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Los mecanismos neurales de la sugestión hipnótica

Enviado por Felix Larocca


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    1. Bibliografía

    El término "hipnosis" fue acuñado por el médico escocés James Braid en su libro Neurypnology publicado en el año 1853.

    Braid definió el estado hipnótico como "una condición peculiar del sistema nervioso, inducida por una atención abstracta del ojo mental y visual".

    Este investigador expresó que este estado era una forma de "dormir nervioso", tratando de distinguir su teoría de la de los mesmeristas, quienes creían que los efectos de la hipnosis eran mediados por una fuerza vital o magnetismo animal.

    La historia de la hipnosis se destaca en breve

    Cuando pensamos en la hipnosis, el nombre de Mesmer viene a la mente. La palabra mesmerismo, es su epónimo.

    ¿Quién fue este Mesmer?

    Franz Friedrich Antón Mesmer (1734-1815), fue un médico austriaco, conocido por la introducción de un estado de trance, llamado el mesmerismo, como agente curativo. El futuro galeno nació cerca de Konstanz, Alemania, siendo educado en Viena. Cerca del 1772 Mesmer introdujo la existencia de una fuerza similar al electromagnetismo, que supuestamente ejerce un poder extraordinario sobre la mente humana. Él llamó esa fuerza el "magnetismo animal". En 1775 satisfecho con sus descubrimientos, publicó una descripción de la fuerza, afirmando que poseía valor terapéutico. Mesmer hizo uso de este método hipnótico para curar sus pacientes.

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    Franz Antón Mesmer

    El procedimiento que Mesmer introdujo fue recibido favorablemente por miembros de la profesión médica, pero en 1785 el gobierno Francés decidió nombrar un comité compuesto de médicos y de científicos notables para investigar sus aserciones.

    Desdichadamente para el galeno, el reporte fue negativo.

    Sumido en desgracia, Mesmer pasaría el resto de su vida en la mayor oscuridad.

    Desde su muerte, el trance mesmérico ha sido elevado al campo de la investigación científica, siendo reconocido como la hipnosis, y como tal goza de crédito bien merecido.

    Prosigamos

    La hipnosis es un estado alterado de la conciencia, y de receptividad aumentada a la sugestión, este estado puede ser inducido en las personas normales por medio de una variedad de métodos y se usa en un número de situaciones médicas y en el tratamiento psiquiátrico.

    Más a menudo, la hipnosis se induce por medio de las actividades de un operador, conocido como un hipnotizador, quien capta la atención del sujeto y le asigna ciertas tareas, mientras le habla con tonos monótonos y repetitivos. Asimismo, el hipnotizador sugiere al sujeto que relaje, que fije los ojos en lugares especificados, instándole la ejecución de movimientos corporales, como son la levitación de los brazos.

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    La hipnosis puede ser auto-inducida, por entrenamiento de auto-relajamiento, concentrándose en el ritmo respiratorio, o por una variedad de prácticas encontradas en una diversidad de creencias místicas, filosóficas y sistemas religiosos.

    El trance resulta en la adopción, por el sujeto hipnotizado, de un estado de conciencia en el cual la atención se divierte del mundo circundante y se concentra en experiencias de naturalezas mentales, sensoriales y fisiológicas.

    Cuando un hipnotizador induce un trance, una relación muy estrecha de transferencia se desarrolla entre él y el sujeto. Los comportamientos del individuo hipnotizado son debidos a sus deseos de estar en conformidad con quien lo sugestiona.

    La mayoría de las personas pueden ser hipnotizadas con facilidad. Lo que varía es la profundidad y la naturaleza del estado hipnótico. Un trance profundo se caracteriza por una amnesia a los eventos ocurridos durante el evento, y por una habilidad de responder de modo automático a sugestiones post-hipnóticas que no producen ansiedad en la persona hipnotizada.

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    Autosugestión

    La profundidad del trance es una condición relativamente estable, que depende de la constitución emocional del sujeto y de los talentos del hipnotizador. Sólo un 20% de los sujetos son capaces de entrar en estados de sonambulismo por medio de los métodos usuales de inducción. Médicamente, este porcentaje no es significativo, porque los efectos terapéuticos se obtienen aún con los trances ligeros.

    La hipnosis puede producir un contacto profundo de uno mismo con su vida interior. Esto puede resultar en el levantamiento de represiones y la emergencia de conflictos y miedos ocultos. Este efecto puede ser puesto al servicio médico y terapéutico del paciente, como asimismo puede ser malinterpretado. La razón por esto es que las memorias recuperadas pueden ser contaminadas y fusionadas con fantasías. Las investigaciones recientes tienden a descartar la validez de las memorias recuperadas durante el trance hipnótico.

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