- Un condicionante: la confianza
- El inconsciente y los síntomas
- Deseo, impulso y represión
- En resumen
- Una breve introducción al Psicoanálisis Clásico
- Bibliografía
Quien acude a un terapeuta en busca de ayuda le describe sus síntomas (depresión, ansiedad, angustia, miedo…), y lo habitual es que desconozca tanto las causas de sus problemas como la manera de resolverlos.
La peculiaridad del psicoanálisis es que expone al paciente conflictos inconscientes que éste desconoce y que es incapaz de descubrir por sí mismo pero que están controlando su vida. El psicoanálisis ayuda al individuo a dar con los cambios que debe aplicar en su conducta para resolver los compromisos que menoscaban su equilibrio emocional y bienestar. Pero, además de ser un método terapéutico, el psicoanálisis es una teoría que explica la conducta humana recurriendo a la investigación de los procesos mentales inconscientes. Las técnicas del psicoanálisis fueron desarrolladas por el más célebre de los psiconeurólogos, Sigmund Freud, quien descubrió la existencia de procesos psíquicos inconscientes que se rigen por leyes distintas que las de los procesos conscientes.
Un condicionante: la confianza
Hay un condicionante que marcará el éxito o fracaso de esta terapia: que la persona esté dispuesta a analizar su mundo interior desvelando a un perfecto desconocido sus recuerdos, complejos, frustraciones y sentimientos más íntimos y personales. La confianza en el psicoanalista resulta imprescindible, por ello conviene que dediquemos un tiempo a elegirlo bien. Informémonos sobre su prestigio profesional y sus métodos. Pero una vez en el diván, real o virtual, hemos de dejar a un lado los recelos, y mostrarnos abiertos a una terapia que inquiere en nuestro inconsciente y puede sacar a la luz traumas, errores y obsesiones del pasado que hemos reprimido y olvidado, ya por inhibiciones inconscientes, ya porque no les atribuimos la importancia que ejercen en nosotros.
El psicoanalista nos escuchará para valorar si este es el tipo de intervención que conviene aplicar. En las sesiones, normalmente de una hora y cinco veces a la semana — Freud las prolongaba — el paciente expresa todo lo que le viene a la mente. El especialista (dotado de capacidad técnica y personal para que los datos inconscientes afloren a la conciencia del analizado) registra esas informaciones y elabora un plan de trabajo. El paciente, tras conocer las causas ocultas origen del problema, interviene en su proceso de recuperación. Otras teorías, como la conductista, no penetran la "caja negra" del pasado y buscan los resultados terapéuticos a partir del presente y de lo consciente — éstos procedimientos, son expedientes más sus efectos son efímeros.
El inconsciente y los síntomas
El psicoanálisis es el descifrar nuestras emociones y conflictos más recónditos desplegados en torno a lo inconsciente. Sus investigaciones llevaron a Freud a comprender que si una persona era capaz de admitir esos contenidos inconscientes podían desaparecer los síntomas que perjudican el bienestar psicológico, pero observó que era difícil conseguirlo, ya que el paciente oponía resistencias. De ahí la necesidad de crear un dispositivo para vencer esos frenos. Para el psicoanálisis, un síntoma es el dato que revela que algo no marcha bien. A partir de esos síntomas y de las interpretaciones facilitadas por el terapeuta, el individuo comienza a descubrirse, a conciliarse consigo mismo y a dar con las claves que le permitirán estructurar mejor su personalidad y su vida. Según la técnica psicoanalítica, descubrir lo inconsciente alivia los síntomas y permite un cambio profundo en la persona, que descubre que ha estado llevando una vida alejada de sus necesidades, objetivos, deseos o preferencias, y le ayuda a tomar decisiones orientadas a que su vida se aproxime más a ellos.
Página siguiente |