Descargar

Perón y el Justicialismo en la Argentina (página 2)


Partes: 1, 2

La historia de la Argentina cambiaría, sin embargo, de modo fundamental, a partir de los acontecimientos que se sucederían con el golpe del año 1943.

Los militares habían designado en la secretaría del trabajo y provisión al coronel Juan Domingo Perón, un oficial de mucho arraigo entre sus compañeros de armas y con el carisma y la personalidad suficiente como para poder tomar la iniciativa en esa difícil circunstancia y revertir el aislamiento del régimen.

La secretaría del trabajo, en manos de un hombre como Perón, resultó ser estratégica. Le permitió establecer relaciones con sectores organizados de la clase obrera a tal punto que disputaría a los partidos de izquierda la influencia sobre este sector y finalmente se las arrebataría casi por completo.

Comenzó implementando reivindicaciones que habían sido largamente requeridas por los trabajadores. En primer lugar, se dispuso aumentos generalizados de salarios en el sector público, a la vez que se impuso medidas equivalentes en el sector privado. Se implementaron luego disposiciones sobre vacaciones pagadas, así como aguinaldos. No sólo se legalizaron los sindicatos, sino que se promovió la sindicalización de sectores tradicionalmente no sindicalizados. Finalmente, se introdujo un sistema de arbitraje estatal en los conflictos obrero-patronales.

En esta instancia, los fallos que emitieron los tribunales de trabajo, con frecuencia, favorecieron a la parte laboral. Con estas medidas, la CGT (Confederación General del Trabajo), una de las principales centrales sindicales del país, se tornó completamente a favor del nuevo régimen y en especial de su secretario del trabajo que era visiblemente quien impulsaba estas medidas con la tolerancia desconcertada, a veces expectante y a veces temerosa, de sus colegas en el gobierno.

Otra faceta de esta política constituye el carácter agitador entre las masas trabajadoras que desempeño Eva Duarte, una joven provinciana, a la que Perón tenía por mujer y con la que se casaría en los próximos meses. Evita, como la llamaron las masas obreras y desposeídas, había generado todo un movimiento de adhesión a las políticas benefactoras que realizaba la secretaria del trabajo. Ella llamó "descamisados" a aquellas masas de trabajadores que concurrían entusiastas a las manifestaciones de apoyo que ella convocaba.

Inicialmente, los colegas militares de Perón comprendieron que las políticas implementadas desde la secretaría del trabajo habían logrado sacar al régimen del aislamiento en el que se vio cuando había tomado el poder. De hecho, esto convirtió a Perón en el hombre fuerte del gobierno y esta posición fue reconocida expresamente cuando se nombró a Perón como ministro de guerra, sin que dejara la secretaría del trabajo. Adicionalmente, una Asamblea de militares lo nombraría luego como vice-presidente de la República.

El auge popular del régimen acarrearía, sin embargo, también otras consecuencias. La oligarquía no podía ver con agrado las políticas laborales del régimen pues sentía como se afectaba de manera significativa sus intereses económicos. Por otro lado, sentían claro temor del ascenso político de las masas trabajadoras que tenían en Perón a su promotor.

Las potencias extranjeras aliadas sentían también una terrible reticencia hacia un régimen, del que conocían sus simpatías fascistas, y que a la vez estaba ganando apoyo popular masivo. Comenzaron pues a realizarse presiones en los sectores conservadores del ejército, que también veían que estaban perdiendo influencia política arrebatada por el secretario del trabajo.

Entonces, en octubre de 1945, estalló el golpe que no fue dirigido contra el régimen, sino contra la persona de Perón. Según la visión de los conjurados, Perón había desviado los propósitos iniciales de lo que llamaron "su revolución" el año 43. El levantamiento militar fue llevado a cabo mediante la detención de Perón, mientras se exigía al gobierno que se lo destituya de todos sus cargos.

La reacción del movimiento obrero de los "descamisados" fue algo completamente imprevisto. El 17 de ese mismo mes, bajo la convocatoria de "Evita", decenas de miles de personas realizaron las manifestaciones más grandes que se hayan visto en la historia de ese país hasta ese momento, exigiendo la inmediata liberación de Perón. Adicionalmente, los obreros movilizados declararon una huelga general para dar fuerza a su demanda. Los conjurados tuvieron que ceder ante la impresionante demostración de fuerza que habían realizado los adherentes del nuevo caudillo. Perón salió increíblemente fortalecido del acontecimiento que se inició con la intención de hacerlo a un lado de la política argentina.

Al año siguiente (1946), el régimen repuso las libertades democráticas y se celebraron elecciones en las que salió triunfante Perón.

3. El régimen de Perón.

Con el gobierno de Perón se iniciaría una nueva era en la historia de la Argentina. La clave para comprender su política radica en el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio), una institución concebida como el mecanismo que generaría los excedentes económicos necesarios para emprender, no solamente las políticas benefactoras del gobierno, sino también un ambicioso proyecto de industrialización del país.

El IAPI estaba destinado a comprar la producción agrícola interna a precios fijos para luego comercializarla en el mercado internacional. Se trataba evidentemente de un monopolio estatal en el comercio exterior de los productos agrícolas que expropiaba a la empresa agroindustrial los excedentes económicos.

Adicionalmente, y para reforzar el control estatal de la economía, se nacionalizó el Banco Central y con ello, el Estado adquirió la capacidad de dirigir la política crediticia. De este modo, con los ingresos generados por la IAPI y con su control del Banco Central, Perón inició una política de promoción de la industria nacional que determinó el surgimiento, en unos casos y el fortalecimiento en otros, de industrias de bienes de consumo.

De este modo, la Argentina abandonaba el perfil tradicional de una economía agrícola productora de materias primas destinada exclusivamente a la exportación.

El control estatal de la economía experimentó un reforzamiento adicional cuando se nacionalizaron los ferrocarriles y la compañía de teléfonos. De este modo, el Estado, ya era el principal agente de la economía argentina.

Esta política económica tuvo su complemento con las políticas laborales y sociales que reforzarían los primeros pasos implementados durante la gestión de Perón en la secretaría del trabajo. En realidad, la política social del régimen estuvo a cargo de Eva que, sin tener cargo oficial alguno en el gobierno, impulsó los aumentos salariales que continuarían incrementándose dotando a las clases media y obrera de un poder adquisitivo que resultaría estimulador para la industria nativa. Paralelamente, el Estado implementaría un control sobre los precios de los alquileres y además se lanzaría un programa de dotación de viviendas populares, así como inversiones en salud y educación pública.

En 1948, el Estado disolvió la Sociedad de Beneficencia, dirigida por mujeres ligadas a la Oligarquía y en su lugar creó la "Fundación Eva Perón", a cargo de la carismática esposa del presidente. Desde allí se realizaron importantes obras sociales como construcción de hospitales y hogares para niños huérfanos y reparto de medios de subsistencia de la canasta familiar a sectores depauperados de la población. Con estas políticas, la popularidad de la esposa de Perón y de su régimen ganaba fuerte apoyo popular.

Al finalizar la década de los 40, el régimen se embarcó a una reforma constitucional que implicó, bajo la influencia de Eva, la introducción del voto femenino que era lo único que faltaba para la implementación del voto universal. Más controversial resultó, empero, la inclusión de la posibilidad de la reelección del presidente, que era el mecanismo que Perón había ideado para prolongar su régimen. La reforma constitucional sirvió además para consolidar y proteger las reformas laborales y sociales que el gobierno había implementado.

Todas las políticas realizadas por el gobierno y, en especial, el voto femenino dotaron a Perón de una popularidad que, sin duda, sirvió para que resultara re-electo en las elecciones de 1952. El caudillo había estructurado ya su propio partido -el Partido Justicialista- constituyéndose de este modo en una figura autónoma del Grupo de Oficiales Unidos, con el que se embarcó en la vida política del país. El justicialismo, o peronismo, pasaría a convertirse en la principal fuerza política del país durante las décadas posteriores, con o sin la presencia de Perón.

Las políticas benefactoras del régimen tuvieron una contraparte en el carácter represivo que desempeñó contra la oposición. Durante la década del 50, sus políticas salariales así como el incremento del gasto público determinaron un aumento de la inflación que arrebataba el poder adquisitivo de los salarios. En este nuevo contexto, los sectores obreros independientes del peronismo intentaron llevar a cabo protestas y manifestaciones contra el régimen.

Perón respondió con las fuerzas represivas del estado o con los grupos de choque de los "descamisados". De este modo, el movimiento sindical argentino nunca podría lograr una unificación. Por otro lado, el control ejercido por el gobierno sobre los medios de comunicación fue tan rígido que no se permitía la crítica y el cuestionamiento hacia sus políticas de tal modo que la libertad de prensa sufrió serios atropellos.

En política internacional, Perón, una vez concluida la segunda guerra mundial, no teniendo ya posibilidad alguna de manifestar sus simpatías por los regímenes fascistas, intentó llevar a cabo una política independiente frente a las dos potencias que habían surgido de la gran conflagración bélica internacional. Según Perón, la guerra fría que enfrentaba a Estados Unidos y a la Unión Soviética era una pugna por ganar la hegemonía mundial y los países del "tercer mundo" no tenían nada que ganar en esa contienda. Por lo tanto, impulsó una "tercera posición" que no implicara la alineación con ninguna de las dos potencias. Naturalmente que esto irritó al gobierno de Estados Unidos que pretendía generar adhesión de los gobiernos latinoamericanos frente al socialismo representado por la Unión Soviética.

Sin embargo, en política comercial, Perón comenzó a atenuar su anti-imperialismo para dar paso a una apertura con los Estados Unidos.

4. La caída de Perón.

Los analistas han estado de acuerdo en que la caída de Perón fue iniciada a raíz de su confrontación con la iglesia. Poco antes, se había creado el Partido Demócrata Cristiano convirtiéndose en uno de los focos de crítica al régimen. Perón vio a la Iglesia detrás de esta agrupación política y comenzó a hostilizarla mediante una campaña de desprestigio de tales proporciones que le valió la misma excomunión.

Pero no era el único foco de descontento.

La creciente inflación había llevado al gobierno a realizar una plan de austeridad para reducir el gasto público, lo que naturalmente golpeó la economía de los sectores obreros. Entonces, los sindicatos independientes del peronismo manifestaron su descontento en consecutivas marchas de protesta. Ya no estaba "Evita" –que había fallecido el año 52- para apoyar a Perón generando manifestaciones de apoyo.

Por otro lado, los sectores conservadores de la población, que durante todos esos años constituyeron la oposición al régimen, vieron la oportunidad para iniciar su arremetida final. El ejército ya no lo veía como a su representante y por lo tanto fue incitado por la oligarquía para realizar el golpe de Estado.

Los levantamientos militares se sucedieron uno tras otro y culminaron con el bombardeo de la plaza de mayo el 16 de junio de 1955.

El régimen todavía no caería. La CGT y los grupos sindicalizados del peronismo intentarían resistir realizando manifestaciones de apoyo a su líder. Sin embargo, la hora de Perón llegaría el 16 de septiembre, cuando un nuevo levantamiento militar, autodenominado "La revolución liberadora", depondría a Perón del poder. El nuevo general en el gobierno, el general Eduardo Lonardi, inauguraría un nuevo régimen militar.

5. Perón y su legado.

Perón retornaría al Poder en 1973, cuando las elecciones de ese año le dieron el triunfo al retornar de su prolongado exilio en España. Para ese entonces, el partido justicialista es el movimiento político más grande del país y nadie podía evitar que el caudillo reconquistara el gobierno por la vía electoral.

Sin embargo, los sectores políticos más diversos en Argentina se han sentido parte integrante del movimiento peronista. Una clara expresión de esta diversidad fue expresada cuando Perón retornaba a la Argentina de su exilio.

En ese momento, una multitud impresionante de gente se concentró en el aeropuerto para recibirlo. Sin embargo, quienes se encontraron en el mismo lugar para recibir a Perón, radicales y conservadores, se sintieron tan distantes políticamente que pronto se inició un tiroteo entre ellos que terminó con la tristemente célebre denominada "Masacre de Esseiza".

El segundo gobierno de Perón, sería muy corto, pues al año de asumir la presidencia el caudillo fallecería. Su tercera esposa, María Estela Martínez, que había sido elegida vice-presidenta, en la formula con Perón, lo sucedería en el mando. No duraría tampoco mucho en el poder la que fuera la primera mujer presidente de la Argentina, pues el año 1976, otro golpe militar la arrojaría del gobierno, iniciando el ciclo militar más represivo de la historia argentina.

BIBLIOGRAFÍA

  • Tulio Halperin Donghi. Historia Argentina.
  • Luna, F. Perón y su tiempo.

 

Carlos Alberto echazú Cortéz

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente