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Miguel Soler Roca

Enviado por Kathleen Kahvedjian


Partes: 1, 2

  1. Fundamentación de la elección del tema: Miguel Soler Roca
  2. Contexto socio-histórico del autor
  3. El autor y su obra
  4. Vigencia del marco pedagógico
  5. Reflexiones finales
  6. Bibliografía

edu.red

"A quienes hoy están estudiando me permito decirles: no se conformen con aprobar sus personales exámenes ni con conquistar sus codiciados y merecidos títulos. No ahoguen sus dudas en cualquiera de las formas del éxito; movilícense en busca de respuestas, piensen en cómo poner los saberes adquiridos a disposición de un país que los necesita, desesperadamente, para brindar sus frutos a esa tercera parte de nuestra población a la que hemos dejado a mitad de camino. No se culpabilicen; pero eviten caer en las tentaciones de una sociedad planetaria que nos necesita enajenados, competitivos, egoístas, buenos consumidores y, sobre todo, distraídos".

Palabras de Miguel Soler Roca en el Paraninfo de la Universidad de la República el 14 de Julio de 2006.

Fundamentación de la elección del tema: Miguel Soler Roca

Debo decir que el Maestro Miguel Soler Roca no es una persona a quien yo conociese previamente: fue la curiosidad la que me llevó a la elaboración del presente trabajo.

La lectura de su obra, y de las entrevistas que se le han realizado, me mostraron a un ser humano sincero, humilde a pesar de todo el saber del que es portador, y turbado, ya que, en sus propias palabras, "la escuela pública no ha evolucionado; la línea de orientación es la decadencia"[1].

Soler Roca considera que hay una incomprensión por parte de todos sobre lo que realmente hoy está en juego en lo que refiere al campo educativo. No cree en el docente predicador ni sabelotodo, sino en un educador competitivo, ético, y profesional. Cree que existe la exigencia de transformar la formación docente. Lo que traerá cambios a largo plazo, es la formación del maestro que se está educando hoy.

Esto es algo que todos consideramos una realidad. Pero debiera transformarse en una realidad que se consiguiera lograr la formación necesaria para que el docente de hoy pueda enfrentar el presente.

Contexto socio-histórico del autor

Miguel Soler Roca nace en el año 1922, en Cataluña, España una pequeña población rural, cerca de Barcelona. Emigra a Uruguay a la edad de cuatro años, junto a cientos de emigrantes europeos, quienes buscaban mejorar su situación de vida, viendo en América las posibilidades para poder hacerlo. Enseguida comienza a asistir a la Escuela nro. 24, en Agraciada y Asencio (la cual fue demolida y actualmente es la "Plaza Soldados Orientales de San Martín").

Soler Roca nos dice que en esos momentos la educación era la "gran embarcación", en la que todos debían y nadie bajarse ni naufragar. Para esto, la enseñanza tenía que responder a un proyecto nacional de buena calidad, donde el objetivo era asegurar la educación básica de los alumnos.

Eran muy raros los casos de alumnos repetidores; sucedía más que nada por sus inasistencias que por la poca capacidad de aprendizaje. El sistema estaba armado de tal forma que el temido fracaso escolar era poco corriente.

Este tipo de Escuela, igualmente, fomentaba más el disciplinamiento del alumno que la libre espontaneidad. No existía la autoevaluación, que podía resultar más formadora. Pero Soler considera que todo esto no era una construcción meramente escolar; resultaba del Sistema Social entero y de las prácticas que regían la organización familiar de la época.

Comenta además, que el día de hoy es fácil comprender el sistema circulatorio de una rana, por ejemplo, con un video; antes ellos podían ver "cómo los glóbulos rojos pasaban por los capilares. Se precisaba la rana, un microscopio, un buen docente, la voluntad de invertir dinero y tiempo en la formación racional del niño. Toda una Política Educativa". [2]

Continuando en el tiempo, luego de estudiar Magisterio, trabaja como maestro en zonas rurales durante 18 años (1943 a 1961).

En 1945, participa en la creación de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), y organiza y dirige el Primer Núcleo Experimental; un trabajo intensivo de educación para la mejora de la vida campesina (conocido como la Experiencia de la Mina). En 1949 participa como miembro de la comisión redactora de los programas de estudio para las Escuelas Rurales del Uruguay.

Hasta el año 1974 trabaja como especialista de la UNESCO. (Es considerado como uno de los más notables educadores que ha pasado por la misma, donde siempre contó con la total confianza y cordialidad de sus Directores Generales, dada la capacidad intelectual que continuamente demostró tener).

El 14 de julio de 2006 es nombrado Doctor Honoris Causa[3]en el Paraninfo de la Universidad de la República.

Actualmente jubilado, es el principal animador de la Casa Nicaragua de Barcelona y de la Solidaridad con los programas de educación popular.

El autor y su obra

Toda la trayectoria, es decir, trabajo y obra de Miguel Soler Roca tiene como columna vertebral la Educación Pública, especialmente la uruguaya, pero también la Latinoamericana, y en especial, la Educación Pública Rural.

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