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La política macroeconómica

Enviado por Puma Ronald


Partes: 1, 2

    1. La política macroeconómica
    2. Las autoridades monetarias y fiscales deben estabilizar la economía
    3. La política monetaria debe basarse en una regla y no en la discreción
    4. El Estado debe equilibrar su presupuesto
    5. Conclusión
    6. Referencias bibliográficas

    Introducción

    Es difícil abrir el periódico sin ver a un político o a un editorialista abogar por un cambio de la política económica. El presidente debería recortar el gasto público para reducir el déficit presupuestario o dejar de preocuparse por el déficit presupuestario. El banco central debería bajar los tipos de interés para estimular la economía cuando ésta renquea o debería evitar tomar esas medidas para no arriesgarse a aumentar la inflación. El Parlamento debería reformar el sistema tributario para acelerar el crecimiento económico o para conseguir una distribución más igualitaria de la renta. Las cuestiones económicas son fundamentales en el continuo debate político que existe en todos los países del mundo. No es sorprendente que cuando Bill Clinton se presentó por primera vez a las elecciones presidenciales en 1992, su principal estratega pusiera un cartel recordando al personal la cuestión fundamental de la campaña

    2. LA POLÍTICA MACROECONÓMICA

    Definición:

    La política macroeconómica es aquella que afecta a un país o una región en su totalidad. Se ocupa del régimen monetario, fiscal, comercial y cambiario, así como del crecimiento económico, la inflación y las tasas nacionales de empleo y desempleo.

    3. LAS AUTORIDADES MONETARIAS Y FISCALES DEBEN TRATAR DE ESTABILIZAR LA ECONOMÍA

    Las variaciones de la demanda y la oferta agregadas pueden provocar fluctuaciones a corto plazo en la producción y en el empleo. La política monetaria y fiscal puede desplazar la demanda agregada y, por lo tanto, influir en estas fluctuaciones. Pero aunque los responsables de la política económica puedan influir en las fluctuaciones económicas a corto plazo, ¿significa eso que deban? Nuestro primer debate se refiere a la conveniencia de que las autoridades monetarias y fiscales utilicen o no los instrumentos que tienen a su disposición para intentar reducir las fluctuaciones del ciclo económico.

    Las autoridades económicas deben tratar de estabilizar la economía

    Las economías tienden a fluctuar si no se interviene. Por ejemplo, cuando los hogares y las empresas se muestran pesimistas, recortan los gastos, lo cual reduce la demanda agregada de bienes y servicios. El descenso de la demanda agregada reduce, a su vez, la producción de bienes y servicios. Las empresas despiden a algunos trabajadores y la tasa de desempleo aumenta. El PIB real y otros indicadores de la renta disminuyen. El aumento del desempleo la reducción de la renta contribuyen a confirmar el pesimismo que generó inicialmente la recesión económica.

    Esa recesión no beneficia a la sociedad, ya que representa un evidente despilfarro de recursos. Los trabajadores que se quedan sin trabajo debido a que la demanda agregada es insuficiente preferirían trabajar. Los propietarios de empresas cuyas fábricas permanecen paradas durante una recesión preferirían producir bienes y servicios valiosos y venderlos para obtener beneficios.

    No existe razón alguna para que la sociedad sufra los altibajos del ciclo económico. El desarrollo de la teoría macroeconómica ha mostrado a los responsables de la política económica cómo se reduce la gravedad de las fluctuaciones económicas. Del cambio económico, la política monetaria y fiscal puede estabilizar la demanda agregada y por lo tanto, la producción y el empleo. Cuando la demanda agregada es insuficiente para garantizar el pleno empleo, las autoridades económicas deben incrementar el gasto público, bajar los impuestos y aumentar la oferta monetaria. Cuando la demanda agregada es excesiva y corre el riesgo de elevar la inflación, las autoridades monetarias deben reducir el gasto público, subir los impuestos y reducir la oferta monetaria. Esas medidas hacen un uso óptimo de la teoría macroeconómica aumentando la estabilidad de la economía, lo cual beneficia a todo el mundo.

    Las autoridades económicas no deben tratar de estabilizar la economía

    Aunque la política monetaria y fiscal puede utilizarse para estabilizar la economía en teoría, su uso plantea considerables obstáculos en la práctica.

    En primer lugar, la política monetaria y fiscal no influye inmediatamente en la economía sino con un considerable retardo. La política monetaria influye en la demanda agregada alterando los tipos de interés, los cuales influyen, a su vez, en el gasto, especialmente en la inversión residencial y empresarial. Pero muchos hogares y empresas hacen sus planes de gasto con antelación, por lo que las variaciones de los tipos de interés tardan en alterar la demanda agregada de bienes y servicios. Muchos estudios indican que los cambios de la política monetaria apenas influyen en la demanda agregada hasta unos seis meses después de realizados.

    La política fiscal actúa con un retardo debido al largo proceso político que rige las modificaciones del gasto y de los impuestos. Para introducir cualquier cambio en la política fiscal, el proyecto de ley debe pasar por varios comités parlamentarios, ser aprobado por el Parlamento y puesto en marcha por el gobiemo. El proceso de propuesta, aprobación y aplicación de un cambio importante de la política fiscal puede durar años.

    Como consecuencia de estos largos retardos, las autoridades económicas que quieren estabilizar la economía deben prever la situación económica que reinará probablemente cuando surtan efecto sus medidas. Desgraciadamente, las predicciones económicas son muy imprecisas. Debido en parte a que la macroeconomía es una ciencia primitiva y, en parte, a que las perturbaciones que provocan las fluctuaciones económicas son intrínsecamente impredecibles. Por lo tanto, cuando las autoridades económicas modifican la política monetaria o fiscal, deben recurrir a conjeturas documentadas sobre la futura situación económica.

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