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El impacto de las intervenciones basadas en apego

Enviado por ana maria gallardo


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo

Resumen

El estudio de la psicopatología infantil y la efectividad de las intervenciones ha tenido grandes avances en las últimas décadas, sobretodo en la primera infancia. Dentro de esta explosión de conocimiento, la Teoría del Apego propulsada por Bowlby ha tenido grandes repercusiones en el modo que se comprende el psiquismo infantil, y en la importancia que actualmente se le da a la madre (o cuidador significativo) para el desarrollo sano de aquel niño. En base a esto, las intervenciones se focalizan cada vez más en la diada madre-hijo que en sus partes por separado. Sin embargo, cabe resaltar la importancia del periodo del ciclo vital en que se encuentre el hijo, para establecer objetivos y recursos a utilizar en una terapia efectiva. Además, hoy en día se reconoce que las características que cada terapeuta puede tener respecto de sus estilos de vínculo, representaciones mentales y función reflexiva, tiene alta repercusión en la efectividad de la terapia.

Palabras Claves: Niños Prepuberales -Teoría del Apego –Función Reflexiva – Representación Mental.

I.- Introducción:

Mediante la siguiente revisión bibliográfica, se buscará profundizar en las principales intervenciones que han surgido bajo el alero de la teoría del apego, de modo de precisar cuáles han tenido mayor impacto en la salud mental infantil, teniendo en cuenta que el desarrollo socioemocional y su patología se vinculan estrechamente con la relación diádica en la que se inserta el niño.

Específicamente, se buscará profundizar en las intervenciones basadas en el apego aplicadas a niños prepuberales, debido a que la mayor cantidad de investigación y de revisiones bibliográficas ya se han enfocado previamente en los resultados obtenidos por las Interacciones Temprana, desde el embarazo hasta los 3 años de vida.

Profundizando en la historia de las Intervenciones Tempranas, se podría decir que uno de los hitos más relevantes se da en 1951, cuando Bolwby publica el artículo "Cuidado Maternal y Salud Mental" para la OMS (Goodman, 2007) dando inicio a una nueva forma de pensar la primera infancia, en donde la relación afectiva dentro de la diada madre-hijo toma gran relevancia para la salud psíquica del niño (Psicopsy, 2010). Es así como en los últimos treinta años, la investigación en torno a la primera infancia ha crecido a pasos agigantados, ya no solo desde la simple observación de la diada, sino que también desde una perspectiva neurológica, psicológica, social, como relacional.

Lo más relevante, es que a partir de este cambio en la visión que se tiene del bebé, es que actualmente también se le reconoce como un ser sensible a la desadaptación y de psicopatología (Lecannelier et all, 2008), lo que abre la posibilidad de intervenir preventivamente. Por ejemplo, hoy en día se reconoce que entre el 6 y el 24% de los infantes sufre algún tipo de trastorno o dificultad (Skovgaard, Houmann, Christiansen & Andreasem, 2005 en Lecannelier, Hoffmann, Flores y Ascanio, 2008), teniendo mayor prevalencia los trastornos del sueño, de la alimentación y de la regulación. Este dato estadístico genera la posibilidad de actuar preventivamente en aquellas familias con mayor riesgo.

Sin embargo, el panorama del niño prepuberal (de 5 a 12 años) es totalmente distinto, puesto que no ha recibido tanta atención como se podría pensar. De hecho, algunos teóricos han expuesto que la investigación en esta edad, tiene 30 años de retraso en relación al estudio de la psicopatología del escolar y adolescente (Angold & Egger, 2004, p. 127 en Lecannelier, Hoffmann, Flores & Ascania, 2008). Esto contrasta con las necesidades de atención psicológica del niño prepuberal, puesto que la prevalencia de psicopatología se encuentra en ascenso. Hoy en día se sabe que entre el 20 y 26% de los niños preescolares ha sido diagnosticado con algún trastorno del DSM, dentro de lo cual, entre el 2 y 4% evidencia trastornos afectivos , el 6-16% presenta problemas de la conducta (reconociese que entre más temprana es la aparición del trastorno, más estable y persistente será durante todo el ciclo vital ), que la prevalencia para Trastorno Oposicionista Desafiante es del 16,6 % entre otros (Lecannelier, Hoffmann, Flores, & Ascanio, 2008). Un dato importante de tener en cuenta, es que la psicopatología prepuberal se relaciona estrechamente con vivencias de agresión y depresión a la base (Goodman, 2007).

Teniendo este conocimiento a la base, se hace interesante revisar cómo se ha abordado e intervenido con niños prepuberales actualmente, puesto que se trata de un periodo del ciclo evolutivo bastante particular. Por una parte se reconoce que el niño es independiente en varias esferas de su vida, en el que el niño atraviesa por dos crisis bastante importantes para su autonomía, pero por otra es bastante dependiente y vulnerable frente a las características de su cuidador.

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