- Concepciones y corrientes curriculares
- Bases y fundamentos del currículo
- Diseño, administración y evaluación curricular
- Currículo y desarrollo cultural
CONCEPCIONES Y CORRIENTES CURRICULARES
La teoría esencialista comparte con la teoría perenialista la idea de que el currículo debe concentrarse en el entrenamiento intelectual y que dicho entrenamiento sólo se puede lograr con ciertos estudios académicos. De estas dos teorías se deriva la teoría de la estructura disciplinar, la misma que dominó el campo curricular desde mediados de los años cincuenta hasta el final de la década de los sesenta.
El principal problema con esta teoría radica en la definición de los elementos que constituyen la estructura disciplinar.
Una segunda corriente ideológica concibe el currículo explícitamente como un modo de pensar. Las principales teorías que emanan de esta concepción son la teoría de la indagación disciplinar y la teoría del pensamiento reflexivo. La teoría de la indagación disciplinar asume que el currículo es la recapitulación dirigida del proceso de indagación que fructificó en las disciplinas establecidas. La teoría del pensamiento reflexivo, desarrollada por Dewey (1933) aboga por un currículo basado en situaciones de experiencia genuina, la continua retroalimentación entre teoría y práctica.
La corriente que percibe al currículo como experiencia se contrapone a la concepción tradicional del currículo como un cuerpo definido de materias, y ha dado origen a una variedad de teorías progresistas; entre otras, destacan la teoría del currículo centrado en el alumno, la teoría del currículo como experiencia dirigida, y la teoría del currículo como experiencia de la vida.
La teoría del currículo centrado en el alumno asume que el educando es socialmente responsable y que tiene una concepción más o menos definida de lo que quiere y necesita en cuanto a su formación. La teoría del currículo como experiencia dirigida toma en consideración la suma total de las experiencias educativas en el medio académico.
La teoría del currículo como experiencia de la vida lleva un paso más allá el concepto del currículo en el sentido amplio y considera las experiencias formales, informales y vivenciales como parte integral del currículo. Incluye el dar crédito por experiencia de trabajo, viajes y estudios individuales.
La corriente ideológica más difundida en el medio de la educación superior es la del currículo como plan de instrucción. Esta corriente se basa en las teorías de Taba (1962) y Beauchamp (1975) y propone un currículo estructurado en torno a cuatro elementos sustantivos
La determinación de los parámetros de las unidades de instrucción, la identificación de los contenidos de cada unidad, la relación de los contenidos con los materiales de instrucción requeridos, y la formación del profesorado en relación al contenido y al proceso de instrucción. Este modelo está estrechamente ligado a la planeación curricular por objetivos; desafortunadamente da una ilusión de fundamentación tecnoeducativa, pero carece de un fondo ideológico Sustantivo y en su rigidez y concepción estrecha radica su principal debilidad.
La quinta y última corriente que ha emergido recientemente es la del currículo como sistema tecnológico de producción. Los orígenes de la noción del currículo como sistema de producción se pueden remitir a los esfuerzos en la educación durante las primeras décadas del siglo veinte, por aplicar los métodos de la administración científica a los procesos educativos. Tres de los modelos teóricos curriculares que surgieron de esta corriente son el de análisis de actividades, el del currículo como medio para alcanzar fines específicos y el de análisis de sistemas.
El propósito fundamental del modelo de análisis de actividades es lograr los objetivos educativos propuestos en forma eficiente. Desarrollado por Bobbitt (1924) y Charters (1922), este modelo asume que la vida productiva consiste en una serie de actividades claramente identificables. Dado que la educación es una preparación para la vida productiva, argumentan, la misma educación debe preparar al alumno para desempeñarse en estas actividades.
Popham y Baker (1970) desarrollaron el concepto del dualismo entre proceso y producto al generar el modelo del currículo como medio para alcanzar fines específicos. Numerosos teóricos de la educación concuerdan con esta idea del currículo, entre otros Skinner, Gagné y Allen.
El modelo de análisis de sistemas concibe el currículo como un conjunto de elementos funcionalmente entrelazados con el propósito de lograr una meta específica. El principal problema con estas concepciones es que han resultado áridas y muy poco productivas en términos de generar cambios e innovaciones significativas en el campo de la educación superior.
Estas cinco corrientes de pensamiento y la gama de teorías a las que dan origen no son mutuamente excluyentes, sino por el contrario se traslapan sustancialmente. La selección de la teoría o las teorías que fundamentan el currículo debe hacerse con plena conciencia de la diversidad de enfoques que existen, en función de las necesidades que se busca satisfacer, y tomando en consideración los recursos y estructuras de apoyo con que se cuenta.
BASES Y FUNDAMENTOS DEL CURRÍCULO
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