- Resumen
- Introducción
- Justificación del problema
- Marco teórico contextual de la investigación
- Diseño metodológico
- Análisis y Discusión de los resultados
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía Consultada
Resumen
El presente trabajo está dirigido a determinar cómo las actividades no curriculares influyen en el desarrollo de una conducta sexual responsable y por lo tanto en la prevención de las ITS y el VIH en estudiantes del IPUEC ¨Octavio la Concepción ¨ del municipio Fomento en los años 2007-2008. En la investigación predomina un enfoque cualitativo, y el paradigma integrado, realizando una Investigación Acción Participativa. La muestra es de 98 estudiantes, coincide con la población y fue seleccionada de forma intencional. El estudio se desarrolla en tres etapas utilizándose métodos del nivel teórico, empírico y matemático estadístico. Se realizó un diagnóstico inicial en el que se determinan las carencias y potencialidades de los estudiantes en relación con la prevención de las ITS y el VIH y el estado actual del comportamiento sexual de los mismos. Posteriormente se seleccionan y aplican las actividades no curriculares propuestas por Ferrer I y Hernández M; más adelante, se realiza el diagnóstico final en el que se constatan. a través de diferentes técnicas, los cambios operados en la conducta sexual, luego de la aplicación de estas actividades no curriculares, evidenciándose un incremento del nivel de conocimientos relacionados con la prevención de las ITS y el VIH, una mayor disposición al uso del condón con su pareja sexual estable u ocasional, un incremento en la tendencia a la práctica del sexo seguro y el sexo protegido; así como una disminución del número de estudiantes con más de una pareja sexual entre otros aspectos.
Introducción
El incremento de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), se encuentra indiscutiblemente vinculado a una baja percepción y conducta sexual de riesgo, razón por la cual a nivel mundial, el abordaje de la epidemia del VIH y de las ITS ha generado múltiples desafíos desde el punto de vista sanitario y social. A través del tiempo han surgido nuevos paradigmas en la conceptualización de los términos: conducta sexual de riesgo, percepción del riesgo, vulnerabilidad y su relación con la infección por VIH, en alguna medida este enfoque ha tenido su impacto sobre los sistemas de vigilancia epidemiológica. 1
Desde que se comenzó a hablar de factores de riesgo y se identificaron para el VIH, el conjunto de condiciones que facilitan la adquisición de la infección en determinados grupos poblacionales. Usualmente se superpusieron los criterios valorativos sobre las personas con VIH a las condiciones que generaban la infección y se comenzó a establecer cierta relación entre factores y grupos de riesgo, por lo que se relacionaba la transmisión sexual de la enfermedad, con la homosexualidad, la promiscuidad, la libertad sexual, y el uso de drogas. Se veía como algo patológico, vicioso e inmoral, lo cual conllevó a que se reavivaran tabúes con respecto a las ITS y al VIH y que existiera la falsa creencia en la población, que las ITS y el VIH no nos afecta a ¨ nosotros ¨, sino a ¨ ellos ¨ incidiendo en una disminución de la percepción del riesgo en la población, el rechazo y aislamiento de las personas viviendo con VIH y de aquellos pertenecientes a los grupos de riesgo, por lo que se impuso un nuevo paradigma que conllevaba a trabajar con un enfoque dirigido a modificar la conducta sexual e incrementar la percepción del riesgo de las personas con comportamientos inadecuados en la sexualidad, 2, 3, 4 lo que hace necesario desarrollar mejores estrategias para prevenirlo.
Los adolescentes son particularmente vulnerables a las infecciones de transmisión sexual y al VIH. 5, 6, 7 Sin embargo, son ellos los que ofrecen la mayor esperanza para cambiar el curso de la epidemia del VIH. El curso futuro de la epidemia depende de los esfuerzos que se emprendan ahora para prevenirla entre los adolescentes. 5, 6, 7, 8, 9, 10
Un gran número de estos empiezan su actividad sexual a una edad relativamente temprana, no son monógamos y no utilizan condón con la suficiente regularidad para asegurar la protección de las ITS y el VIH. 5, 6, 10, 11, 12, 13
Una proporción significativa de adolescentes comienzan su actividad sexual antes de los 15 años. Además, la experimentación con el consumo de drogas es a menudo una característica frecuente en esta etapa de la vida. 14, 15 En muchos países se han realizado estudios en adolescentes de zonas urbanas desde inicios de la epidemia, identificándose algunas características que incrementan el riesgo de contagio y transmisión de las ITS y el VIH. Algunas persisten hasta la actualidad, tales como la posibilidad de morir por una infección de un virus intangible de una enfermedad, con un largo período de incubación, no representa un problema visible o concretizable por la cotidianidad inmediata. 4, 5
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