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Método Audiobec


Partes: 1, 2

    1. La educación ética y el Método Audiobec

    El Instrumento ideal para su ideal para el educando según la filosofía Audiobec©

    Durante 14 años, hemos visto la preocupación y ansiedad que produce la selección del instrumento musical correcto para el educando, tanto en los docentes como en el acudiente y en el mismo educando. Lograr acertar en la selección correcta del instrumento involucra muchas variables, por lo que pocos se aventuran a escribir acerca de este asunto.

    Un libro encontrado en el comercio y de fácil acceso es Como escoger el instrumento musical para su hijo de músicos y psicólogos de la comunidad europea que lograron sintetizar y exponer algunos puntos importantes que debieran tenerse en cuenta ante semejante coyuntura. Su tesis radica en el hecho de que posiblemente los instrumentos musicales y su respectivo roll tienen mucho que ver con el carácter y la personalidad de cada educando (lo dije desde un principio: son psicólogos).

    Nos dimos a la tarea de confrontar dicha tesis con la experiencia diaria de nuestro quehacer docente, y por momentos pareciera ser una "verdad absoluta", lo que hace mucho más interesante sus planteamientos.

    La cosmogonía de un estudiante de música o educando que haga parte de un proyecto musical, no solamente involucra su carácter y personalidad que de hecho lo está intrínsecamente: también lo están, sus expectativas, sus retos, sus metas, sus intereses y motivaciones que pueden o no parecerse a las de sus padres (acudientes), y esto finalmente termina incidiendo en su decisión final, lo mismo que la opinión de su instructor o profesor de música, y talvez de una forma indirecta la opinión general de la comunidad estudiantil.

    Cuando realizamos dichos estudios, tuvimos la suerte de encontrarnos dentro de una institución educativa, económicamente fuerte, interesada por los procesos de investigación que se llevaran acabo dentro de ella. Al crear el Proyecto Pedagógico Musical, se dispuso que el estudiante tendría la última palabra pero que habría un consenso al respecto. En su gran mayoría no hubo aciertos, pues al poco tiempo después cambiaban de instrumento hasta dos veces más.

    En un principio es preocupante, pero existiendo las oportunidades no consideramos argumento alguno para impedir que nuestros discípulos no pudieran probar en cada instrumento musical. Finalmente pudimos encontrar estudiantes satisfechos, musicalmente identificados y realizados con su instrumento elegido que dieron más y mejores resultados en el trabajo orquestal propuesto en menos tiempo y que permitió finalmente el goce y disfrute de todo el colectivo en cada una de sus interpretaciones.

    La filosofía Audiobec©, es clara al señalar la autodeterminación como base y fundamento de un buen trabajo formativo y musical en un educando. Si partimos de esta base, estaríamos dándole la oportunidad al niño de que conozca cual es la extensión de su cuerpo que se adapta mejor al mismo: un violín, un trompeta, un violinchello, un trombón, una batería, etc…

    Es posible que se piense que se perderá tiempo valiosísimo, sin embargo consideramos que ese tiempo es literalmente recuperable cuando el niño pueda encontrar su plenitud con el instrumento musical que haya escogido.

    Las otras opiniones son importantes pero no indispensables, sin dejar a un lado la opinión siempre imparcial que debe sostener el docente a la hora de sugerir instrumento musical alguno. Los ejemplos abundan dentro de nuestra experiencia, como el caso en Barranquilla de dos niñas que desde el primer momento en que vieron el Cello lo eligieron y a pesar de que su proceso técnico tomó tiempo nunca desfallecieron y finalmente pudieron interpretar pasajes musicales en obras, cuyos aportes a la Orquesta le fueron significativos.

    La pregunta talvez más pertinente en este momento es: Porqué se presentan estas situaciones de cambio de instrumentos a la mitad de un proceso?

    Bueno: una de las razones por las que logramos precisar esta situación fue el hecho de que los mismos educandos manifestaban ciertas incomodidades: por ejemplo, en el caso de la flauta varios niños(as), desertaron, porque después de intentar soplar en el orificio, la falta de oxígeno en el cerebro producía mareos; estos, para algunos son más tolerables que para otros, en otros casos niños manifiestan no sentir dichos mareos, lo que les hace más agradable y placentero el proceso de aprendizaje en la flauta. En el caso del violín la vibración que se transmite por el cuerpo del mismo hacia el mentón y de ahí a todo el cráneo, es una situación suficientemente incómoda para muchos, al punto de querer desistir en el estudio, otros recurren a posturas del instrumento definitivamente extrañas que deben ser permanentemente corregidas hasta que el cuerpo se adapta a dicha vibración.

    El piano termina siendo para algunos un océano inexpugnable, ilimitado, imposible de dominar, muy duro que exige rudeza y capacidad periférica para dominarlo en su totalidad, preferirían un instrumento menos evidente, más sutil: en muchos casos sus miradas se desplazan desde la primera tecla a la izquierda hasta la última a la derecha y exclaman extasiadas preguntándose como hacer para que me obedezca. En el caso del trombón porque suena "chistoso y muy feo"

    Vale la pena anotar que para responder a esta pregunta estamos dando por hecho que el docente sigue estrategias pedagógicas correctas, tiene una investigación protagónica adecuada y permanentemente le hace seguimiento, y que no existen otras variables que puedan provocar deserción en el educando: de esta forma estamos buscando la respuesta en el protagonista del proceso: el niño.

    También es posible, mostrarle todos los instrumentos cuando el acudiente comparte con su educando conciertos de diversos géneros musicales, de tal forma que observará en escena muchos timbres sonoros, que posiblemente despierten su curiosidad y su interés: la edad sugerida es temprana: es decir, a menor edad más fácil poder compartir estos momentos, pues sus prioridades empiezan a cambiar después de los 10 años aproximadamente. Así en el momento en que se dirijan a un conservatorio o Academia de Música, el educando tendrá más claro cual es el instrumento musical con el que siente a gusto, por presencia, imagen, sonido, posibilidades sonoras, expresivas, por posibilidades de acceso y compra, por ser un instrumento significativo para la comunidad que le rodea etc.…

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