Sin embargo, es difícil negar que la familia estructurada del modo actual, sea en sí misma una creación parcialmente cultural, que puede, o no, estar basada en lazos biológicos.
La adopción es precisamente la posibilidad de formar una familia asentada no en la biología sino en la cultura — Fraguada en la convención de que toda pareja casada debe de tener hijos — y — nietos. (Véanse mis ponencias: En la defensa de nunca tener hijos para ciertas parejas que son felices y Ser Abuelos). Es importante que los padres adoptivos puedan analizar y cuestionar sus miedos, sus prejuicios y sus ideas acerca de la adopción y del modo en que se concibe al hijo adoptado en su medio. (Repetimos, véanse mis contribuciones, especialmente: Adopción).
Los equipos interdisciplinarios que trabajan sobre este tema brindan orientación y sosiego a los padres prospectivos y, por supuesto, también los grupos que se organizan convocados por la misma experiencia. En los Estados Unidos todavía existe una tendencia estricta a no revelar nada acerca de las adopciones — por miedos, será…
Pero a medida que se avanza en el proceso, esta idea va cambiando. Desde el momento en que llega la pareja solicitando ser padres adoptivos entra a una evaluación en la que paralelamente se le capacita en torno a una serie de temas que tienen que ver con su futura relación con el niño. Este trabajo, también es reforzado con talleres de padres, donde son ellos quienes comparten sus experiencias. Así, poco a poco, la gente entiende que no es justo que toda la familia y amigos conozcan la realidad y no el niño mismo — que actuar con transparencia es lo único que evita la crisis de confianza que resultaría en caso de que el niño descubra su origen por otras personas y no a través de sus padres. Lo que acarrea dificultades, como ya sabemos.
Aunque no existen recetas para el cómo ni el cuándo de esta revelación, la lógica y acertada manera, es la de dar a conocer el origen del nacimiento del hijo, desde el primer momento, aún antes de que este lo pueda aprehender.
Los niños comprenden mucho más de lo que les damos crédito por entender, por lo que se le pueden enviar mensajes cariñosos que lo orienten, como "recuerdo el día feliz que llegaste a nosotros, el día en que te conocí"… ello va a facilitar el momento en que pueda darse una explicación más clara y concreta. Hay que estar preparados, porque independiente de lo que uno quiera, los niños pueden preguntarlo en cualquier instante.
No olviden la ponencia del romance familiar en la lección, Fantasías de Rescate… También hay que considerar que la noción de identidad se inscribe de diferentes modos cuando se es niño, púber, adolescente… No es lo mismo, ni es igual conocer nuestra identidad a los dos, a los seis, a los diez ni a los doce. A veces, los padres plantean que quieren esperar a que el hijo sea más maduro y pueda entender de qué se trata. Lo que sucede finalmente es que esta espera dura meses, años y nunca llega ese "momento ideal". Hay mucho miedo a que la verdad lastime, hiera y, sobre todo, separe. Sin pensar que el hecho de ser negado de su verdadero origen hace sumamente frágil al niño — y que reconocer este hecho, es un modo de devolverle toda su fuerza y su orgullo de estar en el mundo y de pertenecer a sus padres y a su familia adoptiva.
Cuando los niños descubren, por primera vez, su historia verdadera en la adolescencia suelen reprocharles profundamente a sus padres ese ocultamiento. Ignorar lo que otros saben acerca de nosotros no ahorra sufrimiento: lo causa.
Con ternura
La manera en que se transmita el relato, el hecho de que ese relato y esa verdad formen parte o no de la vida cotidiana, la forma en que se revele la información y quién la revele tiene efectos para la estabilidad emocional de los hijos. ¿Qué es ser adoptado? Es ser un hijo igual que los demás pero con una historia que empieza antes de encontrarse con su "mamá y su papá" — no biológicos, pero, aún más importante — psicológicos. No siempre es bueno contar todo lo que se sabe. Es fundamental cuidar el acceso a la información, cuidar al niño que recibe esa información. Construir un relato no supone necesariamente hacer uso de todo lo que sabemos acerca de la familia biológica del niño — no hay que revelar hechos negativos e innecesarios. (Véase mi ponencia: La importancia de entretejer la historia personal: El hechizo fascinante de la coherencia del ego).
Hay padres adoptivos que prefieren hablar sólo cuando el niño pregunte. Ahora bien, ¿y si no pregunta? ¿Si percibe que de "eso los padres prefieren no hablar"? ¿Esperar a que interrogue acerca de su nacimiento no será un modo de no tomar las riendas del asunto? A veces pensamos que es bueno buscar ejemplos, usar personajes de la televisión o situaciones familiares o escolares para explicar el tema. Todos los días hay algún nacimiento, alguna pareja divorciada con hijos que dividir o, incluso, algún recién adoptado. Sin embargo, los niños no siempre están en condiciones de asociar su propia condición con un ejemplo que, en vez de clarificar, confunde. Algunos proponen que la información sobre el origen reclama cierto grado de independencia respecto a otros episodios de la vida, demanda intimidad… debido a la importancia del tema.
No es así. La presencia de ambos padres es ideal en el momento de la información. No obstante, la experiencia nos muestra que habitualmente es la madre quien encuentra la circunstancia oportuna para hacerlo, de acuerdo con lo que ella siente como empatía con su hijo en ese preciso instante. El padre, entonces, se incorpora al hacerse presente.
Fortalecer el vínculo
Como siempre, y desde nuestra condición de seres humanos con imperfecciones propias, hacemos lo que podemos, cuándo y cómo podemos, con respecto a compartir la información con nuestro hijo. También hay que considerar que las preguntas del hijo adoptivo no buscan la respuesta justa, sino que intentan confirmar que el otro está dispuesto a contestar lo que puede, lo que sabe; que el otro es confiable y va a escuchar, a tolerar las incertidumbres e inquietudes que aparecen. Ese reconocimiento fortalece los vínculos entre padres e hijos.
Adelante de lo biológico
Asumir y ejercer la paternidad o maternidad es tomar conciencia de un proceso, un rol a construir, una función que cada uno despliega en forma singular y que no se reduce a un hecho biológico o social.
La capacidad de procrear en sí misma, y por sí sola, no nos hace padres, del mismo modo que lo que atormenta no es ser hijo adoptivo sino los secretos y el modo de manejar la información acerca del origen y la diferencia con los demás. El primer acto de la madre biológica no fue abandonar sino dar a luz, cuidar, dar vida. Cuando llega la hora de relatar la historia, algunos padres cuentan haberse sentido "como si fueran a tomar un examen". Para ellos, ese momento implica revivir todo lo que pasaron desde que pensaron o decidieron tener un hijo, sobre todo, la frustración por no haber podido concebirlo. Es fundamental nombrar, pronunciar la palabra "adopción" desde que el niño nace y evitar siempre el ocultamiento. El mejor modo de contarle a un hijo que es adoptado es haciendo que la palabra "adopción" forme parte del lenguaje cotidiano. Es vital quitarle su peso negativo, ya que no es algo de lo cual avergonzarse. Con frecuencia, los niños preguntan: ¿Qué es ser adoptado? Una respuesta adecuada es decirles que ser adoptado es ser un hijo igual que los demás pero con una historia que empieza antes de encontrarse con la mamá y el papá con quienes vive.
Muchos de mis pacientes cuentan a sus hijos adoptivos la historieta del Romance Familiar, a lo que muchos niños responden, con, astucia infantil: "Ustedes finalmente, me encontraron"… En cierta forma, también cuando se adopta un hijo se vive una gestación y no un embarazo. Toda adopción conlleva una espera que resulta larga, llena de ilusiones y temores, dudas, ansiedades, posibilidades e ilusiones que le van dando forma al niño, lo van imaginando aun antes de conocerlo. Es un tiempo de formación durante el cual el futuro hijo va ocupando un lugar y, cuando se produce el primer encuentro con sus padres, se abre también la necesidad de ir conociéndose y descubriéndose mutuamente.
Construirte su anamnesis personal
Historiar es insertar hechos, acontecimientos, situaciones en una trama, hilarlos y tejer la fábrica de una crónica. Esto resulta fundamental para los hijos y los padres y no sólo en las familias con hijos adoptados. Podría decirse que uno de los objetivos del relato de los padres hacia su hijo adoptivo es construirle una reminiscencia. (Véase el artículo arriba citado).
Una historia da sentido y da respuesta a los interrogantes que todo pequeño tiene. Para prepararla podemos recurrir a fotos, dibujos, cuentos, canciones. Un ejemplo puede ser la confección de un álbum con fotos, no sólo del después de la adopción sino también del antes, con fotos del lugar en el que los padres conocieron a su hijo. Por falta de fotos, podemos recurrir a dibujos que permitan construir la narración e imaginar acerca de lo que se sabe. Todo esto permitirá al niño dar testimonio de su nacimiento, lo que implica sentirse valorado, querido, cuidado, y sabemos que esto es decisivo en su vida. Por otra parte, hay que recordar que toda familia incluso aquellas con hijos biológicos siempre tiene algo para construir, en ellas también existen vínculos que se van aparejando progresivamente. Es importante todo aquello que permita llenar las lagunas y las sombras de la memoria. Casi todas las historias de adopción, a pesar de las diferencias, suelen comenzar con padres que deseaban y buscaban mucho a un hijo, y con un hijo que deseaba y necesitaba mucho tener papás. Es, en suma, la leyenda de un encuentro o la trama de un cuento de hadas. (Léase mi lección: Cuentos de Hadas — Magia, Fe y Encanto…)
El hecho de mantenerla como un secreto indica que ese relato no pudo incorporarse a la vida cotidiana y a la historia de esa familia. Indica que la adopción sigue siendo vivida como algo doloroso y terrible y no como un hecho placentero y emocionante, como es desear un hijo, buscarlo, y encontrarlo. Estabas esperando una mamá y un papá — nosotros te esperábamos a ti
Es posible contarle al hijo cómo lo fueron a buscar y dónde estaba, y explicarle que había nacido en tal o cual región, también que estuvo dentro del vientre de una mamá que lo hizo junto con un papá. Ella lo cuidó mientras estaba allí, sin haber nacido. Pero como esa persona después, sin que sepamos la razón, ya que nunca la conociéramos, decidió dejarlo para que otras personas lo cuidaran. Mientras tanto, papá y mamá estaban entristecidos porque no podían tener hijos. Eso es algo que a veces les ocurre a algunas parejas. Entonces les avisaron que había un bebé que estaba necesitando un papá y una mamá. Ellos fueron a buscarlo — y allí lo encontraron a él que era muy chiquito y que tenía ojos grandes y manitas chiquitinas… Desde entonces él es el hijo de esta familia.
Pero no olviden, el hecho de que algunos niños, en este mismo instante, pueden preguntar: "¿Por qué, en lugar de adoptarme, no ayudaron a mi madre a que se quedara conmigo?"
Finalmente, en este asunto tan delicado, no olviden que no sólo las adopciones homoparentales presentan problemas únicos, que asimismo las presentan las inter-raciales.
Como son las cosas, cuando son del alma…
Bibliografía
Se suministra por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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