Por otro lado, Acosta-Galvis realizo un listado de Anuros en Colombia y encontró los siguientes resultados en la Zona Andina:
Estado Actual de los Anuros en Colombia
Múltiples causas se han atribuido al colapso reciente y la desaparición de gran numero de anfibios, dentro de las que se destacan la destrucción y el deterioro de los habitats naturales, la introducción de especies exóticas en algunos casos la sobreexplotación comercial de algunas especies. Tales actividades tienen al borde de la extinción a un poco más de medio centenar de anfibios en Colombia, los cuales requieren medidas urgentes y eficaces para su conservación. La desaparición de tales especies, no solamente conllevaría una perdida irreparable de millones de años de evolución, sino que acercaría al hombre mismo a su propia extinción.
De los tres ordenes de Anfibios, los anuros son los únicos que presentan datos que los ubican dentro de algún tipo de amenaza en Colombia.
En la Zona Andina, se encuentra un patrón particular, que hace referencia a que generalmente hay pocas especies simpátricas (usualmente entre cinco o seis en los paramos y 20 a 40 en los bosques Andinos) así que esta zona se caracteriza por el reemplazo geográfico de especies en cual es muy notable (hay pocas especies compartidas por cordilleras y existen únicamente dos especies de ranas comunes a las tres cordilleras y unas 20 especies compartidas entre la Central y la Occidental). Por eso, la fauna andina es más rica y variada que la suma total de las encontradas en Tierras bajas y su endemicidad es muy notable (LYNCH et al., 1997).
PRINCIPALES AMENAZAS QUE ATENTAN CONTRA LOS ANUROS EN COLOMBIA
Destrucción Y Deterioro De Habitats Naturales
La eliminación física de los habitats naturales constituye la principal amenaza para la conservación de la vida silvestre ya que provoca la desaparición de todos los anuros que se encuentran en su interior, como consecuencia de la destrucción de los refugios, los lugares de reproducción y las fuentes alimenticias así como del aislamiento y la fragmentación de las poblaciones.
Efectos De La Fragmentación
La tala de la vegetación natural no solamente destruye los habitats para las especies, sino que fracciona y aísla los bosques o habitats en pequeñas unidades escasamente interconectados que pierden capacidad para mantener poblaciones viables, debido a que los ecosistemas fragmentados trastornan el microclima, provocan la desaparición de las especies altamente especializadas, favorecen el establecimiento de predadores oportunistas y la diseminación de parásitos.
Los anuros son extremadamente sensibles a las transformaciones de sus habitats naturales por sus restricciones fisiológicas, ya que por poseer un tegumento permeable altamente vascularizado, requieren tener la piel constantemente húmeda y fría para mantener un proceso respiratorio eficiente y conservar líquidos corporales; además, como tienen una capacidad de dispersión muy limitada, subsisten en pequeñas áreas vitales y ostentan una elevada fidelidad de sitio (SINSCH, 1990).
Introducción De Especies Exóticas
La propagación de especies exóticas constituye otro factor de riesgo para la supervivencia de los anuros, dado que las especies adventicias depredan a las nativas, compiten por los recursos disponibles, propagan enfermedades y causan severas alteraciones de los habitats naturales y el genoma de las especies autóctonas.
La Contaminación
La contaminación de la atmósfera por efecto de las emanaciones industriales, del anhídrido sulfuroso responsable de la "lluvia ácida", del vertimiento de residuos de los aceites y lubricantes de los automotores a las quebradas, del empleo masivo de pesticidas y agroquímicos en agricultura, de la fumigación de cultivos ilícitos con glifosato, del vertimiento a las quebradas y ríos de petróleo crudo por efecto de la voladura de los oleoductos, y los residuos de metales pesados utilizados en la minería, afectan los huevos y renacuajos de los anuros, dado que estos acumulan petróleo y metales pesados en sus tejidos (MAHANEY, 1994; TYLER, 1989.). Estas sustancias acarrean la parálisis o muerte de los individuos, inhabilitan los habitats o inducen efectos congénitos y malformaciones en la descendencia.
Cambio Climático E Incremento De La Radiación Ultravioleta.
Los efectos potenciales de un calentamiento global sobre los anuros se manifiestan en un aumento del estrés fisiológico, una disminución de la movilidad y una alteración de los ciclos reproductivos. Este es el resultado de modificaciones en los patrones de precipitación y evaporación y de los drásticos cambios en la disponibilidad y calidad de los habitats, así como de la transformación en las interacciones con las presas potenciales, los competidores, los predadores y los parásitos (OVASKA, 1997).
Por otra parte un incremento de la radiación UV, por efecto de la destrucción de la capa de ozono, podría provocar anormalidades durante el desarrollo embrionario de los anuros, causar daños severos a los ojos y la piel, y afectar el sistema inmunológico.
Hongo Quitrido (Batrachochytrium dendrobatidis)
De acuerdo a un informe realizado en el año 2004 por Conservación Internacional y organizaciones asociadas, de las 5.700 especies de ranas, sapos, salamandras y celias de forma agusanada (anfibios ápodos, es decir, sin patas), la tercera parte se encuentra amenazada, mientras que en los últimos 20 años 168 especies ya se han extinguido. Una cifra mucho mayor que en cualquier otro grupo de animales.
Y pese a que en el informe se indica a la pérdida de hábitat como principal responsable, existe un "agresor" menos conocido, pero igualmente peligroso: el hongo quitridio Batrachochytrium dendrobatidis, el cual es capaz de asesinar en forma muy rápida.
Este hongo, que invade la piel de los anfibios y altera su equilibrio hídrico, recientemente se ha diseminado en América Latina y en algunas regiones de Australia, donde en sólo cuatro meses la mayoría de las 64 especies de ranas existentes se infectaron o desaparecieron.
Con esto, los anfibios de todos los continentes ya han sido infectados por este hongo, y especies que pocas veces los científicos habían observado se vieron en el suelo, en gran número, muertos, debido a esta infección micótica.
Los hongos quitridios son conocidos, desde hace ya bastante tiempo, como parásitos de plantas e invertebrados. Se encuentran en todo el mundo y en todos los medios, particularmente en áreas bien conservadas, ya que son muy sensibles a la contaminación.
Sin embargo, la especie que afecta a los anfibios es de reciente descripción, siendo el primer caso de hongo quitridio que afecta a un vertebrado.
Muerte rápida
El renombrado "hongo asesino" ataca especies que necesitan temperaturas bajas. Las referencias más antiguas de su acción datan del año 1974, cuando la víctima fue la rana leopardo (Rana pipiens), que vive en las Montañas Rocosas.
Sin embargo, aún los investigadores desconocen sus efectos exactos y las causas que conducen a los anfibios hacia la muerte. Se cree que detrás de la expansión del hongo estaría el cambio climático.
Según un estudio realizado por J. Alan Pounds, del Centro de Ciencia Tropical del Parque Natural de Monteverde, en Costa Rica, el calentamiento del planeta puede alterar la dinámica de esta enfermedad mortal.
Aunque la relación entre el cambio climático y la desaparición de algunas especies ya había sido planteada, el nuevo estudio aporta una prueba convincente y una teoría de cómo funciona: "La enfermedad es la bala que está matando las ranas, pero el cambio climático está jalando el gatillo", aseguró Pounds (Conciencia Animal.cl).
De acuerdo al análisis, el aumento de las temperaturas de la Tierra incrementa la nubosidad en las montañas tropicales. Esto trae como consecuencia días más frescos y noches más cálidas, condiciones que favorecen el desarrollo del hongo responsable de la enfermedad mortal que afecta a los anfibios. Así, el hongo, que crece y se reproduce mejor a temperaturas que oscilan entre los 17 y los 25 grados centígrados, resulta más letal para las ranas que viven en las altiplanicies con temperaturas más frescas o durante la temporada de invierno.
Las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, pueden disminuir los efectos del hongo, pero el calentamiento del planeta, que modera esas fuertes oscilaciones, activa su capacidad mortífera para los anfibios de esas latitudes. Las poblaciones de anfibios afectadas por esta especie de hongo, generalmente desaparecen en pocos meses, siguiendo el patrón de dispersión típico de las enfermedades infecciosas.
Los adultos mueren rápidamente, mientras que las larvas, que presentan infección sólo en la zona bucal, mueren más tarde, cuando la queratina (componente principal de las capas más externas de la epidermis de los vertebrados) – y con ella los hongos – se extiende por todo su cuerpo al completar la metamorfosis. Una vez que el hongo ha aparecido en una zona, permanece en el medio como saprófito (organismo que obtiene su energía de materia orgánica muerta), incluso cuando los anfibios ya han desaparecido.
La causa última de la muerte de los animales infectados aún no se conoce con seguridad, pero sí el desarrollo de la enfermedad (conocida como quitridiomicosis), que afecta a la superficie de la piel y nunca a los órganos internos.
Cuando las zooesporas (esporas móviles mediante flagelos) de estos hongos entran en contacto con la piel de los anfibios se fijan, y a los pocos días se desarrollan esporangios que generan nuevas zooesporas. La liberación de estas zoosporas se produce mediante el desarrollo de un tubo de descarga que perfora la piel del animal infectado.
BIBLIOGRAFÍA
- RUEDA-ALMONACID, J.V., D. LYNCH & A. AMEZQUITA (Eds.). 2004. Libro rojo de anfibios de Colombia. Serie libros Rojos de especies amenazadas de Colombia. Conservación internacional Colombia, Instituto de Ciencias Naturales – Universidad Nacional de Colombia. Ministerio del Medio Ambiente. Bogota, Colombia. pp.18-56.
- ANGULO A., J.V. RUEDA-ALMONACID, J.V. RODRIGUEZ-MAHECHA & E. LA MARCA (Eds). 2006. Técnicas de inventario y monitoreo para los anfibios de la región tropical andina. Conservación Internacional. Serie Manales de campo #2. Panamericana Formas e Impresos S.A., Bogota D.C. pp19-41
- ACOSTA-GALVIS, A. 2000. Ranas, Salamandras y Caecilias (Tetrapoda: Amphibia) de Colombia. Pontificia Universidad Javeriana. Apartado Aéreo 15098, Bogotá D.C. – Colombia. .
- ARROYO, S., A. JEREZ y RAMIREZ, M., 2003. Anuros de un bosque de niebla de la cordillera oriental de Colombia. Colección Herpetológica, Escuela de Biología, Grupo de Estudios de la Biodiversidad, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga.
Luisa Calderón
BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES
Luisa Fernanda Calderón, Julián Llano Mejía, Marcela Melo Rojas, Camilo Alberto Gómez y Gustavo Mendoza, estudiantes de Biología de la Universidad del Tolima (Colombia).
Colombia, Ibagué. Noviembre 3 de 2007.
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