Con este tema nos proponemos reflexionar sobre la importancia del cumplimiento de la Ética, la formación de valores, principios y convicciones, a partir de una adecuada comunicación y del cumplimiento del Protocolo Empresarial como parte del deber cotidiano que contribuye a la formación de una imagen interna y externa de la organización.
La empresa moderna en un mundo globalizado reconoce que tiene responsabilidades que van más allá de simplemente cumplir con la ley, maximizar el retorno hacia la institución.
El objetivo de la empresa es aumentar valor para sus accionistas: sin embargo, hoy no es realista pensar en la creación de valor en el largo plazo sin promover una relación activa con los públicos interesados, un proceso que crea un contexto dinámico de interacción, respeto mutuo, diálogo y cambio.
La sociedad actual requiere organizaciones que reconozcan que las operaciones de todos los días impactan los entornos humanos y ambientales, en las consecuencias de interés de la empresa; ser consciente de las consecuencias de sus operaciones para disminuir costo y manejar riesgos.
Los entornos naturales sanos que tienen capacidad de renovarse, y los recursos humanos mejor educados, sanos y motivados, son la base que asegura la continuidad de la producción y el éxito de la empresa moderna.
La ética empresarial ha sido motivo de múltiples publicaciones y libros e incluso de intervenciones de diferentes directivos fuera y dentro de nuestro país, vista desde diferentes prismas que aseguran el carácter clasista de la misma. Ha sido objeto de diferentes discusiones en universidades y foros, pues la credibilidad se pone en juego cuando se incumple con los procedimientos inadecuados de ejecutivos de las instituciones en el mal uso de los recursos.
El 17 de julio de 1996, el compañero Carlos Lage Dávila Vicepresidente del consejo popular de ministros en la firma del código de Ética expresó:
"Las transformaciones que, como parte de la estrategia de la supervivencia de la Revolución y de la propia nación cubana, hemos tenido que aplicar, introducen en el seno de nuestra sociedad, contradicciones y tendencias ajenas a la justicia, solidaridad y modestia que el socialismo defiende, costo que no desconociéramos sin que por ello resulte menos indeseable".
"Esto tiene lugar en un mundo con el que nos relacionamos cada vez más, en el cual los vicios y la corrupción no son excepciones, incluso, son armas de nuestros enemigos contra la Revolución.
En las condiciones actuales y futuras de nuestra economía, se crean para un número mucho mayor de cuadros, circunstancias que pueden conducir a diversas formas de corrupción.
"Tenemos el deber de trabajar desde ahora para evitar, a cualquier precio, que al salir del periodo especial nos encontremos entonces con un problema no menos grave: el de la corrupción".
En todas las escuelas de negocios del mundo se trata la Ética de la empresa como disciplina, pero aunque así no fuera, la realidad cubana necesita con mucho insistir en la importancia del conocimiento y la preservación de valores morales y principios éticos con los que ha de actuar nuestro empresariado, pilares esenciales para elevar la eficiencia y desarrollar el socialismo que defendemos y que refrenda el Código de Ética de cuadros del estado cubano.
La Ética desde la óptica del materialismo dialéctico esclarece la naturaleza de la moral y el lugar que ocupa la misma en la vida social como reflejo del ser social que está determinada por las condiciones materiales.
Si tenemos como referencia la Ëtica Martiana podemos analizar cuatro pilares fundamentales: justicia, deber, ejemplo y amor.
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