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Análisis de las relaciones sociales que ocurren en "La balsa de Piedra" (página 2)

Enviado por Tamara Pr�ncipe


Partes: 1, 2

"(…) Voy a saber si existe alguna relación entre lo que me ocurrió a mí y eso de sentir la tierra temblando bajo los pies. (…)"[7].

A su vez, ocurre lo mismo, cuando se topa en el camino a Orce, con José Anaiço. Se entera de su existencia por casualidad ya que cena en la villa donde éste reside, y decide, también, ir en su busca. No sólo él opta por buscarlo sino que pareciera que el destino los une por vincular sus casos extraños y, como consecuencia, Joaquim no se detiene en las localidades anteriores que había tenido en cuenta principalmente.

"(…) No paró en Tomar, no llegó a Santarem, cenó de incógnito en una villa a las orillas del Tajo (…)"[8]

Al conocerse, José también elige acompañarlo en su recorrido.

Uno a uno, todos los personajes principales se van sumando al viaje; pero éste, luego de unirse Pedro Orce, se convierte en una travesía por la península Ibérica. Este último en sumarse, español, les pide a los otros dos que lo dejen acompañarlos en su vuelta a Portugal con la pretensión de conocer Lisboa. De esta forma, se ve que Pedro Orce no quiere quedarse sólo y que los otros dos tampoco quieren separarse cuando proponen alojarse junto a él en un hotel de Lisboa.

"(…) Todavía tenían tiempo suficiente para dejar a Pedro Orce en un hotel y seguir viaje… pero sería actitud impropia abandonar al visitante, de común acuerdo decidieron los portugueses pasar aquí uno o dos días (…)"[9]

Aquí es cuando aparece Joana Carda que, como Joaquim Sassa, parte a buscar a estos tres hombres con los que creía relacionarse a causa de un hecho paranormal que había vivido. A continuación, los cuatro juntos se ponen en marcha guiados por un perro, Ardent, al que deciden seguir por la simple razón de ir adonde el can pretendía llevarlos. Esto, a nuestro parecer, encierra un sentimiento interno de estas personas que, tal vez, por encontrar la posibilidad de darle un vuelco a su monótona y desolada vida, deciden integrarse en la realización de un viaje con rumbo incierto y un guía que no es, precisamente, el más convencional. Sin embargo, no resulta extraño en el marco de una península separada del continente que navega a la deriva y que gira sobre su eje, algunas veces. La próxima parada es en la costa española, la casa de María Guavaira. Allí es donde Ardent los conduce y de donde parten los cinco por advertencia del gobierno ante la amenaza de choque con las Islas Azores.

"(…) Pero la casa, las tierras, murmuraba María Guavaira, No hay elección, o nos vamos de aquí o morimos todos (…)"[10]

Este viaje se prolonga después de pasado el peligro cuando se afianzan en el grupo los lazos de amistad. De este modo, conforman una comunidad que deciden mantener más allá de conflicto y resentimiento entre ellos; se dividen las tareas de convivencia y trabajan en la misma actividad para sustentarse.

De igual forma que estas cinco personas deben migrar al interior de la península para guarecerse del posible choque con el archipiélago, el resto de los pobladores del litoral también debe hacerlo.

"(…) carreteras que poco a poco se llenaban de un tráfico intenso, de poniente a levante, era el comienzo de la huida de la gente de la costa… era la mayor emigración de la historia de Galicia. (…)"[11]

Esto coincide con el plan de evacuación de las Azores impulsado por el gobierno de Portugal, asistido por el de Estados Unidos.

Así, los países de España y Portugal quedan relegados por los países europeos que ya no los reconocen como tales, pero que en el fondo nunca lo hicieron. Dice el presidente portugués: "(…) estos gobiernos europeos que en el pasado jamás demostraron querernos realmente consigo (…)"[12].

Por esta razón, empiezan a manifestarse movimientos de protesta encabezados por jóvenes en Europa reclamando a la comunidad que no se excluya a la península de esta forma y que se les brinde auxilio, con el lema de "Nosotros también somos ibéricos".

"(…) daba escalofríos ver aquellos generosos jóvenes enarbolando carteles y banderas en las que se leía en sus propias lenguas la frase formidable. (…)"[13]

Y por esto, además, es que los gobiernos peninsulares deciden actuar en forma conjunta estableciendo vínculos de colaboración entre ellos. Intentan encontrar la mejor salida ante la situación caótica en que la naturaleza los ha dejado y la encuentran solidarizándose mutuamente ya que ambos países sufren la misma suerte y aislamiento. Esta solución es la que adoptan los protagonistas, se unen. La unión lleva a la potenciar esfuerzos y virtudes.

De este modo, la península (como isla) luego de la separación, comienza su viaje a fin de encontrar su lugar en el mundo. La misma gente que vivía en ella parte de sus casas "a ver mundo" en busca de algo nuevo o diferente.

"(…) La casa allí quedó, el trabajo ya se arreglará, son cosas del mundo viejo que no deben complicarle la vida al mundo nuevo. (…)"[14].

En principio, todo parece indicar que se dirige hacia América del Norte y por eso es que Estados Unidos le da la bienvenida declarando, ya, que habría que buscar la forma de integrarla. Pero, esta actitud encierra un deseo, por parte de la potencia mundial, de extraer algún beneficio surgido de posteriores negociaciones.

Finalmente, la "balsa de piedra" termina encontrando su lugar entre América Latina y África para lo cual hace su juicio el presidente norteamericano: "(…) Sí, el rumbo puede traernos beneficios, pero también puede agravar las indisciplinas de la región (…)"[15].

"(…) La península detuvo su movimiento de rotación, baja ahora a plomo, en dirección al sur, entre África y la América Central… y su forma inesperada para quien aún tenga en los ojos su antigua posición, parece gemela de los dos continentes de al lado (…)"[16].

Relaciones entre los protagonistas

Joaquim Sassa es el precursor del encuentro entre los principales personajes de la obra. Él decide ir en busca de Pedro Orce por encontrar una relación entre el hecho extraño que había vivido con el sentimiento de vibración que experimentaba Pedro (y que había hecho público por televisión) y la separación de la Península Ibérica de Europa.

"(…) Pero no se rechace este otro hecho y entera verdad, que fue el que saliera Joaquim Sassa en busca de Pedro Orce por haber oído hablar de él en las noticias de la noche, y lo que dijo (…)."[17].

Así, en el camino se entera del caso de José Anaiço que vivía en la villa portuguesa donde había parado a cenar. Ambos continúan el viaje hacia Orce, España, luego de que Anaiço tome la decisión de acompañar a Sassa.

"(…) No era mi intención venir aquí a tentarlo para que me acompañara, ni lo conocía, Soy yo quien le pide que me deje acompañarlo. (…)"[18].

Estos dos personajes van, en su recorrido, construyendo una relación de amistad a lo largo del relato, desde que acuerdan tutearse en Dos caballos (auto), hasta el final de la obra. Tal vez será porque encuentren parte de sus vidas parecidas (ambos viven solos) y no hay entre ellos gran diferencia de edad, si se tiene en cuenta que la de Pedro Orce, que rondaba los 60 años, podría ser el doble. Y con éste, precisamente, la relación es particular ya que la actitud hacia él es principalmente de respeto porque es un hombre mayor y, por esto debe ser que le "perdonan" la traición de haber tenido relaciones con sus respectivas mujeres y no se la mencionan en ningún momento. Sin embargo, en su interior el sentimiento es de rencor. A causa de esto, además, tienen que soportar la decepción y humillación de dudar sobre la paternidad del hijo que ambas esperan al quedar embarazadas en el mismo momento. Sin embargo, manifiestan cierto afecto hacia él en su hora final, ante el presagio de su muerte.

"(…) Pedro Orce bajó el pescante, contra lo habitual lo ayudaron José Anaiço y Joaquín Sassa, que saltaron de la galera apenas paró, y dijo, al tiempo que aceptaban las manos que le tendían, Qué pasa, amigos, aún no estoy inválido, no se dio cuenta que la palabra amigos llenó súbitamente de lágrimas los ojos de los dos, estos hombres que guardan en el pecho el dolor de una infidelidad pero que reciben en sus brazos el cuerpo que se les entrega, pese a la orgullosa declaración, hay siempre una hora en que el orgullo no tiene más que palabras, es sólo palabras. (…)"[19].

A Joana Carda la conocen en Lisboa cuando ella se entera a través de los medios que están alojados en un hotel de la ciudad capital. Quien primero la conoce es José Anaiço y estos parecen enamorarse desde este momento en que están a cuatro pasos y él siente que la tierra tiembla, no a causa de la navegación de la península.

"(…) hizo que moviese el suelo de tablas como un convés, el arfar de un barco en la ola, lento y amplio, esta impresión no es comparable al conocido temblor de que habla Pedro Orce (…)."[20].

María Guavaira es la pareja de Joaquim Sassa. A ella lo lleva Ardent, el perro que los guía en los caminos, y el hilo azul de la media que destejió María y parecía ser infinita, que él toma al estar cerca de donde ella vivía y que luego, ya en su casa, es el mismo que ella sostenía. Es la primera en serle infiel a su hombre, quien no le impide que lo haga aunque luego se muestre ofendido y distante.

Los personajes se relacionan entre ellos porque todos experimentaron o siguen experimentando (en el caso de Pedro Orce) un hecho de orden sobrenatural, anormal; viven solos o su familia no tiene gran relevancia en su vida y porque están destinados a encontrarse. En algunos casos, la búsqueda es intencionada (como en el de Joaquim Sassa para encontrar a Orce y Joana Carda a los tres hombres), y en otros es casual (encuentro con José Anaiço y María Guevaira).

La pareja que falta nombrar, por así decirlo, es la de Pedro Orce y Ardent. Los viajantes ignoran el nombre de este perro que aparece un día para interponerse en su camino y conseguir que ellos lo sigan. Quien primero lo conoce es María, pero termina siendo su dueño por elección canina Pedro Orce, quien será su compañero de andanzas, le brindará todos los cuidados y a nuestro entender lo acompañará hasta el inframundo "(…) Es lo de siempre, dijo José Anaiço, los perros se resisten a separarse del amo, a veces incluso se dejan morir. Se equivocaba. El perro Ardent miró a José Anaiço, después se alejó lentamente, con la cabeza gacha. No lo volverán a ver. El viaje continúa. (…)"[21] (ya que Ardent era un perro especial).

Conclusión

Para nosotras el factor humano es el que más resalta en toda la obra y es el más importante sin duda alguna, es decir, la novela va más allá de que geográficamente la península se desplaza, el factor humano es lo que le da el grado de importancia.

Uno se da cuenta de la diferencia en el estado anímico de las personas fuera y dentro de esta "isla" ya que dentro, las preocupaciones se vuelven más primitivas (encontrar pareja, un lugar donde vivir, crear la comunidad, etc.), mientras que en los continentes las preocupaciones son con respecto a que si la futura posición de la península será beneficiosa para la economía o no. Por lo dicho anteriormente, podríamos también decir que se está conformando una nueva sociedad, ya que todas las mujeres están embarazadas, la gran mayoría esta re-localizada geográficamente, y muchas también maritalmente.

Creemos que esta separación lleva a la unión, es decir que hace que la persona se enfrente a una soledad incómoda y la lleva a querer encontrar ya sea a su "media naranja" o a una persona con quien pasar el tiempo. Además, la fuerza a buscar la felicidad, porque ante el hecho de poder sucumbir (frente al choque con las azores o caer en una fosa submarina) la persona quiere vivir esos últimos momentos de su vida feliz y en cierta forma sin preocupaciones.

Bibliografía

• La Balsa de Piedra por José Saramago Ed. Alfaguara, 2004

• La Balsa de Piedra por José Saramago Ed. Punto de Lectura, 2005

 

 

 

 

Autoras:

Rebeca Fuertes Shanahan

Tamara Príncipe

Profesora: Elena Boledi

Curso: 5º 4ª TM

E.S.C. Carlos Pellegrini

Año: 2008

[1] Página 49 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[2] Página 16 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[3] Página 15 de La Balsa de Piedra Ed. Punto de Lectura, 2005

[4] Página 19 de La Balsa de Piedra Ed. Punto de Lectura, 2005.

[5] Página 20 de La Balsa de Piedra Ed. Punto de Lectura, 2005.

[6] Página 22 de La Balsa de Piedra Ed. Punto de Lectura, 2005

[7] Página 62 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[8] Página 69 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[9] Página 133 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[10] Página 254 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[11] Página 254 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[12] Página 208 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[13] Página 209 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[14] Página 174 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[15] Página 402 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[16] Página 403 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[17] Página 39 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[18] Página 75 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[19] Página 406 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[20] Página 145 de La Balsa de Piedra Ed. Alfaguara, 2004.

[21] Página 488 de La Balsa de Piedra Ed. Punto de Lectura, 2005

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