El tejido de todas las construcciones de la ciudad debe ser en lo posible uniforme para que la ciudad se vea bella.
En las afueras de la ciudad deben asignarse terrenos grandes, con suficiente espacio libre para el solaz y esparcimiento de los habitantes y para el pastoreo de ganados. Estos solares no deben interferir con las propiedades privadas. Más allá de los terrenos urbanos se parcelará el suelo agropecuario.
Las leyes de fundación de ciudades tenían una base conceptual arqueológica. Las construcciones seguían los desarrollos arquitectónicos de esos tiempos. No las condiciones y necesidades reales de los sitios de construcción. La planificación era ajena a las condiciones reales de los distintos lugares, no contemplaba terrenos, tradición cultural, ni otras condiciones ni circunstancias específicas, según la comarca el tiempo histórico.
La plaza mayor representaba para los españoles el símbolo de la unidad cívica, donde se realizaban las actividades cívicas en que participaba toda la población: mercado, espectáculos, bailes y ajusticiamientos públicos. Era el lugar privilegiado en construcciones, accesibilidad, centralidad, articulación y comercio. Alrededor de ella se situaban, la iglesia, las instituciones públicas y los edificios más importantes. A ella llegaban todas las calles más importantes. Su marco estaba constituido por portales con galerías para usos comerciales. El pavimento de las calles debía estar alineado por el de la plaza. Los pórticos del marco de la plaza no debían estorbar la convergencia de las calles en las esquinas.
Los asentamientos coloniales españoles fueron la base de los sistemas urbanos prácticamente de todas las ciudades hispanoamericanas. Muchas de ellas para consolidarse necesitaron de uno o más traslados a nuevos emplazamientos, para alcanzar bases económicas adecuadas. En ella se mantiene aun el trazado de la retícula fundacional original, a pesar de la gran expansión que han formado. El proceso hispánico de urbanización refleja la fuerte centralización a la que los gobiernos y dirigencias religiosas sometían a sus administraciones. Desde el punto de vista social estas urbanizaciones fueron proyectadas hacia dos mundos diferentes: las ciudades exclusivamente para los españoles y los pueblos y resguardos para indios y esclavos y de tal forma que pudieran concentrar la mano de obra necesaria para las actividades agropecuarias, minera y domesticas. Durante la época colonial con escazas excepciones las ciudades permanecieron pequeñas y de apariencia modesta. Eran simples aldeas cuya finalidad era exclusivamente utilitaria y no existió ningún interés en embellecerlas, ni en construir complejos urbanos de valor arquitectónico. Fueron precariamente construidas y mal atendidas.
Durante los 300 años de dominación española se pusieron los cimientos de la vida política, social y económica de las repúblicas americanas hispanohablantes.
Cristóbal Colón (1492). Con la llegada de Cristóbal Colón el 12 de Octubre de 1492 a las islas Bahamas se inició la exploración y conquista del continente americano por los españoles.
Juan de la Cosa (1502). Bajo su mando los primeros españoles desembarcaron en las costas de la Guajira en 1502 al mando de Juan de la Cosa.
Rodrigo de Bastidas (1525). Exploró parte de la zona norte de Colombia y fundó la ciudad de Santa Marta convertida luego en gobernación. De allí partieron la mayoría de expediciones que exploraron y conquistaron el interior del país.
Pedro Fernández de Lugo (1535). Continuó con la gobernación de Santa Marta.
Gonzalo Jiménez de Quesada (1537). Fue nombrado por Pedro Fernández de Lugo capitán general de una expedición para explorar el interior del país siguiendo el curso del rio Magdalena. A finales de año 1537 Gonzalo Jiménez de Quesada llegó la sabana de Bogotá, y el 6 de Marzo de 1538 fundó la ciudad de Santafé de Bogotá. A finales de 1539 regresó a España con un botín considerable.
Alonso Luis de Lugo (1540). Hijo de Pedro Fernández de Lugo y sucesor en la gobernación de Santa Marta, recuperó la gobernación del Nuevo Reino de Granada.
Instituciones gubernamentales de España durante la colonia
En Colombia:
La real audiencia de Santafé (1549- 1563). Fue el órgano supremo de los poderes ejecutivo y judicial. Su jurisdicción comprendía los territorios de las provincias de Santa Marta, San Juan, Popayán, Cartagena y Guayana. A los magistrados de la Real audiencia se les llamaba oidores y fueron supervisados inicialmente por visitadores enviados directamente desde España.
La vocación administrativa de Santafé de Bogotá se notó desde su fundación por su disponibilidad de recursos para poder funcionar como centro del gobierno colonial. La Real Audiencia era el órgano supremo de poder en estos territorios, administraba la justicia, organizaba la administración pública y estaba encargada de la pacificación de los territorios bajo su jurisdicción. A los magistrados de la Real Audiencia se les llamaba oidores. Lejos de gobernar con justicia y buscar el bienestar general, los oidores convirtieron a la Real Audiencia en el principal foco de corrupción. La corona española se vio obligada entonces, desde 1945, a enviar visitadores incógnitos para comprobar la conducta de los oidores, pero este procedimiento resultó ineficaz y fue reemplazado, desde 1564 hasta 1713, por el presidente del Nuevo Reino de Granada. Con el poder de control sobre los oidores y por tanto sobre la Real Audiencia. Los oidores se revelaron y dieron golpe de estado al entonces presidente don Francisco Meneses de Bravo en 1715, hecho que aprovechó la corona española para transformar en 1717 la presidencia en el virreinato del Nuevo Reino de Granada.
La presidencia de la Nueva Granada (1564-1717). Asumió las funciones ejecutivas de la Real audiencia en cabeza de un presidente nombrado desde España.
El virreinato de la Nueva Granada (1718). El virreinato reemplazó a la presidencia de la Nueva Granda.
En España:
La Casa de Contratación de Sevilla (1503-1790). Fue la autoridad económica encargada durante la conquista de otorgar licencias para exploraciones, conquistas y fundación de ciudades a los conquistadores con el título de adelantados. Durante la colonia de controlar la exploración de tierras, la evangelización impositiva y violenta, la esclavitud, la burocratización y civilismo de la administración, el pago de los tributos y la abolición o adecuación de estructuras económicas y administrativas de los indígenas.
Características de la conquista
Discriminación racial. Los párrocos llevaban tres registros de personas separados, uno para los españoles, otro para los indios y un tercero para "las castas de mezcla".
Evangelización. La meta de la corona española era imponer el catolicismo a todos los habitantes de sus colonias. Al principio intentaron imponerlo mediante represión directa y violenta a cada indio como esto no les dio buenos resultados, planearon evangelizar solo caciques y líderes espirituales indígenas por la fuerza. Esta estrategia necesitó de menos evangelizadores, militares y administradores. Muchos indígenas se negaron a aceptar la nueva religión y continuaron con sus costumbres, otros combinaron sus tradiciones con las del cristianismo. Para 1650 todas las formas de religión precolombina habían desaparecido.
La ley indiana
Motivos y mandatos generales
Los conquistadores españoles, a pesar de que reconocían la autoridad de los reyes de España, establecieron algunas reglas propias para gobernar y en algunos casos intentaron considerar los territorios conquistados como independientes. Por ello la corona española promulgó una política unificada para los territorios por ella llamada las "indias".
Ley indiana se llamo al conjunto de leyes promulgado en Burgos por las cortes españolas con el fin de establecer un marco legal estable para las colonias indígenas. Estas leyes prohibieron la explotación de los indígenas y establecieron las encomiendas, las mitas y el resguardo.
A pesar de la ley indiana, el maltrato, el arresto y la muerte de indígenas y sus defensores fueron continuos. Reglamentaron las capitulaciones de la casa de contratación y el consejo de indias en España. Establecieron el marco general de actuación de los funcionarios españoles en las colonias y estructuraron la administración en virreinatos, capitanías generales, gobernaciones, villas y corregimientos. Colombia quedó dividida en las gobernaciones de Cartagena, Santa Marta, Popayán y el Nuevo Reino de Granada.
Sistema tributario colonial. La tributación colonial a pesar de ser exageradamente centralizada, permitía regulaciones regionales que condujeron a abusos de las autoridades locales. Los impuestos estaban divididos en cuatro grupos: los trasatlánticos de compra y venta, de rentas, de bienes de consumo y los eclesiásticos.
Los impuestos trasatlánticos eran los cobrados por las aduanas de las gobernaciones a productos que entraban o salían de su territorio. El tributo de renta más conocido fue el quinto real, o sea, el quinto de las riquezas privadas que tenía que pagarse a la corona española. Este quinto real no tenía mayor significación para los españoles residentes en las indias debido a la gran acumulación de riqueza o al control de monopolios que lograban. Pero constituía un esfuerzo sobrehumano para los indígenas o mestizos, pues la mayoría de sus pertenencias eran comunales y muchas veces tenían que hipotecarlas para pagar el quinto real. La efectividad de este impuesto fue muy precaria para la corona española debido a la falta de recaudadores competentes y a su corrupción para cuidar las arcas reales.
Los estancos, eran instituciones privadas, generalmente de una sola persona española, encargada de vender monopólicamente ciertos bienes, que se llamaban productos estancados, en un determinado territorio y a los precios que ellas mismas fijaban. Los productos estancos eran las bebidas alcohólicas, los cigarros, los juegos de azar y los productos de consumo absolutamente necesarios como la sal.
Los impuestos eclesiásticos. La iglesia católica además de las limosnas en los actos religiosos tenía derecho a cobrar a los feligreses que empadronaba, el impuesto del diezmo, o sea, el décimo de lo que producían anualmente. Nada de los impuestos coloniales era invertido en obras públicas, una parte se usaba en el sostenimiento de la burocracia y el resto era enviado a la corona. Este fue uno de los motivos para que los criollos se independizaran de la corona.
Las encomiendas. Grandes extensiones de tierras y más de mil indios, es decir varios pueblos de indígenas, permitían las leyes españolas encomendar a españoles con suficiente capacidad económica y conocimientos de administración de haciendas. Los indios eran explotados y evangelizados y para poder continuar viviendo en sus propios territorios tenían que pagar a la corona unos setecientos ducados (alrededor de mil dólares) anuales. Por este medio los encomenderos y las comunidades religiosas se enriquecieron y exterminaron a la mayor parte de los indígenas.
La encomienda fue la base de la economía colonial, pues era la encargada de la producción agrícola a través de las haciendas, y de la producción minera a través de las mitas. En las mitas, o canteras, trabajaron primero como esclavos los indios más fuertes y luego los negros traídos de África. En la región de Cundinamarca y Boyacá se desarrolló la encomienda con mayor fuerza, debido a la acumulación de españoles por la benignidad del clima, la disponibilidad de terrenos convenientes para explotaciones agropecuarias y la abundancia de indígenas encomendables, o sea, esclavizables. En esta región en 1591 se censaron ocho pueblos indígenas encomendados con 61.385 indios.
Pueblos de indios y resguardos. Los indios que trabajaban en las haciendas iban a dormir a los pueblos de indios, cercanos a las haciendas, y los indios que trabajaban en las mitas iban a trabajar a los resguardos, o campamentos, cercanos a las canteras.
Las ciudades eran pueblos de españoles donde se concentraban la administración colonial española y los mercados. Las más importantes fueron Santa Marta, Cartagena y Santafé de Bogotá.
Los estratos sociales
La colonia española estableció un sistema rígido de estratos sociales:
Los españoles, por concesión de la corona eran los terratenientes, comerciantes, gobernantes y administradores que ocupaban todos los puestos públicos.
Los criollos, hijos de españoles discriminados por haber nacido en América.
Los mestizos e indígenas libres, que se ocupaban en el comercio, las artesanías o como sirvientes.
La situación de los criollos y los mestizos era difusa porque a pesar de tener los dos padres, o por lo menos uno, de origen español se les consideraba indignos y se les excluía de las concesiones de la corona. Situación que más tarde favoreció también el proceso de independencia.
Los esclavos, eran los indios encomendados o los negros traídos de África, obligados a trabajos forzados como la minería, la trapichería, la carga y la agricultura. Para que siempre hicieran lo que les ordenaban, e impedirles que exigieran vivienda o trato más justo, a los esclavos se les mantuvo en la ignorancia y en condiciones infrahumanas.
Autor:
Rafael Bolívar Grimaldos
http://es.wikipedia.org/wiki/Conquista_de_Colombia
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