Respondiendo al liderazgo de Rubén Darío (renovador de temas y de formas), este es un fenómeno exclusivamente poético influido por parnasianos y simbolistas. El Parnaso dará la perfección de la forma y la creación de nuevas metáforas y ritmos ("el arte por el arte"). Y el Simbolismo la incorporación de estados subjetivos, brumosos e imprecisos en un refinamiento temático. Surge así la poesía musical y plástica que agilitaría los metros tradicionales (tal el caso de Alejandrino) y crearía metros nuevos.
En cuanto a la Argentina, donde permanece Darío, durante largos periodos, convirtiendo a Buenos Aires en el centro experimental y de afirmación del movimiento. El modernismo se caracteriza por metáforas audaces de sorprendente elaboración, con su rica temática y la musicalidad de sus versos, irradia desde los círculos literarios porteños hacia todo el continente.
El movimiento modernista propiamente dicho que abarca desde 1888 hasta 1920, desemboca en una actitud prolongada de esa estética y esa retórica, vigente aún dentro de las Escuelas de Vanguardia. Muchos autores no logran entregarse del todo a esta subversiva actitud poética y mantienen cierta fidelidad a la tendencia modernista pero atemperando la ampulosidad de la retórica y reaccionando contra el excesivo barroco.
El desastre militar (la pérdida de Cuba y Filipinas), la inestabilidad política y la inseguridad económica habían llevado a España a un estado de depresión y al aislamiento con respecto al resto de Europa cuyos movimientos post-romántico, parnasiano y simbolista no logran trasponer las fronteras de la península.
Esta clausura dentro de sus propios límites territoriales la mantiene en ese letargo del cual reacciona merced a la presencia del jefe modernista que es uno de los factores desencadenantes de la creación de este movimiento paralelo. Es de intención socializante originado y desarrollado, con cohesión corporativista y fe en los destinos de una nueva España.
Un grupo de jóvenes con afán profundo de "europeizarla" se lanza hacia todos los caminos de Europa en una búsqueda desesperada de información, e importa las ideas filosóficas y la orientación literaria capaces de encaminar la vida política, social e intelectual del siglo XX dentro de la verdadera problemática contemporánea.
El héroe de esta generación es Miguel de Unamuno, ensayista y novelista vasco de estilo apasionado y fuerte personalidad.
Diez años antes, en España, queriendo vinelar su literatura con la de la vanguardia francesa que avanzaba en la exaltación de la metáfora, se afirma el movimiento ultraísta.
En 1927 (con motivo del tercer centenario de Góngora) se produce la presentación de un grupo de poetas en las lecturas y conferencias de Sevilla. Ese acto los haya reunidos y admiten como guías de lirismo a Juan Ramón Jiménez y a Antonia Machado. Sin "manifiestos" estridentes, sino por el camino de la edición de sus obras, ratifican el triunfo de la poesía sincera y esencial que no podía morir. Pedro Salinas, Miguel Hernández y Jorge Guillén con los antes nombrados, se unen a esta generación dueña de una poesía tensa y pulida.
Gran parte de la creación poética de esta generación puede acusar técnicas surrealistas por sus recursos formales pero en esa "expresión de los inexpresable" que es su poesía, se ofrece una imagen real de este mundo de dolor, de miseria y de explotación humana.
- Gramática Estructural – Tomo II
- Enciclopedia de la lengua – Edith Bianchi de Cortina
- Lengua y literatura I: ¿Cómo hacer un informe?
Micaela Lopez R
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