La llamada Mitología Nórdica, puede ser considerada como un valioso vestigio de los comienzos de la poesía del Norte, antes que una representación de las creencias religiosas de los pueblos germanos y escandinavos. El clima y el escenario de las tierras en las que los nórdicos habitaban tuvo una gran influencia en la configuración de sus primeras ideas religiosas, al igual que en la disposición de su modo de vida. Sus relatos mitológicos contienen muchos indicativos de la época transicional, en la que la confusión de la antigua y la nueva fe se hace aparente.
La mitología del Norte es grandiosa y trágica a un tiempo. Su tema principal es la lucha perpetua que existe entre las fuerzas de la Naturaleza beneficiosas contra las dañinas y, por tanto, no es de carácter elegante e idílico, como otras mitologías europeas.
Era natural que los peligros que conllevaban la caza y la pesca bajo los cielos nublados y el sufrimiento impuesto por los largos y fríos inviernos, cuando el Sol nunca brilla, hicieron a los antiguos nórdicos contemplar el frío y el hielo como espíritus malignos. Con igual razón, invocaban con especial fervor las influencias benignas del calor y la luz.
Para los escritores de la Antigüedad, eran los países nórdicos una región de fábula, una tierra mítica habitada por bárbaros salvajes y poblada por seres extraños y fantásticos. Con una ideología tan compleja que no es posible alcanzar a aprehender a este maravilloso mundo que se desvanece entre los siglos como sus paisajes en la niebla, cubiertos por bosques y pantanos. El paganismo perduró más en el lejano Norte que en el resto de Europa; mientras la gran parte de estos países se habían convertido al cristianismo hacía casi un milenio, los nórdicos seguían adorando a sus antiguos dioses. Eran llamados Vikingos o Normandos (Northmen, "Hombres del Norte") y procedían de la península escandinava, principalmente de Noruega y Dinamarca. Pueblo de hombres altos y rubios, amantes de la libertad e inclinados a las aventuras y los viajes. Alistaron cuadrillas de pequeñas y veloces naves con con las que emprendieron audaces correrías por el litoral de Europa. No temieron adrentrarse en mar abierto, pues eran expertos navegantes. Hacia el año 1000 asolaban las costas europeas, sembrando el temor de Londres a París y hasta muy adentro del Mediterráneo. Nunca dudaron en saquear iglesias y monasterios cristianos, no considerando a nada sagrado, excepto a sus propias creencias.
Los conocimientos que hay la mitología nórdica dependen de tres fuentes principales.
La Edda de Semund
La primera de ellas es la Edda Poética, o Edda de Semund, un grupo de textos islandeses que datan del siglo IX al siglo XII, y están más o menos relacionados, constituyendo unos poemas de longitud media o corta, salpicados con prosa. El núcleo de esta colección llena un manuscrito llamado Codex Regius ("Manuscrito Real"), que contiene veintinueve poemas, 11 de ellos sobre temas mitológicos y 16, junto con dos fragmentos, sobre héroes y heroínas de la antigüedad germánica.
Los poemas éddicos están más o menos estructurados en estrofas con un grado limitado de variantes métricas, por lo cual posee una apariencia muy homogénea. Algunos son narrativos, otros son poemas de preguntas y respuestas, diálogos entre seres sobrenaturales que sirven para dar información mítica. De vez en cuando hay una serie de estrofas que contienen sabiduría o proverbios atribuidos a una de las divinidades.
Está el caso del poema llamado Hávamál (el Discurso del Altísimo). Es una obra compleja, compuesta por secuencias de estrofas individuales que fueron reunidas bajo un único encabezamiento de una fecha temprana. Incorpora temas de gran antigüedad, probablemente de la Era Vikinga. Cuenta algo de la visión nórdica del mundo. Gran parte del poema está escrito en forma de proverbios, útiles consejos, pero algo pragmáticos, de cómo dirigir la vida. Se habla de la amistad, de sus obligaciones y beneficios, de los deberes de la hospitalidad, de la importancia de la prudencia en todo momento, de la necesidad de estar bien considerado por los demás, etc. Hay, en este poema, material mágico, cantos y hechizos y una secuencia narrativa de los acontecimientos.
Pero la Edda en verso no contiene solamente poemas referentes a los dioses y personajes legendarios, sino también a grandes héroes vikingos. Estas son las "Sagas", siendo las más célebres la de Erik el Rojo o la de Egill Skalagrimson, cuyos hijos llegaron a costas americanas antes que Cristóbal Colón. Erik el Rojo cruzó el Atlántico y llegó a Groenlandia hacia el año 985, cuyas costas colonizó con islandeses; en viajes posteriores Skalagrimson recorrió las costas del Labrador, Terranova y parte septentrional de Estados Unidos de América.
La Edda de Snorri
La Edda en Prosa, compuesta por el escritor islandés Snorri Sturluson (1179 – 1241), es la segunda gran fuente de material mitológico escandinavo. Probablemente Snorri trató de escribir un manual para los poetas principiantes que deseaban ser creadores de la poesía más sofisticada que era recitada en la corte. Este trabajo abarca la creación del mundo, varias fábulas mitológicas, así como un análisis de los poemas antiguos y de las normas que rigen la prosa. La Edda de Snorri se distribuye en cuatro secciones: un prólogo; Gylfaginning (La Alucinación de Gylfi); Skáldskaparmál (la Dicción de los Poetas) y el Háttatal (Recuento de Estrofas).
Los poemas escáldicos
Finalmente, la tercena fuente que recompone la religión nórdica son los poemas escáldicos (del escandinavo skald, "poeta"), con sus intrincadas composiciones que aluden casi siempre deforma indirecta a las cosas o personas, por medio de metáforas encadenadas denominadas kenningar, que sustituían un objeto o persona por su valor mitológico. Por ejemplo, para referirse al mar se decía "sangre de Ymir", pues de la sangre del gigante primordial que llevaba este nombre habían surgido las aguas al principio de los tiempos.
No resulta sencillo sacar un conjunto coherente de la mitología escandinava de esta mezcla de fuentes de diferentes lugares y épocas y que responden a diferentes demandas literarias a su vez. Es mucho suponer que en toda Escandinavia se mantuvieran exactamente las mismas ideas y creencias, así como convicciones religiosas, sin variaciones. Hay una confusión de relatos; algunos pertenecen a secuencias claras, otros están aparentemente dispersos, sin ningún fin. Es difícil establecer cuánto hay de auténtica leyenda nórdica y cuánto de invención puramente literaria. También es tema de debate qué papel juegan los mitos en las creencias nórdicas, ya que un mito en sí, se dice, usa algunas ideas populares que tratan de fenómenos históricos o naturales.
La Edda es una palabra de significado desconocido, quizá se refiera a "Cuentos de la Abuela". Aunque algunos de sus poemas contienen claras interpolaciones cristianas, en otros se conserva el sabor primigenio con que fueron compuestos. Pero la poesía de los escáldicos exigía de los maestros compositores un total conocimiento de la mitología nórdica, de ahí el "resumen" de Snorri. Hay en la salvaje poesía de los Eddas admirable rudeza y severa belleza que caracterizan perfectamente el antiguo genio de la raza nórdica.
Los mitos escandinavos
Entre los mayores mitos escandinavos están aquellos que explican el principio y final de este mundo, su distribución, la creación de los primeros humanos y las luchas entre el bien y el mal, como asuntos de vital importancia para sus vidas culturales. No es sorprendente que ninguno sea muy preciso. Es una mitología apropiada para una raza guerrera, en la que las matanzas y las traiciones son moneda corriente y en la que un hombre importante demuestra su grandeza luchando contra un destino que sabe inevitable.
Adoraban a un dios supremo llamado Odín o Wotan, ya a varias otras divinidades que personificaban el trueno, el rayo, el sol, la luna, la tierra, etc. Concebían a estos dioses como seres humanos de extraordinaria fuerza y belleza, que formaban familias y residían en un palacio fabuloso llamado Asgard. Las almas de los guerreros, muertos en batalla, eran destinadas al Valhalla. Las almas de los cobardes, en cambio, iban al reino subterráneo de Hel, un antro lóbrego y helado. Un antiguo mito (Ragnarok) afirmaba que los dioses terminarían por ser arrojados de Asgard; esta creencia favoreció la conversión de los "bárbaros" al cristianismo. No obstante, aunque abolidos oficialmente, los cultos paganos no desaparecieron del todo, y los viejos dioses perduraron dentro de poesías, cantos y el saber popular en general.
El poema más famoso de los Eddas es el Voluspá, o "Profecía de la Vidente", considerado por algunos como una elegía al mundo pagano que desaparece. Trata del interrogatorio de Odín a una bruja muerta, a la que resucita para que le informa sobre el destino final de los dioses, el Ragnarok. La vidente comienza a narrar el origen del mundo, ordenado por los dioses, las distintas criaturas que lo habitan y el final de este ciclo del mundo y el nacimiento del siguiente. He aquí las primeras estrofas que componen el Voluspá:
¡Oid! Pido a todas las estirpes divinas,
grandes y pequeños hijos de Heimdall;
me pides, ¡oh Valfodr!, que te refiera
las más viejas historias que puedo recordar.
Recuerdo a los Yotes, los primeros nacidos,
que en un tiempo lejano me dieron la vida;
nueve mundos recuerdo y nueve ramas,
y el gran árbol del cosmos aún bajo tierra.
Fue en los tiempos primeros cuando Ymir vivió;
no había arena ni mar, ni las frías olas,
tierra no había, ni el alto cielo,
sólo el vacío abismo, tampoco había hierba.
Mas los hijos de Buri formaron la tierra,
aquellos que crearon el famoso Midgard;
brilló el sol desde el sur sobre el palacio,
y surgió en la tierra la verde hierba…
Hoy no hay modo de saber en qué medida los mitos literarios representaban lo que los vikingos creyeron realmente o lo que guiaba sus actos en sus vidas diarias. Los vikingos mismos no hicieron constar detalles de su religión pagana y los cristianos que entraron en contacto con ellos estuvieron poco dispuestos a describir el paganismo o a darle crédito en modo alguno. Si lo mencionaban era generalmente en términos despectivos.
El único templo pagano sobre el cual hay una información detallada es el de Gamla Uppsala, en Suecia central, que fue descrito por el clérigo alemán Adam de Bremen en el siglo XI. Dice que todo el edificio era dorado. El templo contenía los ídolos de tres de sus dioses. Cada uno de ellos contaba con sus propios sacerdotes y la gente les ofrecía sacrificios para obtener beneficios apropiados. Los eruditos modernos han tendido a quitar importancia a la magnitud de las celebraciones mayores tan prolijamente y, tal vez imaginativamente, descritas en las sagas y a poner de relieve en su lugar los aspectos más locales del culto.
Igual que los pueblos germánicos en general, los escandinavos no tenían una casta sacerdotal propiamente designada. El sacerdote también era un jefe seglar, la cabeza de una familia o de la sociedad local. Aquí las Sagas Islandesas son de especial importancia, aunque de nuevo su fecha tardía y fondo cristiano pueden hacer que su información sea poco fiable como documento histórico descriptivo de las creencias paganas antiguas. No obstante, dan a entender que la religión pagana nórdica estaba estrechamente unida al ciclo anual y a la jerarquía social seglar, como ocurre en el caso de los godar, en Islandia.
En el siglo III el griego Evémero hizo una hábil síntesis de la religión y de la historia, y afirmó que los dioses mitológicos habían sido en el origen hombres divinizados después de su muerte, como agradecimiento por los eminentes servixios prestados a la humanidad. El panteón de los dioses se reduce a una simple expresión humana y la mitología se devuelve a las prosaicas realidades de la historia. En los capítulos de El Orbe del Mundo, Snorri aplica esta pauta de lectura a los dioses del panteón germano-escandinavo, y Saxo Grammaticus hace lo mismo en Gesta Danorum (las Gestas de los Daneses).
Autor:
Allan Alvarado Aguayo, MSc