- Introducción
- Efectos y reacciones fisiológicas
- Clasificación general
- Bases generales de la técnica de aplicación
- Indicaciones y contraindicaciones
- Condiciones técnicas e higiénicas del masaje
- Análisis del comportamiento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial por cada uno de los atletas
- Conclusiones
- Bibliografía
El masaje puede definirse como el método terapéutico manual o instrumental que, mediante mecanismos directos o reflejos, modifica el estado de los tejidos subyacentes al área orgánica tratada, además de producir una beneficiosa repercusión sobre el estado general del paciente.
La masoterapia, o terapéutica mediante el masaje, comprende un conjunto de maniobras que se ejecutan de forma metódica sobre una zona del organismo, realizando estiramientos y compresiones rítmicas de los tejidos, con el fin de producir en ellos los estímulos mecánicos necesarios para conseguir modificarlos de la forma adecuada en cada caso. Es una terapéutica pasiva, en la que el enfermo se deja manipular mientras permanece en relajación. Sus fines serán fundamentalmente terapéuticos o preventivos, aunque no podemos olvidar los deportivos y los que preparan para el esfuerzo, así como los que tienen un objetivo puramente estético.
Actualmente el masaje ha alcanzado una posición privilegiada en la medicina preventiva y en la rehabilitación, por lo que nos referimos principalmente a estas áreas.
El masaje puede considerarse como uno de los medios terapéuticos más antiguos utilizados por el hombre; frotarse con la mano la zona del cuerpo en la que se ha producido dolor es una reacción natural e instintiva, así como realizar fricciones repetidas en la zona orgánica en la que se siente frío o intentar -mediante fricciones- recuperarla función de algún miembro momentáneamente adormecido.
Aunque no hay bases suficientes para identificar claramente lo que hoy podemos entender por masaje con las técnicas descritas de forma confusa en la literatura china del año 2700 a.C., y en la hindú 2000 años antes de nuestra era, para diferentes autores son éstos los primeros datos de que se dispone relacionados con este método terapéutico.
Etimológicamente, la palabra masaje se ha considerado procedente de la palabra griega massein (amasar), de la árabe mas (tocar, palpar) y de la hebrea achech (tantear), pero el arte de su utilización no era exclusivo de árabes, griegos y hebreos: la historia demuestra que también fue utilizado por romanos, japoneses, persas y chinos.
Entre los griegos adquirió un auge especial; destaca Hipócrates, que demostró conocer sus efectos y contraindicaciones, y posteriormente Asclepíades. Ya en nuestra era, Galeno (129-199 d. C) escribió varios tratados sobre gimnasia y masaje, de los que desgraciadamente se conservan escasos fragmentos.
El culto al cuerpo, tan arraigado entre griegos y romanos, fue desapareciendo posteriormente. En Europa, durante la Edad Media, la extraordinaria influencia de las enseñanzas religiosas de la Iglesia romana hizo abandonar las técnicas del masaje; ello originó una gran parada de siglos de duración en su evolución.
El gran progreso de la medicina que tuvo lugar durante el siglo XIX se hizo patente, asimismo, en la masoterapia. Destacan el sueco H. Ling (1776-1839), profesor de educación física, a quien podemos considerar el fundador de las bases técnicas del masaje actual, y el holandés Meztger (1839-1909), que las perfeccionó y les dio fundamento científico.
Ya en el siglo XX aparecieron nuevas técnicas y sistemas basados en fundamentos científicos cada vez mejor conocidos. Destacan por sus aportaciones A. Hoffa (1859-1907), B. Mennel (1880-1957), Terrier -que en 1957 publicó un sistema en el que se combinan manipulaciones y masaje- y G. Beard (1887-1971), entre otros.
Actualmente el masaje ha adquirido una notable importancia en el deporte, en la medicina preventiva y en la rehabilitación. Aunque para algunos su desarrollo no haya ido paralelo a sus aplicaciones, es un recurso terapéutico con efectos beneficiosos científicamente reconocidos y de demostrado valor en multitud de situaciones.
El masaje, según la técnica que se emplee y su modo de aplicación, produce sobre el organismo una serie de efectos fisiológicos, que obedecen a mecanismos de naturaleza refleja, resultado de estímulos cutáneos que se originan por medio del sistema nervioso autónomo, o de índole mecánica, cuando el efecto se debe directamente a la presión producida por el masaje realizado.
La acción refleja se produce cuando el masaje ejercido sobre la piel es suave y deslizante – prácticamente no va acompañado de presión alguna – por lo que no va unida a efecto mecánico. Esta acción refleja se considera como un fenómeno del sistema nervioso autónomo; da lugar a una dilatación de los pequeños vasos y a un aumento de la permeabilidad capilar, lo que conduce a un incremento del flujo sanguíneo de la zona, con enrojecimiento y aumento de la temperatura transcurridos unos minutos. Produce, asimismo, una acción sedante y un efecto relajante general.
La acción mecánica se produce como consecuencia de las presiones ejercidas sobre los tejidos. Estas presiones producen desplazamientos, tanto de la sangre y la linfa hacia las zonas no comprimidas -lo que ayuda mecánicamente a la circulación-, como de los exudados y edemas, que, conducidos a zonas sanas, proporcionan una mayor superficie de contacto con éstas y favorecen su reabsorción.
Así como el efecto reflejo producido por el masaje realizado suavemente sobre la piel puede darse aisladamente, el efecto mecánico se acompaña siempre del efecto reflejo. Además, cuanto más eficaz va siendo el efecto mecánico, menor se va haciendo el reflejo.
A) Acción sobre la circulación sanguínea y linfática
Se produce tanto por el mecanismo reflejo como por el mecánico.
Un estímulo suave producirá una dilatación transitoria de los vasos linfáticos y de los pequeños capilares superficiales, lo que provocará un enrojecimiento de los tegumentos. Si el estímulo es más intenso, aparecerá isquemia, formación de ronchas y dilatación capilar más duradera (reacción de Lewis).
Mecánicamente, el masaje constituye una ayuda para la circulación, ya que favorece el retorno venoso y linfático, y previene el éxtasis vascular. Mediante la presión, los sistemas venoso y linfático se vacían fácilmente, se colapsan, el líquido se desplaza de la zona comprimida y los productos de desasimilación son conducidos a otras vías naturales de eliminación; de este modo aumenta la velocidad circulatoria y el intercambio metabólico. En definitiva, un masaje bien aplicado favorece tanto la circulación sanguínea como la linfática.
B) Acción sobre la piel
Nos hemos referido al aumento de la temperatura cutánea producido por el masaje, consecuencia del incremento del flujo sanguíneo por la vaso dilatación capilar producida por éste, así como de la activación que produce la circulación sanguínea y linfática.
El masaje, en sus primeras sesiones, suaviza la piel, la vuelve más fina, pero posteriormente, aún continuando suave, ésta aparece más dura al tacto.
El masaje actúa sobre la superficie de la piel limpiándola de detritus celulares y grasa; de la misma forma, elimina las células muertas que en ella se acumulan, como consecuencia de ciertas terapéuticas que conllevan inmovilización y oclusión de zonas más o menos extensas de piel, como es el caso del escayolado en las fracturas. Favorece la transpiración y la secreción grasa, ya que despeja los conductos secretores de las glándulas sudoríparas y sebáceas, lo que facilita la absorción cutánea.
La acción sobre las terminaciones nerviosas cutáneas sensitivas de las fibras nerviosas sensibles es anestésica, ya que aumenta el umbral de la sensibilidad dolorosa. Sin embargo, sobre las terminaciones nerviosas motoras, el masaje produce una acción excitante, a la vez que aumenta su facilidad de conducción.
El masaje de fricción es útil en los casos en que existan cicatrices, ya que produce distensión y reblandecimiento del tejido fibroso, y llega a eliminar las adherencias que se encuentran entre la piel y el tejido subyacente.
C) Acción sobre el sistema neuromuscular
Un masaje suave y superficial, por mecanismo reflejo, produce dilatación capilar y relajación muscular, lo que da lugar a sedación. Un masaje más rápido y profundo, por su acción mecánica, produce estimulación, mejora la excitabilidad muscular y produce deseo de actividad.
El masaje, al producir un aumento de la circulación, da lugar a un mejor aclaramiento de los productos de desecho y proporciona mayor cantidad de sangre fresca y oxigenada; de este modo mejora la nutrición muscular, su flexibilidad y -en definitiva— su vitalidad.
Otra acción de las manipulaciones masoterápicas que hay que tener en cuenta es el hecho de que no alteran el equilibrio ácido-básico, como sucede con el ejercicio, que da lugar a acidosis. Además, impide la concentración de ácido láctico y de otros metabolitos.
A pesar de estas acciones beneficiosas sobre los músculos, es necesario hacer constar que el masaje no aumenta la fuerza ni la masa muscular, ni impide por sí solo la atrofia muscular.
El incremento del flujo sanguíneo que origina el masaje produce también una mejoría en la nutrición de los nervios periféricos; éstos, según sean sensitivos, motores o secretores, responderán de forma diferente. Así, sobre los nervios sensitivos, el masaje produce una disminución de su sensibilidad, disminuyendo la percepción del dolor por lo que su acción es anestésica; sobre los motores, aumenta su excitabilidad, la contracción muscular y los deseos de actividad, y sobre los nervios secretores, da lugar a un aumento de la actividad secretora de las vísceras por ellos inervadas.
Finalmente, la acción del masaje sobre una extensa superficie corporal produce una sensación de bienestar consecuente a sus efectos tónicos y sedantes.
D) Otros efectos
La atención individualizada y continua en el enfermo que exige el masaje hace que sus efectos psicológicos sean, en muchos casos, tan beneficiosos como los efectos fisiológicos.
El masaje, tanto por el mecanismo reflejo como por el directo, influye beneficiosamente sobre la circulación (como ya se ha indicado), sobre la respiración, sobre la digestión y sobre otras funciones vitales.
Cabe señalar, por último, que las alteraciones articulares se ven también favorecidas por la acción mecánica del masaje. Éste genera una mayor elasticidad de sus componentes retraídos, facilita la absorción de los exudados articulares y contribuye a la resolución de adherencias peri y endoarticulares.
Masaje Manual
Es el que realiza el masajista con sus propias manos.
1) Masaje Higiénico.
2) Masaje Estético
3) Masaje Acupuntura.
4) Masaje Terapéutico.
5) Masaje Deportivo.
Este tipo de masaje tiene como objetivo ayudar a la preparación del deportista, recuperarlo rápidamente después del entrenamiento o competencia y también ayuda a lograr la forma deportiva como un elemento más en su proceso de preparación
Entre los masajes que se utilizan encontramos:
Masaje vibratorio,Neumomasaje, Masaje Ultrasonoro,Hidromasaje, Masaje Sincardial. Masaje con aparatos.
Las tentativas del hombre por perfeccionar y hacer más eficaz la acción del masaje se realizan desde hace mucho tiempo. Se ha tratado de sustituir las manos del masajista por diferentes aparatos los cuales, además de facilitar su labor permitirían la atención de un mayor número de pacientes, sin embargo, hay que tener en cuenta que los aparatos no puedan sustituir completamente las manos dirigidas conscientemente y además, que éstos son capaces de sentir el estado de la piel y los músculos y percibir sus más mínimas reacciones.
La importancia del masaje en el deporte es grande, pues gracias a él, la capacidad de trabajo se restablece mas pronto, el cansancio desaparece, el deportista se mantiene en buen estado. Por eso se debe aplicar en todos los casos cuando el deportista realiza un trabajo intenso.
Favorecer el logro rápido de la forma deportiva.
Conservar la forma deportiva por tiempo prolongado.
Preparar al deportista de manera afectiva con vistas a la competencia.
Eliminar la fatiga
Eliminar la acidosis muscular.-.
Activar al máximo las funciones del organismo.
Acondicionamiento de los músculos y articulaciones.
El masaje de entrenamiento ayuda a corregir esos fenómenos manteniéndose así un alto nivel de entrenamiento. Por eso este tipo de masajes forma parte de los medios de entrenamiento deportivo.
MANIOBRAS FUNDAMENTALES DE MASAJE
En la actualidad, existe bastante uniformidad en la denominación de las distintas maniobras utilizadas en masoterapia, maniobras que difieren según la parte de la mano con la que se realizan, la presión ejercida, la dirección de la maniobra, su ritmo y velocidad, y los efectos esperados.
1. Frotación
Es un masaje superficial que se realiza con gran suavidad, deslizando la palma de la mano o el pulpejo de los dedos sobre la superficie cutánea. La mano, a ritmo lento, recorre varias veces la zona y el masajista la levanta cuando llega al extremo del recorrido. La dirección del masaje es, generalmente, centrípeta, si bien cuando se actúa sobre un músculo se sigue el sentido de sus fibras. La presión ejercida debe ser gradual, suave y uniforme.
Esta técnica favorece los flujos de retomo venoso y linfático, y produce un aumento de la circulación de la superficie de la piel. Su principal efecto es analgésico, ya que insensibiliza poco a poco la superficie de la piel y prepara al paciente para poder ser sometido a otros tipos de masaje que utilizan presiones más enérgicas. Otro efecto que hay que tener en cuenta es la relajación muscular y psíquica que produce, la cual, junto con las otras acciones, hace que sea ésta la maniobra con la que comienza y termina cualquier programa terapéutico de masoterapia.
Si la frotación o deslizamiento de la mano sobre la superficie cutánea se realiza de forma más enérgica, nos encontramos ya, no ante la frotación superficial a la que principalmente nos hemos referido, sino ante la frotación profunda cuya finalidad terapéutica es el efecto de depleción de venas y linfáticos, por lo que es de gran utilidad en el edema.
La frotación superficial, sin embargo, tiene su máxima utilidad como analgésica o calmante y como relajante muscular y psíquica.
2. Fricción
En estas maniobras no existe deslizamiento de la mano sobre la piel del paciente. La mano se adhiere firmemente a la piel y la moviliza sobre los planos subyacentes: es el plano superficial el que se moviliza sobre los planos profundos tanto como lo permite su elasticidad.
En esta técnica se aplica una cierta presión y el sentido de la maniobra depende de la zona que hay que tratar: es circular cuando se actúa sobre una región aplanada; longitudinal, si se hace sobre las extremidades, o en estrella, en el caso del masaje del periostio de Vogler. Se realiza, según la zona que hay que tratar, fundamentalmente con las puntas de los dedos, la yema del pulgar o el talón de la mano.
Sus objetivos terapéuticos son: actuar sobre las cicatrices liberando los tejidos fibróticos adheridos, favorecer la evacuación de edemas y hemorragias, favorecer la absorción de exudado, reducir el espasmo muscular, actuar sobre los procesos inflamatorios peri articulares, atenuándolos y contribuyendo así a su más rápida resolución, y por último provocar efectos reflejos sobre los puntos gatillo al presionar sobre ellos.
3. Amasamiento
Consiste en maniobras que comprimen y movilizan los músculos y los tendones bajo los dedos de la mano. Se utilizan una o las dos manos para abarcar el grupo muscular entre el pulgar y los cuatro dedos restantes: se presiona y posteriormente se suelta, con un movimiento de estiramiento o circular al terminar la manipulación.
La presión ejercida es poco intensa e intermitente, no existe deslizamiento de la piel y las manos pueden no variar de posición durante el tiempo que dure el masaje, o pueden ir desplazándose a lo largo del músculo o de la extremidad.
Las manos se mueven desde la inserción distal del músculo hasta la proximal, con maniobras perpendiculares o paralelas a la dirección de las fibras musculares, que poco a poco irán distendiéndose y relajándose.
El objetivo terapéutico de estas maniobras es favorecer la circulación, al mejorar el retorno venoso y el drenaje linfático, así como provocar la eliminación de los productos de desecho. Mediante maniobras de atrapamiento repetidas, ejerciendo presión y soltando con un movimiento de estiramiento, se consigue movilizar la zona adyacente (fig. 5.6). Puede esperarse, asimismo, el reblandecimiento de las adherencias y tejidos fibróticos que se encuentran entre la piel y los tejidos subcutáneos de las zonas tratadas.
4. Percusión
Consiste en un golpeteo enérgico de los tejidos con las manos relajadas y en movimientos rápidos alternantes. La mano, para la realización de este movimiento de martilleo, puede disponerse de diferentes formas, según cada caso. Así, la percusión puede realizarse con la palma de la mano, con su borde cubital con la eminencia hipotenar, con la yema de los dedos, etc.
Por lo general, las percusiones son, en un principio, débiles; posteriormente se aumenta su intensidad de forma gradual. Las manos actúan alternativamente: una permanece en reposo mientras la otra trabaja.
En el caso de tratamientos de regiones particularmente sensibles y ricamente inervadas, algunos autores aconsejan una percusión suave con el borde cubital de los cuatro últimos dedos de la mano movilizando la muñeca, que deberá estar relajada.
Cuando la percusión se realiza con la yema de los dedos, manipulación para algunos excepcionales, deberá ser perpendicular a la superficie tratada y se deberá tener especial cuidado con la presión ejercida sobre los tegumentos, ya que en caso contrario será desagradable para el paciente y podrá dar lugar a contracturas musculares más o menos permanentes.
Fisiológicamente producirá una estimulación de las estructuras subcutáneas, tanto de las terminaciones nerviosas periféricas, que transmiten los impulsos con mayor intensidad, como de los vasos, lo que dará lugar a un flujo sanguíneo más activo y a una mayor irrigación muscular.
5. Sacudimiento
La mano, en firme contacto con la piel, transmite a los tegumentos una especie de temblor rítmico, una serie de oscilaciones producidas por contracciones y relajaciones rápidas de los músculos del antebrazo. Son los dedos de la mano los que, firmemente apoyados sobre la zona que hay que tratar, la hacen vibrar por el movimiento que a ellos se ha transmitido desde el codo, por medio del antebrazo..
Produce relajación. Su principal efecto es sedante, ya que actúa sobre la hiperexcitabilidad, tanto de los nervios motores como de los sensitivos.
Son maniobras que entrañan dificultad para el masajista, el cual, en ocasiones termina contracturado; por este motivo se han fabricado aparatos que producen este efecto (vibradores) por acción mecánica o eléctrica. Pero, como hemos indicado anteriormente, en masoterapia nada puede mejorar la flexibilidad y la adaptabilidad de la propia mano, así como ningún aparato poseerá el sentido del tacto que de tan gran utilidad es en estas manipulaciones. Sin embargo, pueden utilizarse vibradores en afecciones dolorosas de los miembros y, sobre todo, en lesiones locales y bien delimitadas, aun con resultados inferiores a los de las manipulaciones.
Entre los vibradores, los de elección son los accionados por electricidad, en los que el movimiento se transmite por un árbol flexible a una pieza terminal de formas varias, que se adaptan a las más diversas regiones.
6. Movimientos Pasivos (movilizaciones).
En caso de necesidad de prevenir inactividad de las articulaciones y eliminar las contracturas en la sesión de masaje, se introducen los movimientos pasivos; pero generalmente es considerado necesaria su introducción e incluso muchos masajistas consideran que resulta inconclusa la sesión de masaje sin la utilización de esta manipulación.
Son los movimientos normales y fisiológicos característicos de cada articulación, sin la participación activa del sujeto masajeado. Generalmente se realizan a tempo lento.
La dirección y la amplitud de estos deben estar en estricta correspondencia con la forma de la articulación. Bajo la acción de los movimientos pasivos, mejora la nutrición de los tejidos blandos que rodean la articulación, se activa la reabsorción de exudados y hemorragias, además, se recuperan las funciones de las articulaciones y de los ligamentos acortados. El continuo estado de inmovilidad de la articulación conduce primeramente a la contractura (falta de movimiento), más adelante, si no se realizan movimientos activos o pasivos, al anquilosamiento; es decir, a la completa inmovilidad de la articulación. Los movimientos pasivos tienen amplia aplicación en el masaje terapéutico. En el masaje deportivo, estos se utilizan para mantener la movilidad completa de las articulaciones, mejorar la reabsorción en la región de las articulaciones después de sesiones fatigosas de ejercicios físicos, así como para eliminar las secuelas de los traumas deportivos.
6. Otras
Algunos autores incluyen entre las maniobras fundamentales: la trepidación, la gelotripsia y el pellizcamiento.
La trepidación es la aplicación de oscilaciones con una frecuencia de entre 4 y 8 por minuto; sus objetivos son los mismos que los de la vibración, antes expuestos.
La gelotripsia persigue la liberación de cicatrices y adherencias, y se realiza aplicando el nudillo de los dedos con escaso deslizamiento, tras frotación o fricción.
El pellizcamiento consiste en asir entre el pulgar y el índice un repliegue cutáneo; esta técnica se utiliza en algunas afecciones, como la celulitis.
Indicaciones
De las reacciones fisiológicas que produce el masaje derivan sus indicaciones terapéuticas, de tal forma que este tratamiento podrá ser de gran utilidad en las afecciones en las que el objetivo sea:
Un efecto analgésico.
Una acción tónica y sedante.
Favorecer la circulación sanguínea o linfática.
Facilitar la absorción de exudados y eliminar el detritus y células muertas.
Distender y reblandecer los tejidos fibrosos.
Disminuir la tensión de los músculos, conseguir su relajación y mejorar su contractilidad.
Resumimos, seguidamente, las indicaciones del masaje sin especificar todos y cada uno de los procesos en que podría prescribirse:
Dolores musculares, tendinosas y periarticulares.
Neuralgias diversas.
Parálisis y contracturas
Hemiplejia en fase espástica.
Insomnio, por su efecto sedante.
Edemas, ya que facilita el vaciamiento de los linfáticos afectados.
Varices, ya que estimula la circulación colateral y alivia la congestión.
Trastornos tróficos y hemodinámicas arteriales, como en el caso de la tromboangitis obliterante, ya que alivia el espasmo y elimina los productos de desecho.
Hematomas de pequeño volumen, para ayudar a su reabsorción.
Celulitis, afección en la que se añadirá siempre el ejercicio.
Cicatrices y adherencias.
Problemas musculares, tendinosos o articulares, como contracturas musculares, miositis, bursitis, tendinitis o tenosinovitis, fracturas en fases tardías, esguinces, luxaciones, artrosis, etc.
Indicamos, por último, su utilidad como tratamiento adyuvante en procesos muy diversos: cardíacos, como en las valvulopatías; respiratorios, como en el asma, el enfisema y tras cirugía torácica; abdominales, como en la atonía gástrica e intestinal, y ginecológicos, como en el caso de las dismenorreas, ptosis uterina, secuelas de intervenciones quirúrgicas, parto, etc.
Contraindicaciones
En líneas generales podemos afirmar que el masaje está contraindicado en todos aquellos procesos en los que la sensibilidad tisular esté aumentada y que, por tanto, por su fragilidad, estén expuestos a que el efecto mecánico de las manipulaciones pueda dar lugar a alteraciones o accidentes graves.
Resaltamos:
Procesos inflamatorios e infecciosos agudos de piel, tejidos blandos o articulaciones, por el riesgo de diseminación.
Flebitis aguda, por el peligro de formación de coágulos, trombosis —ya que puede producir el desprendimiento del coágulo—, embolismo, várices venosas severas y linfangitis.
Tumores malignos, a fin de evitar su pasible diseminación.
Fracturas y otros traumatismos recientes.
Procesos reumáticos en fase evolutiva.
Procesos litiásicos de cualquier localización.
Embarazos.
Afecciones localizadas en zonas de encrucijada vascular o nerviosa, como son el hueco poplíteo, el triángulo de Scarpa, las axilas, la región anterior del codo y la zona anterior del cuello.
Características del local
El local de masajes debe estar bien ventilado y si es necesario utilizar aparatos de extracción de aire, aire acondicionado, grandes ventiladores o grandes ventanales, pero que no sea muy frío, debe existir una temperatura adecuada, alrededor de los 22 0 centígrados
Debe ser un local seco, donde la humedad relativa no debe sobrepasar el 60 %.
Con una iluminación adecuada.
Con duchas para garantizar el baño del deportista antes de la sesión de masaje.
Mobiliario adecuado
Mesa para la aplicación del masaje con las siguientes dimensiones, aproximadamente:
175-190 cm de largo
55 cm de ancho
70 cm de alto
Rodillos o cabeceras ajustables a las mesas.
Presentar archivo para documentos, sábanas, toallas, jabón y talco, aceites o linimentos.
Escalera-banco de dos peldaños para el masajista.
Características del masajista
La persona que va a llevar a efecto el masaje debe tener conocimientos de anatomía y fisiología y dominar a la perfección las técnicas del masaje, manos limpias y uñas cortas.
No debe portar prendas que puedan dañar al deportista o paciente.
Debe llevar un vestuario adecuado para la actividad, preferentemente mangas cortas.
Economizar la energía, debido a que la actividad requiere de mucho esfuerzo y debe mantener su capacidad de trabajo en toda la jornada.
Debe planificar su trabajo para realizar las sesiones más largas y difíciles al principio de la jornada, alternándolas con las sesiones más fáciles.
Se recomienda hacer 2 ó 3 descansos de entre 5 y 10 minutos.
Debe tener amplios conocimientos de las características específicas del deportista o sujeto a masajear, es decir, su estado funcional, la hora del día que sea más efectiva para el tratamiento, etc.
Debe conocer las particularidades de cada deporte y determinar en que grado trabajan los grupos musculares durante el entrenamiento o competencia. Esto se logra mediante un trabajo coordinado con el entrenador y el médico.
Características del paciente
No debe recibir las aplicaciones del masaje con la piel sucia.
Para garantizar la efectividad del masaje es de vital importancia no presentar contraindicaciones del médico o entrenador.
El vestuario debe ser lo más ligero posible, en el caso de los hombres, trusa y las mujeres, blusa abierta atrás y sin mangas.
DESARROLLO
En el caso específico de nuestra investigación haremos referencia a una lumbalgia provocada por una contractura muscular
Se le aplica masaje ya que con el estamos buscando disminuir la tensión de los músculos, conseguir su relajación y mejorar su contractilidad.las sesiones deben ser cortas, las manipulaciones no pueden ser muy intensas hasta que, paulatinamente, se vaya adaptando el organismo a su efecto.
Análisis del comportamiento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial por cada uno de los atletas
VALORACION DE LA INFLUENCIA DEL MASAJE EN 5 SUJETOS.
NOMBRE | EDAD | SEXO | CATEGORIA | |
Mirian Sanchez | 14años | F | Juvenil | |
Keila Sanchez | 14años | F | Juvenil | |
Ormairi Duran | 15años | F | Juvenil | |
Yinet Burgos | 14 años | F | Juvenil | |
Maryori Moreno | 14años | F | Juvenil |
DESCRIPCION DE LA CARGA APLICADA.
La carga estuvo centrada en realizar tramos de natación durante 7 minutos a 5 atletas practicantes de nado sincronizado, de la categoría juvenil del municipio Yaracuy. Las cuales tienen una edad promedio de 14.2 años, con más de 4 años de experiencia deportiva. Las manipulaciones aplicadas con posterioridad a la carga fue: fricción, frotación, amasamiento, percusión y sacudimiento.
TABLA No 1
REPOSO | DESPUES DE LA CARGA | |||
NOMBRES | FREC. CARD | T.ARTERIAL | FREC.CARD | T.ARTERIAL |
Mirian Sanchez | 60 | 120-80 | 180 | 160-90 |
Keila Sanchez | 64 | 120-80 | 170 | 150-80 |
Ormairi Duran | 72 | 110-70 | 160 | 160-90 |
Yinet Burgos | 68 | 110-80 | 170 | 140-90 |
Maryori Moreno | 64 | 120-80 | 170 | 150-90 |
TABLA No 2
VALORES DE LA TENSIÓN ARTERIAL
No | TA1 | TA2 | TA3 | TA4 | TA5 | TA6 | TA7 | ||||||
1 | 140 | 130 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | ||||||
90 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | |||||||
2 | 130 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | ||||||
90 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | |||||||
3 | 140 | 120 | 110 | 110 | 110 | 110 | 110 | ||||||
85 | 80 | 70 | 70 | 70 | 70 | 70 | |||||||
4 | 130 | 130 | 120 | 110 | 110 | 110 | 110 | ||||||
90 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | |||||||
5 | 130 | 130 | 120 | 120 | 120 | 120 | 120 | ||||||
90 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 | 80 |
TABLA No 3
VALORES DE LA FRECUENCIA CARDÍACA
No | FC1 | FC2 | FC3 | FC4 | FC5 | FC6 | FC7 | |||||||
1 | 100 | 72 | 60 | 60 | 60 | 60 | 60 | |||||||
2 | 136 | 96 | 60 | 60 | 60 | 60 | 60 | |||||||
3 | 104 | 80 | 72 | 72 | 72 | 72 | 72 | |||||||
4 | 112 | 88 | 68 | 68 | 68 | 68 | 68 | |||||||
5 | 132 | 96 | 64 | 64 | 64 | 64 | 64 |
Simbología
TA: Tensión Arterial
FC: Frecuencia Cardíaca
Valoración del comportamiento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial
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