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El pueblo judío (página 2)

Enviado por mhercovich


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No hay que olvidar que los judíos constituyen en Inglaterra un elemento sumamente poderoso y que muchos de aquellos ocupan situaciones privilegiadas en los partidos políticos e incluso en el Gobierno. De aquí que resulte comprensible que los acontecimientos de Alemania provoquen en la opinión pública cierta inseguridad y una indecisión y desengaño que no sólo se refleja en la prensa, sino que se muestra en la opinión de la población. (1)

Alemania no es la excepción, el país todavía afectado por la crisis que sobrevino la

Primera Guerra Mundial, albergaba judíos que por sus características de grandes comerciantes comenzaban a reponerse más rápido de aquel bajón comercial e incluso a crear las primeras pequeñas fortunas. Esto causó focos de envidia y descontento, que terminaron por inculpar a los hijos de Israel de la corrupción reinante.

En la obra de Adolfo Hitler(g): Mein Kampf, se nos explican las características que guardan los arios, pero paralelamente y de manera preponderante en aquel escrito se analizan las razones que justifican la segregación de los judíos. Tales razones incluyen la falta de creatividad y por ende de idealismo (que explica su falta, en aquellos tiempos, de un Estado judío y la supuesta inexistencia de un arte judaico), su parasitaria vida en Europa, (haciendo analogía a vampiros chupadores de sangre) y la adjudicada propiedad de mentirosos(citados en este punto, los inexistentes pactos de los judíos con el diablo mismo), entre algunas otras de igual calaña. Sin embargo, es más interesante aún, analizar las percepciones hitlerianas sobre los efectos que podría tener en la economía alemana, integrar la comunidad judía.

Despacio pero firmemente el judío empezó a tomar parte en la vida económica alrededor de él; no como productor, pero sólo como un intermediario. Su destreza comercial, adquirida a través de los miles de años de negociación como un intermediario, lo hizo superior en este campo a los arios que todavía eran bastante ingenuos y de hecho torpes y de quien la honestidad era ilimitada;. Después de un corto período el comercio parecía destinado a volverse un monopolio judío. El judío empezó prestando dinero a interés usurario que es un comercio permanente suyo. Era él quién primero introdujo el pago de interés sobre dinero prestado. El peligro que esta innovación involucró no fue reconocido al principio; de hecho la innovación fue bienvenida, porque ofreció ventajas momentáneas.

… Además, su dominación financiera sobre todas las esferas de la vida económica se había tornado tan poderosa, que ambiciona el goce completo de los derechos de ciudadanía.

… Finalmente el judío ganó una influencia creciente en todas las tareas económicas por medio de su predominio en el stock-exchange. Si no siendo propietario, por lo menos asegura el control de la masa trabajadora de la nación. (2)

He aquí la razón sustancial de la segregación judía en Ghettos(h), esto proporcionaba al Estado germano el control total de la actividad económica llevada acabo por este pueblo. Es el miedo a que trabajadores nacionales sean desplazados por mano obrera judía, el que llama al aislamiento de estos últimos.

Según las palabras del mismo Hitler, el control de las masas obreras podría quedar en manos judías. Esto significaría el crecimiento de la empresa privada, cosa que no va muy de acuerdo con las doctrinas Nacional Socialistas, empeñadas en ironía con su adversario el comunismo, a centralizar los rubros económicos.

La aparición de Ghettos y campos de concentración(i) tanto en Alemania como en el resto de los territorios conquistados, significó el surgimiento de un gran negocio que traería cuantiosos dividendos para el Tercer Riech(j). El amor que aquel régimen autoritario tenía hacia el oro y los riechmarks, agudizó el ingenio de sus lideres para traer la mayor cantidad de dinero a sus bolsillos.

Primero aunque en menor medida que el resto de los sistemas, el aporte proporcionado por una nueva y esclavizada masa obrera, la cual casi no recibía remuneración (entendamos por esto que en aquella época la mano de obra judía era infinitamente más barata que la de los polacos y en general todo prisionero de guerra efectuando trabajos forzados) no se puede pasar por alto. Sin mencionar que mucho armamento bélico ocupado durante la guerra fue manufacturado por judíos a paupérrimas pagas.

Hay que establecer que esta manera de ganancia y ahorro no era la que más gustaba entre los altos mandos alemanes, ya que estos preferían judíos muertos, a judíos trabajadores que explotaran sus riquezas. Esto tiene su razón de ser, en que un judío muerto significaba cupo para el siguiente, el que al igual que su antecesor sería obligado a entregar todas sus pertenencias.

Ya lo sabes hijo, me torturaron con un aparato eléctrico… Me maltrataron en vano. Les dije que no tenía ninguna información sobre asuntos de dinero. (3)

El botín fue una de las principales preocupaciones de los nazis. Anillos, joyas, monturas de gafas, incluso dientes con fundas o empastes de oro eran guardados para después ser fundidos, convirtiéndose así en el horripilante dividendo del holocausto.

Es en los campos de concentración donde existían comandos especiales dedicados a buscar objetos de valor entre las victimas llegadas en cada nuevo tren. En inmensas habitaciones y ocupando el sistema Melmer, arrumaban todo tipo de objetos confiscados de sus correligionarios.

En estas faenas se buscaba con gran ahínco cualquier objeto de oro, para ser llevado posteriormente a las fundiciones en Berlín. Tal era su "fiebre aurífera" que disponían de hombres Sonderkommandos, prisioneros los cuales entraban a las cámaras de gases para extraer las piezas dentales de oro de las victiman ya gaseadas con el Zyclon-B, o más aún, existían dentistas los cuales sacaba dichas piezas antes del asesinato del paciente.

En un periodo de seis semanas, en la primavera de 1943, 516 judíos rusos y alemanes fueron ejecutados, de los cuales 336 pasaron sus últimas horas en manos del dentista que les extraía sus piezas de oro antes de enviarlas al Riechbank para ser fundidas en la Casa de Moneda. (4)

Los nazis, llegaron incluso a instituir una unidad de rapiña, las DSK, Devisenschutzkommando, formados por selectos miembros de los SS. A estos se le dio la misión de localizar y adquirir oro para solventar el gasto bélico de Riech, así como el enriquecimiento personal de sus oficiales. Las DSK tenían sucursales en el extranjero las que funcionaban mediante lo que se conoce como hombre V (agentes confidenciales), estos trabajaban a comisión de un 10 % de botín que gracias a su ayuda fuese confiscado.

Un ejemplo del actuar de las DSK es Oradea, ciudad húngara de donde Desiderius Nagy alto funcionario del ministerio informa al ministro, que el botín obtenido de los fondos judíos crece cada día más. Ya solo en objetos de valor, para gloria de los húngaros (aliados alemanes), se han recaudado 30 millones, sin saber hasta donde puede llegar tal abismal cifra.

Extractos del telegrama de Eisenhower(K) nos pueden dar un indicio de la cantidad de dinero en oro y especies usurpado a infinidad de familias judías:

Sucursal de Halle del Reichsbank. 16 cajas que contienen 64 barras de oro; 7 bolsas y dos cajas que contienen depósitos individuales de oro y fondos en divisas, y que parecen haber sido sacados de cajas de seguridad. Los informes del Reichsbank indican que el oro fue entregado por el Devisenschutzkommando de Francia y que fue trasladado a Halle desde Eisenach, donde habrá sido requisado en septiembre de 1944, cuando los alemanes abandonaron Francia.

Sucursal de Magdeburgo del Reichsbank; 6.000 barras de plata y 500 arcas con barras de plata que, según la documentación del Reichsbank en Magdeburgo, pertenecieron al Banco Nacional Magiar de Hungría y que, según los funcionarios del Reichsbank, constituían las reservas húngaras de plata. También se encontraron 12 bolsas con archivos del departamento de metales preciosos del Reichsbank. También han sido hallados dos sobres que se dice que contienen títulos de valores procedentes de Holanda, España y Suiza, depositados en el banco por el funcionario de aduanas de Magdeburgo." (5)

(Nota: este último departamento supervisó la fundición del oro procedente de las joyas robadas y de los dientes de las victimas del Holocausto).

El oro incautado por estas divisiones tenia tres destinos regulares: uno al igual que mucho del oro judío embargado va a parar a las fundiciones en Berlín, el segundo enviado a los agentes económicos de los países ocupados y el tercero según dice el informe "para otros fines". ¿Cuáles serian estos?, Uno de ellos, sin duda fue el enriquecimiento de personajes como Heinrich Himmler(l) (llamado el sucesor de Hitler), quien guardaba en su cuenta bancaria personal en la sucursal del Riechbank en Paulen; 35 bolsas de oro, 250.000 dólares de oro americano, 1 millón de francos suizos oro, 98.450 florines oro y 151.560 coronas noruegas oro.

Otro, fue solventar los gastos que significaba la construcción de una vasta red de campos de exterminio a lo largo de todo el territorio Alemán mas los recientemente anexados países.

Es así como campos de concentración como Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Mauthausen entre otros, fueron edificado gracias a capital y mano de esclavizada de obra judía. Los judíos construían y sustentaban su propio calvario.

Otra fuente de ingreso, aunque más pequeña, pero no por esto menos horrorosa, fue como detalla un documento presentado por fiscales rusos en el juicio de Nuremberg, la aportada por una firma de Danzig(m), la cual construyó un calorífico eléctrico para producir jabón a base de grasa humana. "Cinco kilos de grasa humana, diez cuartos de agua y cincuenta gramos de soda cáustica"… (6) eran la receta para aquel macabro producto.

Los nazis no perdonaban ni siquiera las cenizas de las victimas del holocausto, pues también con estas se podían conseguir unos buenos Reichmarks vendiéndolas como fertilizante.

Es ahora donde entra en juego la supuesta neutralidad de suiza en la segunda guerra mundial.

Hace pocos años que comenzó una encarnizada lucha por parte de los descendientes de víctimas del holocausto, para recuperar el dinero que sus desafortunados ancestros habían depositado con gran confianza en los bancos suizos.

Al conocimiento de todos, las cuentas en estos bancos son numeradas y no responden a nombre ni a firmas, esto benefició enormemente a los bancos que teñían cuentas de judíos a su haber, puesto que un judío muerto se traducía en dinero que queda en exclusivas manos de estos oportunistas bancos.

Fueron las pesquisas judiciales e incansables búsquedas de información, las que sacaron a flote el poco decoroso actuar de suiza y sus bancos durante el transcurso de la segunda guerra.

Si es verdad, Suiza fue neutral a la hora de hablar en términos diplomáticos, pero si hurgueteamos en sus relaciones financieras con el Tercer Reich, nos damos cuenta de que la Solución Final decretada por Hitler para poner fin al "problema judío" en Europa fue el mejor negocio para este país.

La oculta, a los ojos mundiales, política económica de suiza, ayudó principalmente de dos maneras a los nazis. La primera de ellas expone que durante los años que ocurrió el holocausto, Suiza llamada Puerto seguro gracias a los negocios efectuados en aquel país, cumplió para Alemania la función de lavar el infesto oro y dinero robado por los nazis a sus enemigos y judíos en general.

Miles de barras de oro y Reichmarks partían todo el tiempo desde la sede central del Riechbank en Berlín o desde su largo numero de sucursales repartidas a lo largo de Europa, con destino a los bancos suizos.

…Había sido establecido, a partir de un libro mayor de contabilidad del Reichsbank alemán, que un total de al menos 398 millones de dólares en oro fue llevado a Suiza por el Reichsbank alemán durante la guerra. Esta, cantidad no incluye lo siguiente, que, cuando sea verificado y se establezcan adecuadamente las cantidades, debería ser relacionado con los suizos- a) un envió adicional que se hizo después de que esos libros se cerraran y se sacaran de Berlín; b) otro envío del que se sospecha que se hizo al comienzo de la guerra y que fue registrado en libros anteriores del Reichsbank que no están disponibles; c) una, cantidad de aproximadamente 12 millones de dólares en oro que los alemanes robaron cuando saquearon el oro italiano y que entregaron directamente a Suiza. (7)

Si a esta cantidad, se le añade el oro robado en Austria, Checoslovaquia, Danzig, Polonia, Holanda, Bélgica, Yugoslavia, Luxemburgo, Francia, Italia y Hungría esta cantidad asciende a 648 millones de dólares oro en total.

Para aumentar y agilizar, la entrega de oro y dinero a los bancos suizos es que se aplica el método Melmer, dirigido bajo las ordenes de Walter Funk (ministro de economía) y Von Krosick (ministro de asuntos financieros), consistente en transformar el motín robado en barras de oro o dinero. Financiando así entre muchas otras cosas los agentes secretos nazis en el extranjero.

El Reichsbank ha sido informado por el Mariscal del Reich y director del plan cuatrienal (Goering) de que las mercancías de oro y de plata, joyas, etc. de la Oficina de Fideicomisos del Este han de ser devueltas a los bancos por orden de los ministros Funk (Economía) y Von Krosick (finanzas). Esos artículos serán amortizados del mismo modo que las entregas vía Melmer. Los bienes del Oeste ocupado serán amortizados de igual manera. (8)

Y la segunda nos propone la pregunta ¿De dónde procedía el dinero que les permitió a los nazis comprar los materiales de guerra esenciales?.

La respuesta a dicha pregunta la encontramos nuevamente en la ambigua política neutral de Suiza. Nadie en Madrid, Lisboa, Ankara o Estocolmo aceptaba marcos alemanes. Cierto es que había bancos en Lisboa o Estocolmo también, pero sus monedas no eran consideradas serias para las finanzas internacionales. Los socios nazis querían una divisa fuerte, Francos Suizos, quien fue entregada sin mayor remordimiento por aquel país nórdico.

En una recapitulación no es extraño pensar que muchos de los préstamos proporcionados por los bancos suizos a los germanos, hayan sido capitales de judíos muertos por el mismo régimen nazi.

Conclusión:

Es un hecho que uno de los factores que produjo la caída del Tercer Reich, fue la gran cantidad de dinero privada de los frentes, utilizadas en su lugar para construir la vasta red de campos de exterminio desperdigados en ese entonces por toda Europa. Sin embargo, es un error de ejecución y diseño económico del holocausto el que nos hace pensar que éste significó solo pérdidas para la Alemania nazi. Son varios los puntos tales como: el aislamiento de la economía judía, el robo de botín, (aunque no muy utilizada)la casi gratuita mano de obra judaica, los subproductos humanos obtenidos de esta raza y la supuesta neutralidad de suiza, los que en este ensayo revocan tal aseveración.

Aunque ideológicamente contrario al nazismo, el uso de mano de obra judía podría haber significado una riqueza más prolongada para el país germano. Aunque no se conozca a ciencia cierta la abismal cifra de dinero que significaron los hurtos nazis a los judíos, es innegable que la incorporación de sus aniquilamientos sistemáticos, no fue algo pensado solamente para liberarse de lo que ellos consideraban la lacra de la humanidad, sino que amparaba visiones de un rápido y a corto plazo enriquecimiento. El cual se traducirían, primero en el abastecimiento de armamento para Alemania (incluyamos aquí la subvención del cuerpo militar), segundo el robustecimiento de la moneda nacional y por último el enriquecimiento personal de en general, los altos mandos de las fuerzas armadas.

Es esto mismo lo que me hace finalmente replantear la hipótesis expuesta para este trabajo, aseverando fuertemente así, que efectivamente el Holocausto del pueblo judío no atendía solamente a argumentos ideológicos sino también a fundadas razones económicas. Es por consiguiente la mixtura de ambos.

Notas Bibliográficas:

  1. Del Informe del Encargado de negocios en Londres, CERNY, de 21 de marzo de 1933. Recogido en BERBER, FRITA, Oc. , Pp. 21 SS.
  2. Hitler, Adolf, Mein Kampf, Edit. Hurst and Blackett, Londond, 1939.
  3. Narración de la tortura de la madre de Alexander Leitner, citado en La tragedia de los judíos en Nagyarad (Oradea), memorias de Alexander Leitner. Archivos Húngaros, CZA.
  4. Lebor, Adam, Los Banqueros Secretos de Hitler, Edit. Grijalbo, Barcelona, 1997. Pp. 64.
  5. Telegrama de Eisenhower, del 6 de mayo de 1945. Oro alemán escondido – FO 1046/763, PRO.
  6. Lebor, Adam, Op cit. Pp. 63.
  7. Reclamación de los aliados a Suiza para que se devuelva el oro robado, del 5 de febrero de 1946. autorización de desclasificación NND 959150, fechada el 11 de junio de 1996, NA.

    Bibliografía General:

    • Hitler, Adolf, Mein Kampf, Edit. Hurst and Blackett, Londond, 1939
    • Lebor, Adam, Los Banqueros Secretos de Hitler, Edit. Grijalbo, Barcelona, 1997.
    • Carr, William, Cooper, Matthew, Hitler Maquina de Guerra, Edit. Ágata, Madrid, 1997.
    • Jonson, Paul, Tiempos Modernos, Edit. Javier Vergara, Buenos Aires, 1983.

     

     

     

     

     

    Por: Matías Hercovich

  8. Partes: 1, 2, 3
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