- Mi método
- Recaídas que serían evitables… "si nos dejaran ayudarlas…"
- Cómo se estructura
- La cura de la anorexia nervosa
- El tratamiento: lo más importante
- La resolución final y el retorno a la vida
- En resumen
- Bibliografía
Un colega residente de esta región quiso moverme, por medio del uso del elogio, para que aceptara una pacienta suya cuya situación era crítica. Me dijo: "Usted es el médico que cura la anorexia. Por favor tome mi pacienta bajo su cuidado, ella lo necesita aunque dicen que usted no tiene tiempo para ver más pacientes".
Teniendo muchos compromisos anteriores, claramente, no podría haberlo hecho. Lo que sí quedaría repercutiendo en mis oídos fue lo de que haya alguien que "cura" la anorexia, la más difícil de entender y tratar de las dolencias psiquiátricas por todos conocidas.
Pretender que uno posee la facultad exclusiva del método que cura a todas las anoréxicas sería adoptar la posición falsa de tantos que pretenden que las dietas restrictivas o los spas son cura para la gordura o que los doce pasos famosos, aplicados a toda aflicción, son efectivos, ya que todos, de acuerdo a como los seguidores de AA piensan; todos los seres humanos padecemos de dependencias, incluyendo las anoréxicas. Lo que obviamente no es así.
Mi método
Yo he estado involucrado extensivamente en la investigación de las disorexias por mucho tiempo, desde muchos puntos de vista y utilizando procedimientos multifacéticos para sus entendimiento y resolución (o "cura", si es que este término se prefiere).
Fue en al año 1963 cuando, durante mi servicio como oficial médico de la Marina de Guerra Norteamericana, que viera mi primer caso documentado de esta condición, ya que, sin percatarlo, desde mi juventud, por serendipia, tuve oportunidad de conocer mujeres y hombres, quienes inexplicablemente aborrecían la robustez y evitaban la comida, con la resultante flacura distintiva y consternación despertada en sus familiares cercanos: Se llamaron Ely, Mario, Mario (otro Mario), Natalio, Ana, Mercedes. Y algunos otros que fueron casos de la anorexia que me rodearan pero que pasarían desapercibidos desde el punto de vista diagnóstico, ya que nadie sabía que la anorexia nervosa existiera.
¡Cuán bien todavía los recuerdo!
Habiendo salido de la Marina, mantuve mi interés en estas condiciones, iniciando en Washington University y en la ciudad de Saint Louis los primeros programas de soporte y tratamiento para las disorexias, entonces conocidos, tomando la ruta inexplorada de combinarlo con otros problemas, de asociación frecuente, a saber, los trastornos afectivos.
La cura existe, y es bien difícil… pero lo que hay que saber es cómo es que ésta se logra
Cuando presentara mi obra extensiva La Dieta Paleolítica Paraíso Perdido, recorrí en una tour de force todos los aspectos del conocimiento humano que pudieran adaptarse a la comprensión y el entendimiento de las enfermedades del comer. Cuando asimismo aplicara al tratamiento de las enfermedades del comer los principios del Movimiento de la Salud Mental Comunal instituido por, el entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, descubrí nuevos aspectos del cuidado de estos pacientes que fueran por casi todos ignorados.
Cuando escribí la Opción de Hobson, hice hincapié en la necesidad de conocer al paciente y su sistema de soporte familiar intensamente si la "cura" elusiva era de esperarse. En otros casos que he descrito y en artículos que he publicado acerca del tratamiento de todos estos pacientes, enfatizo la labor terapéutica del terapeuta pero admito que he sido negligente por haber fallado en destacar que muchas de estas mujeres tienen historias de no finalizar los proyectos que comienzan y que otras, de modo subrepticio, evaden (por razones neuróticas) el proceso esencial de recorrer completamente el régimen de la terminación de la terapia, tornándose candidatas ciertas a la recaída final.
Recaídas que serían evitables… "si nos dejaran ayudarlas…"
La terminación es lo más importante, repasemos a Freud en Análisis Terminable e Interminable
"La experiencia nos ha enseñado que la terapéutica psicoanalítica -la liberación de alguno de los síntomas neuróticos, inhibiciones y anormalidades del carácter– es un asunto que consume mucho tiempo. Por ello ya desde el principio se han hecho intentos para abreviar la duración del análisis. Tales intentos no requieren justificación y es evidente que se basan en imperativas consideraciones de razón y de conveniencia. Pero probablemente se hallaba latente en ellos un trasunto de la impaciente curiosidad con la que la ciencia médica de los primeros días consideraba a las neurosis, pensando que eran la consecuencia de invisibles heridas. Y si era necesario atenderlas, había que hacerlo lo más rápidamente posible"…
Unas reflexiones acerca de la técnica de la terapia con las enfermedades del comer, de las que las anoréxicas forman parte
La terapia de las disorexias que ha resultado en tantos éxitos para mí y para quienes conmigo colaboran, se basa en premisas claramente establecidas:
Reconocimiento del vínculo que existe entre la paciente y el vector que la comida representa
La participación de quienes constituyen el entorno del paciente y su asistencia en la solución del mismo
El cometido técnico, por parte del terapeuta, para lograr un proceso de psicoterapia intensiva, de índole psicoanalítica, con atención minuciosa y detallada a los aspectos del procedimiento, desde su inicio hasta su terminación con resolución final
Como todos comprobamos de manera empírica, todas las enfermedades del comer tienden a la recaída. Algo que hacemos un esfuerzo denodado a prevenir usando el modelo mencionado en el Movimiento de la Salud Mental Comunal de Kennedy, en el cual participara como pionero cuando se lanzara, desde mi posición docente en Salud Comunal en Saint Louis University y en el estado de Missouri.
Cómo se estructura
Desde el principio se establece y se reitera la noción a la paciente que la terminación prematura de la terapia, a veces conduce a resultados lamentables, traducidos en recaídas que fueran evitables.
La razón para estas reincidencias está contenida en las páginas que Freud titulara Análisis Terminable e Interminable. En dicha ponencia, arriba citada, el Padre del Psicoanálisis, advierte que para muchos pacientes la resolución final del vínculo de la transferencia, se dificulta por la resistencia que manifiesta el paciente a padecer el dolor narcisista de la resolución y separación final, obligando a muchos a escapar vía una "curación" pretendida, mientras repiten compulsiva y rígidamente el drama de sus conflictos, una y otra vez, de modo incesante.
La "curación" ficticia de estas personas se arraiga en un nido de transferencias hostiles y de afectos negativos hacia la terapia, lo que solidifica y aun magnifica la neurosis que resultara, en primer lugar, en la enfermedad que las afligiera.
En un sentido fisiológico el comportamiento de estas pacientes nos recuerda a los efectos en el miocardio de la estimulación del nervio vago. En la terapia, por virtud de la transferencia, la paciente se colma de un equilibrio antes desconocido, lo que asistido por la paciencia le permite madurar. En el caso del corazón cuando el nervio vago se estimula, el ritmo cardíaco disminuye llegando un momento en que el órgano escapa ese efecto y emprende de nuevo su velocidad normal.
Así lo hacen quienes terminan prematuramente.
La "cura" de la anorexia y de condiciones afines sólo sucede cuando la terapia se termina completamente. Algo que muchas mujeres, que acostumbran a no terminar lo que en sus vidas emprenden, nunca pueden lograr.
La cura de la anorexia nervosa
Abstract:
Although being perhaps the most difficult of conditions to treat, anorexia nervosa is curable if one knows how to proceed.
La "cura de la anorexia", labor difícil que hemos elaborado, es esencialmente un proceso que ha evolucionado en el transcurso de mucho tiempo.
El tratamiento comienza durante el intervalo mismo en que el paciente es remitida a nuestra atención. En ese mismo instante se aplican técnicas de obtención de información que corroboran o niegan la pregunta más simple: ¿de qué sufre el paciente?, seguida por: ¿Qué ha condicionado que haya sido referida a nosotros?
La metafísica del proceso
El proceso de evaluación y del subsiguiente tratamiento cuya culminación conocemos como la "cura" se basa en la elaboración y en la aplicación de conocimientos básicos provenientes del psicoanálisis y las neurociencias aplicados de modo específico en la elucidación de cómo y en qué medida las enfermedad (o enfermedades de presentación) han incidido en la vida del paciente y de su familia.
Es durante este proceso mismo que se desecha la noción, tan generalizada en la práctica hecha un rito, de que se tiene una paciente con anorexia, o lo que parezca ser que sea (pensamiento inductivo simple) y se sustituye por la opción que utiliza ambos métodos: pensamientos inductivo y deductivo. De esa manera, llegamos a la perspectiva final de que hay una persona con sus características únicas cuyo diagnóstico es una enfermedad del comer. Esta postrema conclusión puede que se remita a ser simple, complicada o mixta en medio de un proceso arduo de diagnóstico y de revisión diagnóstica durante el transcurso mismo del proceso de la cura o tratamiento.
El tratamiento: lo más importante
Desde el momento en que se completa la primera visita y si el paciente se considera candidato para nuestro método: la terapia más intensiva que el paciente y la familia hayan experimentado, comienza.
Primero la educación
La educación de el paciente y la familia constituye el primer paso para la estructura de un proceso que culmina con la atención más detallada y el cuidado más minucioso a la prevención de los relapsos que son tan frecuentes en todos los trastornos del comer, o disorexias.
Ese fue el título de una presentación que diera en Dublín: Anorexia Nervosa: La Educación de el paciente y su Familia para un Desenlace Terapéutico Exitoso.
Desde ese entonces la educación ha sido considerada como parte esencial de la "cura" encontrando su lugar en las estrategias que caracterizaron el Movimiento de la Salud Comunal del gobierno Estadounidense.
Es parte de esta iniciación del paciente y su familia al entendimiento de las disorexias cuando por la vez primera ellos logran adquirir conocimiento de las características que son tan sorprendentes y a la vez desconcertantes de estas dolencias. Por ejemplo, en el caso específico de las anoréxicas, la actividad absorbente y placentera de cocinar y servir comidas a los demás, mientras ellas no la tocan. El esparcimiento de las comidas en el plato para pretender que comen, el consumo excesivo del chicle o de los refrescos de dieta, la distorsión de la imagen del cuerpo o la interrupción de las menstruaciones, aun antes del comienzo de la enfermedad. De esta naturaleza existen muchas otras actividades que son particulares a cada condición diagnóstica.
La psicoterapia y la actividad terapéutica
La educación procede a pie juntillas con la terapia y la alimentación, que forman la piedra angular del procedimiento. Ambas son intensivas, exhaustivas y llevadas a cabo sin pausa ni tregua. Porque las características mismas de estas enfermedades son que no cesan en su arremetida contra la paz física y emocional de la víctima y sus familiares.
Durante las sesiones de terapia se incluyen miembros de la familia inmediata a intervalos precisos.
Los protocolos que cubren específicamente la alimentación de los pacientes han sido descrito y publicados en otras lecciones. Lo importante es recalcar que son individualizados y únicos a cada situación.
Las medicinas y su uso como complemento a las psicoterapias
Las medicinas se usan cuando sean necesarias y en la manera en que deben de ser recetadas, ya que muchas son contraindicadas en estos casos. En este respecto hemos publicado artículos que destacan el daño que muchas drogas pueden ocasionar al hipotálamo cerebral del paciente.
La resolución final y el retorno a la vida
Conocedores que somos de la tendencia a la recaída que es característico de estos casos, desde el comienzo del tratamiento la prevención de relapsos se planea basada en métodos de eficacia reconocidas.
En eso, en tratar el paciente como una persona con anorexia o bulimia y en escoger bien el paciente reside nuestro éxito terapéutico.
En resumen
El principio que constituye la base para el éxito de la terapia de la anorexia, bulimia y todas las disorexias, es uno que toma en consideración detallada las necesidades individuales del paciente, incluyendo los aspectos que derivan de la aplicación de la doctrina psicoanalítica formulada como componente de la neurociencia moderna.
El ingrediente esencial resalta en los principios que definieran el Movimiento de la Salud Comunal Norteamericano aplicados de manera intensiva e individual.
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¿Cura o no cura?
Bibliografía
Vaughan, S: Talking Cure (1998) Owl Books NY
Casement, P: Learning from the Patient (1992) Guilford Press NY
Basch, M: Doing Psychotherapy (1980) Basic Books NY
Strozier, C, B: Heinz Kohut: The Making of a Psychoanalyst (2003) Other Books NY
Larocca, F. E. F: (July 1982) Anorexia Nervosa: The Role of Educating the Patient and the Family for a Favorable Treatment Outcome X International Congress for Child and Adolescent Psychiatry and Allied Professions, Dublin
Larocca, F. E. F: La Cura de la Anorexia Nervosa
Autor:
Felix Larocca