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La Tutoria en Educación Superior


  1. Tutoría
  2. La figura del tutor
  3. Cualidades del profesor tutor
  4. El profesorado y la tutoría académica
  5. Bibliografía utilizada

Tutoría

Se han dado muchos intentos durante estos últimos 30 años por definir la tutoría y la acción tutorial; es bueno repasar estas definiciones para delimitar el concepto. Hinojo Lucerna, Francisco citando a Bernardo (1972), explica la tutoría como "el despliegue completo de todos los medios y posibilidades dirigidos a la ayuda de un alumno concreto". Este concepto enfatiza en la singularidad y en la perfectibilidad de la persona; en la misma corriente se encuentra Sánchez, S. (1979:9) quien considera que la "Tutoría es la acción de ayuda al alumno de forma individualizada o en grupo, que el profesor puede ejercer en paralelo y además de su propia acción como docente".

Para otros como Benavente V., (1977) el tutor es quien se preocupa de las relaciones con los estudiantes ya sea de forma individual o en grupo.

González Simancas (1980) sostiene que el tutor como elemento personal y funcional del proceso educativo se preocupa, resuelve problemas en clase, representa y es el mediador de los alumnos.

La figura del tutor

La figura del tutor se puede abordar desde distintos puntos de vista, la más común y utilizada es desde la perspectiva de la orientación en los centros de enseñanza básica cuya función es principalmente de orientación y ayuda al estudiante.

En el ámbito deontológico el papel del tutor desde se fundamenta en el respeto a la libertad y a la intimidad del alumno. Mediante una relación interpersonal de confianza y amistad entre tutor-alumno, a tal punto que si falta esta condición la tutoría pasa a ser otra cosa y no tutoría.

El tutor, desde la figura del profesor comprometido, consiste en la guía y asesoría permanente al alumno, a través de su experiencia, del conocimiento de las condiciones de vida en el aula, del contexto social y económico que le rodea al estudiante.

Aunque todos reconocen que siempre los buenos profesores han tratado de guiar y orientar a sus estudiantes, la tutoría es la que trata de institucionalizar esta actividad desde la base de una formación específica del profesor.

Desde la universidad se considera al tutor factor clave que ayuda a fortalecer el nuevo modelo formativo, cuyo eje central lo constituye el proceso de aprendizaje del alumnado y la ayuda metodológica que recibe del profesorado.

Cualidades del profesor tutor

El esquema que se presenta permite sintetizar las cualidades del profesor tutor:

edu.red

Francisco Hinojo L. (2005)

Las cualidades que se atribuyen al profesor-tutor son tantas como personas que se dediquen a describirlo, pero de un estudio realizado, en el año 1998 sobre la tutoría en el Sistema de Educación de Adultos por Dra. Dousdebés, L., sintetiza en las siguientes:

  • Amistad,

  • Autenticidad,

  • Exigencia,

  • Justicia,

  • Autocrítica,

  • Humildad,

  • Sinceridad,

  • Optimismo,

Entre otras.

Para Francisco Hinojo (1999), es fundamental la empatía, el profesor es una persona que en su labor docente se relaciona con muchas personas, por lo tanto tiene la necesidad de crear un clima de comunicación amistosa y de colaboración.

Debe poseer gran madurez en los aspectos intelectual, volitivo y afectivo; sociabilidad que implica capacidad de tener amistad, sentido del bien común, sentido de la persona humana, capacidad de diálogo.

Responsabilidad que se traduce en asumir compromisos, riesgos, calcular de antemano la consecuencia de sus actos.

El profesorado y la tutoría académica

En el marco de la enseñanza universitaria el sistema de tutorías constituye un factor clave que ayuda a fortalecer un nuevo modelo formativo, cuyo eje central forma el proceso de aprendizaje del alumno y la ayuda metodológica que recibe del profesor.

Esto requiere de un cambio de mentalidad en buena parte de los profesores universitarios que ha de redefinir su labor, haciendo esta oscile desde una práctica docente basada en la enseñanza a otra basada en el aprendizaje autónomo del alumno.

El profesor que asume este nuevo reto, renuncia al papel protagonista que ha tenido en la formación universitaria como experto en contenidos, para centrar sus esfuerzos en facilitar el logro de las competencias y estimular el aprendizaje autónomo del alumno. Su rol de acompañante, guía del aprendizaje, creador de espacios de aprendizaje, le permite potenciar el "aprender a aprender", la motivar y el apoyar a los estudiantes para que alcancen los objetivos y las competencias establecidas (tanto específicas como generales).

¿Qué tipo de profesor universitario es el que encajaría mejor en este modelo de tutoría?; pues un profesor reflexivo e innovador de su propia práctica (DEWEY, 1989: 25) "la enseñanza reflexiva es aquella en la que se lleva a cabo el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende". Para MARCELO (1992) algunas de las características que definen a un profesor flexible, abierto al cambio, capaz de analizar su enseñanza, crítico consigo mismo, con dominio de destrezas cognitivas y relacionales son las siguientes: se pregunta qué, por qué y cómo hacen las cosas; busca alternativas; busca el marco teórico que subyace a los, métodos, programas, etc.; analiza qué hace que funcionen las cosas y en qué contexto; evalúa qué ha funcionado, qué no ha funcionado y por qué.

El profesor universitario debe enfrentar la tarea de redefinir su labor docente debe poner en primer plano de su actuación la tutoría y atención más personalizada, la organización de materiales docentes, el seguimiento y la evaluación de las actividades no presenciales, la coordinación entre enseñanza presencial y no presencial. Y en este nuevo escenario, la tarea fundamental del profesor tutor será la de guiar, hacer un seguimiento y apoyar el proceso de aprendizaje académico para que el estudiante personalice el aprendizaje, incorpore a su funcionamiento cotidiano las habilidades y estrategias adquiridas aplicándolas a las distintas situaciones con eficacia, desarrolle habilidades para la obtención de información. Para estos fines no vale un modelo de enseñanza expositivo, sino un modelo basado en el aprendizaje y en el trabajo del alumnado, que habrá de activar capacidades como la observación, la indagación, el análisis, la deducción, el descubrimiento, la aplicación, la clasificación, la reflexión, etc. Desde esta perspectiva se puede emplear el espacio de la tutoría como un recurso para la mejora de la enseñanza (RODRÍGUEZ ESPINAR, 2004).

La tutoría, por tanto, es una estrategia pedagógica con la que se pretende apoyar y asesorar a los estudiantes en su proceso de integración, de desarrollo y de formación. Intenta potenciar las capacidades de cada alumno/a, ayudándoles a superar las dificultades que van apareciendo a lo largo del proceso educativo (LÓPEZ FRANCO Y OLIVEROS, 1999; ALMAJANO, 2002). Por ello, en tanto la tutoría se presenta como una actividad en íntima conexión con la enseñanza, no hay un espacio marcado y delimitado para su desarrollo (ÁLVAREZ, 1996).

Para cumplir con esta tarea no basta sólo la buena disposición, sino que el profesor tutor debe formarse, debe seleccionar los métodos más idóneos, las estrategias más apropiadas para desarrollar su función asesora de manera adecuada e integrada en la práctica educativa. Sólo así se logrará entender la tutoría como un espacio más para el aprendizaje del alumnado, con contenidos propios y con una planificación de actividades apropiadas para el desarrollo de las competencias requeridas.

Bibliografía utilizada

Álvarez, M. y Bizquerra. La diversidad en la práctica educativa: modelos de orientación y tutoría. Madrid: CCS. R. (1996).

DOUSDEBES, L. (2005)

HINOJO LUCERNA, .F (2005)

LÓPEZ FRANCO Y OLIVEROS, 1999; ALMAJANO, 2002).

(RODRÍGUEZ ESPINAR, 2004).

 

 

Autor:

Dra. María de Lourdes Dousdebés V.