"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. Romanos 8: 29.
¿A quién pertenece la salvación? ¿Cuál es la relación entre la voluntad del hombre y la salvación? ¿Cuál es el papel del hombre en la salvación y cuál la de Dios?
La salvación es un tema que ha generado mucha controversia entre el pueblo cristiano y diversas religiones. Esta doctrina es el tema, fundamento y objetivo de la palabra de Dios. Lo cierto es que a la hora de tomar una inclinación teológica con respecto ella, es necesario que el cristiano realice una balanza de las dos caras de la moneda y, después de un exhaustivo estudio, llegue a una conclusión y responda ala pregunta: ¿se pierde o no se pierde la salvación?
Es pertinente esclarecer esta duda estudiando las escrituras con mucha oración y amor, y no arrojar aseveraciones sin sustentaciones, llenas de confesiones huecas y sin solidez, repitiendo solo lo que todos han dicho.
Leamos Romanos 8: 28, 29: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Estos versículos muestran notoriamente la elección de Dios sin la intervención de esfuerzos humanos. La presenta como un plan qué él mismo diseñó por sus sola potestad. Las preguntas que aquí hacen hincapié según una observación del pastor Miguel Nuñez son las siguientes:
¿A quién glorificó? A los que justificó
¿A quién justificó? A los que llamó
¿A quién llamo? A los que predestinó.
¿A quién predestinó? A los que conoció.
Dios ideó según su santa voluntad y alabanza de su gloria (ver efesios 1) este plan para sus elegidos, y el proceso que se logra palpar es un orden cuyo fin es la salvación. La idea "también los predestinó" resume el sentido de que Dios eligió a un grupo determinado de individuos para que fuesen santos y adoptados hijos de suyos. Las palabras "santos" y "adoptados" (hijos de Dios), son dos aspectos de la salvación, ya que son las evidencias o resultados de la misma. Se infiere así que Dios eligió un grupo de personas para salvarlos. Alguien a quien Dios no haya elegido para ser santo e hijo suyo, no puede tampoco poseer la vida eterna. Es totalmente inconcebible a la luz de la palabra de Dios. Una persona que haya nacido de nuevo y sea hija de Dios entrará en el plan de santificación y esto es muestra de que es salva. Pero ¿Cuándo somos salvos? La biblia responde que nuestra salvación tiene lugar "antes de la fundación del mundo" Efesios 1:4 "según nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Ya había dicho que la santificación es un aspecto de la salvación al igual que la adopción. ¿Qué es la santificación? Existen dos clases de santificación 1. POSICIONAL; se da en el momento que recibimos a Cristo y Dios nos aparta para él y 2. EXPERIENCIAL; que es el proceso mediante el cual el cristiano se va transformando y agotando las fortalezas del pecado en su vida*. Romanos 8 nos habla de la ley del Espíritu y la ley de la carne, pues bien, al andar conforme al Espíritu que produce mucho fruto mostraremos el proceso de la santificación puesto que esa ley nos ha librado de la ley a la que estábamos atados en esclavitud, es decir la ley del PECADO. Tenga en cuenta que no dice pecados, denotando pluralidad, sino singularidad, refiriéndose a la naturaleza o fábrica de donde emanan todos los pecados y que nos condenaba a la muerte eterna. ¿Cómo sabemos que estamos siendo santificados? Pablo nos va a referir cuales son las evidencias que lo demuestran a saber: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Gálatas 5. 22. Estos frutos son la muestra de la santificación a la que Dios nos predestinó desde antes de la fundación del mundo y que son antagónicos a la ley del pecado: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas. ¿No le parece esto maravilloso?
Dios en su plan eterno y en su inmensa soberanía fijó el siguiente orden:
1 Nos conoció: ¿Se imagina a Dios pensando en usted con nombre propio e incluyéndolo en su plan de elección? Antes que el mundo fuese creado y no existieran obras humanas ya Dios nos conocía de forma exhaustiva y absolutamente vasta. No tenía el barro en sus manos, pero soñó con nosotros bajo los criterios de su voluntad, ¿por qué de su voluntad? Algún día lo sabremos, ÉL no nos reveló ese secreto que solo le concierne a Él. En la biblia, el término "conocer" tiene por lo general un significado que va más allá del sentido básico de un conocimiento intelectual de algo o de alguien. Así, The New International Dictionary of New Testament Theology (vol 2, Pág. 398), lo aplica a cuando. . . "se expresa una relación personal entre el que conoce y el que es conocido. . ." [1]
En este orden de ideas ¿se imagina a Dios estrechando una relación personal con nosotros sin haber aún concebido el mundo? Debe saber que esa relación personal incluye cualidades tales como vínculo, intimidad, cuidado, parentela y reciprocidad (Exodo, JPS Torah Commentary, p. 5).[2]
Aun no nos había creado y note todo lo que había planeado desde la eternidad hasta la eternidad. Todo lo predestinó. Conocer no implica un mero estado de saber, como si Dios hubiese acumulado mera información de nosotros. Dios nos conoció en todo el sentido del verbo CONOCER.
2 Nos predestinó para ser salvos: "predestinar" [pro-or-id'zo], palabra griega que significa ("determinar de antemano")
Es el plan de Dios por medio del cual estableció el destino de los salvados desde antes de la fundación del mundo conforme a su voluntad ajenamente a la nuestra: efesios 1: 11, 12: "En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo". La predestinación en ninguna manera fue voluntad humana o porque Dios previera quienes lo aceptarían, pues el ser humano era incapacitado para elegir a Dios, todo fue su propósito.. De este punto hablaremos más adelante.
3. Nos llamó. En un determinado momento de nuestras vidas escuchamos el mensaje de la palabra de Dios y creímos y venimos a él. La palabra es el instrumento que usa Dios para seducirnos y atraernos a Cristo, pero quien nos convence es el Espíritu Santo. Esto da la afirmación que no buscamos a Dios, sino que él nos atrajo irresistiblemente a Su hijo Jesús, alterando nuestra voluntad, ya que nosotros no podíamos a causa de haber sido esclavos del pecado: 2 Timoteo 2: 26: "que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a VOLUNTAD de él". Según el pasaje ¿A quién tiene el ser humano su voluntad cautiva? Aquí respondo una de las preguntas al iniciar este escrito ¿Cuál es la relación entre la voluntad del hombre y la salvación? La respuesta es ninguna, porque estando nuestra voluntadcautiva, ¿cómo podríamos elegir ser salvos? Dios tuvo que intervenir y salvarnos. Esto lo va a corroborar romanos 7: 14: "Yo soy carnal, vendido a la ley del pecado". Querido lector, el ser humano ha vendido su voluntad a la ley del pecado desde Adán, por eso dice Romanos 8. 2 que Cristo nos ha libertado de ella y por tanto de la muerte. La pregunta que aquí surge es ¿Éramos libres de buscar a Dios? pues no. Romanos 3: 11 dice: "No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios;
Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno" ¿Cuántos buscan a Dios?, ¿Quién hace lo bueno? Respuesta: ninguno, ¿por qué? Porque todos nacemos vendidos a la ley del pecado, nacemos cautivos a la voluntad del Diablo. Veamos romanos 8: 7 "ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo". Observe la oración "ni siquiera puede hacerlo" ¿Qué es lo que el hombre natural ni siquiera puede hacer? pues Sujetarse a la ley de Dios ¿Por qué no pude sujetarse? Porque lo que hace según la carne es enemistad de Dios y es esclavo de ella. Romanos 5 10 dice que éramos enemigos y fuimos reconciliados; ¿Cuál es la ley de Dios?, es la ley del Espíritu que menciona Pablo en el capítulo 8 de Romanos. Todos somos concebidos con una mente que pone toda su atención, disposición, ánimo, interés en la carne. Ya conocemos cuales son los deseos de la carne según Gálatas 5. Aunque una persona se considere buena y diga: no mato, no robo, ayudo a los pobres, hago buenas obras, la biblia nos muestra, sin embargo, un diagnóstico del estado del ser humano en su forma natural o no regenerada y es el haber nacido bajo la ley del pecado ¿quién no libera de la esclavitud del pecado? Cristo: "Así que si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres (Juan 8:36)" por último leamos Romanos 6: 20 y 22: "(porque cuando erais esclavos del pecado erais libres acerca de la justicia, pero ¿qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tener por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna". Este es uno de tantos versículos que nos afirma la esclavitud del hombre y su incapacidad de elegir a Dios antes de su llamado. Allí, en la primera parte, en su vieja naturaleza, pone toda su atención en las cosas de la carne y solo a ella puede obedecer. Entonces no podemos andar alegando que los seres humanos nacemos con libre albedrío, ¿puede acaso un esclavo ser libre de elegir sus propias decisiones? ¿Puede un enemigo buscar a otro enemigo en el caso del hombre y Dios? Después de todo esto preguntemos: ¿Quién es el que elige? Respondo a continuación: Leamos Juan 6: 44 Nadie puede venir a mí, sino le atrae (HELKUO) el padre que me envió". ¿Cuántos pueden ir a Cristo? Ninguno. ¿Quiénes vienen a Cristo? Aquellos a quienes el padre entregue a Cristo. Fíjese que el texto no dice que llegan a Cristo aquellos que deciden en su libre albedrío buscarlo. La palabra (HELKUO) significa ser atraído por una fuerza irresistible. Dios padre arrastra o atrae irresistiblemente a sus escogidos y los conduce a Cristo porque reitero, no pueden ir a él por sí solos.
Juan 6: 37. "Todo lo que el padre me da vendrá mi". De nuevo, ¿Quiénes vendrán a Cristo? Responda usted mismo.
Juan 6: 39: Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada". ¿Cuál es la voluntad de Dios? respuesta: que quienes lleguen a Cristo atraídos por el padre no se pierda ninguno.
Juan 17: 2 "por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna, a todos los que tú le has dado" En ese capítulo Jesús hace acento en la frase:(Lo que tú me has dado). O sea a los seducidos y atraídos por el padre a él. ¿Sobre quién tiene Cristo autoridad? Sobre lo que Dios padre le ha dado, ya que nadie busca a Dios, romanos 3:11.
Romanos 9: 10-11-12-13. Recalca la elección de Jacob frente a Esaú. Aquí el apóstol Pablo reafirma o consolida lo puntualizado en capítulos anteriores: " pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
se le dijo: El mayor servirá al menor.
Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece" Analicemos algunos aspectos de estos versículos. Lo primero es la elección, ¿Qué criterios utiliza Dios para elegir? No fueron las acciones de Jacob y Esaú, es decir, sus obras buenas o malas, sino la voluntad y eterna soberanía de Nuestro creador. Es Dios quien decide a quien elige y a quien aborrece; él tiene misericordia y compasión de quien él quiera. Segundo aspecto: no depende del que quiere ni del que corre. Lo que quiere explicar Pablo es que la salvación no depende del que quiere porque realmente nadie quiere y por ello, Dios hace su elección soberana; tampoco de los que se esfuerzan, porque no es por obras. Los seres humanos tenemos una necesidad que trasciende las cuatro dimensiones (trascendencia) y busca justificarse ante un ente espiritual (Dios o dioses) pretendiendo hacerlo mediante obras buenas y se esfuerza en obtener el favor de Dios. La ignorancia de algunos hombres haciendo sacrificios vanos como desplazarse de rodillas de un tramo a otro, azotándose la espalda o llegando a los ayunos extremos, entre otros, es el resultado de desconocer al autor de la biblia. La iglesia católica en la historia muestra que ellos, sugestionados por la avaricia inventaban doctrinas que infundían turbación en medio del pueblo, objetando que los favores de Dios se compraban con dinero. Se llegó a tanto extremo que pedían dinero para que familiares de personas de quienes se lucraban, fueran al cielo. Quienes no tuvieran la capacidad económica para este fin, no podían ser salvos ni salvar a su familia. El reconocido Martín Lutero fue excomulgado, siendo declarado no salvo por la iglesia católica como si de ellos dependiera la salvación. Imagínese hasta donde llegó la humanidad. Volvamos al hilo anterior. Pablo se le anticipa a los lectores con una pregunta ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? El hombre natural se preguntará ¿tenemos a un Dios injusto que hace acepción de personas? Respuesta: en ninguna manera. Dios elige así porque a él le plació de esa manera, esa es su voluntad y es justa su elección. En unos versículos más adelante Pablo responde a quienes cuestionan a Dios: "Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?"
Nosotros nos somos indicados o idóneos para censurar a Dios, solo somos barro y lo único bueno que hay en nosotros es Cristo. Esto es un motivo para ser humildes. Nosotros no hicimos nada, Dios lo hizo todo, nos recogió del suelo siendo viles y menospreciados, estando muertos en nuestros delitos y pecados (ver efecios2) y ello es digno de infinita gratitud. El hecho de habernos escogido, sin merecerlo para servirle, es algo inmarcesible y maravilloso. Hermano, si hay entre ustedes músicos, predicadores, talentosos, literatos, etc., ponga al servicio esas capacidades para glorificar a ese Dios excelso y misericordioso; a ese Dios admirable y amoroso. Él no nos necesita en absoluto y, sin embargo nos eligió para su servicio cuya motivación es la alabanza de su gloria. Es por tanto que en Romanos Pablo nos va a señalar ¿Dónde está la jactancia? Ella está invalidada por la fe que Dios nos entregó mediante Cristo. Adorémosle con sencillez de corazón, no hay cabida para el ego o la vanagloria, todo es de Dios, por Dios y para Dios, ¿Quiénes somos nosotros? Eso fue determinado desde que nos escogió, De resto no seríamos definitivamente nada, puesto que Dios odia el pecado y por naturaleza, éramos pecado, vendido a él desde que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre. Él nos sacó de esa bajeza. Exaltémosle.
Por otra parte, para quienes preguntan ¿y qué acerca del versículo 9 del capítulo 3 de 2 de Pedro:
"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento"? Sabemos que es Dios quien debe producir el arrepentimiento, pero ¿es realmente a todos o a todo el que se arrepienta en un por si acaso a quien Dios salva? Pues no. La palabra todo no connota un 100% sino una tipología de personas (niños, niñas, mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, negros,) veamos Juan 6: 39.(Núñez) "Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de TODO lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero". 6:40 "Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que TODO aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero". Juan 17: 2. "como le has dado potestad sobre TODA carne, para que dé vida eterna a TODOS los que le diste. " Ese TODO hace entonces alusión al grupo que Dios eligió. Del verso subrayado ¿A quiénes da Jesús vida eterna? La respuesta es a TODOS, ¿A todos quienes? A los que Dios le dio a Jesús. El sentido del término Todo en el contexto de salvación se refiere a los elegidos.
Además: Juan 17. 12: "Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese". ¿Quién se perdió? Al que el padre no le dio a Cristo: JUDAS. Judas entonces no aparecería en el paquete de "TODOS".
Insisto con otro ejemplo: Juan 12: 32. "Y yo, si fuere levantado de la tierra, a TODOS atraeré a mí mismo". ¿Se cumple ese llamado en el 100% de la población mundial? Significa todo tipo de personas (niños, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos, negros, indios…) veamos Mateo 10: 22. "Y seréis aborrecidos de TODOS por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo". ¿Realmente toda la humanidad nos aborrece?
Marcos 1: 5: "Y salían a él TODA la provincia de Judea, y TODOS los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados". ¿Quiere decir eso acaso que el 100% acudía a Jesucristo arrepentirse? Un ejemplo cotidiano: Todo San Marcos estaba aglomerado en el concierto. Bien, por lo menos yo no estaba allá.
Al tocar el tema de las obras, separo una pregunta: ¿ellas salvan? Bien, si la salvación dependiera de las obras, entonces me la estoy ganando con mis esfuerzos y contradigo todo lo desarrollado a lo largo de este texto que es evidentemente bíblico, sin embargo aludiré con respecto a ellas. Las buenas obras no son el medio para alcanzar la salvación, sino el resultado de ella: Efesios 2: 10 1. Dios preparó de antemano buenas obras para que anduviésemos y abundásemos en ellas. Veamos Romanos 4:4, 5; "Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia"
Preguntémonos ¿qué pasa al individuo que obra? Respondamos: no se le cuenta por gracia, sino por deuda. La palabra gracia significa "dádiva, regalo o salvación gratuita." Nos quiere decir Pablo que si yo obro, ya no estoy bajo GRACIA sino bajo la ley. Note las últimas palabras del verso 4 "sino como deuda"; démosle sentido a esta parte: si yo obro, Dios está en deuda conmigo y le exijo la salvación por meritos por cuanto me la gané a peso de buenas acciones (ya no sería algo gratuito, yo trabajé por ella y tengo el merito de obtenerla). Verso 5; ¿Qué pasa al individuo que no obra, sino que cree en el que Justifica?
Su FE le es contada por justicia, pues Dios lo justifica declarándolo justo por medio de la fe. No tergiversemos la intención de estos versículos, más bien disfrutemos analizando que lo anterior no procura enseñar que, siendo no por obras, sino por gracia, quiera significar que podamos hacer lo que queramos e incluso pecar deliberadamente. Si afirmamos esto estaríamos cayendo en una grave HEREJÍA. Una herejía es una verdad llevada al extremo. La verdad aquí es que somos salvos no por lo que hayamos hecho sino porque Dios nos escogió, no obstante, el error se haya al replicar que puedo hacer lo que mi voluntad aspire, pues igual, soy salvo y nadie puedo cambiarlo, pero ¡ojo! Mi querido lector, debe saber que si yo continuo practicando el pecado después de que supuestamente recibí a Cristo puede ser sencillamente que no soy salvo, ya que como lo mencioné unos renglones atrás; las buenas obras son las evidencias o resultado o producto de que soy escogido de Dios para salvación; Efesios 1. 4,5 dice "según nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo" ¿Para qué nos escogió Dios en Cristo antes de la fundación del mundo? Respuesta: para ser santos y puros delante de él. ¿Para que nos predestinó? Para ser adoptados como hijos suyos. ¿Será que Dios nos escogió en Cristo para continuar practicando el pecado y seguir siendo impuros delante de él? Ahora bien, el cristiano santificado peca, pero no practica el pecado porque el que practica el pecado es del Diablo: 1 de Juan 3:8. El verso 9 dice: "todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado… porque es nacido de Dios. Por nacidos de Dios entendemos aquellos a quienes Dios escogió antes de la creación del mundo y los predestinó para que fuesen santos y permanecieran en Cristo, estos son los que se encuentran en el tiempo presente en el proceso de la santificación, o sea, aquellos a quienes Dios les ha dado el Espíritu Santo que los convence de que son Hijos de ÉL y reitero, esto de ser hijo de Dios fue planeado por el mismo Dios. ¡Esto es magnífico!
3.) Nos justificó: una vez Dios nos llama en determinado periodo de nuestras vidas y en el preciso momento de recibir a Cristo Dios realiza un acto judicial de declararnos justos delante de él por cuanto era imposible ser salvos por nuestras propias virtudes. Siendo así, existiendo la imposibilidad de ser salvos por las obras, por cuanto nadie puede guardar toda la ley, Dios en su infinita misericordia y gracia, nos declaró justos delante de él, ya que de no ser así, no podríamos entrar a la eternidad. 4.) Nos santificó: desde el momento en que el cristiano recibe a Cristo comienza el proceso de la santificación en su vida. Es la obra del Espíritu Santo en la vida del justificado 5.) y el esperado, la glorificación, cuando por fin Cristo nos libre de la presencia del pecado en su totalidad, cuando estemos con él en el cielo para siempre. Es pertinente poner en consideración que este proceso u orden explicado en pasado y futuro ya Dios lo determinó infaliblemente desde antes de la fundación del mundo. Dios no improvisó y, al contrario, ÉL lo planeó todo.
Entonces ¿Para qué predicar si ya Dios salvó a un grupo desde antes de la fundación del mundo?
Respuesta:
1. El señor lo ordenó.
2. Después de haberte salvado sin ninguna razón ¿no es motivo para tener gratitud y evangelizar? Dios fijó sus ojos en ti y quiere que le ayudes sin necesitarte y por tanto debes entregar tu vida por él. Esa es la motivación y no el infierno.
3. Hechos 13. 48 "Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia". ¿Quiénes creyeron de todos los que escuchaban? Los que estaban ordenados para vida eterna.
4. Efesios 1: 13: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa…" Dios usa la palabra para que oigamos y creamos en Él. A quienes él haya elegido, oirán y creerán y vendrán a Cristo, es decir, el Padre los atraerá, el padre los arrastrará irresistiblemente a su Hijo y éstos nunca se perderán. Como afirma Romanos 10: 14, 15: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?
¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? …" Necesitamos que se evangelice para tal fin.
Tal vez haya quienes se pregunten: ¿Por qué entonces algunos cristianos pecan conscientemente? La respuesta es sencilla: porque al recibir una nueva naturaleza (Espiritu Santo) recuperamos lo que se perdió en Adán, esto es, "el libre albedrío" y en tal condición el ser humano puede elegir entre lo bueno, por cuanto tiene Al Espíritu Santo y lo malo, por cuanto en su carne aún posee la presencia del pecado sin que éste sea su amo. Pablo nos explica este punto y nos exhorta a andar en el Espíritu y no en la carne, desde luego que si andamos en el Espíritu estamos eligiendo hacer lo bueno y si, al contrario, andamos en la carne, estamos optando por hacer lo malo; hay radica la libertad que recobramos cuando éramos esclavos absolutos del pecado. Sabemos que de entre las dos naturalezas el Espíritu de Dios es inmensamente más poderoso que la naturaleza pecaminosa y Dios nos da los medio para que permanezcamos en Ella para que, de esa manera, hagamos morir los deseos de la carne como dice Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros o Romanos 8: 13 que si tú en tu libertad le permites a la carne cierta autonomía, ella se fortalecerá y te comportarás según su ley, dicho de otra manera; si tú alimentas más los deseos de la carne que los del Espíritu, se reflejará en tu vida diaria. Por otra parte, si andas en el Espíritu, es decir, te dejas guiar por él, lo alimentas más en tu vida, le permites que reine en ti y no tu carne, entonces, en tu diario vivir andarás consecuente a esa naturaleza (porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Romanos 8:13). No olvide Gálatas 5: 17 donde se establecen los frutos del Espíritu y los frutos de la carne.
En fin, se concluye que la salvación le pertenece solo a Dios. El hombre sencillamente no hace nada. El rol de Dios en la salvación es 100% activo y el del hombre 100% nulo. Un hombre esclavo necesita libertad. En esa condición no es libre de elegir el destino de su vida, sino que su amo es dueño de él y hace con él como le place. Así era el hombre antes de llegar a los pies de Jesús, tuvo que actuar Dios y liberarlo de su amo el pecado.
Autor:
Álvaro Villacob Ochoa
Iglesia cristiana Cristo Vive, San Marcos, Sucre.
[1] https://mujercristianaylatina.wordpress.com/2009/05/12/%C2%BFque-significa-conocer-a-dios/)
[2] https://mujercristianaylatina.wordpress.com/2009/05/12/%C2%BFque-significa-conocer-a-dios/)