- Una mejor educaciòn para una mejor sociedad
- No etiquetar
- La resiliencia como esperanza humana
- Cuál es el origen del concepto.
- Algunas características de la Resiliencia
Resi. ¿qué? Originalmente, el término resiliencia pertenecía sólo a la física, y expresaba la capacidad de algunos materiales para recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora. Desde hace unos años, sin embargo, este término fue adoptado por las ciencias sociales para referirse a la "capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformado positivamente por ellas". ¿Y cómo lo entiende específicamente la educación? ¿Qué importancia tiene este concepto en el aula?
El fenómeno de la resiliencia cobra importancia en el proceso educativo porque está demostrado que, después de la familia, la escuela es un ambiente clave, fundamental para que los niños adquirieran las competencias necesarias para salir adelante gracias su capacidad para sobreponerse a la adversidad.
¿Por qué es necesario potenciar y descubrir la resiliencia de los educandos en la escuela? La resiliencia es un concepto que puede resultar clave para que la educación cumpla sus objetivos fundamentales: formar personas libres y responsables. El fomento de la resiliencia en el ámbito escolar y comunitario es importante para establecer vínculos prosociales, actitudes y comportamientos positivos, reafirmar los valores y evitar el aislamiento social que conduce a otros problemas graves, como la violencia y la discriminación.
La prosocialidad es una actitud individual que se inserta en la búsqueda del bien común sobre el bien personal o de un grupo de la colectividad. Va más allá de lo que la regla o la norma marca como obligatorio, como cumplir con un horario de clases, de trabajo o con el contenido de una materia o asignatura, cuando el maestro se compromete con sus alumnos más allá de su mera labor docente. La prosocialidad es germen de la solidaridad y la correspondencia social.
Pongamos otros ejemplos: es prosocial el médico que no sólo cura al enfermo, sino que lo consuela; de la misma manera que lo es el docente que no sólo enseña lo que marca el plan o programa de estudios sino que se convierte en guía y asesor de una educación para la vida en los ámbitos de la cotidianidad; esto es que trasciende el aula y se inserta en el ámbito familiar o comunitario. La resiliencia en la escuela promueve la estimulación de conductas prosociales y cooperativas indispensables para el óptimo rendimiento de la comunidad, sobre la base de una educación para la vida.
Una mejor educaciòn para una mejor sociedad
Las escuelas como organizaciones y la educación en general son poderosas constructoras y fomentadoras de la resiliencia en los educandos. Dado que la institución escolar tiene la capacidad de construir y fomentar la resiliencia, hay muchas cosas que pueden ponerse en práctica con el fin de asegurar que ello ocurra para beneficio de los alumnos y también de la educación.
Las aulas no sólo son espacios del proceso de enseñanza–aprendizaje, sino constructores y facilitadores de resiliencia, pues las fortalezas de un alumno lo harán pasar de un estado de riesgo escolar, o incluso vital, a la superación de ese estado de riesgo y el ingreso en otro donde estará ileso y saldrá fortalecido. Las relaciones constructoras de resiliencia en la escuela se caracterizan por centrarse en los puntos fuertes de los alumnos. Los docentes que trabajan en las escuelas deben buscar las fortalezas de cada alumno con la misma minuciosidad que suelen emplear para detectar sus problemas, y hacérselas ver para hacer de éstas una herramienta de la enseñanza.
Pongamos un ejemplo de cómo fomentar la resiliencia desde la escuela: a Pedrito —que no ha comprendido el tema— no debemos obligarlo a que lo exponga, porque en realidad el único expuesto será él (no el tema). Lo mejor será hablar con él al final de la clase y explicarle que si no estudia y no se pone al corriente podrá reprobar, de manera que cuenta con el apoyo del maestro para ponerse al corriente.
No etiquetar
Etiquetar de flojo, fomentar algún estigma o hacer escarnio de los alumnos es un elemento inhibidor de la resiliencia. Para cambiar, las personas deben tener un sentido de su propia eficacia; para crecer necesitan creer en ellos mismos y confiar en alguien más y frecuentemente esa persona es usted: su profesor. Deben creer y confiar en que tienen la fortaleza y la capacidad de hacer cambios positivos. La actitud más antirresiliente, por decirlo de una manera forzada, sería decir: "este chico está condenado al fracaso". Evitemos esto a toda costa, y seamos positivos y propositivos.
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