Hoy día la cuestión no incide tanto en demostrar dicha existencia, cuanto en el hecho de que el hombre en todo lo que es la problemática de su existencia de un modo inevitable siempre está abierto a esa dimensión misteriosa de lo trascendente.
En la filosofía actual el ser se refiere más a la posibilidad de un conocimiento objetivo de lo real, en lo que es la crítica del conocimiento, gnoseología, y los sistemas científicos, epistemología, como posibilidad de ir ampliando los horizontes de nuestro conocimiento partiendo del conocimiento del mundo basado en la experiencia posible.
Estructura formal de la pregunta por el ser
Hay que plantear la pregunta por el sentido del ser. Si es una pregunta fundamental, o aun la pregunta fundamental, tal pregunta necesita entonces la adecuada transparencia. Por eso debe brevemente examinarse la que es inherente general a la pregunta, para poder así hacer visible, arrancando de ahí, la pregunta por el ser como pregunta destacada.
El ser constituye el objeto de la ontología; conviene, pues, cuanto antes definirlo, evitando así el peligro de confundirlo con otros conceptos.
Definir una cosa es lo mismo que saber lo que la cosa es. ¿Que es el hombre? ¿Qué es el triangulo? Las respuestas a estas preguntas constituyen la definición. En consecuencia, la definición de ser consistirá en la respuesta a: ¿Qué es el ser?
Respuesta adecuada a tal pregunta no es posible darla: lo que equivale a decir que la definición rigurosa del ser es imposible. Y la razón está en que el concepto de ser es general, el mas extenso; no existe ningún concepto superior en extensión al de ser. Con lo cual queda dicho que su definición es imposible, pues sabemos que para definir un objeto hay que buscarle primeramente el genero inmediato superior.
A pesar de esta imposibilidad existen dos conceptos sobre el ser, que es el univoco y el análogo. El univoco según su enfoque, "(ser) viene a ser la característica más general de diferentes cosas (llamadas entes o entidades). Es aquello que sigue siendo igual a todos los entes, después de que se han eliminado todas las características individuales a los entes particulares, esto es: el hecho de que sean, es decir, el hecho de que a todas ellas les corresponda ser.
Este concepto de ser es la base de la "metafísica de las esencias". Lo opuesto al "ser" viene a ser en este caso la esencia, a la cual simplemente se le agrega la existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la nada"[5].
También tenemos un concepto del ser que es el análogo y según este enfoque, el "(ser) viene a ser aquello que se le puede atribuir a todo, aunque de distintas maneras (Analogía entis). El ser es aquello, en lo que los diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen"[6].
Este enfoque del ser es la base de una metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la nada, ya que nada puede estar fuera del ser. Se entiende aquí a ser como espacio lleno.
Ahora bien Ferrater Mora nos dice "El término 'ser' puede tomarse como un verbo o como un sustantivo. En el primer caso puede considerarse como expresión de la cópula que une un sujeto con un atributo o, en su forma intransitiva, como equivalente a 'haber' o a 'existir'. La pregunta por el ser. La interrogación acerca del ser surgió en Grecia en virtud de ciertas experiencias y a consecuencia de cierta situación. Algunos pensadores preguntaron, ante todo, por el ser de las cosas. Ello se explica por dos razones: la primera, que creían en la posibilidad de que las cosas tuviesen un ser; la segunda, que se suponían capacitados para descubrir tal ser. Esta última razón es fundamental. En efecto, si hubo antes de los primeros filósofos hombres que preguntaron por el ser de las cosas, aconteció que sus preguntas iban dirigidas a alguien superior (a Dios, a los dioses, al Destino) que suponían ser la única entidad que podía contestarlas"[7].
Uno de los motivos que impelen al hombre a preguntar por el ser de las cosas es, como se ha dicho alguna vez, el hecho de que se sienta perdido entre ellas. Esta pérdida entre las cosas suscita, entre otros sentimientos, el de la admiración. Pero la admiración no es suficiente; es necesario, además, penetrar en el interior de las cosas con el fin de encontrar en ellas la raíz última que le permita al hombre volver a andar con seguridad entre ellas. Esta "raíz última" es designada con frecuencia como la esencia (o verdad) de las cosas. Para alcanzarla el pensador debe desentenderse de muchos de los rasgos que hacen a las cosas varias y atractivas, y atenerse únicamente a lo que es absolutamente necesario.
Los principios constitutivos del ser
POTENCIA Y ACTO.
Cabe distinguir cuatro elementos o principio que lo constituyen:
1. Aquello por virtud de lo cual el hombre es hombre. Un principio constitutivo es pues la esencia.
2. Este hombre, existen en realidad. En la existencia hallamos, pues, otro elemento constitutivo del ser.
3. Este hombre antes fue niño; pero cuando era niño estaba en potencia o tenia la aptitud para llegar a hombre maduro. Por lo tanto, la potencia es otro principio del ser.
4. Finalmente, si este hombre se encuentra, en el estado de adulto, es en virtud de haber perdido la niñez y ganado la forma, acto o estado del adulto. Luego el acto es también otro principio constitutivo del ser.
La potencia y el acto no son entes, sino estado del mismo. Potencia procede del verbo poder, y significa la aptitud de una cosa para recibir o hacer algo. Así, vosotros podéis llegar a se sabio; sois sabios en potencia.
No es posible definir el acto, sino en relación con la potencia. La potencia es la posibilidad de una cosa para recibir una forma o perfección; pues bien, el acto es la perfección o forma coya virtud se realiza la potencia.
El acto se divide en primero y segundo. Acto primero es aquel que no supone ningún otro acto anterior, aunque se ordena a otro. Así el alma es acto primero, pues no supone ningún otro. Acto segundo es el que supone otro acto anterior y esta ordenado a otros. La virtud, la sabiduría son actos segundos.
LOS PRINCIPIOS CONSTITUTIVOS DEL SER.
ESENCIA Y EXISTENCIA
La esencia es aquello por lo cual un ser es lo que es y se distingue de los demás. El principio en virtud del cual e hombre es hombre y no es bruto es la esencia humana; el elemento que hace que un árbol sea árbol y no mineral ni animal es la esencia de árbol.
Todas las cosas son seres, pero no todos pertenecen a la misma clase. En el mundo hay una rica variedad de especies, cada ser esta integrado en una especie determinada, distinta de todas las restantes. Pues bien, el principio óntico que constriñe al ente a pertenecer a una especie u otra es la esencia.
La composición d las esencias de las cosas no empece que sean eternas, necesarias e indivisibles. En efecto, as esencias, en sí consideradas, son eternas con eternidad negativa, esto es, prescinden del tiempo; así, siempre ha sido y es y será verdadero que el hombre es animal racional.
Por existencia se entiende aquello por la cual la esencia tiene realidad fuera de la mente. La existencia es, pues, un principio constitutivo del ente real y actual; es la ultima actualidad de las cosas. Por ella las esencias salen del modo de la posibilidad, para ganar el estado de realidad.
Las categorías del ser
LA SUSTANCIA, INDIVIDUO, PERSONA Y ACCIDENTE
Es evidente que todas las cosas no poseen la perfección ser en la misma medida, sino en distinto modo y grado, dando lugar a que en el mundo hay clases entes. Pues bien, el estudio de las distintas clases de entes, según el mayor o menor grado de perfección o entidad que poseen, da pie a las categorías.
Aristóteles fue el primero en descubrir que las cosas de mundo podían dividirse en 10 clases, que son las famosas categorías aristotélicas: la substancia y 9 accidentes. Substancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, acción, pasión, situación y hábito. Todo ser, dice Aristóteles, o existe en si o existe en otro como en su sujeto; si existe en si, es substancia; si existe en otro que le hace sujeto, es accidente.
La sustancia es la primera categoría del ser y se define como el ser que existe en si y no en otros. Los accidentes, son quienes sostienen la substancia, ya que para existir necesitan un soporte o sujeto de inhesión, que es las sustancia.
El individuo es todo ser realizado, en la naturaleza es un individuo, es decir, éste y ningún otro. Es imposible concebir un individuo multiplicado, pueden semejarse, mas no es posible que se confundan en una misma unidad y continúen siendo ellos mismos. La individualidad de un ser está constituida por su misma entidad.
El individuo inteligente se denomina persona. La personalidad, pues es, la perfección por la cual se basta a si mismo un ser dotado de inteligencia para existir y obrar. Es famosa la definición de persona por Boecio: rationalis naturae individua substancia. La personalidad es una perfección positiva. La persona es la máxima entidad substancial. Dios, substancia espiritual, singular y completa es persona.
El accidente es el ser que existe en otro. Por ejemplo el movimiento, el color, la forma, el saber, la virtud. Estas realidades para existir e otro accidente, como el color en la extensión o superficie, no obstante, a su vez, éste necesita otro sujeto de inherencia. Accidente proviene de accidere, caer encima, sobre venir; y efectivamente, los accidentes son realidades que sobrevienen a la substancia, modificándolo y perfeccionándola. Las tres categorías principales del accidente, Aristóteles descubrió nueve, pero para su estudio elemental, es mejor simplificar la clasificación, reduciéndolas a tres principales: la cantidad, la cualidad y la relación.
Necesidad de una expresa reiteración de la pregunta sobre el ser
La pregunta por el ser esta hoy casi caída en el olvido; con todo, no es la citada pregunta una pregunta cualquiera. En el inicio los griegos le da una interpretación al ser donde ser formo un dogma que no solo declara superflua la pregunta por el sentido del ser, sino que, además, sanciona su omisión. Se dice "ser" es el concepto mas universal y vacio. Como tal, resiste a todo intento de definición.
La universalidad del ser sobrepasa toda universalidad genérica. El ser es, según la terminología de la ontología medieval, un "transcendens". La unidad de este universal trascendental frente a la pluralidad de los conceptos genéricos supremos de cosas la reconoció Aristóteles, no obstante toda su dependencia del planteamiento ontológico de Platón, el problema de ser sobre una base fundamentalmente nueva. Cierto que tampoco ilumino la oscuridad de esta conexiones categóricas. La ontología medieval discutió de mil maneras el problema, sobre todo en las escuelas tomista y escotista, sin llegar a una fundamental claridad. Y cuando, finamente, Hegel caracteriza el ser como el inmediato indeterminado, y pone a esa caracterización como base a todas las ulteriores explicitaciones de su lógica, se mantiene en la misma dirección visual que la ontología antigua, solo que deja en mano el problema, ya planteado por Aristóteles, de la unidad del ser frente a la diversidad de las categorías de las cosas. Cuando, pues se dice: "El ser es el concepto más universal", no puede eso significar que es el concepto más claro y no necesitado de una ulterior discusión. El concepto del ser es más bien el más oscuro.
La pregunta por el ser en sein und zeit
HEIDEGGER
En sein und zeit, su obra fundamental publicada de modo parcial en 1927 y posteriormente nunca completada, Heidegger se propone replantear de un modo novedoso y radical lo que el mismo considera la pregunta central de la metafísica: la pregunta por el ser. La originalidad de la posesión filosófica elaborada por Heidegger en esta obra, la cual fue cáusa no solo de la enorme repercusión de SZ ( ser y tiempo) sino también de la gran confusión provocada por la obra ya desde su misma aparición, concierne tanto al planteo mismo como también a su ejecución y el resultado provisional alcanzado por Heidegger en la elaboración de la pregunta que prevé este titulo.
Heidegger intenta renovar y radicalizar la pregunta central de la metafísica tradicional, esto es, la pregunta por el ser. La pregunta ontológica clásica aparece ahora reformulada como pregunta por el sentido (sinn) del ser. El genuino alcance de esta modificación solo se comprende atreves de la lectura de la obra como un todo.
La cuestión por la del sentido del ser no aparece allí abordada de modo directo, sino que viene primero preparada como pregunta. Y ello atreves de una extensa notable interpretación fenomenológica de un determinado ente en atención de su ser, a saber, del ente que somos nosotros mismos, como suele decir Heidegger ente al cual denomina terminológicamente Dasein (ser ahí). La necesidad de un acenso mediado en el caso de pregunta por el sentido del ser, se justifica, en primer lugar, por el hecho estructural y general de que, para Heidegger, ser es siempre ser del ente.
¿De qué modo una cierta determinación del tiempo ha gobernado implícitamente la determinación del sentido del ser en la historia de la filosofía? Heidegger no pregunta meramente por el ser mismo, sino por el sentido del ser, es decir, por aquello a partir de lo cual el ser resulta como tal comprensible, accesible. Para decirlo en términos mas tradicionales, la ontología no aparecerá aquí como una teoría acerca de las primeras causas y principio del ente, sino mas bien como una teoría acerca del ens qua verum, es decir, como una teoría de (la posibilidad de) la verdad trascendental. Este cambio en la temática ontológica tal como se plantea en sein und zeit, es de notable originalidad.
Para determinar la prioridad del sentido se precisa una elaboración de la estructura del ser que es el hombre, elaboración a la que Heidegger denomina "analítica existenciaria", con lo que se vinculara dicha a prioridad con la temporalidad de la vida fáctica. Con el termino "Dasein" Heidegger quiere indicar un nuevo modo de pensar la esencia del hombre, que ha sido interpretada a lo largo de la historia como alma, como animal racional o como sugeto. "Dasein" quiere indicar la esencia del hombre que existe y que existiendo vive en una comprensión del ser, es decir, su esencia es comprendida a partir de su existencia.
Se comprende aquí el ser del ente como permanencia y persistencia. ¿Qué proyecto esta tras esta comprensión del ser? El proyecto se relaciona con el tiempo; porque aun la "eternidad, comprendida de alguna manera no es de un cabo al otro concebible, en tanto que "ahora" persiste, mas que a partir de tiempo.
Heidegger se da a la tarea de «mostrar» la necesidad, estructura y preeminencia de la pregunta que interroga por el ser. «Reiterar la pregunta que interroga por el ser quiere decir, por ende, esto: desarrollar de una buena vez y de una manera suficiente la pregunta misma»; así finaliza el primer parágrafo, e inicia el siguiente de esta forma: «Hay que hacer la pregunta que interroga por el sentido del ser.
Heidegger ha hecho que el interés por tal interrogante recobre actualidad. Aristóteles atisbó la respuesta, pero veinticuatro siglos después nuestro pensador alemán hizo notar que ni siquiera la pregunta estaba correctamente formulada; según los filósofos contemporáneos, Heidegger se ha acercado a la respuesta y así, hoy, creemos resuelto el enigma- pero en verdad este filósofo lo que hizo fue postular una analítica del ahí del ser que como se ha visto no va más allá de una antropología ontológica que de manera alguna ha aprehendido la respuesta a tan esquiva pregunta y que, además, no es respuesta a ninguna de las cuestiones, pues Sein und Zeit busca resolver una cuestión previa al parecer de cualquier pregunta propiamente metafísica.
Heidegger dice, con razón, que la deferencia no podría aparecer como tal. La huella de esta huella que (es) la diferencia no podría sobre todo aparecer ni ser nombrada como tal, es decir, en su presencia. Es el como tal que precisamente y como tal se oculta para siempre al orden metafísico. Y no solamente la determinación de la diferencia como deferencia de la presencia y el presente sino y la determinación de la diferencia como diferencia entre el ser y el ente. Si el ser, según ese olvido griego que habría sido forma misma de su venida, no ha querido jamás decir sino ente, entonces, la diferencia es tal vez mas antigua que el ser mismo. Habría una diferencia mas impensada aún que la diferencia entre el ser y el ente. Sin duda, no se la puede nombrar como tal en nuestra lengua.
El término "olvido del ser" es usado por Heidegger para explicar que, en la historia de la metafísica posterior a Aristóteles, ser y entidad se confundieron, pues se los tomaba como sinónimos, por lo que, en efecto, el ser se olvidó. El problema de considerar al ser como una entidad más (o incluso como la entidad: como Dios) es que lo cosifica, esto es, se lo toma como una cosa, cuando el ser, precisamente, no es una cosa. Así pues, nunca se lo estudió correctamente, lo cual llevó a equívocos. Pensemos que, por ejemplo, el correr no es una cosa, sino una acción, y que sería muy equivocado tomarlo como una entidad. Lo mismo pasa con el ser.
En la actualidad el ser se le ve de una manera distinta, tal ves por el nihilismo que "es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo que no nos debemos a éstos"[8]. Ya no son estudios que se le hacen al ser, que si es ente, si es sustancia etc., sino que se le ve con un sentido más antropológico, más hacia el hombre directamente, pero enfocado en su modo de pensar, actuar y de percibir el mundo.
Vemos ahora que las personas viven, habitualmente sin demasiada conciencia de cómo viven, de por qué viven, sin tener claros los grandes propósitos de su vida. Las personas no viven una vida emanada de la razón, aunque esto no quiere decir que sean irracionales. En principio las personas se guían por preferencias en su vivir. No está mal, introducir el cálculo en la vida implica temor, pues se calcula para obtener el máximo de placer y evitar el dolor. En realidad la conciencia es conciencia del dolor, una persona se va volviendo consciente a través del dolor. Una persona es precavida cuando debe evitar cometer equivocaciones que le provoquen dolor. Se dice habitualmente que las personas se preguntan de dónde vienen, a dónde van, cuál es el sentido de sus vidas. Estas preguntas se realizan verdaderamente sólo cuando el dolor vuelve autoconscientes a las personas.
Bibliografía
Dr. Agustín Casanova. Filosofía Primera. Editorial Barna. 1994
Luisa Paz Rodríguez Suarez. Universidad de Zaragoza.
Salomón Lerner Febres.
Jacques Derrida. Tiempo y presencia. Universidad de ARCIS.
Juan Cepeda H. Comentario a la introducción de Sein und Zeit.
www.wikipedia.com
Autor:
José G. Contreras
Venezuela
[1] Cfr. Diccionario filosófico Herder. Parménides de Elea. El ser.
[2] Cfr. www.google.com/Parménides de Elea. El ser eterno
[3] Cfr. Diccionario filosófico Herder. Parménides de Elea. El ser. Inmóvil e inmutable.
[4] Cfr. www.wikipedia.com/el-ser-en-aristoteles.
[5] Cfr. Dr. Agustín Casanova. Filosofía primera. Concepto univoco del ser. Pág. 150
[6] Cfr. Dr. Agustín Casanova. Filosofía primera. Concepto análogo del ser. Pág. 150
[7] Cfr. José Ferrater Mora. Diccionario de filosofía. El ser
[8] http://es.wikipedia.org/wiki/Nihilismo
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