lleve a cabo una práctica docente únicamente interesada en consolidar contenidos por el simple hecho de hacerlo, o por cumplir con la misma currícula que los planes y programas marcan durante determinada asignatura de un ciclo escolar. También se debe de tener la intención de emanar estrategias de acción que apoyen el desarrollo de prácticas de valores en la educación, además de que se tome el trabajo colaborativo como una herramienta para terminar con el individualismo profesional que segrega y excluye.  Se quiere, además, la transformación de un sistema educativo que trabaja en función de la discapacidad y la deficiencia, con lo que únicamente  se sigue provocando la segregación y la exclusión, y cabe señalar que las prácticas docentes de apoyo en la educación especial suelen basarse en el apoyo fuera de las aulas escolares, considerando que de esta forma se apoya la integración educativa.

    Una sociedad que socialice por y para la diversidad

    Partiendo de la premisa: "Socializar bien y educar bien conduce idealmente a la construcción de un sujeto con imagen, a una imagen en la que se disuelve el sujeto. La persona deviene en rol y el rol toma el lugar del sujeto. Ser bien educado es advertirse como una persona que cumple debidamente lo que se espera de él". Podemos notar en ella la importancia que debe de reinar en una sociedad de ser educados en la socialización que como principal característica se encuentra  la necesidad imperante de una sociedad integrada por diversos sujetos y sobre todo diferentes y diversos entre sí, lo que comúnmente se ha advertido como un choque entre los grupos sociales y no como una fuente de riqueza cultural. Si cada uno de nosotros, desde nuestros propios contextos, reconociéramos a la diversidad como tal, como una fuente que permite empaparnos de un sinfín de características particulares de cada persona y que por ello creciéramos como sociedad, sin duda, ésta sería totalmente diferente, enmarcada sobre todo por el respeto y la tolerancia, los cuales parten por la misma educación en la socialización a partir de una imagen creada por nosotros mismos ante los demás, una imagen distinta, diferente y diversa, de esta forma nos estamos educando en la educación inclusiva.

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