Todo comenzó con una carta que el jefe de la policía de Manhattan Beach escribiera, a los padres de los niños de ese plantel, buscando confirmación a una acusación de que un empleado en la escuela, Ray Buckley, había abusado algunos de los párvulos.
La carta se hizo pública, antes de que la investigación se condujera, y, de inmediato, resultaría en que cientos de niños fueron interrogados por el Instituto Internacional de Niños. Una institución de investigación especializada en el abuso infantil. Como resultado de esta investigación, en el 1984 se concluyó que unos 360 niños habían sido víctimas de rituales satánicos y del abuso sexual.
El reporte se fundó en el ascendiente provisto por un artículo publicado en 1978 por el Dr. Roland Summit quien creyó haber demostrado que los reportes provenientes de niños, de abuso sexual, son siempre veraces — incluyendo los rituales satánicos, el sacrificio de animales y el beber de la sangre y excrementos de los mismos como parte de la ceremonia.
El juicio de los McMartin duró seis años. El caso se desmanteló cuando los videos de los niños siendo interrogados por los "expertos" produjeron evidencia de que los investigadores "plantaban" las historias en mentes susceptibles.
Los niños describieron redes de túneles subterráneos bajo la escuela que fueran inexistentes, visitas con seres provenientes de otros planetas, y muchas otras situaciones que desacreditaron a los trabajadores sociales y a los representantes de la ley.
Pero, no fue todo
En los años 1990s comenzaron a aparecer publicaciones que concluyeron que todas estas fabricaciones pertenecían a una entidad llamada el Síndrome de la Falsa Memoria. Síndrome, éste, que de manera sorprendente DSM-IV ha fallado en incluir en sus páginas eruditas.
Pero, no hay razón para que hagamos pausa
Asimismo, en el 1992, una serie de agencias gubernamentales en los estados Unidos e Inglaterra llegarían a la conclusión de que la base para todos los reportajes de estos dramas satánicos sería que muchos de los proponentes de la idea estaban afiliados con iglesias cristianas conservativas, del tipo que promueven los Bush y los Clinton en sus desvaríos políticos y chauvinistas.
Pero, a pesar de todo yo te quiero… dice el romancero…
En el caso de la Masacre de Texas a que nos referimos en esta ponencia, nadie ha tomado en cuenta el trauma que causará a los niños envueltos el hecho de haberlos secuestrado de la estabilidad de sus hogares para ponerlos bajo custodia de "padres subrogados", potencialmente malignos y esencialmente extraños para ellos.
Cuando hemos hablado de la estructura de la familia hemos repetido que ésta es única en sus caracteres sociales y religiosos, lo que la distingue en culturas y micro-culturas dentro de la orientación social predominante. No existe una familia, existen estilos de ser familia.
Hemos asimismo, en nuestros afanes, dado cupo al entendimiento de culturas que proponen y que admiten la poliandria y la poliginia en todas sus permutaciones distintas — incluyendo las que priman en los países del golfo persa. Los mismos países que nos ahogan con la presión económica del petróleo y los mismos jeques polígamos a quienes los políticos meretrices mundiales rinden pleitesía reverente a pesar de vivir en relaciones poliginias.
Pero lo que sucede en Texas puede sucedernos a nosotros.
Nunca podremos olvidar a Paul Schäfer y su histórica Villa Baviera en Chile
Pero, existen razones clínicas mayores para no subestimar el daño posible a otras víctimas del desastre texano más reciente, que casualmente sucede en el mismo estado donde se originan los Bush que, desafortunadamente, han ocupado la Casa Blanca.
Hablemos en breve de una condición ya clasificada por DSM
El trastorno reactivo de la vinculación de la infancia
En otras ponencias hemos reflexionado acerca del impacto enorme en el ser humano del apego infantil a sus figuras de nutrición y soporte, y al de la materna en especial.
Como de costumbre, DSM-ETC ha hecho una categoría diagnóstica de esta situación normativa como entidad clínica la que designa de la siguiente manera:
Trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez (313.89), y cuyos criterios diagnósticos omitiremos para que quienes estén interesados en encontrarlos los busquen en esa la Biblia norteamericana del árbol nosológico psiquiátrico — DSM-IV-R.
Para una explicación detallada de este asunto, léanse mis varias ponencias al respecto, especialmente: Lo que los padres, de niños, nos decían, en un trabajo de monografías.com.
Lo importante para nosotros como profesionales y como seres humanos es entender lo inescapable. Que somos miembros de una especie que depende del desarrollo harmonioso del entrelace y el apego que debe existir entre el bebé y su madre para alcanzar el logro, a menudo elusivo, de un desarrollo psicosexual balanceado.
Desarrollo que, de ser desestabilizado, produce consecuencias permanentes de índole serias a los niños que la sostienen.
Sin alejarnos mucho de este tema, ya sabemos, por el estudio de otras contribuciones propias y ajenas, que los simios cuando se privan del afecto y cuidado materno crecen como individuos extraños, incapaces de relaciones emocionales y alienados socialmente.
Harry Harlow
Causas y consecuencias
Aunque no se ha establecido con certeza la nosología de la mayoría de los trastornos psiquiátricos. Recientemente, y debido a la caída de muchos regímenes totalitarios como fuera el de Romania, hemos podido apreciar el impacto deletéreo que sigue como resultado de la extirpación de la presencia de sus padres en casi todos los niños estudiados.
A pesar de que actualmente un número creciente de trastornos emocionales se explican por medio de la genética, el problema de los trastornos de la vinculación es, por definición, solamente atribuible a problemas y conflictos en la historia del cuidado del niño y de la calidad y naturaleza de sus relaciones interpersonales.
No existe una sola causa o un solo factor que explique las complicaciones posibles para el niño traumatizado, pero sí reconocemos que las susceptibilidades individuales juegan un factor muy importante en los efectos finales para ciertos niños.
Al final, parece ser que, por la neurobiología conocida, que aunque ésta permanece imprecisa, aun nos señala la vía del entendimiento del niño privado de su madre, en la capacidad del cerebro en desarrollo de auto-regularse, algo, que quienes estudian el estrés consideran como factor de impacto negativo en el desarrollo individual.
Esa interacción saludable de índole emocional que las trabajadoras sociales de Texas, negarán a los niños que pretenden proteger puede que nunca tenga lugar y que, como consecuencia los niños por ellas "rescatados" crecerán como seres dañados y mal ajustados.
El caso de Alex nos ayudará a entenderlo mejor
Alex fue removido forzosamente de la custodia de su madre por la manipulación y el poder de su padre Dino.
Hombre narcisista y celoso, con problemas serios de desarrollo moral. Dino logró que Corina, su abogada, comprara los "testigos" necesarios para declarar a su ex esposa como adicta a las drogas y como persona infiel.
Para lograr sus objetivos, Dino no escatimó recursos monetarios haciendo depósitos en cuentas bancarias de un número significativo de fiscales y jueces.
Un juez, de interés particular, de nombre Perita, miembro activo del Opus Dei, no disfrazó su entusiasmo, cuando las contribuciones pérfidas de Dino le permitieron hacer su primer viaje al extranjero.
Así se vendió…
Alex se mudó a vivir con una madrastra quien no pudiendo tolerar su hiperactividad y carencia de desarrollo social muy pronto abandonaría el marido, mudándose muy lejos en compañía de sus propios hijos.
¡Adiós pampa mía!
Alex nunca pudo ajustarse a las demandas sociales y psicológicas del colegio inadecuado donde fuera enrolado por razones de la mezquindad paterna.
Evaluado más adelante se le diagnosticó el síndrome de Asperger cuando sería muy tarde para lograr muchos cambios.
Mientras tanto, Corina, la abogada quien fuera responsable de interceder por el niño, graduada de una escuela marginal de derecho se enorgullecía por haber logrado tanto con sus mentiras.
Nunca había, esta leguleya improvisada, leído los trabajos de Joseph Goldstein, Anna Freud y sus asociados acerca de este tema de importancia mayor.
Así luce Corina
En resumen
¿Quién tiene el derecho de juzgar a los demás?
Esa es mi pregunta final…
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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