Descargar

Los sueños: Productos automáticos de nuestra mente

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. La interpretación del simbolismo
    2. Un sueño típico: El sueño de Elvira
    3. En resumen

    Los sueños son productos espontáneos de la psique. Se nos presentan como un desconcertante conjunto de imágenes y sensaciones, que pueden sernos familiares o no, pero que siempre nos traen consigo una enseñanza. El poder de comunicación de los sueños es conocido desde hace milenios: los antiguos consideraban que tenían la facultad de predecir y de hacer profecías por medio de los mismos. En Egipto se creía que los dioses hablaban a los faraones a través de sus sueños. No obstante, la interpretación de los sueños ha sido siempre tomada con incertidumbre ya que los mensajes que acarrean suelen emerger de una forma simbólica bastante ambigua.

    La función de algunos sueños en el nivel no simbólico (nivel 1) puede ser tomada tal y como ha aparecido en el sueño, representando de una forma fácilmente identificable las experiencias o problemas del día o de los últimos días; este material proviene del preconsciente. Los sueños que operan en el nivel 2 son más profundos, utilizan símbolos para expresar material que en un principio estaba en el inconsciente. En este nivel, los sueños relatan las preocupaciones físicas básicas como la comida, el bienestar del cuerpo y la salud, las emociones y un primer nivel de autoestima (también llamado necesidad de supervivencia), como asimismo traducen las preocupaciones de índole sexual, como la sensualidad, el orgasmo y la dominación o sumisión — parte del llamado instinto de preservación de las especies.

    Todos estos temas pueden aparecer en los sueños y frecuentemente son muy excitantes o alarmantes, ya que se confrontan directamente en la mente, conduciendo en la mayoría de los casos a que el individuo se despierte.

    El material que se presenta es disfrazado como símbolos y metáforas, y puede ser, como lo llamó Freud, el "vigilante del dormir", posibilitándonos disfrutar de los beneficios físicos y psicológicos que el sueño nos brinda. Los sueños de este segundo nivel son normalmente confusos tanto en su contenido como en su presentación, reflejando la confusión que constituye nuestra vida psicológica más recóndita e inaccesible. Los sueños que operan en el nivel simbólico más alto (nivel 3) tematizan sobre nuestro deseo de encontrar un sentido a la vida más allá del nivel físico, emocional y sexual, y son, ante todo, consecuencia del inconsciente colectivo. Jung se refirió a ellos como "los grandes sueños", ya que traen consigo una poderosa carga emocional, normalmente inspiradora; y permanecen claros en la mente de la persona que los ha soñado durante algunos años. En la mayoría de los casos, estos sueños contienen imágenes arquetípicas, que son parte del lenguaje simbólico universal que los antropólogos y psicoanalistas han identificado en todas las culturas. (Aquí recomendamos: The Handbook of Jungian Psychology por R. Papadopoulos).

    Normalmente se presentan de una forma clara y como "dirigidos", como si un director hubiera decidido que el soñador debía dejar el teatro del sueño sin confusión en su mente. Se cree que los sueños del nivel 3 operan con símbolos ya que están asociados con partes del inconsciente cuyo origen es anterior a que el ser humano desarrollara el lenguaje y, por tanto, tiene un funcionamiento prelingüístico. El contendido psicológico de este material no puede expresarse en palabras; aunque las imágenes arquetípicas que contienen pueden hablar durante el sueño, sus palabras están más asociadas con aquellas áreas del ego que permanecen activas durante el sueño más que con los símbolos que expresan directamente. Es como si el sentido contenido en estos símbolos fuera reconocido y, en algún grado, traducido en palabras por la mente, incluso durante el acto de soñar.

    Los sueños tienen una peculiar e idiosincrásica forma de aportar su material. En los sueños los símbolos sufren a menudo imprevistas transformaciones misteriosas. Podemos saltar a la espalda de un caballo y al momento descubrir que se ha convertido en una hamaca bajo un árbol. Entramos en una caverna y al cabo de un momento nos encontramos dentro de la nave de una catedral. Abrimos un libro y se transforma en un tablero de ajedrez con todas las figuras puestas — y así muchas más. A pesar de que todas estas transformaciones, aparentemente extrañas, son aceptadas sin cuestionamiento por la mente que las está soñando; los sueños a veces nos confunden, porque cualquiera de nuestras facultades críticas son dejadas atrás cuando se traspasa la puerta del sueño, o quizás al mismo tiempo reconocemos que estas transformaciones tienen su propio sentido para sí mismas.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente