Escuela para Padres: Un taller de reflexión en asistencia y prevención
Enviado por Lic. Francisco Mora Larch
- Introducción
- Un proceso de cambio direccional y planificado
- Prevención y /o promoción en salud mental
- Taller de reflexión en escuela para padres: Algunos temas a trabajar
- Re-pensar con los padres el ser padres
"Ciencia del hombre por excelencia, el psicoanálisis después de Freud, su fundador, se encuentra en una búsqueda perpetua, y los limites de su campo de estudio se extienden cada vez mas hasta abarcar desordenes de la salud mental, de la conducta y de la salud somática".
Francoise Dolto.
En el transcurso del proyecto de trabajo educativo a nivel Medio Superior, con los chicos con discapacidad, hemos ido tomando conciencia de lo valioso que resultaría para ellos el logro de la independencia personal, de la autonomía social, de la asunción de su propia responsabilidad, de acceder por cuenta propia a los recursos que la sociedad le ofrece a los jóvenes, de la satisfacción que se logra en el reconocimiento social, de metas u objetivos que corren por cuenta propia y ya no de los padres, en sostener su propio y original deseo, gracias o a pesar de los deseos paternos.
Esto significa entonces, que una labor previa debe hacerse con los padres o tutores de los jóvenes con discapacidad, que favorezca el inicio y desarrollo de un cambio de actitudes y de los estilos de relación y de los vínculos padres – hijos con discapacidad.
¿Por qué es importante abordar esta dimensión, que parece alejada de la cuestión de la educación media superior, para chicos con discapacidad? Esto me parece que depende mucho de la visión que se tenga de lo que es la educación, de los fines que persigue, y de un cierto grado de compromiso social con la mejora o el desarrollo del ser humano como un ser perfectible, el que intenta alcanzar una mejora en sus relaciones consigo mismo, con sus congéneres y con el planeta que habita.
Por esta razón, me parece que se puede encuadrar la cuestión de una "Escuela para Padres", desde una visión que contemple el desarrollo de una cultura de salud mental, ausente en nuestro medio, cultura que favorezca un enfoque integral del ser humano, como sujeto construido y producido por su medio, a la vez que poseedor de un potencial para influir en él y adecuarlo a sus necesidades y proyectos de humanización y socialización.
Un proceso de cambio direccional y planificado
La idea seria iniciar un proceso de cambio en los padres, que se "acomode", en un proceso de adaptación activa y reflexiva, a los cambios que va experimentando su hijo adolescente, se trata de colaborar con los padres a ir dilucidando y elaborando las actitudes de sobre protección que cualquier tipo de discapacidad genera en ellos, como reacción "natural" en el cuidado de su hijo, a la vez que ir favoreciendo la capacidad para lograr el "des-prendimiento" necesario que el joven requiere, como forma de asumirse como ser independiente, autónomo y responsable por su propia vida y su propio proyecto de vida.
La clínica psicoanalítica ha sido prolífica en mostrar, vía una intervención temprana en situaciones críticas que viven la madre y su hijo pequeño, el tipo de "predisposiciones subjetivas primarias" que favorecen un "desarrollo sano" o patógeno, desde los primeros tiempos, en la constitución del psiquismo infantil. Pareciera que, de antemano, el nacimiento de un chico con discapacidad o la aparición de esta de manera prematura, "no dijese nada" de lo que sucederá con el futuro del nuevo ser, que todo se jugará en la dinámica inconsciente de las relaciones entre los padres afectados por este hecho, y en el tipo de vínculos que establezcan con ese ser inédito, situación que puede cobrar tintes traumáticos con el hijo con discapacidad. Por eso, en un texto que cobra relieve para esta problemática, menciona Maud Mannoni (1).
"Aun en los casos en que se halla en juego un factor orgánico, ese niño no tiene que afrontar tan solo una dificultad innata, sino también la forma en que su madre utiliza ese defecto en un mundo fantasmático, que termina por ser común a ambos".
Los vínculos primarios, en condiciones "normales" ofrecen una base segura para el "crecimiento" del niño, Winnicott llama a esto la presencia de "una madre suficientemente buena" (2), donde los problemas ligados a las angustias mas tempranas, encuentran solución de continuidad y se favorecen nuevos ajustes que permiten el impulso a un desarrollo mayor; o en el caso de la ausencia de aquel factor, se agravan con el paso del tiempo, debido a un "inadecuado" manejo de la problemática que se vive y de la cual pareciera que no hay una salida que permita tramitarla eficazmente para una superación definitiva.
Si pensamos lo que sucede con los padres que esperan con ilusión a un bebé, y un diagnostico prematuro les informa que nacerá con alguna discapacidad, encontraremos que sin un apoyo emocional que de contención a lo recibido, se tambaleará la organización intersubjetiva del útero social en construcción, indispensable para el despliegue de las potencialidades que traiga el niño por venir, se comprometerá así el futuro y el destino de ese ser inédito, ya que se puede ser reducido a una etiqueta diagnóstica que selle su destino, ya no como sujeto sino como un puro objeto, cosificado por los otros y puesto a su merced, objeto de manipulaciones e intromisiones innecesarias, incluso de una violencia instrumental medica descarnada, y por ello, deshumanizante.
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